14 marzo 2016

Y ahora, ¿qué harán los mercados?

Tras la euforia de pensar que el BCE lo soluciona todo, vendrá la reflexión: hay que hacer reformas estructurales… Tras la subida vertical de los bancos europeos en las últimas dos semanas, ¿podemos olvidarnos de los miedos de los meses precedentes, de cómo harán su cuenta de resultados?
No todo es blanco y negro, la gama de grises es inmensa… y la volatilidad me temo que no nos abandonará…
Hace unas semanas el mercado se desplomaba ante la posibilidad de que el crudo bajara a los 20/10 dólares. Ahora lo tenemos en 40 dólares y todos tan contentos… ¿No estaba mejor en 30 dólares? Pues sí, pero le venía muy mal a los productores, EEUU incluido…
Se nos suele olvidar el tema de las valoraciones en los mercados y estos se suelen mover por impulsos de sentimiento, muchas veces irreflexivos… ¿Estaba antes tan mal como para tirar la casa por la ventana, o ahora está tan bien gracias al BCE y su política de tipos negativos y dinero a cholón?
Ahora queda por ver como fluye el crédito en la UE con los LTROs nuevos (dinero que da el BCE a los bancos comerciales para que concedan créditos a empresas y particulares a cambio de un margen? De nuevo les damos un carry trade, pero a diferencia de cuando compraban deuda pública y se quedaban con ese diferencial, ahora deben asumir el riesgo del crédito a esas empresas que van a tener que financiar, o a esos particulares que tienen que solicitar más préstamos…
Venga tíos, a volver a endeudarnos todos, a crecer a costa de crédito bancario, semiavalado por el BCE, para que crezca el PIB. No saben hacer otra cosa, o eso parece. Calamitoso… En una crisis de deuda, la única solución que se les ocurre es mayor deuda… Si te vas a pedir un crédito para consumir o para comprarte una casa, ten en cuenta que lo debes pagar, que debes tener capacidad de pago…, si no es así, recuerda los errores cometidos entre 2000/2008.
No dejes de ver a Mikel Abásolo: https://www.youtube.com/watch?v=moPQ7QJGL-k Cuenta como las cosas no funcionan por el hecho de que los tipos de interés bajen y bajen. En bolsa lo que se descuenta son las primas de riesgo y los beneficios empresariales. Y en estos momentos, los resultados de las empresas siguen a la baja…
Es posible que haya inversores que opten por invertir en el mercado ante los tipos negativos, pensando que las cotizaciones deben subir, cuando esto no es así. Muchos habrá que se la quieran jugar ante la nula alternativa rentable válida… Aunque dudo que la mejor solución sea irse a la bolsa o a renta fija en bonos, como sustitutivo de unos depósitos bancarios que no van a dar nada…

El tiempo todo lo cura. Las caídas de hasta el 18% que han llegado a registrar la bolsa europea este año se han quedado en un -6%. Pero ha dejado secuelas y una profunda división entre los que piensan que la fiesta continúa y los que la creen finalizada.

Ya llueve menos en los mercados… mucho menos. Las caídas de hasta el 18% que llegaron a acumular las bolsas europeas en 2016 se han quedado en un -6% en el caso del EuroStoxx 50, principal índice paneuropeo. En Italia y España, cuyas bolsas sufrieron desplomes anuales del 26% y del 19% ceden hoy un 5% y un 12%, respectivamente. Las bolsas han recuperado cierto nivel de calma en las últimas semanas, subiendo más de un 10% desde mediados de febrero. A pesar de esta reciente recuperación, el sentimiento de los inversores sigue frágil y muchos continúan manteniendo posiciones en activos refugio. El oro, una fuente tradicional de tranquilidad en tiempos revueltos, lleva sube un 16% en 2016, registrando su mejor comienzo de año desde 1980. Los bonos de gobiernos globales también han comenzado bien el año, con una subida del 3% desde enero, su inicio más sólido desde 1993.
“El hecho de que los inversores estén dispuestos a invertir en una clase de activo en la que más del 25% de los bonos ofrecen una TIR negativa muestra que todavía no nos encontramos en una situación libre de incertidumbres”, aseguran desde J.P.Morgan AM. Y eso a pesar de que analistas y economistas esperan que la recuperación económica se afiance en Europa, llegando a elevarse el crecimiento a niveles superiores al 2008. Los economistas citan varios factores que les hacen ser optimistas: la continua relajación de las condiciones financieras y monetarias, una política fiscal favorable y el incremento del consumo que genera el bajo precio del petróleo. Todo ello serviría para impulsar la demanda interna. “Los datos de mejora sobre la región se hacen evidentes en el aumento de los ingresos discrecionales de bienes, en los salarios, la recuperación del mercado inmobiliario y la mejora en las expectativas de inversión”, señalan Benjamin Stone y Steven Gorham, gestores del MFS Meridian European Value. Ellos son los optimistas.
Hay gestores que ven la corrección del mercado como algo nada extraordinario y que consideran que 2016 será un año bajista, lo cual debe encuadrarse dentro de la más absoluta normalidad. Entre ellos está John Bennett, gestor del Henderson Gartmore Continental Europe y del Henderson Horizon Pan European Alpha Fund. “Creo que 2016 va a ser un año a la baja dentro de la normalidad. El problema es que los bancos centrales nos han hecho pensar como si fuéramos una opción put. Sin embargo, es muy normal perder, y que los mercados caigan un 10% o un 20%. La corrección se enmarca en un mercado bajista sano y normal”. El posicionamiento de MFS IM y Henderson pone de manifiesto que los sobresaltos que ha venido dando el mercado desde el pasado verano ha dividido a la comunidad inversora en dos: los que piensan que el entorno sigue siendo favorable para los activos de riesgo y los que creen que la fiesta se ha acabado. En este último grupo está Carmignac, entidad que ha reducido riesgo en sus carteras, una de ellas el Carmignac Patrimoine.
Según Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de la gestora, “en el comienzo de 2016 los mercados empezaron a abrir los ojos ante las desagradables realidades que van a tener que afrontar. La excesiva confianza en la resistencia de la economía estadounidense se ha atenuado ligeramente y la fe absoluta en el poder de los bancos centrales comenzó a agrietarse en enero, cuando el Banco de Japón introdujo tipos de referencia negativos tres semanas después de haberlo descartado y el yen, en lugar de caer, reaccionó revalorizándose con fuerza. El desplome bursátil del sector bancario puso de manifiesto una toma de conciencia tardía y en ocasiones excesiva sobre el deterioro de la capacidad de generación de beneficios del sector bajo el peso de unos tipos de interés negativos y una regulación cada vez más onerosa. Los desafíos que los mercados deberán abordar todavía no se han reconocido en toda su complejidad”.
El quid de la cuestión es si estamos ante el final de un ciclo alcista de la renta variable que habría durado 82 meses o si todavía hay margen para prolongar la tendencia. Evidentemente, nadie puede saberlo a ciencia cierta. Pero hay formas de tratar de elaborar previsiones al respecto. Una es estudiar qué factores han sido históricamente el detonante de correcciones bursátiles superiores al 20%. Desde 1926, siempre que esto ha ocurrido en el S&P 500, se daba alguno de estos cuatro escenarios: recesión, valoraciones excesivas, pico de las materias primas o ajuste agresivo de la Fed. No parece que hoy estemos ante ninguno de ellos (gráfico 1: fuente J.P.Morgan AM). Los que sientan vértigo pensando en que el ‘bull market’ surgido a partir de marzo de 2009 dura ya demasiado deben saber que ciclos más largos se han visto. El más largo se produjo entre diciembre de 1974 y septiembre de 1984. Se prolongó durante 155 meses, es decir, el doble de tiempo que lleva durando el actual (gráfico 2: fuente Montanaro).
Lo mismo ocurre con los ciclos económicos. “No existen matemáticas al respecto. Este periodo de expansión económica se extiende desde 2009, pero desde la postguerra la duración media en el que la economía no se ha contraído es de seis años. Para que entremos en recesión es necesario que exista un desencadenante, algo que en la situación actual se hace difícil apreciar”, explica Henrik Lumholdt, estratega jefe de Inversis Banco. Sin embargo, también es cierto que, en líneas generales, la capacidad de los economistas de predecir recesiones económicas es muy limitada. Según un estudio de Morgan Stanley IM, los mercados son capaces de predecir las recesiones mejor que los economistas. De acuerdo con su análisis, los economistas no se adelantaron a ninguna de la últimas siete recesiones en EE.UU. Esto supone un 0% de acierto. El S&P 500, por el contrario, se adelantó a las últimas siete cayendo el año anterior más de un 15%, aunque también perdió más de un 15% en cinco ocasiones sin que se produjese finalmente una recesión (leer más).

Gráfico 1: caídas del S&P 500 superiores al 20% y motivos

Gráfico 2: duración de los ciclos alcistas del mercado

Abrazos,
PD1: Muchos hijos no cuentan sus cosas en casa. Es difícil enterarte de lo que les está pasando por sus cabezas. Sin embargo, hay muchos matrimonios en los que esto no pasa, ya que cenan toda la familia juntos y sin televisión. De esa forma, hablan mientras cenan. Algunas veces alargas un poco la cena y hablas más. De esa manera, conseguimos habituar, padres e hijos, a contarse cosas desde que éstos son pequeños. Si haces esto, tendrás + comunicación con sus hijos… Recuerda que comunicarse es hablar y escuchar…, y a los chicos, entender. Hay que hacerlo todos los días, con insistencia, evitando los malos rollos, la pereza del cansancio de la noche, o de la tele que empieza ya… No depende de los niños, sino de los padres. Merece la pena.