Este año creceremos un 2%. Lo  dice hasta el FMI que siempre suele fallar. Lo dice el Gobierno que sabe mucho  de nuestras tripas… Nos ha tocado la lotería con el precio del petróleo. Pero  crecer un 2% o un 1% no nos saca de la crisis de deuda que sufrimos. Hay que  pagar deudas, las muchas deudas para salir de la crisis. Y si volvemos a crecer  con consumo y a crédito, lo haremos mal de nuevo, como antes…
Desde el mensaje machacón de que  crecemos mucho, ves ciertas cifras y son tan incipientes que asombra el énfasis  que se les da:
Se habla mucho estos días de las  ventas de coches… Han subido pero andan lejos de los altos alcanzados. 
Y los datos recientes gracias al  plan PIVE, que si no otro gallo cantaría… Política de subvención pública, lo  que siempre nos ha gustado y no podemos quitarnos de la cabeza…
Mira los datos comparativos de  matriculaciones en Europa:
Encuadra este gráfico la  diferenciación entre los países ricos y los pobres, los que se están  recuperando de la crisis, y los que siguen sufriendo las graves consecuencias  de la misma…
Además, es un problema de  antigüedad de los vehículos. Si no fuera porque están tan viejos, la gente  tardaría en cambiar de coche… Pero es que el 50% de los coches españoles tienen  más de 10 años:
Para más detalle:
Y sin embargo, si miramos los  datos de consumo de gasolina, las cosas no andan tan boyantes. Hasta noviembre,  cuando no había habido una bajada clara de los precios fruto del desplome del  crudo, los datos eran:
Consumo gasolina (en  ene-nov de cada año):
2014: 4.222,5 Tm
2013: 4.267,9
2012: 4.517,7
2011: 4.858,3
2010: 5.203,2
2009: 5.515,4
Abrazos,
PD1: Cada vez se compra más por  Internet. Es muy cómodo, hay de todo y a muy buen precio. Amazon liderará las  ventas en España ya que muchos se han acostumbrado a hacer las compras  navideñas ahí. Y eso que sabemos que no paga impuestos ni en España ni en toda  la UE (está radicada en Luxemburgo con el pacto de no tributar apenas…) Eso sí,  cada vez que compras por Internet algo, es como si lo estuvieras importando de  fuera y no le quedara a España nada, salvo a las empresas de mensajería que  también son extranjeras… Cada vez que haces un click y cierras una compra, un  regalo, se muere un hada… y cierra una tienda en España. Lo siento de veras,  pero es imposible de competir, es imposible de que las tiendas locales sean tan  ágiles y eficientes…
Los gigantes del comercio venden 16.000 millones online
La apuesta por Internet de  grupos como El Corte Inglés, Inditex y Mango, el fuerte crecimiento de Amazon y  el repunte del consumo permiten que el comercio electrónico en España crezca un  24%.
La  apuesta decidida por Internet de los grandes actores del sector de la distribución,  el tirón de gigantes mundiales como Amazon y el repunte del consumo han  impulsado definitivamente el comercio electrónico en España, que ha cerrado la  última campaña de Navidad con cifras récord de ventas.
Según  los datos preliminares de Adigital, la patronal del sector, las ventas online  durante el período navideño se han disparado un 20% hasta alcanzar un volumen  de negocio en el entorno de los 2.500 millones de euros. En el cuarto  trimestre, la cifra total se sitúa en unos 4.200 millones.
Tras la  buena recta final del ejercicio, el comercio electrónico ha cerrado un año  calificado por sus principales actores de «extraordinario», en el que se ha  registrado un volumen de negocio de unos 16.000 millones de euros, un 24% más.  En 2013, el incremento fue del 15%, según datos de la patronal.
El  crecimiento del pasado año no sólo se explica por el aumento del número de  compradores online y una mayor ciberoferta. «Además, hemos notado los efectos  de un repunte del consumo en España», explica José Luis Zimmerman, director  general de Adigital. La patronal estima que este año se reeditarán crecimientos  por encima del 20% debido a la esperada mejora del consumo. En tres años, el  volumen de negocio del comercio electrónico ha crecido en España un 57%, a pesar  de la crisis económica. A este impulso han contribuido tanto el desembarco de  gigantes como Amazon, que ha obligado a los actores nacionales a mejorar su  oferta y procesos logísticos, como la apuesta decidida de grandes grupos del  comercio como El Corte Inglés o Inditex, para quienes el comercio electrónico  se ha convertido en un motor de negocio.
Así,  Inditex, que el año pasado fichó a María Fanjul para dirigir el negocio online,  logró una facturación mundial de 553 millones de euros, un 42% más, a través de  sus filiales dedicadas a la venta por Internet en el ejercicio concluido en  enero de 2014. Según los analistas, este canal puede superar los 1.000 millones  de euros de ingresos en un plazo de dos a tres años. La compañía no ofrece  datos de venta online por filiales.
Por su  parte, en Mango aseguran que este año esperan que su negocio online crezca más  de un 50% tanto en España como a nivel mundial.
Campaña de Navidad
Las  últimas Navidades han constatado el buen momento del comercio electrónico en  España. «La valoración es muy positiva, la campaña ha funcionado muy bien»,  aseguran fuentes de El Corte Inglés, cuya facturación en Internet creció un 60%  durante la Navidad.
En esta  línea, Amazon afirma que han sido «las mejores Navidades del grupo», en palabras  de François Nuyts, director general de la compañía en España. Amazon no ofrece  cifras de venta, pero da algunas pistas: en dos de las fechas clave de la  campaña (el Black Friday y el 16 de diciembre, el día de más actividad en esta  web), logró más que duplicar las cifras de 2013. Además, pymes españolas que  venden a través de los distintos marketplaces de Amazon han incrementado sus  ventas estas Navidades más de un 120%.
En  Vente-Privee, otro actor online puro, indican que las ventas han crecido un 27%  durante la pasada campaña de Navidad. Fernando Maudo, director general de la  compañía , asegura que los españoles no sólo «han perdido el miedo» a comprar  online, sino que además se han dado cuenta de las «ventajas» que aporta por  «comodidad, flexibilidad horaria, variedad de la oferta y precio».
Por su  parte, en Mango las ventas online se han disparado un 70% en diciembre.
Logística
Esta  actividad online ha tenido su reflejo en el sector logístico, una pieza clave  del comercio electrónico. En Seur aseguran que durante la campaña (contabilizan  desde el 15 de noviembre al 18 de enero, incluyendo así las rebajas) moverán  más de 15 millones de paquetes, un 20% más, debido básicamente al impulso del  comercio electrónico.
La  campaña de Navidad arrancó con fuerza a finales de noviembre gracias al Black  Friday y el CyberMonday, dos fechas de reclamo de origen estadounidense que ha  adoptado de manera masiva el sector del comercio español para incentivar las  compras.
En la actualidad,  en España el comercio electrónico supone alrededor de un 3% del volumen de  negocio minorista. En 2013, España era el quinto mayor mercado europeo en  volumen de negocio online, por encima de Italia.
AMAZON. La filial española del gigante estadounidense  de comercio electrónico incrementó su plantilla logística en 440 personas estas  Navidades para hacer frente al pico de la demanda. Durante el Black Friday,  Amazon asegura que duplicó sus ventas. El 16 de diciembre, el día de mayor  actividad, recibió 180.000 pedidos, frente a los 150.000 de un año antes.
INDITEX. Internet es uno de los motores de  crecimiento de la cadena textil española, que el año pasado fichó a María  Fanjul, consejera delegada de Entradas.com, para dirigir su negocio online. En  el ejercicio cerrado en enero de 2014, últimos datos disponibles, las filiales  dedicadas a la venta por Internet sumaron una facturación mundial de 553  millones de euros.
EL CORTE INGLÉS. El grupo ha cerrado una buena campaña de  Navidad, con un crecimiento de la facturación online del 60%. El buen tono de  las ventas se inició durante las promociones del Black Friday y el CyberMonday,  y se ha mantenido durante la Navidad. De hecho, el gigante español de  distribución duplicó sus ventas durante el lunes cibernético.
MANGO. La compañía asegura que las ventas a través  de Internet han crecido un 70% durante la campaña de Navidad. Para este año, la  compañía espera incrementar las ventas online un 50% tanto en España como a  nivel mundial. Según los datos de 2013, el negocio online (124 millones de  euros) supone un 6,7% de la facturación mundial de la cadena textil española.
PD2: Y el sector exterior vuelve  a los números muy rojos…
España vuelve a las andadas: el aumento del consumo se  financia con crédito exterior
El  Superávit exterior se esfuma
Fuente:  Bankia
Volver a empezar. El título de  la vieja –y oscarizada– película de José Luis Garci planea de nuevo sobre la economía  española. El empuje del sector exterior empieza  a dar síntomas de agotamiento. Hasta el extremo de que la capacidad de financiación se ha reducido  hasta el 0,6% del PIB. Lejos del 1% del trimestre anterior y con una clara  tendencia descendente a medida que ha ido tomando impulso la demanda interna.
O expresado de forma  trimestral. La economía nacional registró una capacidad de financiación frente  al resto del mundo de 2.896 millones de euros entre julio y septiembre, lo que  representó un 1,1% del PIB de dicho periodo. Esta cifra fue inferior en 4.036 millones a la estimada para el mismo trimestre  del año anterior (6.932 millones, un 2,7% del PIB).
El sector exterior,  históricamente, es el que ha estrangulado el  crecimiento en España por falta de financiación. Y eso es lo que ocurrió,  precisamente, hasta mediados de 2007, que marca el principio de la recesión. Un dato lo  acredita. La Posición de Inversión Internacional de España –deuda exterior neta– ha roto por  primera vez la barrera del billón de euros (1,003 millones). Esta cifra  equivale al 95,1% del producto interior bruto (PIB), lo que representa 2,5  puntos más que al cierre de 2013 y supone un nuevo máximo histórico.
Fuente: Bankia.
Ese es el dinero que ha pedido  España al exterior para financiar su economía y que debe devolver lo largo de  los años. Lo preocupante es que desde el cuarto trimestre de 2012, y pese al  duro ajuste a que se ha visto sometida la economía con menos crédito en medio  de un proceso de desapalancamiento, el endeudamiento neto (sin contar lo que España ha invertido  en el exterior) ha crecido en algo más de 54.000 millones de euros. Por lo  tanto, lejos de decrecer en coherencia con la intensidad del ajuste, ha seguido  aumentando. La deuda bruta, incluso, supera de nuevo los 1,7 billones de euros.
La causa del abrupto  descenso de la capacidad de financiación de la economía tiene que ver,  fundamentalmente, con el deterioro de  la tasa de ahorro de las familias y, en menor medida, con un pequeño  crecimiento de la tasa de inversión, una dinámica similar a la del  trimestre anterior.
Ahorro y crédito
Es decir, que la  economía vuelve a acelerarse empujada por el consumo financiado con crédito y en menor medida con ahorro. Expresado de  forma más precisa, mientras que la renta de las familias (fundamentalmente  derivada de la remuneración de los asalariados) crece a un ritmo del 0,7%, el  consumo se acelera a una velocidad del 2,6%. Por lo tanto, casi cuatro veces más. La  propensión al consumo tiene fundamentalmente que ver –además de por la  evolución de las rentas– por la confianza en la economía, que incentiva el  gasto familiar aunque no esté avalado por el ahorro interno.
No ocurre lo mismo en el caso  de otros agentes económicos. El sector público fue  el único que mejoró su saldo respecto del trimestre anterior. Por el contrario,  se produjo un serio deterioro de la capacidad de financiación de los hogares, que pasó de  tener un superávit equivalente  a 442 millones a unas necesidades de financiación (déficit) de 3.999 millones.
Como sostiene el  servicio de estudios del BBVA, en los últimos cuatro trimestres la capacidad de  financiación tanto de empresas, instituciones financieras como de hogares se redujo respecto del trimestre anterior,  “siendo más acusado el ajuste experimentado por este último”. Es decir, que las  familias continúan tirando del ahorro para poder consumir debido a que su renta  disponible crece menos de lo que necesitan los hogares. Algo parecido le sucede  a las empresas. Según el INE, la inversión empresarial permanece estancada en  el 13% del PIB, siendo, por tanto, la caída del ahorro el principal responsable  de la contracción del saldo positivo de las empresas, que representa el 1,8%  del PIB.
Somos más vulnerables…
Vulnerabilidad financiera
Para una economía inmersa en una crisis de  deuda externa, la estadística más determinante es la balanza de pagos. Entre  enero y octubre de 2014 hemos vuelto a incurrir en déficit exterior por 5.400  millones frente al superávit de 11.200 millones del mismo periodo de 2013. Ha  bastado una pequeña recuperación del consumo privado para volver al déficit y  aumentar la deuda externa. Y lejos de cambiar el modelo de crecimiento lo  estamos reforzando, concentrando capital y empleo en turismo de todo incluido,  compitiendo con México, Turquía y Egipto. El resultado será empleos y salarios  precarios similares a los de esos países.
Las exportaciones de bienes estuvieron casi  estancadas y registraron en 2014 el peor comportamiento desde la quiebra de  Lehman Brothers en 2008. La depreciación del euro ayudará a paliar esta  situación. Pero el menor crecimiento del comercio mundial, principal causa del  desplome del precio de las materias primas, no permitirá mucho crecimiento vía  exportaciones. Por esta razón es tan importante que la Eurozona apruebe planes  de estímulo fiscal para reactivar el crecimiento interno, especialmente de  Francia nuestro principal cliente de exportaciones. El Plan Juncker es un paso  en la buena dirección pero claramente insuficiente y con graves errores de  diseño.
En España se debería estar trabajando en un  plan de largo que mejore nuestras universidades, nuestra investigación y que  elimine todas las restricciones que impiden que empresas pequeñas se conviertan  en grandes y generen miles de empleos de calidad y con mejores salarios. Pero  después de tres años perdidos la prioridad es concentrar todos los esfuerzos en  la propaganda en año electoral.
Pero lo más preocupante es lo que está  pasando en la balanza financiera. Desde las elecciones europeas en mayo, los  inversores internacionales han reducido su posición en bonos y acciones  españolas por valor de 23.000 millones, el 2% del PIB. Para no perder el  sentido de la magnitud en el verano de 1992 la fuga de capitales fue del 1% del  PIB y el Gobierno tuvo que devaluar tres veces la peseta. La deuda pública  vuelve a ser comprada por bancos españoles, como sucedió en los primeros meses  de 2012. Recordemos que después de aquella euforia llegó el rescate.
La bajada de la prima de riesgo tras la  intervención milagrosa de Draghi hace que para muchos fondos de alto riesgo la  periferia europea no sea rentable y justifica las ventas. La Bolsa española  estaba muy sobrevalorada y también justifica ventas. Pero el dinero huye de  Europa y por eso se deprecia el euro. Esto tiene que ver con el esperado QE del  BCE y el fin del QE de la Fed. Pero también por riesgo político. Syriza lidera  las encuestas en Grecia y Podemos ha subido con fuerza en España y ambos  incluyen en sus programas una reestructuración de deuda.
Financial Times, The Economist, etcétera  vuelven a la paranoia de España es Grecia. Amancio Ortega y su familia podrían  vender sus acciones de Inditex y comprarse con ese dinero todas las empresas  que cotizan en la bolsa griega. Es agotador volver a tener que demostrar que  España no es Grecia. Pero la visita del presidente del Gobierno en Atenas ha  puesto todos los focos de nuevo en España y todo apunta a que la fuga de  capitales lejos de resolverse irá a más
PD3:  ¿Repunta el consumo? Permíteme que lo dude…
Los españoles se lanzan a las compras
El  consumo apuntala una incipiente recuperación amenazada por nubarrones en Europa
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y  el presentador de El intermedio, el Gran  Wyoming, piensan que  2015 será realmente el año del despegue. El primero cree que España ha dejado  atrás la Gran Depresión, y el segundo, que los españoles seguirán buscando un  aeropuerto que los lleve a otro país para encontrar trabajo. Cuando se pregunta  a los economistas sobre si la repentina euforia alentada por el aumento del  consumo se consolidará, ocurre algo parecido. La práctica totalidad de la  decena de consultados están de acuerdo en que el consumo seguirá aumentando.  Otra cosa es quién pagará los platos rotos de una crisis que ha generado más  desigualdad y que no permite que muchas personas gasten más porque han agotado  todos sus recursos.
La renta bruta de los hogares ha estado casi plana en 2014 (según  varias estimaciones, podrá terminar el año creciendo un 0,5%), algo que  contrasta con el alza del consumo privado, que avanzó hasta el tercer trimestre  un 2,6%. Esto significa que las familias están gastando más de lo que a  priori justifican los  fundamentos de sus economías a largo plazo. En consecuencia, ocurre algo que,  si se vuelve crónico, podría llegar a ser preocupante: las compras se financian  fundamentalmente con el ahorro que se ha ido acumulando durante los años malos.  Los ciudadanos pierden su colchón protector: el ahorro bruto de los hogares ha  caído al 9%, el nivel más bajo desde 2006, según los datos de octubre pasado.  El “efecto precaución” del que hablan los economistas, ese miedo que provoca  que en momentos de crisis se tomen decisiones muy conservadoras por lo que  pueda pasar, está empezando a desaparecer en la sociedad española. Y lo hace  porque, si nada se tuerce, la economía seguirá creando empleo y creciendo. Hay  que subrayar eso de “si nada se tuerce”.
El empleo ayuda, los salarios no
Para un crecimiento consistente del  consumo, el incremento de nuevos ocupados debería ser de unos 250.000, según  AFI. El paro ha terminado diciembre con una caída anual del 5,3%, 253.627  personas. Pero entre 2008 y 2014 el número de ocupados en el mercado laboral ha  caído en 3,5 millones.
Desde 2009 los hogares han perdido más del  10% de su renta y la renta por persona descendió un 7%. En ese periodo, el  número de horas de trabajo efectivas se ha desplomado en 108 millones, un 18%.  Los datos de un informe presentado esta semana por UGT muestran que en los  últimos años la precarización del mercado laboral ha derivado en salarios  peores y en un gran incremento del número de horas extraordinarias que no se  pagan. “¿Quién rechaza un trabajo por 1.000 euros?”, se preguntan las  organizaciones de consumidores. “Compartimos la tesis de que esta crisis es un  laboratorio para recortar derechos. El mensaje es: confórmate con lo que sea,  porque menos es nada”, critica Facua. Rolf Campos, doctorado en Economía por la  Universidad de California, ha estudiado los efectos del desempleo sobre el  consumo: “Cada punto porcentual de aumento del desempleo supone una caída de  más del 0,7% del consumo por adulto equivalente. Ese efecto debería desaparecer  cuando la tasa de paro comienza a reducirse”. 
José García Montalvo, catedrático de Economía de la  Universidad Pompeu Fabra, prefiere no hablar de “recuperación”, ni  de “despegue”. “Cuando se sale de una crisis, el primero en tirar de la  economía suele ser el sector exterior. Una vez que esto se produce, esa  recuperación no se consolida si no hay consumo. Lo que sucede en España es que  la caída del consumo durante la crisis fue bastante más grande de la que cabría  esperar”. Ahora también aumenta más de lo que cabría esperar. Pero para que las  tornas cambien definitivamente hacia la recuperación tienen que ocurrir dos  cosas, y no necesariamente ambas a la vez: que la renta disponible aumente o  que desaparezca la incertidumbre, que tiene un efecto muy importante sobre las  expectativas. “Las evidencias hablan de que incluso la parte de la población  que tiene un trabajo seguro, frena su consumo durante los periodos de  incertidumbre por debajo de lo que cae su renta”. Funciona justo al revés  cuando reina el optimismo. “Somosanimal  spirits [espíritus  animales]. Si crees que las cosas van a mejorar, las expectativas se  autocumplen porque se generará el círculokeynesiano habitual”. Esa mecha es la que parece  haber prendido: el consumo eleva la producción y la demanda genera más empleo,  pulverizando ese mantra económico que dice que solo se crean puestos de trabajo  netos cuando el PIB crece por encima del 2%. “Si nos fijamos en  todos los indicadores de expectativas, todos sin excepción están en máximos  desde el comienzo de la crisis. Se han creado 220.000 empleos a tiempo  completo, lo cual no está mal, pero los salarios son muy bajos ¿Cómo explicamos  entonces ese crecimiento del consumo? Por las expectativas, no hay otra forma”,  insiste Montalvo.
Para el economista del IESE Javier  Díaz-Giménez, “negar  la realidad es absurdo”. Recuerda que desde agosto de 2012 la economía no da  malas noticias. “Ahora mismo las expectativas son positivas. Lo siento por  quien piense lo contrario. ¿Que cae el ahorro? Perfecto, el ahorro no es una  virtud, es un mal necesario. Ahorras porque estás asustado, porque has perdido  tu puesto de trabajo… No hay ninguna burbuja en que el ahorro caiga. Las  expectativas no son fantasías, se forman a partir de datos reales, porque ves  que la gente está encontrando trabajo, por mil cosas que hacen que tu ahorro  por precaución disminuya.  Además llega un momento en el que no puedes estirar más los productos que no  has comprado durante la crisis seguido por ese miedo. La lavadora, el coche…  Terminan por agotar su vida útil”. Ese tirón viene acompañado de un alza en las  importaciones. “Quizá eso sea lo peor”, añade, y no ve ninguna razón lógica  para pensar que el consumo pueda decaer en 2015. Ni siquiera por la temida  deflación, demoledora para la economía japonesa durante su década perdida de  los noventa. “Cuando tienes una caída del precio del petróleo durante seis  meses, vas a tener inflación negativa seguro, pero no es algo preocupante”,  reflexiona Díaz-Giménez.
El IPC descendió un 1% en 2014 y un 0,6% el pasado mes de diciembre.  Por primera vez en la historia del indicador, que arranca en 1962, ha  registrado una tasa interanual negativa en el mes de las compras por  excelencia. Otra cosa es que eso lleve a que los consumidores retrasen la  decisión de adquirir un producto porque piensen que va a bajar su precio en el  medio plazo. Según los economistas consultados, eso no parece que vaya a  ocurrir en España porque la caída de precios no es, por ahora, crónica, ni  afecta a todos los productos por igual. García Montalvo explica que “en un  contexto de deflación, la gente empieza a esperar que los precios bajen y se  inicia una espiral de descenso de sueldos, de renta, empleo, consumo,  producción… Entras en un círculo vicioso. No es lo que está ocurriendo ahora”.  Matías Lamas, experto de Analistas Financieros Internacionales, coincide con  esta reflexión, aunque puntualiza que sí podría ser preocupante si la evolución  negativa de los precios de otras economías se traslada a España. Ese mismo peligro  lo señala Carlos Peregrina, socio responsable de Sector Consumo de KPMG, que apunta como  posibles elementos de inestabilidad una caída de precios o turbulencias  políticas que podrían mermar la confianza de los consumidores.
En 2015 concurren otras circunstancias que  están favoreciendo que los hogares puedan lanzarse a comprar. Según el ministro  de Hacienda, Cristóbal Montoro, la bajada del IRPF pondrá en los bolsillos de  los ciudadanos 9.000 millones adicionales entre 2015 y 2016, en un momento en  el que los tipos de interés se mantendrán estables. En un año de importantes  desafíos electorales para el Partido Popular (PP), el pago de la parte de la  paga extra que los funcionarios no cobraron en 2012 y la renta básica de más de  400 euros que el Gobierno ha anunciado para medio millón de personas sin  recursos añadirán algunos millones más a esa sartén de gasto con la que se  quiere animar la economía.
El Informe sobre la situación del  consumo del segundo  semestre de 2014 del Servicio de Estudios del BBVA se basa en esos y otros datos para  concluir que el dinamismo continuará. “La creación de empleo y la reducción del  IRPF en 2015 contribuirán a la recuperación de la renta. El crecimiento  esperado de la riqueza financiera, la ausencia de presiones inflacionistas, la  expectativa de que los tipos de interés oficiales permanezcan en niveles  históricamente bajos y el ajuste del ahorro compensarán el estancamiento de la  riqueza inmobiliaria”. La previsión de la entidad financiera cifra el  crecimiento del consumo este año en el 1,8%.
Hasta ahí las buenas noticias. Porque  muchos ciudadanos se van a quedar al margen de esta incipiente mejora debido a  que la crisis ha disparado la desigualdad. El director de coyuntura de Funcas,  Ángel Laborda, distingue entre las personas de rentas bajas el segmento de las  familias empobrecidas, “que no es que puedan ahorrar, sino quedesahorran. Viven de sus  padres, de los amigos, gastan más de lo que reciben”. Después están las  familias de clase media o media alta, aquellas personas que no han perdido su  empleo en la crisis, “que empiezan a cambiar de tendencia y se ven más seguras.  Son las que invierten principalmente en bienes duraderos, sobre todo  automóviles”. Dos estudios del BBVA y La Caixa confirman el repunte del gasto  en servicios educativos, sanitarios y sociales (cuyo reflejo en el sector  público ha sido víctima de más y más recortes) y, sobre todo, en vehículos al calor  de la renovación del Plan PIVE.
757.000 millones en  deudas familiares
Las familias españolas tienen préstamos  contraídos con las entidades financieras por valor de 757.182 millones de euros,  según datos del Banco de España. Son 110.000 millones menos (-12%) que los que  tenían en 2011, y continúan bajando, según las series trimestrales. “Es cierto  que está cayendo el saldo vivo del crédito, excluidas las amortizaciones. Pero  si nos fijamos solo en nuevas operaciones, vemos que se recupera el crédito al  consumo”, analiza el economista Matías Lamas (AFI). La elevada exposición al  sector inmobiliario ha dado paso a un escenario un tanto distinto en el que,  pese al elevado endeudamiento de los hogares (del 75% del PIB, frente a la  media del 50% en el resto de la UE), lo principal es la adquisición de bienes  de consumo frente a la inversión en vivienda, que está en niveles todavía muy  bajos.
El 80% de los préstamos que se conceden  comienzan a ser superiores a un año y, según la Asociación Nacional de  Establecimientos Financieros (Asnef), son de un promedio de 2.400 euros (datos  del tercer trimestre de 2014). Una buena parte se concede bajo la fórmula  conocida como “revolving”: cantidades que se otorgan con un límite o tope  máximo del que puede disponer un cliente durante un cierto periodo.
Lo que todavía no se ha recuperado es el  gasto en alimentación y bebidas (excluidos hoteles y restaurantes, que  repuntan), que, aunque castigado durante los años duros de la crisis, es menos  sensible a las variaciones en la renta disponible. 
La demanda de turismos ha cerrado 2014 con un alza del 18%, avanzando por encima  de los dos dígitos trimestre a trimestre. Los 855.308 turismos matriculados son  el mejor dato que se apunta la industria desde 2010, aunque todavía están lejos  de los 1,6 millones que los concesionarios despachaban en el cuatrienio  2004-2008. “Las cifras de 2015 estarán condicionadas por el mantenimiento del  plan. Se estima que las matriculaciones aumentarán un 6% si las condiciones  actuales del programa se prolongan durante todo el año”, vaticina el BBVA.  Ocurre lo mismo con productos como los electrodomésticos, desde lavavajillas  hasta lavadoras, congeladores, frigoríficos y, sobre todo, cocinas. Según los  datos de la asociación del ramo (ANFEL), las ventas han aumentado un 11%  favorecidas por la caída de los precios, que desde 2008 han descendido un 16%.
Pero hay frentes abiertos que no conviene  olvidar. Desde la organización de consumidores Facua, su portavoz Rubén Sánchez  alerta sobre caer en lo que llama “la trampa del Gobierno”, que según él “juega  a trasladar el mensaje de que la economía está recuperada para incentivar el  consumo, pero hace todo lo contrario para que eso se produzca” adoptando  decisiones como la subida del IVA. Habla de sectores, como el energético, donde  el Estado “podría intervenir imponiendo precios máximos para frenar tarifas  desorbitadas”.
García Montalvo también cree que el año  2015 es un campo plagado de minas. “Estamos saliendo de la crisis basándonos en  expectativas que son muy volátiles. Si tenemos un revolcón en Grecia o sucede  otra circunstancia que se transmita a la prima de riesgo, si el sector  financiero empieza a tener problemas… de nuevo aparecerá el miedo, la  incertidumbre”.
“¿Que en 2015 se va a mantener la  incertidumbre? Claro que sí”, coincide Oriol Aspach, director de macroeconomía del servicio de estudios La Caixa  Research. “Puede que haya un menor crecimiento en la eurozona… la  lista de riesgos, como siempre, es amplia”. Uno de los últimos análisis  publicados por la entidad hace referencia al colchón de ahorro que los hogares  acumularon durante los últimos años. “Si el contexto macroeconómico hubiera  sido normal entre 2009 y 2011, la tasa de ahorro se habría mantenido en el  11,5%, y lo ha hecho en el 13,4%”. La diferencia sobre las condiciones  teóricamente normales arroja que los hogares tienen ahora 50.000 millones de  euros más que podrían utilizar para consumir. ¿Lo harán?
La economía no siempre es una ciencia  predecible. En la toma de decisiones de los ciudadanos influyen razones y  emociones que cambian según los acontecimientos. Lo decía uno de los padres de  la economía moderna, el británico William Stanley Jevons: “Podemos llamar feliz  al hombre que, no importa cuán baja sea su posición y reducidas sus posesiones,  puede siempre esperar más de lo que tiene”. Esa variable psicológica de esperar  que todo mejore está en la base de muchos estudios de los neuroeconomistas, que  intentan explicar el proceso de decisión que existe detrás de elecciones como  consumir, ahorrar o invertir.
Un trabajo reciente firmado por Joan Daniel  Pina, del departamento de mercados financieros de CaixaBank, sobre la formación  de precios en los mercados financieros recuerda que economistas como Robert  Shiller, premio Nobel en 2013, explican cómo los mercados no siempre procesan  la información de forma correcta y crean burbujas. Un ejemplo estaría en el  precio de las empresas tecnológicas en EE UU o en el de la vivienda en países  como España. Ese trabajo analiza estrategias que a veces conducen a los  inversores, como seguir a la multitud sin plantearse si su comportamiento es  lógico.
¿Es compulsivo nuestro consumo? El profesor  del IESE no lo cree así. “No sabemos qué va a pasar con el euro, ni si va a  caer un asteroide mañana, nadie puede anticipar esas circunstancias. Pero  sabemos perfectamente cuál es nuestra situación, cuánto hemos gastado en  Navidad y qué vamos a hacer ahora. Sabemos que va a haber volatilidad, que  necesitamos resolver muchos problemas en el mercado de trabajo, las pensiones,  la financiación autonómica… pero seguiremos consumiendo”.
PD4: Este fin de semana me voy  de retiro espiritual. Parón anual para ponerme al día, rezar por todos, hablar  mucho con el Señor, aprender cosas nuevas y fortalecer mi fe. ¿Quieres venirte?  Lo pasaremos bien, te sorprenderá lo útil que es un retiro, lo que se cargan las  pilas…








