08 noviembre 2019

Ya no se habla de recesión

Los inversores, que han dudado mucho en los últimos meses, empiezan a estar más tranquilos y “aprietan” con las compras. Ya no se habla de recesión, no hay tantos motivos, ni cuando hace un año se estuvo dando la lata, metiendo miedo…

El fantasma de la recesión cotiza al alza

¿Estancamiento, desaceleración, recesión o crisis? ¿A qué plazo y con que intensidad? ¿Cuáles son los condicionantes internos, europeos o globales? Los diagnósticos son múltiples y las políticas inciertas. Parece, más que nunca, que todo es según el color del cristal con que se mira. Pero el fantasma de la recesión cotiza al alza.
Para responder a estos interrogantes, lo primero es aclarar la enfermedad que diagnosticamos. Puede parecer innecesario, pero siguen produciéndose confusiones en cuanto a niveles o tasas, magnitud de referencia o duración. Por ejemplo, si elegimos el PIB real como magnitud, el  estancamiento en niveles supondría tasas de variación nulas  y no tasas mantenidas a un ritmo dado. Igualmente, una caída del PIB conlleva tasas negativas, pero una desaceleración sólo implica  ritmos de crecimiento progresivamente reducidos.
Es suficientemente conocido que hay un acuerdo estadístico para considerar que un país  ha entrado en recesión, cuanto sus tasas de variación del PIB real son negativas durante dos trimestres consecutivos. Dado que la recesión puede ser más o menos profunda y duradera, es habitual reservar la calificación de crisis a recesiones mantenidas durante años y de una cierta entidad.
Pero cuando se habla de una «próxima» recesión o de una crisis «venidera» debiéramos aclarar el periodo de referencia a futuro. Podríamos referirnos a los próximos meses o trimestres (muy corto plazo), al año en curso o durante el siguiente (corto plazo) o a horizontes de 2 o 3 años  o aún más lejano (medio y largo o muy largo plazo). Decir que España puede entrar en recesión (es decir dos trimestres de crecimiento negativo) no es una predicción útil si se refiere, p.ej., a los próximos 5 años. En 60 trimestres es probable que se den algunas tasas negativas, incluso poco significativas, como la experiencia de los movimientos cíclicos coyunturales pone de manifiesto.
Adicionalmente, resulta un elemento clave diagnosticar si una recesión se inscribe en una caída generalizada de actividad económica a escala internacional o de un gran área de países o es de carácter principalmente interno. En una economía global las enfermedades se contagian y los remedios se comparten y repercuten de unos países a otros. Debemos aclarar qué parte de una posible amenaza de recesión es autóctona, endogámica o responde a los impactos en cadena de las vicisitudes de las economías norteamericanas, europeas, latinoamericanas, asiáticas o mundiales.
Hace casi un año (2/10/18) señalaba, en un  post sobre los peligros de recesión en nuestro país (https://www.antoniopulido.es/de-recesion-economica-se-habla-en-voz-baja/) :
¡No os asustéis! Al fantasma macabro de la recesión no lo he visto por aquí. Prácticamente nadie encuentra rastros que apunten a una recesión económica, ni mundial ni en España. Sólo algunos visionarios como el «Dr. Doom» (Dr. Catástrofe, Nouriel Roubini) dicen verla acercándose velozmente. Pero muchos creemos que puede estar rondando por ahí y que, en un momento más o menos lejano, es probable que termine dándonos un susto. Merece la pena hablar de recesión, aunque sea en voz baja para no asustar a nadie.
Solo unos días después (9/10/18) dedique un amplio post a revisar experiencias sobre el cálculo de probabilidades de recesión en diferentes países https://www.antoniopulido.es/cual-es-la-probabilidad-de-una-proxima-recesion/
De todo lo revisado consideraba  que se deducían tres conclusiones operativas:
1.-Con indicadores, periodos y metodologías múltiples se pueden sacar resultados muy diversos . Sólo la coincidencia de una mayoría de experiencias (los hechos estilizados en la terminología de Kaldor) tienen algunas valor orientativo.
2.-Prácticamente nunca puede descartarse una recesión súbita provocada por un detonante aún no valorado, pero los resultados disponibles parecen llevar a descartar una recesión a corto plazo en EEUU, aunque pueda alcanzarse ya un pico cíclico e iniciarse una fase de desaceleración.
3.-Es importante disponer (en cualquier país) de algún mecanismo de seguimiento de esa probabilidad de entrar en recesión, con la necesaria prudencia a la hora de interpretar resultados.
Mi propia experiencia para nuestro país, la hemos concretado en Ceprede en un Indicador de Stress Económico (ISE) que trata de medir la probabilidad de una recesión próxima (uno o dos trimestres) a partir de 30 indicadores de actividad, consumo, inversión, sector exterior, sector público y oferta. La información clave es el porcentaje de indicadores que muestran una tasa de variación negativa respecto a hace un año. El ISE se ajusta para que se mueva en el entorno de 0 a 100 puntos (máximo stress por una amplia mayoría de tasas negativas).
Una revisión del comportamiento, mes a mes, del indicador durante el periodo 1997-2o19 y su comparativa con la tasa consecutiva de variación del PIB, señala que valores del ISE por encima de 40 puntos marcan un principio de posible alerta de próxima recesión (baja probabilidad), que pasa a ser de riesgo elevado a partir del orden de los 65 puntos y se consolida (de acuerdo con el comportamiento de la pasada crisis) por encima de los 85-90 puntos.
Nuestros cálculos más actuales apuntan a valores del orden de 60 puntos, es decir por debajo de una alerta de auténtico riesgo de recesión. Mi opinión personal, en este momento, es que el comportamiento de la economía española apunta hacia una desaceleración suave pero progresiva del crecimiento a corto plazo, que no tiene que terminar, necesariamente, en recesión. Pero los datos de pasado sólo marcan el pulso reciente de una economía y no señalan su evolución futura, que depende de múltiples circunstancias tanto internas como del entorno mundial. Mirar el retrovisor no es un procedimiento de caminar hacia el futuro. Hay que poner las luces; las cortas y las largas.
Opiniones las hay para todos los gustos. Pero lo enriquecedor para mis lectores puede ser revisar argumentos e hipótesis de futuro de algunos analistas económicos de referencia, en particular entresacadas de tuits muy recientes, en un momento en que el fantasma de la recesión cotiza al alza. La muestra es muy incompleta y deja fuera a muchos grandes expertos. Veasé, como ejemplo reciente (15/9/19) el resumen en : 20 economistas chequean la salud de la economía española https://expansion.com/economia/2019/09/14/5d7c11ae468aeba01a8b4689.html… @expansioncom
Empezaré con Rafael Pampillón (@Rafaelpampillón), profesor en IE Business School. Hace unos días publicó un post (Luces y sombras de la economía española, expansión.com, 2/9/19)  del que entresacaré solo unos párrafos, que creo resumen  su ponderada posición y que se inclina por una desaceleración con riesgos:
«Aunque el consumo privado mantiene un buen tono, hay algunas señales de alerta en la creación de empleo, la inversión y las exportaciones que pueden seguir lastrando economía…En definitiva, la economía española, con luces y sombras, está consiguiendo mantenerse en una posición mejor que el resto de los países de la zona euro. Sin embargo, parece que el crecimiento económico se volverá a moderar durante el tercer trimestre por descensos en la inversión de empresas. Esto se debe a la incertidumbre que se está generando en esmerado global»
Una posición similar de desaceleración sin llegar a recesión pero con riesgos es la que sostiene el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres (@RaymondTorres) en su post Puntales económicos para tiempos revueltos, blog.funcas.es, 9/9/19):
«En definitiva, si bien la economía española ha entrado en fase de desaceleración, no parece que vaya a caer en una nueva recesión en los próximos meses. No obstante, el escenario podría empeorar en caso de intensificación de la escalada proteccionista, de entrada de EE UU en la recesión o de desenlace caótico del Brexit. De materializarse estos riesgos, la vía francesa que consiste en aplicar estímulos limitados en el tiempo y orientados a potenciar el tejido productivo parece una opción prometedora.»
Otros diversos análisis apuestan por una desaceleración sin recesión, al menos a corto plazo. La agencia independiente AIReF en su última predicción de septiembre (11/9/19) con un modelo de alta frecuencia, sigue apostando por una tasa trimestral mantenida del orden del 0,5%, que supone una suave desaceleración. El último informe de la OCDE (9/9/19) constata los síntomas de debilitamiento de la economía española con las dificultades de un gobierno interino, un ya prolongado periodo de inestabilidad política y un entorno internacional de creciente incertidumbre.
Hay un acuerdo de muchos analistas en una progresiva desaceleración (más o menos suave) pero no ven razones de peso para una recesión cercana en el tiempo.  Con una visión más prospectiva, el catedrático de Economía, Adolfo Castilla (@acastillaga), en diversos post sobre Desaceleración a largo plazo de la economía mundial, 7/9/19, resume su posición, ya referida a España, en unos puntos de los que entresaco los siguientes:
1.– La desaceleración económica es una realidad que parece venírsenos encima sin remisión
2.- Nada parece detener esa tendencia de bajo crecimiento hacia la que vamos. Sobre todo, porque no hay margen de maniobra para las políticas fiscales y monetarias tradicionales. Además de la inmovilidad actual de los políticos y la ingobernabilidad en la que estamos entrando en muchos países.
3.– Unos países sufrirán más que otros en ese estancamiento secular al que nos dirigimos. España, con elevado desempleo, alta desigualdad, problemas con la seguridad social y las pensiones, notable deuda pública y un déficit nacional que no se acaba de controlar, es candidata a vivir malos tiempos.Sobre todo, si a lo anterior se unen los flujos migratorios, el cambio climático y otros problemas globales como la crisis del comercio internacional, los brexits e independentismos, por un lado, y las bien conocidas deficiencias en educación, innovación tecnológica, capital y cultura de emprendimiento de nuestro país.
4.- El país tiene un importante retraso en la revolución digital, sobre todo en cuanto a crear negocios en este terreno y moverse adecuadamente en la economía de las plataformas, la movilidad, las redes en Internet, la nube, etc…
5.- Mantenemos desde hace tiempo desajustes estructurales de gran importancia que mostrarán su cara más negativa en una situación de bajo crecimiento como la que se pronostica.
Voy ahora a referirme a algunos expertos que se refieren explícitamente a una próxima recesión. Empezaré con el post de Lola Gadea, Catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, que en su post ¿Va a entrar España en recesión,  @eldiarioes,8/9/19, avisa del problema:
«En los últimos meses se está generando un clima de cierto pesimismo sobre el futuro de la situación económica con diagnósticos que se mueven desde la moderación del crecimiento, la desaceleración o, en el caso de los pronósticos más negativos, el inicio de una nueva recesión. El debilitamiento de la demanda a nivel mundial, acrecentada por las tensiones comerciales entre USA y China constituyen una de las principales amenazas exteriores para la economía española. Todos los indicadores de riesgo geo-político coinciden en señalar el aumento y persistencia de la incertidumbre y diversos análisis avalan el coste en términos de crecimiento que un aumento del proteccionismo tendría nivel mundial. Geográficamente más cerca de nosotros la cada vez más probable realización de un Brexit sin acuerdo y el poco dinamismo mostrado recientemente por la zona euro, sobre todo por el motor germano, nos afectan de modo especial.»
Gadea parte de que la coyuntura no marca un peligro inminente de recesión, pero reconoce que los riesgos a un plazo indefinido no son despreciables:
«La cuestión por tanto no es si España ha iniciado una fase de moderación del crecimiento, una desaceleración o se avecina una recesión. La pregunta pertinente es en qué condiciones estamos para afrontar un nuevo ciclo recesivo y con qué herramientas se cuenta para hacerle frente. Es aquí cuando políticos e instituciones deben reflexionar con visión de futuro sobre el papel que tienen que jugar.»
En esta misma linea reflexiona Moisés Martín (@jmoisesmartin), profesor de economía y emprendimiento digital @ucjcom y compañero en los 100 de @cotec_innova. En su post ¿Qué hacer en caso de recesión?, 9/9/19, avisa de amenazas y riesgos que pueden llevar a España a la recesión antes de lo que se esperaba
«Pese a que las previsiones económicas globales no son tan pesimistas, las amenazas de una nueva recesión internacional se acrecientan a medida que se van ofreciendo indicadores económicos. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que lleva ya dos años larvada, está afectando a la capacidad de Alemania de exportar hacia uno de sus grandes mercados, llevando a su economía a un crecimiento negativo por segunda vez en cuatro trimestres. Esta debilidad arrastra al conjunto de la Eurozona y también a España, que cumple las previsiones pero que amenaza con empeorarlas de cara a los años 2020 y 2021.
Los malos indicadores tienden a asustar a los inversores, que actúan con fuerte aversión al riesgo y se refugian en valores seguros, haciendo caer las bolsas y amplificando los efectos económicos del miedo, como tan bien describieron Shiller y Akerloff en “Animal Spirits”.
Todavía no es oficial, pero casi todo el mundo lo tiene como un escenario más que probable: España puede enfrentarse a una nueva recesión antes de lo que se esperaba. Este escenario no es un destino inexorable: el ciclo económico de la eurozona no está totalmente acoplado y lo que hoy puede parecer una recesión casi segura puede terminar pasando por una desaceleración temporal. En cualquier caso, conviene preguntarse sobre el grado de uso de las herramientas que tenemos en la actualidad para hacer frente a una posible recesión.»
Por último voy  a referirme al post de Santiago Carbó, @scarboval, profesor de Economía y Finanzas, sobre ¿Qué será diferente en la próxima recesión?, El País,13/8/19:
«Se lleva mucho tiempo hablando de la próxima recesión a las dos orillas del Atlántico. Lo que siempre ha sido un momento duro pero asumido cíclicamente se observa ahora con un temor demasiado inquietante. La última crisis ha dejado una huella tan profunda, que parece que una interrupción de la recuperación económica traería demasiados recuerdos. Traducido en lenguaje económico: un paso atrás en la recuperación de capital social, más desconfianza en las instituciones y desánimo para las generaciones más tocadas por la gran debacle de hace una década. Parece incluso que los bancos centrales, lejos de asumir con todas sus consecuencias el inevitable comportamiento cíclico de la economía, siguen en primera línea del frente dándolo todo para que el reloj no se pare. Con suerte, hará falta otro período de recuperación posterior a la corrección que ahora se espera, para completar el necesario desenganche del chorro de facilidades monetarias y de la liquidez inmensa. Si no funcionan como se esperan las medidas monetarias, lo único que se logrará es postergar esa recesión o desaceleración intensa.»
Por mi parte comparto que existe un riesgo de recesión, aunque aún nadie ha visto aún al fantasma, y me preocupa la escasez de munición en las circunstancias actuales, internas y externas. Como ha dicho, en términos políticos, Felipe González «la sociedad no soportaría otra recesión». Pero no parece el personal competente muy dispuesto, ni con muchas ideas, sobre qué hacer. Suscribo plenamente las palabras de Juan Jimeno (@jfjimenoserrano) :«Se dice que la incertidumbre es la principal rémora al crecimiento económico en la actualidad. Digo yo que debe importar mucho más la certidumbre de que el futuro traerá cambios demográficos y tecnológicos que plantean retos económicos y sociales que están siendo ignorados.»(9/9/19).
Abrazos,
PD1: Sin respeto, sin confianza y sin comunicación no funciona una relación entre dos personas. Así que si alguna de las tres falla, pon remedio, macho!!!