La economía se retroalimenta cuando suben las bolsas. Se produce el “efecto riqueza”, donde la gente gasta más ya que ve su cartera más abultada… Y eso ha sido así siempre.
En esta ocasión, las bolsas, salvo la española, suben por el efecto “no hay alternativas”, y por el efecto “wall of worries”… Siempre funciona, si hay dudas, sube la bolsa, si la gente se teme que las bolsas han llegado a un techo y piensan que no deberían subir más, sube la bolsa, si hay inquietud sobre las perspectivas económicas, en este caso los miedos a la recesión, los populismos, la política, sube la bolsa… Siempre deja fuera a los más precavidos, que se acaban de animar cuando todo está demasiado caro y se pillan…
Abrazos,
PD1: “Convertirse” significa, en el lenguaje del Evangelio, mudar de actitud interior, y también de estilo externo. Es una de las palabras más usadas en el Evangelio. Recordemos que, antes de la venida del Señor Jesús, san Juan Bautista resumía su predicación con la misma expresión: «Predicaba un bautismo de conversión» (Mc 1,4). Y, enseguida, la predicación de Jesús se resume con estas palabras: «Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15).
Y para los que no se conviertan hay siempre una amenaza de muerte, pero no de este mundo, si no de la eterna perdición… Cuando morimos en esta vida, el alma se queda eternamente en el cielo, o eternamente en el infierno… No funciona ese “buenismo” que se establece hace años que por el simple hecho de que uno no ha matado a nadie va directamente al cielo. Creo que hay más…, que en esta vida larga tenemos todos los medios necesarios para que nos convirtamos.