17 diciembre 2012

17 diciembre 2012 - la bolsa de China subirá

Todo el mundo anda diciendo eso para los próximos meses y años. A ver si es verdad y nos llega una subida buena…

What comes down should go up

By Anthony Bolton (Fidelity)

I am increasingly confident that we are near a turning point for the Chinese equity market. I believe shares will begin to respond to further stimulus in the second half of 2012, supported by historically attractive valuations. Above all, I continue to believe that my focus on the growth in domestic consumption is the right investment strategy.

Investors have become increasingly sceptical about the investment case for China, with many global funds having a historically low exposure to the country. Industry-wide fund flows have been negative, both internationally but also domestically within China, and people are clearly not positioned for markets to go up. In my experience, that is precisely when they do.

There are things to worry about, of course, but also good reasons to be positive. Economic growth is slowing but I still expect it to be between 7 and 7.5% this year. I expect more incremental stimulus in the months ahead against a backdrop of falling inflation. With a transfer of political power later this year, changes will be slow and measured but there is plenty of room to stimulate the economy further.

Other positives for me are signs that loan growth is picking up - both money and credit growth are rebounding. Retail sales continue to grow at a healthy mid-teens percentage rate, a trend bolstered by China’s relatively low levels of debt. The growth of trade with other Asian countries means China’s economy is starting to decouple from the West and, in time, this will lead to a decoupling of investment markets too.

The valuation case for China is as good as I have seen it. Whether you look at the price of shares compared with earnings or asset values, they are at historical lows and cheap by comparison with other markets as well. If history is any guide, the returns from today’s relatively undemanding valuations should be rewarding.

I have been asked recently if my strategy has changed as a consequence of my experience in China. I am not complacent but I do not see the need to change my approach. The basics of investing in China are similar to what I was used to in the West although markets are more volatile and investors have a shorter-term view. I believe that provides me with opportunities to focus on the long-term and to take advantage of depressed prices.

I continue to believe that the shift from an investment and export led economy to one focused on domestic consumption is the most important investment theme in China and I am positioned to benefit from it with a bias towards companies in retail, food and beverages, travel, IT, healthcare and finance.

The flip side of the rebalancing of the Chinese economy is that low-value exports are unattractive. The days when China could sell cheap T-shirts to America are over. I am also not attracted by many commodities because I do not expect to see a repeat of the massive infrastructure investment of four years ago.

I continue to see the best opportunities among smaller and medium-sized companies, although this has been unhelpful to me over the past year or so. One reason I prefer these smaller companies is that they are generally run and owned by private entrepreneurs. I think life will become more difficult for larger, state-controlled companies under the new administration. The ability to increase my market exposure through borrowings has also detracted from performance this year but this gearing will magnify gains when the market rises again.

Overall, I remain positive on the investment outlook in China and I believe that money will begin flowing to emerging markets once it is clear that the growth of the Chinese economy has stabilised. The expansion of China’s middle class is a long-term theme while the short-term attractions of the Chinese market are underpinned by compelling valuations and renewed economic stimulus

Un abrazo,

PD1: Envejecemos... y esto será malo, muy malo…

Las economías del mundo se hacen mayores

A medida que crecemos y envejecemos, nuestras necesidades y hábitos cambian a menudo. Lo mismo es válido para las economías, que crecen y cambian junto con su gente. Las estadísticas de corto plazo que afectan el índice de crecimiento económico de un país, tales como el gasto del consumidor, las exportaciones y demás son ciertamente importantes, pero también existen las transformaciones a largo plazo que pueden tener significantes implicaciones económicas para el futuro. Los cambios demográficos son un ejemplo de ello. Como inversionista a largo plazo, no sólo debo fijarme en las oportunidades actuales, sino que también anticiparme a los acontecimientos de mañana.

En muchas partes del mundo la cantidad de jubilados y pensionistas aumenta a medida que los índices de longevidad mejoran y la población en edad de trabajar disminuye. En los EE.UU. y Europa, una enorme cantidad de personas pertenecientes a la generación del “baby boom” de la posguerra está alcanzando la edad de jubilarse. Esta generación representa cerca de un tercio de la población estadounidense y cada día unos 10.000 de estos individuos cumplen 65 años de edad.1 Esto significa que en el futuro una carga mayor podría recaer en una menor cantidad de trabajadores más jóvenes. Del mismo modo, en la Unión Europea existen actualmente cuatro trabajadores (entre 15 y 64 años) por cada persona mayor de 65 años que no trabaja. La oficina de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, pronostica que para el 2060 esa proporción disminuirá a 2:1.2

Las naciones con poblaciones más maduras normalmente requieren de más servicios sociales, incluyendo la asistencia médica. Los patrones de gastos del consumidor también podrían cambiar para reflejar las necesidades particulares de este grupo. La suma demográfica de menos trabajadores más una población que envejece puede conducir a una resistencia al avance del crecimiento económico, pero algunas economías están de hecho enfrentando la dinámica contraria. Mientras que algunas naciones se esfuerzan por satisfacer a poblaciones mayores, otras justamente hacen frente a un incremento de trabajadores más jóvenes, lo que posiblemente podría conducir a interesantes transformaciones globales a largo plazo en el crecimiento y el desarrollo económico.

Las naciones BRIC también envejecen

Una de las razones por las que me entusiasman los mercados emergentes es porque en comparación a los mercados más desarrollados tienen poblaciones generalmente más jóvenes y mayores índices de crecimiento. No obstante, no todos los mercados emergentes son inmunes a la tendencia de envejecimiento de la población. Según proyecciones de las Naciones Unidas se espera que en Brasil, Rusia, India y China (economías emergentes, conocidas como las naciones BRIC) la cantidad de personas de 65 años o mayores aumente en un 46%, a 295 millones para el año 2020, y a 412 millones para el año 2030, mientras que se espera que disminuya el grupo de personas entre 15 y 24 años. 2

Ciertas tendencias en la fertilidad y la mortalidad son los principales impulsores de los modelos demográficos. En China, la política oficial de un niño por familia, creada en 1979, ha venido afectando a la población activa con implicaciones interesantes. La ONU ha pronosticado que, para el 2015, la cantidad de individuos de 65 años y mayores aumentará en un 78%, a 195 millones en China.3 Debido a que su población envejece, el desafío del pasado de China de una sobreabundancia de trabajadores podría convertirse en un problema distinto: una escasez de trabajadores.

Al su vez, la estructura de la familia en China también está cambiando. En la actualidad, las familias pueden estar conformadas por varias generaciones bajo un mismo techo: parejas casadas con “dos sueldos y sin niños” (dual incomes and no kids, DINK) o, lo que va en aumento, solteros que viven solos. Un ejemplo de lo que esta transformación puede significar para el paisaje económico es el hecho de que un aumento de la población soltera y los llamados DINK crea una mayor demanda de viviendas y generalmente requiere de una mayor asistencia privada o gubernamental que quienes viven en familia. Desde mi perspectiva de largo plazo, esto significa que deberíamos examinar posibles oportunidades en sectores que incluyan asistencia médica, vivienda y que puedan apoyar y beneficiarse de esta dinámica.

Ahorrando e invirtiendo para el futuro

Sabemos que en estos momentos, muchos países emergentes tienen niveles de deudas más bajos y niveles de ahorros más elevados que muchos países desarrollados. En las naciones emergentes hay mucha gente que no tiene mayor participación en esquemas de pensiones formalizados o planes de jubilación, y puede que hayan menos redes de seguridad social, razones por las cuales el índice de ahorros personales podría ser mayor allí que en los países desarrollados. Los índices de ahorros familiares en China e India, por ejemplo, son aproximadamente cinco a ocho veces más altos que en los EE.UU.4

Desde un punto de vista económico esto tiene sus pros y sus contras. Cuando los índices de ahorros personales son altos, eso puede significar que hay menos gastos del consumidor. Sin embargo, esos ahorros mantenidos en los bancos pueden servir de préstamos para inversiones de capital en fábricas, maquinaria e infraestructura. Del mismo modo, los balances en este tipo de situaciones son a menudo más sólidos con menos apalancamiento a nivel de consumidor y a nivel nacional. A medida que las poblaciones envejecen, los gobiernos se enfrentan al desafío de cómo distribuir limitadas reservas públicas a quienes no cuentan con los ahorros adecuados, a la vez que debe percibir dinero de una menor cantidad de trabajadores para financiar la base fiscal.

Los mercados emergentes tienen generalmente un promedio de edades menor que la mayoría de las naciones, y si bien es cierto que este no es el único factor a considerar, pienso que es algo que hay que tener en mente cuando se buscan oportunidades de inversiones globales. En la actualidad, India es el país de las naciones BRIC que tiene la población más joven con un promedio de 26,2 años.5 Esta es una de las razones por las que creo que India cuenta con un buen potencial de crecimiento a largo plazo. Su clase obrera joven y en aumento podría ayudar a impulsar la economía con un mayor excedente que gastar mientras el nivel de vida siga creciendo.

Comparemos eso con Alemania, por ejemplo, que tiene un promedio de edades de 44,9 años.6 La oficina de estadísticas de la Unión Europea predice que el promedio de edades de Europa podría elevarse a 47,6 años para el 2060, y las personas de 65 años o mayores representarán un 29,5% de la población, de un 17,4% en el año 2010. Al mismo tiempo, la longevidad va en aumento y se espera que la cantidad de personas de 80 y mayores se triplique (para el mismo periodo).7

Mercados fronterizos = Generalmente poblaciones jóvenes

Desde el punto de vista de inversiones, los mercados fronterizos, que son una subcategoría de los mercados emergentes, me parecen aún más interesantes si se toma en consideración factores demográficos. Creo que las jóvenes poblaciones y los sólidos índices de crecimiento de muchos mercados fronterizos—generalmente más elevados que los de los mercados emergentes o desarrollados—contribuyen a su atractivo para las inversiones. África, en particular, presume de algunos de los índices de crecimiento más rápidos del mundo y de algunas de las poblaciones más jóvenes, razones por las cuales he estado muy entusiasmado con el continente. He sido testigo directo del potencial que allí existe.

Pienso que para los responsables de las políticas en las economías desarrolladas, emergentes y fronterizas será primordial estimular la productividad frente a estas tendencias, incluyendo los esfuerzos por ampliar el grupo de trabajo altamente calificado. A mi juicio, y como hemos visto evidenciado recientemente en el mundo desarrollado, el sobrendeudamiento a nivel económico o individual no ha sido el camino hacia una prosperidad a largo plazo. Parece ser que en muchos países ya ya no se puede contar con algunas de las fuertes redes de contención social de antaño, por lo que los individuos tendrán que tomar una mayor responsabilidad fiscal para su propia planificación de jubilación. (Por cierto, nunca es tarde para empezar).

1. Fuente: ©Pew Research Center, Social and Demographic Trends Project. “Baby Boomers Reach 65 – Glumly”, diciembre de 2010. Pewresearch.org/pubs/1834/baby-boomers-old-age-downbeat-pessimism.

2. Fuente: European Statistical Office, Eurobaromoter, “Active Aging”,  enero de 2012,

3. Barry Mirkin and Mary Beth Weinberger, Population Division, United Nations Secretariat, “The Demography of Population Aging”, 1998.

4. Fuentes: OCED Library,” Household Savings Rates – Forecasts, 2006 a 2013; © 2009 Fondo Monetario Internacional,  todos los derechos reservados.

5. Fuente: Libro de datos mundiales de la CIA, junio de 2012.

6. Fuente: Libro de datos mundiales de la CIA, junio de 2012.

7. Fuente: Eurostat. “Population Structure and Aging”, octubre de 2011.

PD2: Según este buen hombre, fijo que petamos, explotará la burbuja de deuda… Acabará España por reconocer que no puede pagar todo lo que se ha apalancado, el país, los bancos…

Nadie puede prestar a medio y largo con un dinero que ha obtenido a corto, aunque es exactamente lo mismo que ocurrió con el ladrillo. Cuando estalle la burbuja de deuda –y estallará, porque España ya no puede devolverla–, al Banco Central Europeo le dará lo mismo que los bancos no puedan devolver los 350.000 millones de euros que deben. Quien responde es España, que no lo podrá pagar. La quita será imprescindible y afectará directamente a la banca, que esta vez ya no podrá ser rescatada porque no habrá con qué. Entonces, ni el Estado ni ellos podrán garantizar los depósitos de los ahorradores, que al igual que ha sucedido con bonistas, accionistas y tenedores de preferentes, a los que advertí reiteradamente en vano, van a perder hasta la camisa.

PD3: Te lo recomiendo que te lo leas de principio a fin: Daniel Lacalle sigue acertando en su pronóstico. Es demoledor. Lo decimos muchos, pero hay oídos sordos que no se quieren enterar. Si sabemos las recetas para salir de ésta, lo que hay que hacer para salir de la crisis, pero ¿por qué no se quieren hacer? ¡Venga hombre…, espabilen!

PD4: miedo a morirse...

La gente tiene un miedo atroz a la muerte. Este miedo es directamente proporcional a la falta de fe o de una formación cristiana. El “más allá” es algo indefinido para un no católico. Sin embargo, para los que tenemos fe, es el juicio de Dios, la resurrección de la carne, es el cielo, y también es el infierno. El cielo es real; y el infierno, desgraciadamente, también. El cielo es vivir con Dios, es amar y sentirse amado. Los hombres no pueden vivir sólo de las pequeñas esperanzas terrenas, pues necesitan la esperanza que viene sólo de Dios. El cielo es la felicidad total. El infierno es el final, el no al amor, el mayor de los suplicios ya que previsiblemente es cuando nos demos cuenta de la existencia del cielo… Y se puede vivir en el cielo ya en la tierra y se puede desear el amor de Dios en nuestra muerte, el ir a conocerle… Para los creyentes la muerte es un paso adelante. Para los no creyentes, la muerte es el final.