Se liga la subida de las pensiones al IPC, se paga 18 euros más a los pobres pensionistas, pero se deja un nuevo agujero de 1600 millones de euros anuales de más… Es un suma y sigue insostenible…
España es el país con las pensiones más generosas y ahora con mayor revalorización
El sistema público de pensiones garantiza casi el 80% del salario de los trabajadores cuando se jubilan, un nivel que casi duplica al del resto de la Unión Europea
El Pacto de Toledo consiguió cerrar el miércoles un acuerdo por el que llevaba casi dos años peleando. Todos los grupos presentes en la comisión, con excepción de Esquerra, acordaron volver a ligar las pensiones al “IPC real” para asegurar el poder adquisitivo de los pensionistas. De esta forma, los grupos políticos alcanzaron un acuerdo para derogar definitivamente la reforma del PP del año 2013 y volver al consenso de 2011.
Esta es una gran noticia para los pensionistas, pero supone una gran presión de gasto para la Seguridad Social, cuyos números ya están muy maltrechos. España es el país europeo más generoso con sus pensiones, ya que realiza un cálculo muy beneficioso para los contribuyentes. Según los datos del informe ‘Ageing Report’ que elabora la Comisión Europea, España es el país con mayor tasa de sustitución en sus pensiones públicas de toda la Unión Europea. Cuando un trabajador se jubila, el sistema le garantiza un 78,7% de su salario(nivel contributivo), una cifra que es casi el doble que la media de la UE, que se sitúa en el 46,3%.
Esto es, el nivel de vida de los jubilados se mantiene casi parejo al que tenían cuando trabajaban, lo que muestra el nivel de generosidad de las prestaciones públicas en España. El siguiente país que garantiza mayores pensiones tras la jubilación es Luxemburgo, y en su caso se reduce hasta el 72,9%, esto es, casi seis puntos menos. En el extremo opuesto se sitúan países como Dinamarca y Holanda, donde las pensiones públicas contributivas suponen menos de un 30% del último salario y donde la principal fuente de renta de los mayores son los planes de empresa.
Al generoso cálculo de la pensión inicial que se realiza actualmente se añadirá ahora un IPC garantizado, que elevará las pensiones en torno a un 2% anual en el largo plazo. Esto situará España entre los pocos países europeos que todavía actualizan las pensiones conforme al IPC. En la actualidad, Francia, Italia y Austria son los únicos países de la eurozona que tienen completamente indexadas las prestaciones a la evolución de los precios.
Son más los países que no tienen en cuenta el IPC para nada a la hora de calcular la revalorización de las pensiones. Por ejemplo, Holanda, Lituania, Luxemburgo o Eslovenia actualizan su prestación sin tener en cuenta la inflación. Un grupo en el que todavía se sitúa España, ya que el acuerdo del Pacto de Toledo se tiene que traducir en una ley que modifique el índice de revalorización de las pensiones (IRP), que sigue en vigor.
En los últimos años, el IPC ha subido más rápido que el resto de indicadores y acostumbra a ser así en casi todas las fases del ciclo, por lo que el sistema español se sitúa ahora entre los que más revalorizan sus prestaciones. El mismo miércoles en que el Pacto de Toledo alcanzó este acuerdo, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, reconoció que indexar las pensiones al IPC genera "efectos perversos" en el largo plazo, ya que elimina cualquier flexibilidad por la vía del gasto.
1.600 millones más cada año
La revalorización de las pensiones conforme al IPC provocará que el déficit del sistema siga creciendo en ausencia de nuevas medidas para acelerar sus ingresos. Esto significa que, a políticas constantes, el gasto crecerá más rápido que los ingresos, lo que obligará a buscar fuentes alternativas de financiación procedentes de los impuestos.
Según los cálculos de la Seguridad Social ofrecidos a los portavoces del Pacto de Toledo, la revalorización de las pensiones con el IPC tiene un coste de unos 1.600 millones de euros. Esto es, 1.600 millones más cada año, ya que suben todos los años. Y a medida que la base sea mayor, también será mayor el incremento.
A esta cuantía hay que añadirle otros 4.400 millones por el incremento del gasto anual por la entrada de nuevos pensionistas. Esto es el resultado del efecto sustitución (los pensionistas que entran en el sistema cobran más que los que causan baja), del envejecimiento de la población y de la llegada a la edad de jubilación de la generación del ‘baby boom’. Y este cálculo se acelerará a partir de mediados de la próxima década, cuando se incremente la entrada de pensionistas al sistema.
El gasto en pensiones crecerá cada año un mínimo de 6.000 millones, mientras que los ingresos se quedarán en 5.000 millones
Esto significa que el gasto en pensiones crecerá cada año un mínimo de 6.000 millones de euros. Una cuantía que será mayor si se decide incrementar más rápido las pensiones mínimas o las de viudedad. Difícilmente podrán cubrir los ingresos este ritmo de los gastos. Según las estimaciones de la Seguridad Social, la recaudación por cotizaciones aumentará a ritmos de unos 5.000 millones de euros anuales en un escenario de crecimiento del PIB del 2% y una inflación del 2%. Esto es, un PIB nominal en torno al 4%, en el entorno de los niveles actuales.
De este modo, ni siquiera en la parte expansiva del ciclo los ingresos conseguidos gracias al crecimiento servirán para financiar el incremento del gasto. El desfase se sitúa en el entorno de los 1.000 millones de euros. Y eso partiendo desde un déficit del sistema que ya se aproxima a los 19.000 millones de euros. Cifras astronómicas para el país y que requieren de medidas contundentes y urgentes por parte del Gobierno. Solo incrementando la presión fiscal se podrá financiar el sistema de pensiones que ha acordado el Pacto de Toledo, pero eso también tendrá un coste.
Es lo malo de los políticos que, estando en campañas electorales todo el año, no se paran, se arremangan, y se meten en faena… Se lo dejan al siguiente y eso significa a ninguno. Abrazos,
PD1: ¿Quién no desea vivir en paz?
Esto es lo que puedes hacer tú por la paz en el mundo
La paz mundial comienza por una paz interior. Seamos pues generadores de paz
¿Quién no desea vivir en paz? Hacemos todo y de todo con tal de experimentar ese tan ansiado estado interior. Hasta cruzamos océanos para llegar a esos majestuosos lugares lejanos que nos transmitan sosiego, tranquilidad, armonía…
A veces es tantísima nuestra necesidad por sentirla que hasta caemos en lo absurdo creyendo que la podemos comprar o llegar a hacerla nuestra por medio de agentes externos como los cuarzos y todas esas cosas esotéricas que tan de moda están hoy en día. ¡Peligrosísimo!
Si tan solo entendiéramos y, sobre todo, aceptáramos que está tan al alcance de nuestra mano y que sentirla no cuesta un solo centavo.
La verdadera paz interior es fruto del Espíritu Santo. Cuando nuestra alma corresponde con docilidad a sus inspiraciones produciremos actos de virtud y frutos como la paz. Esto quiere decir que forzosamente necesitamos tener una disposición interior y cooperar ascéticamente para vivir virtuosamente.
El estado interior en el que tú y yo elijamos vivir será el que generemos a nivel, no solo familiar, sino mundial porque tanto el amor, la paz, la alegría, así como el mal humor y el odio se transmiten.
Entonces si de verdad queremos vivir en un mundo con paz necesitamos comenzar por tener paz interior de forma personal. Necesitamos ser como la luz del sol que los girasoles buscan porque la necesitan. Seamos de esas personas que a los demás se les antoje estar cerca de nosotros porque les transmitimos tranquilidad y todo aquello que provoca la serenidad.
¿Cómo puedes ser generador de paz?
+Reza, medita, platica con Dios. Cada mañana date unos minutos a solas con Él y por medio del silencio escucha su voz y permite que te llene de su paz.
+Detente a pensar antes de hablar, de escribir y de actuar. Es decir, reflexiona en lo que puedes generar con tus palabras al decir tal o cual cosa, al escribir ese mensaje o al actuar de aquella manera. Es importante que recapacites en cómo te sientes en ese momento. Si te sientes irritado seguramente vas a transmitir esa emoción y no generarás paz.
+Sé muy cuidadoso con lo que compartes en tus redes. El botón de “compartir” no manda ningún foco rojo o señal de ¡alerta! así que sé muy prudente a la hora de apretarlo. Sé delicado con los mensajes que escribes; con las noticias y las fotos que compartes o reproduces. Aquí también es importante que te detengas a pensar en qué es lo que puedes generar: paz, esperanza o intranquilidad, pesimismo, angustia.
+Genera buenas noticias y compártelas. ¡Y evita las malas! Trata de ser solo portador de buenas nuevas. Es muy triste que estas difícilmente se reproducen, pero las otras… ¡Uf! Como virus se propagan.
Vivir en paz no significa ausencia de problemas, sino esperanza en el Creador; certeza de que tras una noche oscura siempre sale el sol. Por lo tanto, cuando pases por un momento difícil que te pueda hacer perder tu paz interior invoca el Nombre de Dios y dile: “Dame esa paz que solo tú me puedes dar”, respira y a enfrentar la vida como venga, siempre en paz.
La paz es contagiosa. Elegir todos los días, a pesar de las circunstancias, vivir en ese estado, ser generadores de paz y no de odio; de esperanza y no de pesimismo. Sobre todo, en esta época en que las redes sociales se pueden convertir en eso, en fuentes de concordia y conciliación o, todo lo contrario. ¡La paz también puede hacerse viral!