El petróleo no ha hecho más que
subir este año, y sin embargo, no se traslada a la inflación la subida de los
costes energéticos, dada la debilidad de la demanda y la necesidad de vender lo
que se pueda al mejor precio, asumiendo las empresas el sobrecoste…
Es un sinsentido que tengamos
al crudo donde está y las expectativas de inflación no suban:
Más si cabe sabiendo que se ha
chutado todo el dinero del mundo sin mover a la inflación:
¿Qué habría sido de los bancos
sin no hubiera hecho esto el BCE? Que se lo pregunten al Deutsche Bank que
sigue marcando mínimos históricos…
Cuidado con lo que se desea
El BCE justifica su política de
tipos negativos y liquidez abundante en la no consecución de su objetivo de estabilidad de
precios. El BCE define dicha estabilidad de precios como
un incremento interanual de la
inflación cercano pero inferior al 2%.
La inflación, a través del índice HICP (Harmonised Index of Consumer Prices),
mide la variación de precios de una cesta de productos de consumo
predeterminada.
Nadie ha explicado de forma convincente por
qué la estabilidad de precios ideal para la economía europea es un nivel de
inflación cercano al 2%, y no el 1% o el 3%. La sacralización de un nivel determinado de inflación, en
este caso el 2%, sin tener en consideración los motivos que
llevan a que la evolución de precios sea superior o inferior a dicho nivel
objetivo, es
un craso error. No es lo mismo que los precios al consumo se
incrementen por una elevada pujanza de la economía, que hace que la mayor
demanda de productos y servicios empuje los precios al alza, que un incremento
de la inflación provocado por la subida
de precios de materias primas importadas, principalmente
el crudo.
Europa,
y España con especial incidencia, es muy dependiente energéticamente de
las importaciones de petróleo. Así, fuertes variaciones del precio del crudo al
alza o a la baja provocan episodios de inflación elevada o excepcionalmente
baja, respectivamente. Aunque el precio del petróleo no sea el único factor a
tener en cuenta, su influencia sobre la inflación es evidente.
Las tres veces que el BCE ha subido
tipos desde el inicio de la crisis financiera han
coincidido con momentos en los que el precio del petróleo se había disparado,
afectando a la inflación. En 2008,
la inflación de la Eurozona se
situó en el 4%.
El motivo de la subida de precios no fue un gran dinamismo de la economía, sino
una escalada del precio
del petróleo a niveles superiores a $140/barril. El error
histórico de dicha subida de tipos es evidente. Apenas un año más tarde,
la inflación de la Eurozona se
situó en terreno negativo, motivado esencialmente por el
desplome del crudo hasta niveles de $37/barril.
En 2011, de nuevo con el crudo por encima de $120/barril, la inflación alcanzó
el 3% y el BCE incrementó los tipos en 2 ocasiones.
Cuando la inflación descendió
por debajo de cero en 2015 y 2016 (los precios al consumo cayeron), no se
produjo por un desplome de la actividad económica, ni por aplazamiento de las
decisiones de consumo e inversión debido a la deflación (inflación negativa),
sino por una rebaja significativa de la factura del crudo importado, con un
barril por debajo de $30.
Ahora, de nuevo asistimos a una
situación de incertidumbre en la evolución del precio del petróleo debida
a tensiones geopolíticas.
De momento ha escalado un 40%
desde inicio de año. De producirse un empeoramiento de la
situación en el estrecho
de Ormuz, el efecto sobre el precio del crudo sería inmediato,
y su traslado a la inflación de Eurozona no tardaría en llegar. Superado con
holgura el nivel objetivo del 2% de inflación, ¿volvería a subir tipos el BCE? De
hacerlo, el crecimiento económico del área, ya dañado por el precio del crudo
se resentiría. De no hacerlo, la represión financiera sobre los ahorradores se
acentuaría más todavía.
Es absurdo fijar un nivel de
inflación como objetivo sin discriminar los motivos que llevan a dicho
incremento de precios. Si es motivado por incremento de productos importados,
como el petróleo, la subida de tipos sólo lograría dañar más aún la economía.
Esperemos que no se dé la ocasión para un cuarto error en las subidas de tipos
del BCE por incremento del precio del petróleo.
Abrazos,
PD1: Uno de los males de
nuestra época es la falta de reconocimiento del pecado. Nos hemos endiosado
tanto que hacemos lo que nos da la gana, sea esto bueno o malo. No importa. Le
damos satisfacción a nuestras necesidades y nos erigimos en los amos del Universo…
No nos damos cuenta de nuestros
errores por culpa de la soberbia, pensamos que todo lo hacemos bien… Por tanto,
no pedimos perdón por lo que hacemos mal… Así que nos quedamos sin perdonar. Y
no porque Dios no quiera perdonar, sino porque para ser perdonado, primero, uno
ha de reconocer su pecado… La rebeldía ante el Espíritu Santo, quedará sin
perdón.