04 diciembre 2018

la guerra comercial la ha ganado China

Ya te lo decía ayer, un bluff lo de hablar entre Trump y Xi en el G20. Hoy volvemos a la realidad y es que el déficit comercial de EEUU y China no se reduce salvo una depreciación del dólar, y hoy sigue demasiado fuerte por culpa de ese diferencial de tipos que tienen los yanquis…
Sobre la cena de Donald Trump y Xi Jinping en Buenos Aires del sábado por la noche se han escrito y se están escribiendo ríos de tinta. Por eso no es demasiado interesante repetir aquí lo que se puede encontrar hoy en medios de comunicación por todas partes.
Hay una interpretación/pronóstico estupendo, realizado antes de la reunión, en el primero de los artículos recomendados más abajo que, además, se ajusta muy bien al resultado de la cena, esa tregua de tres meses que puede que se extienda por otros tres más, y por otros tres… (tres meses es poco plazo para negociaciones tan complejas).
En medio de la complejidad que también tiene el análisis de lo que está sucediendo entre EEUU y China (donde no solo están en juego los intereses comerciales de una y otra parte sino el respeto a los derechos de propiedad de las patentes, el robo de datos en Internet y quien será la potencia hegemónica del futuro) aquí solo vamos a recordar que China importa menos bienes de EEUU de los que importaba hace un año. Un 1,76% menos. Y también exporta a EEUU un 13,15% más que hace un año. Lo que no puede, por ahora, considerarse precisamente un éxito de la política comercial aplicada por Donald Trump.
Es más, desde febrero de 2017, un mes después de su toma de posesión, la variación mensual (en términos anuales) de las importaciones de productos americanos a China ha pasado de +38% a ese -1,76% mencionado. Y las exportaciones de productos chinos a EEUU han pasado de -4,23% al +13,15% mencionado también.
Tal y como se ve en el gráfico, la variación mensual en tasa anual de las exportaciones chinas a EEUU (línea amarilla) muestra una tendencia creciente desde el mes de enero del año de las elecciones presidenciales mientras que la de las importaciones de productos norteamericanos a China (línea verde) se muestra creciente hasta que toma posesión Donald Trump y decreciente después. Todo ello dentro de la volatilidad propia de los datos mensuales y del efecto estacional que siempre tiene la festividad del Año Nuevo chino, que suele caer a caballo entre los meses de enero y febrero.
Dicho en valores absolutos, el saldo de los dos años de Donald Trump es muy elocuente: el mes anterior a las últimas elecciones presidenciales (octubre de 2016) China le vendió a EEUU productos por valor de 34.856 millones de dólares. En este mes pasado, esas ventas fueron de $42.720 millones (+22,6% comparando octubre de 2018 con octubre de 2016). En cambio las ventas de EEUU a China pasaron, en esa misma comparación, de $10.678 millones a $10.940 millones (+2,45%).
La venta de servicios de China a EEUU fue en el segundo trimestre de 2018 (últimos datos disponibles) un 22% superior a la del segundo trimestre de 2016, mientras que la EEUU a China subió un 11,8%. Por tanto, incluso en un terreno donde la balanza de pagos de EEUU con China tiene superávit, el avance de China también ha sido más rápido.
Con todo esto, no es raro que el déficit trimestral de la balanza de bienes y servicios de EEUU con China haya pasado de -75.295 millones de dólares a $86.924 millones entre el segundo trimestre de 2016 y el segundo de 2018.
La euforia de los mercados parece un poco prematura…
Abrazos,
PD1: Al pedir en el Padrenuestro que venga a nosotros su reino, expresamos nuestro deseo de que crezca el número de personas que encuentren en Dios la fuente de la felicidad y se esfuercen por seguir el camino que Él nos ha enseñado, el camino de las bienaventuranzas… Es una petición para nosotros y los demás, es apostólica.