05 abril 2019

sostenibilidad de la deuda


Desde estas líneas te he contado miles de veces que no se puede gastar más de lo que se ingresa, que esto genera un déficit que se convierte en papelitos que se venden al mercado…, hasta que éste se satura… No sé cuándo llegará el día de autos, pero no parece que se esté haciendo nada por remediarlo.
Los políticos siguen con sus promesas para captar votos, se sigue chorreando con dinero público todo lo que se puede. Salvo Alemania, que ha hecho los deberes, el resto de países es acongojante, ya que el final llegará…, no a corto plazo, que seguimos disfrutando del dinero de los bancos centrales y no existe prima de riesgo alguna, y las bolsas siguen sus subidas, pero en unos años, ¿qué pasará?
La deuda pública de un país es sostenible mientras haya inversores dispuestos a comprar de forma recurrente los bonos que financian dicha deuda. Cualquier estado tiene que emitir instrumentos de deuda (bonos y letras) todos los años para refinanciar la deuda que vence y el déficit generado ese ejercicio.
Hoy en día, la sostenibilidad de la deuda pública española, y de la deuda de la mayoría los estados de la Eurozona, tiene una gran dependencia del BCE y del mantenimiento de la actual normativa bancaria que incentiva a los bancos a invertir en deuda pública, en lugar de hacerlo en otros activos.
La influencia del BCE es triple: comprando bonos soberanos directamente; financiando a la banca para que ésta pueda comprar deuda pública; adicionalmente, la consideración de la deuda pública como activo sin riesgo y, por tanto, sin consumo de capital para la banca, incentiva la adquisición de bonos soberanos frente al resto de activos.
Después de los distintos programas de compra de bonos por parte del BCE, ya posee el 25% de la deuda pública española (más de 250.000 millones de euros). Aunque no hay ningún programa de compra activo que haga aumentar este volumen, la reinversión de las cantidades correspondientes a los bonos que venzan se mantendrá durante un elevado periodo de tiempo. No se atisba en el horizonte el momento en el que el BCE reducirá su tenencia de deuda soberana. De hacerlo, la tensión en la financiación de los estados sería considerable.
Las distintas ediciones de "barras libres de liquidez" del BCE han permitido a la banca acumular elevadas carteras de bonos soberanos. Según los tipos de interés de los bonos soberanos se han ido situando en negativo, y han vencido los bonos en mayor rentabilidad, el porcentaje de deuda del Estado en poder de la banca se ha reducido prácticamente a la mitad desde 2012 (del 31% al 16%). 
La consideración de los bonos soberanos en euros de los distintos tesoros de la Eurozona como activos sin riesgo, supone un aliciente para los bancos y las compañías de seguros para adquirir bonos soberanos frente a cualquier otro tipo de activos. Como demostró la reestructuración de la deuda soberana griega, la deuda pública no está exenta de riesgo. Por lo tanto, sería lógico que en algún momento la normativa bancaria y de seguros aplicara criterios de consumo de capital a la inversión en bonos soberanos. Teniendo en cuenta que entre los bancos nacionales y las compañías de seguros mantienen actualmente más de la cuarta parte del total de la deuda del Estado, parece complicado que se pueda implantar una medida de este tipo sin elevadas turbulencias en los mercados.
Teniendo en cuenta que entre la tenencia de deuda por parte del banco central y la mantenida por las entidades financieras españolas superan el 40% del total y que una parte significativa de la tenencia de no residentes corresponde a bancos de la Eurozona, es evidente que la sostenibilidad de la deuda pública española, y de la mayor parte de los tesoros de la Eurozona, depende en gran medida de las políticas del BCE. Pese a la prohibición explicita al BCE de financiar los déficits de los estados, el BCE ya acumula el 25% del total de la deuda pública española, algo impensable hace apenas cinco años. Dada la dependencia directa e indirecta del BCE dicho porcentaje puede llegar dentro de otros cinco años a niveles hoy tampoco imaginables.
Mientras los estados se financien a tipos irrisorios o incluso negativos y la liquidez siga siendo abundante, nadie parece preocuparse por la sostenibilidad de la deuda pública. La dependencia del BCE es elevada y creciente. El "whatever it takes" de Draghi sigue vigente. La pregunta es si lo estará de forma indefinida.
Abrazos,
PD1: Al principio, los judíos llevaban a Dios en una tienda de un lado a otro… Después decidieron hacer un gran templo para que fuera el sitio de oración. Y fue ahí cuando empezaron los problemas: se pusieron muchísimas costumbres para tratar de pactar con su Dios las cosas que ellos querían. Venga a quemar animales, venga a hacer sacrificios pensando que Dios les iba a escuchar. Tuvo que venir su Hijo para decirnos que lo que quiere no son sacrificios, sino la compasión y el amor de unos a otros.
Y todavía hay gente que sigue tratando de pactar con Dios, que se cree muy bueno y muy religioso porque hace muchos rezos, va a Misa, reza muchos rosarios, o lee muchos libros píos… Y sin embargo, dicho esto por el cura en el sermón de ayer, cuanta gente de Misa diaria trata mal a la persona que tiene trabajando para ellos en casa. Lo primero es la misericordia con los demás, el perdón por las faltas o errores que otros puedan cometer, la comprensión con los que nos rodean, más que todos los rezos del mundo… No, a Dios no se le compra con los rezos, sino con lo que hacemos a diario…