¿Qué va a pasar en marzo de 2017, que está a la vuelta de la esquina, cuando el BCE deje de comprar bonos públicos y privados? Se ajustarán las primas de riesgo a los riesgos de cada país de nuevo. Todo esto es igual de temporal como la actuación de la FED de hace unos años… Se acaba, y ¿luego qué? Esperar que vuelva el fuerte crecimiento para el conjunto de la UE es ilusorio. Entonces, ¿qué harán los banqueros centrales…? Salir corriendo, quizás ya no estén al mando, pero estas patadas adelante son desastrosas…
Cuando el BCE deje de comprar
El hombre es el único animal que tropieza no dos, sino repetidas veces en la misma piedra. Aunque según Alan Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal, una burbuja sólo es identificable cuando estalla, hay síntomas inequívocos de que asistimos a la formación de una enorme burbuja.
Una vez estallada la burbuja inmobiliaria, parecía obvio que España no podía construir de forma permanente tantas viviendas como Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntas, tal y como sucedió en 2003, años antes del final del boom inmobiliario. Todavía tendrían que pasar unos cuantos años para que la burbuja inmobiliaria llegara a su fin. Durante ese periodo, los precios siguieron subiendo y nadie de los que estaba involucrado en el frenesí del sector quería retirarse de la fiesta mientras durase: ni promotores, ni constructores, ni inversores, ni administraciones públicas que se beneficiaban de la mayor actividad económica, aunque fuera insostenible en el tiempo.
La situación actual de los tipos de interés de los bonos soberanos es completamente extraordinaria y anómala: rentabilidad negativa de los bonos alemanes hasta los vencimientos de 8 años; de los de Países Bajos hasta 7 años; de los austriacos, belgas y franceses hasta 6 años. En el caso de Japón todos los bonos soberanos hasta 10 años se sitúan en tipos negativos.
La explicación a esta anomalía de tipos negativos, o en otras palabras, de pedir prestado y además cobrar al prestamista por recibir su dinero, radica en la actuación del Banco Central Europeo, en el caso de los países de la Eurozona. Estos tipos de interés NO responden a una libre formación de precios por la confluencia de oferta y demanda en el mercado financiero, sino que se deben a la ingente y creciente intervención del BCE.
Mientras el BCE siga interviniendo de manera incremental, como lo está haciendo ahora, los tipos podrán seguir en negativo, a pesar de que el nivel de deuda pública de los países se sitúe en niveles máximos históricos (salvo en Alemania). Evidentemente estos tipos de interés no recogen ningún riesgo de impago, con el agravante de que ninguno de los países integrantes del euro tiene capacidad de emitir "euros" por su cuenta para pagar sus deudas.
El BCE podría seguir incrementando su balance hasta el infinito y más allá, manteniendo los tipos en negativo o en niveles cércanos a cero de forma permanente. Esta opción es altamente improbable por los inevitables efectos secundarios perversos que tendría.
Alternativamente, en algún momento, desde luego mucho más allá de marzo de 2017, fecha prevista para el fin de la compra de bonos soberanos, el BCE dejará de adquirir bonos soberanos. Para que dicho cambio de política por parte del BCE no tenga efectos demoledores, sería necesario que las distintas economías de la Eurozona entraran en un largo periodo de crecimiento vigoroso y sostenido en el tiempo que fuera aprovechado por los distintos Estados para poner en orden sus cuentas públicas y reducir su nivel de deuda pública actual. Desgraciadamente es altamente improbable que en un futuro cercano entremos en una fase de tales características.
Por tanto, cuando el BCE cambie su política actual, los estados tendrán que financiarse a tipos de interés que recojan la "lógica" prima de riesgo que le solicitará cualquier inversor. Una mínima normalización de los tipos de interés aumentará de forma considerable el coste del servicio de la deuda, es decir, el pago de intereses. Teniendo en cuenta los compromisos de limitación del déficit público, dichos gastos adicionales se deberán recortar de otras partidas, asistiendo a una nueva fase de recortes. No hacerlo así, aumentando el déficit público y por tanto el nivel de deuda pública, emitiendo más deuda pública para pagar intereses sólo agrandaría el problema.
El hecho de que España construyera en 2003 tantas viviendas como cuatro grandes países europeos juntos no hizo sonar ninguna señal de alarma, sino que consideró una muestra del vigor de nuestro sector inmobiliario. Hoy sorprende que prácticamente nadie alertara de la evidente burbuja insostenible en el tiempo. Igualmente, los tipos de interés negativos en los bonos soberanos son el síntoma más evidente de que la situación actual es insostenible en el tiempo, aunque como sucedió en el sector inmobiliario puedan transcurrir años hasta que estalle la burbuja.
Abrazos,
PD1: El Deutsche Bank desde la introducción del primer QE del BCE hace un año:
Rebotó desde los mínimos, pero su tendencia parece clara…
Y a su vez, el DAX alemán tiene una tendencia muy definida a largo plazo, aguantando los 9400 puntos de forma sólida, pero muy lateral desde 2014:
¿Seguirá lateral como desde 2014, o seguirá su tendencia al alza como desde 2009? Tiene pinta que seguirá lateral…, pero si se quiere vender, hay que esperar a la parte alta del canal que se ha formado, y al que se puede llegar al calor del QE2 que empieza en marzo…
PD2: Este es el “por qué” de la Semana Santa: https://www.youtube.com/watch?v=fX18GB_Wnjg