02 marzo 2023

la propaganda es la fortaleza del Gobierno

No se puede ir haciendo leyes cada dos por tres. Genera inestabilidad, que es lo que todos andamos buscando. Y no se puede subir los impuestos esta barbaridad en el año que más recaudas gracias a la inflación. Ese odio al rico provoca que tome las de Villadiego, como Ferrovial, a sabiendas que no le van a dar más contratos públicos… Hoy se especulaba con ACS e Iberdrola, en situación parecida, aunque no tanto, no son empresas privadas como Ferrovial.

Si le siguen otras grandes empresas será un palo gordo. Hace 5 años, cuando lo del lío de Cataluña, se largaron muchas a Aragón, Valencia y Madrid. Y no volvieron. No se cortaron los empresarios a la hora de cambiar la sede social.

Si no hay apoyo a los empresarios, si se pierde la confianza y se les maltrata tanto (como al señor Amancio Ortega y al señor Roig de Mercadona), se largarán. Hemos pasado de hace unas décadas que buscábamos que los empresarios extranjeros se instalaran en España (dándoles de todo), a ver como se piran los españoles sin mover un dedo… ¿Quién se va a querer instalar en España cuando ves que los españoles se largan?

La propaganda, no la economía, es la fortaleza del Gobierno

Un Gobierno debería presumir de lo que hace bien, no de lo que hace mal, disfrazándolo

Hace unos días la señora Calviño presumía de “la mayor reducción del endeudamiento de las administraciones públicas registrada en la historia reciente”, con una mejora de la ratio Deuda Pública/PIB de más de 5 puntos en 2022 hasta situarse en el 113,2%. Según la ministra, se ha debido a “la positiva evolución de la economía española y la política fiscal responsable”. Lo que hay que oír.

Un factor determinante en el descenso de esa ratio es la inflación y eso ni lo menciona la vicepresidenta primera. Como es conocido, la inflación agranda el denominador, que es el PIB nominal, y reduce la ratio. También ha influido el rebote económico tras la pandemia, pero es curioso llamarlo “positiva evolución” o crecimiento, porque estamos aún por debajo de la cifra previa de PIB real (la del 4º trimestre de 2019).

En cuanto a lo que Calviño llama política fiscal responsable, hay que recordar que el numerador -la deuda según el PDE (que ni siquiera es toda)- ha subido en 2022 nada menos que 75.000 millones. Lo que resulta especialmente grave cuando la recaudación de impuestos ha batido cifras históricas por la inflación (fue inaudito no deflactar la tarifa) y algunas subidas impositivas. Pero no se ha aprovechado para laminar el déficit estructural, que sigue en niveles del 4/5%, sino que se ha gastado sin freno, incluyendo el derroche en determinados ámbitos.

En ese afán propagandístico, el presidente suele decir que en esta crisis no se ha hecho como en la anterior, a la que achaca austeridad salvo para rescatar a los bancos. Pero, claro, cuenta la historia como le conviene. Y no dice que la crisis anterior la gestionó el PSOE durante cuatro años, incluyendo las medidas de 2010, las más lesivas. Y que dejó un déficit brutal, además de varias Cajas de Ahorro zombis. De manera que el siguiente gobierno se encontró, por un lado, un Estado al borde de la intervención y, por otro, tuvo que rescatar a los depositantes de las Cajas tras la inacción socialista.

Somos el país, entre los 27, que más ha aumentado la deuda desde finales de 2019, cuando estábamos en el 98,2%. En 15 puntos frente a menos de 10 del promedio

También omite que el elemento clave que ha cambiado, de la anterior crisis a esta, no es nacional sino de la UE: entonces se impuso la austeridad obligatoriamente y ahora se ha practicado la manga ancha con la deuda y la laxitud monetaria con el BCE. Y lo peor es que, a pesar de esta permisividad actual de la UE, España muestra cifras especialmente lamentables. Somos el país, entre los 27, que más ha aumentado la deuda desde finales de 2019, cuando estábamos en el 98,2%. En 15 puntos frente a menos de 10 del promedio. Y, a pesar de eso y de los fondos Next Gen, hemos sido también el país con peor comportamiento del PIB, el único que no crece desde entonces, como antes se ha dicho.

Con estos datos, al presidente, los ministros y los medios afines lo que se les ocurre es redoblar su propaganda para “vender” que la economía es un punto fuerte del Gobierno. A falta de otras variables de las que ostentar, suelen recurrir para ello a los datos de empleo, a la inflación y a la protección a los vulnerables.

Pero, en los primeros, aparte de que están distorsionados por los fijos discontinuos, y de que presentamos la peor tasa de paro de la UE, se oculta que el número de horas trabajadas sigue por debajo de 2019. En cuanto a la inflación, aparte de estar influida en su índice general por actuaciones del Gobierno (reducciones impositivas, subvenciones, tope al gas…), ofrece un índice subyacente (7,5%) dos puntos largos superior al promedio europeo. Por último, sobre las ayudas, basta leer al Banco de España que dice que “un 15-20% del coste de estas medidas ha tenido un diseño focalizado en los colectivos más vulnerables”. O sea que el 80/85% no han estado ahí focalizadas, han sido generales (y han beneficiado a los de más renta)

Deuda pública y BCE

Volviendo a la deuda pública, el Tesoro ha anunciado que en 2023 colocará 70.000 millones netos en los mercados, un importe similar al de 2022. La emisión bruta superará los 250.000 millones, con el BCE ya desinvirtiendo ligeramente. Es incomprensible que repitamos la cifra del pasado año cuando la recaudación de ingresos fiscales bate récord. Tenemos pendiente un plan de consolidación fiscal pero este Gobierno se lo deja a su sucesor. Por otra parte, colocar ese papel en los mercados nos cuesta cada vez más por la subida de tipos. En 2021 el coste medio de colocación fue negativo, el -0,05% y en 2022 ya subió al 1,33%, En enero 2023 ya estamos en el 2,88% y en el año entero rebasaremos con creces la cota del 3%. Que los intereses ocupen cada vez más espacio en el presupuesto quita sitio a otras partidas. Tres puntos más de coste, cuando afecte a todo el stock (para lo que quedan aún años) son nada menos que 50.000 millones de euros…

En definitiva, un Gobierno debería presumir de lo que hace bien, no de lo que hace mal, disfrazándolo. Pero eso no parece ir con Frankenstein, cuyo mayor éxito de gestión es la propaganda. No le arriendo la ganancia al que sea ministro de economía de Feijóo a partir de 2024 porque le espera un gran desafío. Que, además, tendrá que afrontar nada más empezar la legislatura, antes de que vengan procesos electorales. Duro panorama.

Abrazos,

PD1: Hay mucha gente que le pide a Dios una señal para tener fe, para creer en su existencia. Les gustaría que Dios hiciera los milagros que hizo el Señor hoy y ahora… Si es que no se fijan. Cada día nos pasan cosas milagrosas. La naturaleza es un puro milagro, y nuestras familias otro. El ser humano es milagroso… Pero no les es suficiente, querrían ver por ellos mismos la multiplicación de los panes y peces, las curaciones a leprosos y todas esas sanaciones y expulsiones de demonios que hizo el Señor.

Incrédulos… No ven más allá de sus narices…

No obstante, como todos somos iguales, cada día que voy a Misa, en la Consagración, le pido al Señor que me aumente la Fe, la Esperanza y el Amor, que a su vez lo consigo al recibir los sacramentos (eucaristía, confesión).