No debía andar tan fino el Banco de Santander para que amplíe tan agresivamente como lo ha hecho… Y es más de lo mismo… Ha doblado el número de acciones desde 2007!!!
El número de acciones estaba representado por 6.254 millones de acciones a finales de 2007. Tras la emisión de otros 1.254 millones de títulos la semana pasada, hoy la base de capital se compone de 12.595 millones de acciones. Si se toma como referencia la cotización actual, la emisión de estos 6.341 millones de títulos nuevos asciende a casi 40.000 millones de euros, algo más de la mitad de la capitalización bursátil del Santander a día de hoy, es decir, todas esas ampliaciones de capital hechas desde 2007 (script dividend (la mayor de las getas, te pago un dividendo en acciones) y las que enumero abajo) han mermado, diluido el capital del banco, ya que hay el doble de acciones en circulación, a las que hay que remunerar con un dividendo que baja…, no es para menos.
Las dos anteriores ampliaciones durante este periodo fueron la de diciembre de 2008, colocación mediante la que el banco puso en mercado 1.598,8 millones de títulos nuevos, a 4,5 euros, por un importe total de 7.194 millones. Y la realizada con motivo del canje de los bonos convertibles –Valores Santander– vendidos a sus propios clientes en 2007 por 7.000 millones.
No ha tenido más castañas que reducir un 66% el pago del dividendo, que pasará de los 0,60 euros que su padre prometía todos los años a los ahorradores particulares a apenas 0,20 euros. Y ello pese al aumento del beneficio, que en 2014, según la cifra adelantada por el propio banco con objeto de la ampliación de capital, crecerá un 30%, hasta los 5.800 millones. En cualquier caso, estos beneficios son un 36% inferior a los 9.060 millones que el grupo se apuntó en pleno boom de la economía.
Fiasco en bolsa que recoge con muy fuertes caídas estas decisiones y que pone en el punto de mira otras entidades, ¿BBVA hará lo mismo?
Mira el gráfico horrible que presenta:
Pero lo demencial es que este mismo viernes algún analista se preguntaba si no sería bueno comprar a estos bajos precios de menos de 6 euros. Y se respondía diciendo que aún así, con un PER de 13 veces beneficios, no andaba tan a precio todavía…
Es un problema general del sector bancario. Con unos tipos de interés en casi cero, la aportación del mercado de bonos nula, el famoso carry trade de bonos públicos no les va a dar beneficios y si disgustos, con un margen bancario en mínimos, la gente ya no traga con depósitos al 0,6% y prefiere otros activos, con problemas de su expansión internacional, ay Brasil… Hacer banca nunca ha sido fácil, y este 2015 va a ser muy complicadito… Engordar el balance con el dinero de los clientes y las adquisiciones de la época dorada era otra cosa, pero ahora lo que compre cada banco ha sido mirado por la competencia de otras entidades y muchas decisiones no son el precio y sí otros intereses contables.
Ese afán por crecer y ser cuanto más grande mejor no ha sido una excelente política. No por ser muy grande estás a salvo… Las decisiones de inversión, como la del BBVA en comprar el tercer banco turco permíteme que exprese mis muchas dudas. ¿Invertirías tu en Turquía jugándote todas las judías en un único activo, un banco sujeto a la mora de ese país tan pobre, a los vaivenes de un gobierno como el turco, de mayoría musulmana extrema, donde ni siquiera Alemania quiere saber nada de ellos… Yo no, pero el sector bancario lo hace.
Al alimón con el BBVA: ¿Bajará el dividendo el BBVA, ampliará el capital también?
Y por supuesto que no ha sido una decisión estratégica la de ampliar capital para invertir en algún sitio interesante. Ha sido para cumplir y la consecuencia es que toca, por narices, reducir el dividendo. Les ha pasado como al Reino de España, funcionamos al dictado de Bruselas y Berlín…, ellos mandan y nosotros, sin decirlo, obedecemos cumplidamente, ya que las consecuencias de derrumbe de cotización se sabían y son lógicas.
Abrazos,
PD1: La crisis ha dejado muchas heridas…
Uno de los sectores que más pérdidas ha sufrido en esta crisis es el sector bancario. La razón más simple, aunque no la única, es que cuando las empresas no han podido pagar los créditos, todos los impagos y deterioros han acabado en los balances de los bancos que habían concedido los créditos. Cuando esto ocurre, es decir cuando un banco, o bien no recupera un crédito, o bien se le entrega un activo que vale menos, experimenta una pérdida. Si el banco, aún así tiene beneficios, debido a esas pérdidas, pagará menos impuesto de sociedades.
Si esa pérdida todavía no se puede deducir en el impuesto de sociedades, o bien el banco, simplemente tiene pérdidas fiscales en total, el banco puede anotar un 30% de la pérdida como crédito como crédito por activo fiscal diferido- Deferred Tax Asset (DTA) en jerga. El importe total de estos créditos para todos los bancos y cajas de 51.000 millones de euros según el FMI (disponible aquí, página 26) . Esto significaba que el sistema bancario, si tiene beneficios en el futuro, dejará de pagar por los mismos hasta 51.000 millones de euros. Como el tipo vigente era del 30%, las pérdidas extraordinarias en las que habría incurrido el sistema financiero serían, como mínimo de unos 170.000 millones de euros, cerca de un 17% del PIB.
Esta cifra monstruosa tiene múltiples implicaciones. Por ejemplo, en varios bancos constituye la mayor parte del capital regulatorio, que es la cifra por la que se juzga la solvencia de las entidades financieras, por ejemplo en los famosos test de stress. Sin embargo, si una entidad entra en liquidación, al acreedor no le serviría para nada cobrar en un derecho, a que una entidad que se liquida, pague menos impuestos sobre beneficios, que, evidentemente no tendrá. Por esa razón, el Estado ha garantizado la mayor parte de esos activos por créditos fiscales diferidos. Esto quiere decir que si una entidad financiera hay que liquidarla, la mayor parte del crédito por activo fiscal diferido de una entidad se transformará en una devolución fiscal: en que el Estado pagará el crédito. Si la entidad financiera tiene pérdidas contables, ese pago sería parcial.
De forma simétrica, con la normativa vigente, los primeros 170.000 millones de euros que a lo largo de los años ganen los bancos no pagarán impuesto de sociedades. La razón es que la mayor parte de estos DTAS no sólo están garantizados por el Estado, sino que además eran deducibles sin límite alguno desde el RDL 14/2013.
Esto ha generado diversos problemas en la reforma fiscal. El primero de ellos es que no se ha podido reducir el tipo del impuesto de sociedades a los bancos, que sigue en el 30%. Como ya advertía en mi libro “¿Hacienda somos todos?” , una parte importante de la solvencia de los bancos era el resultado de multiplicar estas pérdidas por el tipo vigente del impuesto de sociedades. Visto de otra forma, si hemos recogido en un balance el “derecho a pagar menos impuestos en el futuro”, si el tipo vigente disminuye habrá un menor ahorro fiscal futuro y el activo fiscal valdrá menos, deteriorando la solvencia de la entidad financiera.
Hay otra implicación importante: la banca en su conjunto va a tardar muchos años, si es que alguna vez lo hace, en ganar en España, 170.000 millones de euros. Esto va a lastrar durante mucho tiempo la recaudación del impuesto de sociedades. Para evitarlo, la nueva ley del impuesto de sociedades ha impuesto una limitación a la compensación de los créditos por activos fiscales diferidos, con efectos 1 de enero de 2014.
Esto significará que los bancos que tengan beneficios a efectos fiscales en 2104 y 2015 tendrán que pagar el impuesto de sociedades de forma efectiva, ya que no podrán compensarlo como hasta ahora con créditos por activos fiscales diferidos. De hecho, en 2015 los bancos ingresarán la cuota del impuesto de sociedades de los bancos correspondiente a 2014, y además los pagos fraccionados correspondientes a 2015.
Probablemente, este complejo y oscuro juego de las disposición transitoria 34ª y la Disposición Final 6ª de la ley del impuesto de sociedades, es lo que justifica la previsión de un incremento del 25% en la recaudación total del impuesto para el año que viene. Aún así, creo que la previsión me sigue pareciendo excesivamente optimista: no creo que las entidades financieras ganen tanto dinero en España y en consecuencia ingresen tanto impuesto de sociedades. Evidentemente, esta recaudación adicional está alargando el aval del Estado y disminuyendo la recaudación de las próximas décadas. Aún así, en mi opinión, es la mejor opción.
Es muy conveniente ser conscientes de la realidad: una economía necesita un sistema financiero. Las antiguas cajas, fundamentalmente, pero también los bancos han experimentado enormes pérdidas durante la crisis. Las gravísimas heridas necesitarán mucho tiempo para cicatrizar. Este imprescindible salvamento está lastrando el crédito que necesita la economía para funcionar, y de rebote, como hemos visto, la recaudación fiscal. Sin embargo, la alternativa de tener un sistema financiero quebrado, y sus consecuencias de fuga de capitales y pánico financiero son muchísimo peores. Aún así, la sociedad no lo aceptará si no se depuran las evidentes responsabilidades no sólo por mala gestión, sino también por corrupción. Es la otra medicina que necesitamos para sanar estas profundas heridas, financieras y también morales que nos deja esta crisis
PD2: Seguimos con un gran agujero en las cuentas de los bancos que no se atreven a limpiar. ¿No será este el motivo del Santander para ampliar capital? ¿Y el resto de los bancos a qué espera?
Y el crédito nuevo ni está, ni se le espera: Tenemos todo hecho, hay sobrecapacidad en todos los sectores, nadie quiere invertir en España, ni los guiris, ni los españoles… Hemos dejado de ser un país en expansión y ahora somos un país que sigue tapando sus agujeros…
Además, la banca debe seguir comprando esos ricos bonos que les vende el Tesoro Público: los vencimientos más 55.000 millones más que coloca este año del déficit público español de 2015… ¿Volverán a ser exitosas todas las colocaciones como en el pasado? ¿Volverá la tensión al mercado de bonos español?
PD3: ¿No teníamos que tener la hora de Londres?
PD3: Somos muy infelices, a pesar de haber alcanzado cotas tan altas cotas de bienestar. Dinero, salud, prestigio social, tranquilidad, seguridad, éxito profesional, placer, bienestar: creemos que en esas cosas debe consistir la felicidad. Vivimos intoxicados de comodidad. La infelicidad viene causada por el acostumbramiento (cuantas más cosas tenemos, menos nos satisfacen) y el descontento que nos produce la comparación con los demás. Estamos continuamente insatisfechos, mirándonos el ombligo… Se nos ha olvidado amar.