Y si no llegan pronto, habrá
que acudir al MEDE, eso que les da tanto yuyu mencionar…
Los fondos europeos no llegarán pronto: ¿Ha llegado el
momento de hablar del MEDE?
El Fondo pactado el pasado julio no llegará en
enero, ni en primavera. En Italia muchas voces llaman a usar el MEDE, aunque en
España el debate no se ha reactivado.
El pasado jueves el Parlamento Europeo, Consejo y Comisión dieron
por terminadas antes de tiempo las negociaciones para lograr un acuerdo que
desbloquee la aprobación del Marco Financiero Multianual (MFP) para el periodo
2021 - 2027, Las posiciones estaban demasiado alejadas para lograr un acuerdo.
Ahora las conversaciones quedan
ahora congeladas hasta el 14 de octubre, y profundizan la
sensación de que el Fondo de Recuperación de 750.000 millones que tanto
necesitan países como Italia o España, llegará más tarde de lo que se esperaba.
Fuentes
comunitarias ya avisaban hace semanas: incluso el 10% de adelanto que se pactó
entre líderes, lo que para España serían unos 14.000 millones, y que se acordó
para que hubiera una inyección rápida y de urgencia a las economías más
afectadas, no llegará a comienzos de 2021. En realidad, los técnicos esperan que, como
pronto, pueda llegar al final de la primavera o inicios del verano. El
resto podría llegar a partir de otoño, pero ni siquiera hay garantías de ello.
Las últimas noticias no ayudan: las negociaciones entre Parlamento, Comisión y
Consejo no ofrecen mucha esperanza, y el instrumento para el estado de
derecho ha abierto una nueva trinchera que divide a toda la
Unión Europea. El embajador permanente de Alemania ante la Unión Europea ha
señalado en las últimas semanas que el retraso ya es real.
Los
rebrotes y nuevas medidas restrictivas que están teniendo que aplicarse en
grandes ciudades, como Madrid, Bruselas, Berlín o París, y el aumento del
riesgo en países como Italia, ensombrecen
las perspectivas económicas del último trimestre. El instituto
nacional de estadística francés ya ha señalado que, tras un buen tercer
trimestre, espera una vuelta a la realidad pandémica a final de año.
La carta del MEDE
Así
que ni España ni Italia pueden
esperar la inyección urgente que necesitaban a principios de 2021.
El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha incluido 27.000 millones de euros de los
fondos europeos para los presupuesto generales de este año, pero nadie tiene
garantía de cuánto dinero llegará a lo largo del actual curso. Es una
preocupación que también se extiende entre los miembros del Gobierno italiano.
En ese
contexto Roma
está empezando a mirar en una dirección tabú hasta hace sólo unas semanas:
la línea de emergencia para gasto sanitario del Mecanismo Europeo de
Estabilidad (MEDE), el fondo de rescates europeo que fue protagonista de la
anterior crisis y que es la encarnación de la temida ‘troika’. En mayo se
acordó una línea de crédito sin condicionalidad macroeconómica que daba a las
capitales la posibilidad de solicitar hasta el 2% de su PIB para gasto
sanitario directo e indirecto en unas condiciones ventajosas.
Sin
embargo hasta ahora nadie se ha planteado hacer uso de él. Al fondo europeo de rescate le
precede su fama. Todo el sur de Europa tiene todavía las
cicatrices, económicas y psicológicas, de la anterior crisis. La visita de los
“hombres de negro”, las exigencias de recortes y ajustes dolorosos, no han
caído en el olvido. Pedir ayuda al MEDE, se teme, conecta directamente con
aquellos recuerdos. A nivel político es una derrota.
Además, las capitales temen el efecto
“estigma”, derivado de esas experiencias, pero también de la
percepción que puedan tener los mercados. Nadie quiere aparecer como la gacela
coja, la fácil de cazar. Por ahorrarse unos millones en préstamos, acabar
pagándolo mucho más caro por un aumento del coste de la financiación.
Klaus
Regling, director ejecutivo del MEDE, ha insistido en varias ocasiones en los
ahorros que podrían lograr España e Italia acudiendo al fondo de rescates.
Durante los meses posteriores a la aprobación de la línea de crédito
presionó: "Miré
esta mañana (...) sumaría 2.000 millones de euros (de ahorro) para España",
aseguró en una entrevista en mayo.
Sin
embargo ese argumento no convenció en España. El Tesoro se financia barato, y
precisamente pedir ayuda al MEDE podría cambiar eso: parece
débil, parecer la gacela roja, era ponerse en la mirilla de los mercados.
Quizás el Estado podría ahorrarse 2.000 millones, pero ese ahorro podría acabar
derivando en unos intereses mucho más altos.
Nadie
dudaba en Bruselas que el uso del eurofondo de rescate no tiene estigma en la
práctica: no es un instrumento comparable al de los años de la crisis. Se hizo
un esfuerzo comunicativo para hacerlo ver a todo el mundo, también los
mercados. Horas antes del acuerdo del Eurogrupo la Comisión Europea anunció que
no habría “hombres de negro” para vigilar, y que no se tendría que firmar un “memorando de entendimiento”
(MoU), una palabra tabú tras los años duros de la crisis, sino
que todo se realizaría sobre la base de una “plantilla”, una palabra que
tampoco genera demasiada tranquilidad en la capital comunitaria.
Pero no
es únicamente un tema técnico, se trata de un tema político, y desde entonces el asunto, al
menos en España, se ha silenciado. Nadie habla de pedir los
25.000 millones del MEDE para gasto sanitario, también porque los casos se han
ido reduciendo. Hay pocas menciones en la prensa, pocas preguntas a los líderes
políticos. La agenda se encuentra en un lugar alejado del fondo europeo de
rescate.
Una nueva realidad
Sin
embargo, en Italia el debate está cambiando. El Fondo no va a llegar de manera
inmediata, y el aumento de los casos hace que pedir ayuda al MEDE tenga sentido
para muchos miembros del Gobierno liderado por Giuseppe Conte. Los
socialdemócratas del PD se han visto reforzados por los resultados de las
últimas elecciones regionales, y aumentan
ahora la presión sobre la facción de la coalición gubernamental que se opone al
uso del MEDE, los anti-establishment del Movimento 5 Stelle. El
asunto está continuamente en la prensa, en la televisión y en el debate
político. Un senador y ex primer ministro hace un vídeo por el día de los abuelos
para subirlo a Twitter, y aprovecha para meter una mención al MEDE y aumentar
la presión sobre el M5S.
La
formación, fundada por el humorista y líder populista Beppe Grillo, está
dividida, con una facción del partido que se opone frontalmente al uso del
fondo europeo de rescate. “Dentro del Movimento, el MEDE se ha convertido en un símbolo que parece ser el
factor que hará que el M5S pierda su alma original. Esta
facción del partido piensa que el MEDE es una especie de caballo de Troya que
finalmente conducirá a la imposición de la austeridad por parte de la UE”,
señala Nicola Bilotta, experto del Istituto Affari Internazionali.
“Ninguno
de los Estados miembros ha mostrado hasta ahora interés en este
Mecanismo. Existe
una evidente falta de confianza no solo en Italia sino en toda Europa”,
explica Piernicola Pedicini, eurodiputado del Movimento 5 Stelle. Y no quiere
que sea Roma la que pruebe cuáles son los efectos del uso del Mecanismo.
Como el
Gobierno español, Pedicini
insiste en que la financiación de Roma y Madrid es buena ahora mismo.
“Italia y España no tienen problemas para recaudar fondos en el mercado. Por el
contrario, los bonos españoles e italianos se venden fácilmente y con un tipo
de interés extremadamente bajo. El MEDE es realmente inútil”, zanja el
eurodiputado italiano, recordando que, además, el programa pandémico de compras
(PEPP) del Banco Central Europeo (BCE) está funcionando bien.
Pedicini
cree que el efecto estigma no se ha ido, y que acudir al eurofondo es un riesgo
innecesario, especialmente cuando Italia está logrando financiarse más barato
que nunca, hasta el 0,712% a diez años. “Los compradores podrían pensar que pedimos el MEDE porque tenemos
problemas de liquidez, pero no es así”, explica.
Bilotta
no está de acuerdo, y señala
que “económicamente hablando, tiene sentido”. “El Banco de
Italia estimó que con el MEDE, debido a las tasas de interés más bajas
aplicadas, Italia podría ahorrar 10.000 millones en 10 años. Esto se debe a que
las tasas de interés aplicadas por el MEDE son más bajas que las que obtiene
Italia de los préstamos de los mercados financieros. Creo que esto es
innegable”, asegura el experto, que sin embargo admite que “el MEDE también
tiene importantes implicaciones políticas. Normalmente, viene con
condicionalidades atadas. A pesar de que esta línea específica del MEDE no
tiene condicionalidad, una
parte de la opinión pública teme que su aprobación lleve tarde o temprano a
algunas condicionalidades”.
La
posición del Ejecutivo español, según explican fuentes del ministerio de
Economía, se mantiene intacta. Pero a lo largo de las semanas posteriores a la
aprobación del instrumento el Gobierno fue ablandando su discurso sobre el
MEDE: del “último recurso”, a ser una
opción a considerar basándose en el interés público general.
En
agosto, prácticamente la última vez que se habló del asunto, Pedro Sánchez,
presidente del Gobierno, señaló que no había necesidad alguna de recurrir al
instrumento. "Nosotros
en principio con los volúmenes de recursos que estamos volcando creo que no hay
necesidad”, explicó el 9 de agosto. Sin embargo, España sí que
va a acudir al SURE, un instrumento por el cual la Comisión Europea otorgará a
España una cantidad similar a la que podría obtener del MEDE, pero en este caso
para financiar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Sobre
la práctica, la diferencia entre ambas sigue limitándose al temido estigma.
En
Italia el debate
avanza, y cada vez más aumenta la presión sobre el M5S para que ceda y acepte
el uso del MEDE. Algunos creen que el Ejecutivo, que se
mantiene en pie gracias a una delgada mayoría, está jugando con fuego. Si
fuerza a la formación anti-establishment a firmar una petición de ayuda al
fondo europeo de rescate el Gobierno podría peligrar, porque cada senador
cuenta para vivir un día más.
Abrazos,
PD1: Parece que los españoles
lo hicimos muy mal en los territorios conquistados. No quiero entrar en esa
polémica, peró me impresiona solo ver el número de universidades que se
fundaron… Extendimos el nombre del Señor por todas partes…