30 septiembre 2019

pensiones desbocadas


Ya pagamos 9.700 millones de euros de pensiones cada mes en España. Si multiplicas por 12 (o por 14 con las extras) sale una burrada. Y lo malo es la tendencia imparable, mientras no se toma ninguna medida, no hay quien le quiera meter mano con tanta campaña electoral…
Como sabes, la “hucha de las pensiones” se terminó, y desde el año 2017 tiramos de crédito para poder pagarlas… No importa, hay crédito para lo que sea, nos financia el BCE que está muy dispuesto.
Es como si para pagar mis gastos corrientes (gasolina, luz, comida) recurro al banco y le pido un crédito cada año, y me lo dieran… Sería un loco, yo por pedirlo y no corregir mis excesos, mi capacidad de compra, y el banco por dármelo…
Lo que tenemos en pensiones es un gasto desbocado y, ahora, el gobierno en funciones quiere subirlas de nuevo en medio de la campaña electoral, por un decreto ley de esos que molan, decretazo del viernes y tal… Que en 10 años estarán otros y lidiarán con esto.
Lo alucinante son los engaños. Salió el otro día un tipo en el telediario que decía que siempre habrá dinero para pagar las pensiones, que se pagarían siempre…, cuando todos sabemos que es mentira, no se pueden pagar las pensiones actuales, con la capacidad adquisitiva actual, dentro de 10 años… Y dentro de 30, una vez jubilados todos los del baby boom, ni a tiros…

El gasto en pensiones sigue desbocado: récord de 9.700 millones en agosto

El gasto de la Seguridad Social se acelera por la revalorización con el IPC, la subida de las pensiones mínimas, la mejora de las de viudedad y la mejor retribución de las nuevas altas.
El gasto en pensiones sigue desbocado y ya roza los 9.700 millones de euros al mes, un 5% más que en 2018, según las cifras que publicó ayer el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Esto se debe al incremento del número de pensiones pero, sobre todo, al aumento del importe medio de estas nóminas como resultado de la revalorización de las pensiones este año y de la mayor cuantía que perciben los nuevos jubilados. Y todo ello supone un grave problema para el control del déficit del sistema de previsión en un momento en el que el mercado laboral se está frenando y el incremento de las cotizaciones sociales en enero apenas logra apuntalar los ingresos.
El gasto de la Seguridad Social en el octavo mes del año alcanzó los 9.681,51 millones de euros, el máximo de la serie histórica, tras crecer un 5,03% respecto al mismo mes del año anterior. Esto se debió a que el número de pensiones en vigor se incrementó un 1,23%, hasta los 9,76 millones de prestaciones, al tiempo que la pensión media se incrementó un 3,76%, hasta alcanzar los 992,35 euros al mes. Y en el caso de las pensiones de jubilaciones, que suponen más de cada seis nóminas (aunque algunos beneficiarios la complementan con la de viudedad) el importe es todavía mayor y se eleva ya hasta los 1.139,83 euros al mes.
Además, hay que tener en cuenta que ambos componentes se han acelerado en los dos últimos ejercicios. Por un lado, el número de jubilados ha ganado ritmo (aunque apenas se trate de unas décimas) por la extensión de las profesiones a las que se puede conceder la jubilación anticipada por riesgo; por otro, la cuantía se ha incrementado por la revalorización de las pensiones con el IPC (tanto en 2018 como en 2019), la mejora de las prestaciones por viudedad (hasta el 60% de la base reguladora) y el incremento de las pensiones mínimas (el 3%, casi el doble que las medias). Todo ello ha impulsado el ritmo de crecimiento del gasto en pensiones del 3% en 2017 al 5% en la actualidad.
Además, este último ejercicio se está produciendo un cambio que supondrá un mayor desembolso en el futuro: las mayores prestaciones de las nuevas altas en el sistema están volviendo a incrementarse, tras tres años en caída. Los nuevos jubilados perciben 1.338,43 euros al mes, un 2,54% más que quienes se retiraron el año anterior. Y en el caso de los jubilados del régimen general, la cifra asciende hasta los 1.461,24 euros mensuales, un 3,6% más que el año pasado y el mayor aumento desde 2010. Y esto supone un grave problema para la sostenibilidad del sistema, ya que se espera que cada jubilado cobre su pensión durante cerca de 20 años y, además, todas las posteriores revalorizaciones se calculan sobre esta base inicial.
Además, este acelerón se produce en un momento en el que el mercado laboral se está frenando, lo que hace más complicado sostener las cuentas del sistema. Actualmente hay 2,17 trabajadores cotizando a la Seguridad Social por cada pensionista y, aunque es cierto que el país se sitúa por encima de la ratio mínima recomendada por los expertos (2,1), también hay que tener en cuenta que España es uno de los países más generosos del mundo, lo que hace que sean necesarios unos ingresos extra para apuntalar las cuentas de la Seguridad Social. En concreto, un jubilado percibe cerca del 82% de su último salario (frente al 52% en la OCDE), lo que provoca que cada pensionista reciba, a lo largo de toda su vida, entre un 28% y un 46% más de lo aportado durante su etapa como trabajador, según BBVA Research. Además, también hay que señalar que el número de jubilados y sus prestaciones crecen de forma ininterrumpida (y más, si no se encuentra una forma de reemplazar el Factor de Revalorización Anual y el Factor de Equidad Intergeneracional, que moderaban su avance), mientras que el número de trabajadores depende del avance de la economía.
Desequilibrio
Por todo ello, el déficit del sistema apenas se está corrigiendo. En los cinco primeros meses del año, el Sistema de la Seguridad Social ha generado un saldo positivo de 1.983 millones de euros (735 millones más que el año pasado), de acuerdo con los últimos datos de ejecución presupuestaria, pero hay que tener en cuenta que el desembolso de la paga extra de junio, por valor de 9.644 millones de euros, un 7,04% más que en 2018, devolverá al sistema a los números rojos. Para el conjunto del año, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) espera que la Seguridad Social acumule un desfase de 16.000 millones de euros, una cifra que equivale al objetivo de déficit oficial marcado para el conjunto de las Administraciones Públicas. Sin embargo, el gran problema es la cada vez mayor cercanía a la jubilación de la generación del baby boom, a partir de 2023, que llevará a que el número de ciudadanos por encima de 65 años aumente en casi seis millones de personas mientras que la cifra de personas en edad de trabajar cae en 2,27 millones de personas.
Abrazos,
PD1: “Lo que más desea cualquier niño es que su padre pase tiempo con él. Según la Dra. Meeker, lo que todo hijo necesita de su padre es principalmente: tiempo, afecto y aprobación. Nada eleva más la autoestima de un hijo que saber que a su padre le gusta estar con él. Se sienten seguros sabiendo que son importantes para sus padres y merecedores de su atención. Estos padres estarán enseñando a sus hijos un modelo saludable y digno de masculinidad. Probablemente nuestros hijos no recordarán todas las “charlas” que les hemos impartido sobre las virtudes y valores, pero siempre quedarán impactados por el ejemplo de vida dado por sus padres”, según Maria Calvo