19 junio 2015

envejecimiento de la población...

Van a cambiar muchas cosas en el futuro, sobre todo si seguimos sin meterle mano al problema, algo que no tiene visos de que vaya a ocurrir…
En las próximas décadas, asistiremos a un cambio casi sin precedentes en el mundo laboral. Así lo determina PwC en su estudio Trabajar en 2033, donde apunta el envejecimiento de la población como una de las causas del nuevo panorama: “trabajadores más independientes, infieles, internacionales y emprendedores”.
Esta situación provocará una transformación tanto en la forma de trabajar como en los tiempos: “tendremos más autoempleo y contratación a tiempo parcial, el mercado laboral será el mundo, la gente cambiará más de trabajo, trabajar a la vez por varias compañías o empleadores distintos será algo cotidiano y los profesionales serán más internacionales y emprendedores”, dice el estudio.
El aumento de la esperanza de vida es un fenómeno que provocará cambios en muchos aspectos, y en este blog nos hemos fijado en alguno de ellos, como el efecto que tiene en el sistema de pensiones. Esta transformación demográfica también tiene efectos en la situación laboral. Son ya muchos los expertos que apuntan a la necesidad de alargar la vida laboral. En una entrevista en este blog, el director del Centre d’Estudis Demogràfics, Albert Esteve, opinaba que “la gente entra a trabajar mucho más tarde, cotiza mucho más tarde, probablemente los que tengan 65 años dentro de 40 años no serán iguales a los que tienen 65 años hoy”. Según Esteve, el aumento de la esperanza de vida está rompiendo la idea de asociar edad avanzada con un determinado tipo de salud: “Hoy una persona de 50 años no se considera vieja, casi se podría decir que está en la flor de la vida. Si tienes 65 años y estás en un contexto en el que la gente se muere a los 70 años seguramente no te atreves a abrir un negocio. Ahora bien, si sabes que tienes 40 años por delante todo cambia…”.
Ante este panorama, ¿habrá trabajo para todos en 2033? Según PwC, sí y no. Por una parte, durante estos años se prevé un aumento de la mano de obra en España del 22% y una caída de la tasa de paro del 6,7%. Cifras positivas que sin embargo se centran en aquellos profesionales con una cualificación media y alta. Mientras que estos colectivos llegarán al pleno empleo, los profesionales menos preparados tendrán más dificultades para encontrar trabajo. En este sentido, el informe apunta que la formación continua ya no será una opción, sino una necesidad.
Es por ello que el informe da un consejo a los estudiantes y a toda la población activa: “Preocuparse por su empleabilidad para encontrar o mejorar su puesto de trabajo”. Es decir, estar en forma para acceder al mundo laboral. PwC aconseja a las instituciones ofrecer una educación más vinculada a las demandas de las empresas que también potencie el emprendimiento. El estudio subraya la necesidad de dedicar tiempo a pensar en la carrera profesional a medio plazo, un ejercicio que implica acostumbrarse a ser previsores, tanto en el ahorro para poder invertir en nuestra formación continua como en establecer contactos mediante la participación en eventos y en las redes sociales. Sabemos cómo será el futuro, ahora se trata de prepararnos para recibirlo.
Abrazos,
PD1: Cambia el mundo: de pirámide a cono…, con repercusiones muy negativas…

The world reshaped

The end of the population pyramid

In 2015 demographers, teachers and politicians will stop talking about the population pyramid and start referring to the population dome. The change in terminology will reflect a profound shift in the shape and structure of societies—a shift that has been going on for 50 years and is only half complete. 
The pyramid is a traditional way of visualising and explaining the age structure of a society. If you draw a chart with each age group represented by a bar, and each bar ranged one above the other—youngest at the bottom, oldest at the top, and with the sexes separated—you get a simple shape. In 1970 that shape was a pyramid because the largest segment of the global population was the youngest (0-5 years old, comprising 14% of the total), followed by the next-youngest (6-10, with 13%), and so on in regular increments until, above 85 years, there were so few people that the shape vanished into a point (see left-hand chart). 
The pyramid was characteristic of human populations since the day organised societies emerged. With lifespans short and mortality rates high, children were always the most numerous group, and old people the least. A population chart of England in 1700 looks like a pyramid, as well.
But now look at the chart of the global population in 2015. It looks more like the dome of the Capitol building in Washington, DC (middle chart). Young children are still the largest group, but now make up only 10% of the population, and those above them are almost as big a cohort, with 9.5%. The age groups start to become markedly smaller only about the age of 40, so the incline starts much further up the chart than with the pyramid. In 1970 the youngest had not only been the largest but also the fastest-growing section of the population. But between 1970 and 2015, the population aged 0-19 grew by only 42%, whereas the population aged 20-39 rose by 128%. This group added almost twice as many people to the overall numbers as the group aged below 20 did. There are now also 50m people above 85, so the dome of 2015 has a spike. 
In 1970-2015 the dominating influence on the global population was the fertility rate, the number of children a women would typically bear during her lifetime. It fell dramatically over the period, meaning that the world shifted from having larger to smaller families. But in 2015-60 the biggest influence upon the population will be ageing. Small families are already becoming the norm, the fall in fertility is slowing down and now almost everyone is living longer than their parents—dramatically so in developing countries. 
So, by 2060, the dome will have come and gone and now the shape of the population looks more like a column (or perhaps an old-fashioned beehive). It is a little fatter near the bottom and curves in at the top. But up to the age of about 50, the generations are of almost equal size and the shape has near-vertical sides. 
The size of the Earth’s population is still rising, from 7.2 billion in 2015 to 9.5 billion in 2060. But, according to calculations by Emi Suzuki and Wolfgang Fengler of the World Bank, two-thirds of the extra 2.2 billion people in 2060 will be in the age group between 40 and 79, not from younger people. The increase in the last, oldest segment is especially marked. Between 2015 and 2060, the number of 60- to 79-year-olds will increase by 1.1 billion, or 131%. That is five times the increase in the number of children and teenagers, which will rise by only 220m, or 9%. The numbers of the oldest people of all (those above 85, here lumped together in one bar) will rise at the fastest rate of all (by 281% in 2015-60), but from a much lower base, so they do not add as many people to the total. 
For all of history, humans have lived in societies dominated (in numbers at least) by children. By 2060 children will be barely more numerous than any other age group up to 65. And looking after parents and grandparents will be as big a, or a bigger, social requirement ­as bringing up children and grandchildren. The year 2015 is, roughly, the halfway point in this astounding transformation.
PD2: Vamos a organizarnos de forma diferente…
Albert Esteve es el nuevo director del Centre d’Estudis Demogràfics (CED) desde principios de este 2015. Sustituye en el cargo a toda una institución en materia demográfica, la catedrática Anna Cabré, quien ha sido una de las mayores referencias de Catalunya en el ámbito de la demografía en los últimos años. En el CED trabajan 60 personas en un edificio de 1.200 metros cuadrados ubicado en la Universitat Autònoma de Barcelona. El CED, asimismo, forma parte de los Centres de Recerca de Catalunya (CERCA), organismo creado por la Generalitat que agrupa a los principales centros de excelencia en Catalunya.
¿En qué ámbitos se desarrolla la investigación del CED?
Nuestra investigación se desarrolla en cinco grande ámbitos. A saber: la demografía histórica, es decir, todo aquello que tenga que ver con la evolución de las características de la población en épocas históricas (cinco siglos atrás); otra línea es la de familia y fecundidad, es decir, cómo cambian las familias, si las mujeres tienen más o menos hijos, o no tienen; otro aspecto es el tema del envejecimiento, la salud del mercado de trabajo, la edad de jubilación; un cuarto aspecto son la migraciones internacionales y el impacto que ha tenido la llegada de más de un millón de personas a Catalunya (cinco millones en el conjunto del Estado español); y un quinto ámbito que tiene que ver con la movilidad residencial, es decir, el movimiento de la población en el espacio. Estos son los cinco ejes en los que investigamos y en cada uno de ellos tenemos mucha actividad.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, ¿cómo será Catalunya dentro de 30 años?
Veamos, ahora tenemos una población de 7.400.000 habitantes, que ha crecido en 1,5 millones en los últimos 15 años. El producto de este crecimiento se debe a la llegada de inmigrantes internacionales. La esperanza de vida en Catalunya está cerca de los 82 años para el conjunto de la población. Esperamos que la esperanza de vida crezca del orden de los 3-4 meses anuales en los próximos años. Es decir, cada diez años ganaremos cuatro años de esperanza de vida, en 20 años 12 y en 30 años unos 16.
Entiendo.
Es decir, que si ahora tenemos 82 años y les sumamos 16 años de esperanza de vida estaremos alrededor de los 100 años de esperanza de vida. Esto significa que la mitad de la población que nace ahora llegará a los 100 años. Ahora sabemos que estamos programados para vivir muchos más años y también sabemos que la fecundidad está por debajo de lo que se llama nivel de substitución. Tenemos una fecundidad -el número medio de hijos que tendría una mujer a lo largo de su vida- relativamente baja. Actualmente estamos alrededor del 1,4. Esto es muy bajo.
Vaya. ¿Y eso dónde nos deja?
Bueno, quizá no perderemos población porque la gente se nos hará mayor y se morirá poco pero también es cierto que, por otro lado, no se ganará población por parte de la fecundidad porque las mujeres no tienen ahora demasiados hijos.
¿Existe alguna manera de saber cómo evolucionará la fecundidad en los próximos 30 años?
No, no lo sabemos. Algunos prevén que subirá un poco a medida que las parejas sean más igualitarias, a medida que las mujeres soporten menos el peso de la maternidad y se compartan más las tareas domésticas. Si no llega gente de fuera, y ésta es siempre la incógnita, la población en Catalunya se irá estabilizando con una ligera tendencia a decrecer en los próximos 30 años. Tendremos una población bastante elevada de edad y se morirán más que los que nacerán. No es una mala noticia pero es el fruto de la estructura por edad actual proyectada en el futuro. Lo que lo puede cambiar todo son las migraciones internacionales. Quién sabe si en los próximos 30 años hay una nueva oleada de inmigrantes…
Entonces, ¿cuáles son los retos de una sociedad catalana más envejecida?
Sí que será más envejecida, es cierto, aunque a mi no me gusta utilizar mucho ese término. El problema aquí es la definición de viejo. Si nosotros cambiamos la definición de viejo y decimos que viejo es a partir de los 90 años, entonces la sociedad ya no será tan envejecida. Ahora decimos que los viejos lo son a partir de los 65 años. Entonces sí que es una sociedad envejecida. Una de las cosas que los demógrafos estamos reivindicando es tener un envejecimiento flexible.
Parece una cuestión de pura contabilidad…
Tú no puedes mantener la edad a partir de la cual consideras que una persona es vieja si la esperanza de vida aumenta al ritmo al que lo hace actualmente. Muchos expertos dicen que una persona es vieja cuando le quedan 15 años por delante en promedio. Es decir, una persona de 65 años con una esperanza de vida alrededor de los 82-83 años debería ser considerada vieja hoy a los 67 años. Ahora bien, cuando lleguemos a los 100 años de esperanza de vida, algo que pasará casi con toda seguridad dentro de 25 años, este nivel de cuando te quedan 15 años serán los 85 años, que será cuando se te pueda considerar viejo. Cuanto más rápido aumente la esperanza de vida, cuantos más años tengamos por delante, más rápido se desplazará esta edad en la que nos quedan 15 años por vivir.
Me da la sensación de que si el concepto de viejo varía lo cambia todo.
Claro, habrá un revolución acerca de cómo organizamos nuestras vidas, de cuáles son las etapas clásicas de la vida. Esto cuesta verlo ahora, en el presente. Siempre nos imaginamos que seremos mayores como las personas que son mayores ahora, pero nosotros seremos mayores dentro de 30 años. La mejor manera de verlo es mirar atrás.
¿Cómo?
Muy fácil. ¿Cómo era una mujer de 22 años en el año 1975? En aquella época más de la mitad de las mujeres estaban casadas, muchas a esa edad ya tenían hijos, muchas se quedaron en casa y no entraron en el mercado laboral. Una mujer de 22 años hoy no tiene nada que ver con mujeres de la misma edad hace 40 años. Todos estos límites de edad, con el aumento de la esperanza de vida, lo reconfiguran todo. La gente entra a trabajar mucho más tarde, cotiza mucho más tarde, probablemente los que tengan 65 años dentro de 40 años no serán iguales a los que tienen 65 años hoy. Poco a poco esto caerá por su propio peso y las poblaciones se irán reorganizando.
Un cambio radical, sin duda.
Claro. Una persona de 65 años no será vieja dentro de 40 años. Hoy una persona de 50 años no se considera vieja, casi se podría decir que está en la flor de la vida. Se está rompiendo la idea de asociar edad avanzada con un determinado tipo de salud. Si tienes 65 años y estás en un contexto en el que la gente se muere a los 70 años seguramente no te atreves a abrir un negocio. Ahora bien, si sabes que tienes 40 años por delante todo cambia… Anna Cabré siempre decía aquello de “preparaos para vivir 100 años”. Al aumentar la esperanza de vida Catalunya no será un país de viejos porque esos “viejos” serán muy diferentes.
¿Es usted de la opinión de que nos encaminamos a un escenario de superpoblación mundial?
Creo que no. La población mundial seguirá creciendo básicamente porque en los países grandes, China y la India principalmente, hay mucha gente joven. Por pocos hijos que tengan producirán muchos. Ahora estamos creciendo y lo seguirá haciendo en los siguientes 40-50 años pero por la inercia demográfica, es decir, porque hay hoy mucha gente joven en muchos países. Ahora bien, cuando haya pasado esta tongada y esta gente joven haya dejado pocos hijos se prevé que en 60-70 años llegaremos al tope y empezaremos a bajar. Otro punto es el impacto que tendrá la población en cuanto al consumo y el medio ambiente
PD3: Es un monstruo, siempre acierta… Es la monda de bueno:

NO HAY QUE DARLE TODO SINO QUE HAY QUE DARSE UNO

Mi marido dice que le tenemos que dar a los niños todo lo que nosotros no hemos tenido de pequeños, yo creo que eso no es así, pero él les está dando todo lo que él ansiaba y no tenía. Tenemos tres hijos, el mayor de 11 años y el pequeño de 4. Mi cabeza me dice que eso, antes o después, lo van a pagar los niños y por ende nosotros. Pero a él no hay quien lo convenza de lo contrario. Ve muy poco a los niños a causa del trabajo, pero cuando está con ellos les da todo lo que desean ¿Usted qué opina?
No es difícil encontrar personas que piensan de esa forma aunque, afortunadamente, el número cada vez es menor.
Como le dice su sentido común, esa forma de actuar es muy peligrosa para los niños. En primer lugar, porque no se les educa la voluntad. Es decir, no se les está educando en el dominio de sí mismos, lo que es imprescindible para que una persona pueda vivir la libertad y, por tanto, pueda ser capaz de amar. A mí me parece que no educar en la exigencia personal, en el dominio de sí mismos es hacer unos desgraciados a los niños. La voluntad es muy difícil de educar cuando uno ya es mayor. Se sufre mucho cuando uno se da cuenta de que no hace lo que quiere, que no es libre, por falta de fuerza de voluntad. Muchos terminan culpando a los padres de esa carencia. Y no sin razón.
Otra de las cosas que hacen que esa forma de educar sea tremendamente negativa, es que se le da a los niños lo que ellos no tuvieron. En cambio no se les da lo que, en muchos casos, tuvieron: tiempo de sus padres.
Lo que más desea un hijo es que sus padres estén con él, los dos, su padre y su madre. No se trata de darles de todo, sino de darse uno.
No se trata de tiempo de calidad. Creo que esta expresión, en muchos casos, puede encerrar una falsedad. Es decir, entender tiempo de calidad como estar con los niños haciendo cosas. En muchas ocasiones no debe ser así. Lo que necesitan los niños es estar en casa y estar haciendo sus cosas y saber que sus padres están ahí. Sentirse seguros, sentirse queridos. Ya sé que esto algunas veces es difícil, pero seguro que se puede dar un poquito más. Habrá que dejar el golf, el tenis o lo que sea, para conseguir estar. O bien llevárselos a esas actividades. Pero hay que estar. A veces, simplemente estar.