20 septiembre 2018

lo normal es anormal

No nos podemos equivocar con esta “nueva normalidad” que nos han inculcado. Las medidas adoptadas por los bancos centrales no son duraderas… El año que viene dependeremos de nosotros solos, sin ayudita alguna.

Secuelas post Lehman

Sorprende la capacidad de la sociedad y de los mercados financieros de considerar como normales situaciones que hace apenas diez años resultaban impensables o simplemente aberraciones. Diez años después de la quiebra de Lehman Brothers se corre el riesgo de considerar algunos de estos cambios en la economía y en los mercados financieros como algo permanente a futuro. A continuación, se enumeran estos cambios impensables hace una década.
Los tipos de interés pueden ser negativos. Unos cuantos banqueros centrales decidieron que para reactivar la economía había que recurrir a penalizar la tenencia de liquidez mediante el establecimiento de tipos negativos. Conceptualmente es un sinsentido en sí mismo. Si el tipo de interés se le puede definir como el precio del dinero, ¿cómo es posible que su precio sea inferior a cero?
Tipo de interés sin riesgo negativo. Como consecuencia del establecimiento de tipos negativos por parte de los bancos centrales, con la inteligente excepción de la Reserva Federal estadounidense, los estados se financian a tipos negativos. Así, las Letras del Tesoro, considerado como el activo sin riesgo, garantizan una pérdida a quien las adquiere en su emisión y las mantiene a vencimiento. Los estados no sólo no pagan intereses en una gran parte de su nueva deuda pública, sino que reciben dinero de sus financiadores. Entonces, ¿qué problema hay en endeudar más al estado?
Los Bancos centrales fijan los tipos a largo plazo, además de los tipos a corto plazo. En declaraciones atribuidas a Constâncio, el vicepresidente saliente del BCE, manifestaba que el principal cambio en todos los años que ha estado en la institución era la fijación por parte del banco central no sólo de los tipos a corto plazo, sino también los tipos a largo plazo. Supone una distorsión absoluta de la totalidad de los mercados de renta fija, no sólo de los que sufren la intervención directa del banco central. Aunque no se le denomine así, "los tipos negativos son un impuesto sobre el ahorro".
Contagio de los tipos negativos. La existencia de bonos soberanos con tipos negativos por un importe superior a $8 billones (llegaron a ser $14 billones) hace que, ante la necesidad de obtener rentabilidad por parte de muchos inversores, estos se vean obligados a invertir en activos con calificaciones crediticias cada vez inferiores. Así, el precio de la mayoría de los bonos ha subido considerablemente y las rentabilidades ofrecidas se han derrumbado, no por una mejora de la calidad del emisor, sino por un incremento de la demanda de dichos bonos.
Alteración de las valoraciones de activos. El tipo de interés a largo plazo es un elemento esencial en la valoración de cualquier activo. Si éste está alterado, modificado y condicionado por la actuación de los bancos centrales, la valoración de los activos también se ve alterada y condicionada. La enorme inyección de liquidez por parte de los bancos centrales se ha trasladado, en gran parte, a un mayor valor de los activos.
Anestesia de la prima de riesgo. La existencia de tipos negativos en bonos soberanos e incluso de algunas empresas, y los niveles mínimos de tipos de interés de bonos incluso con baja calificación crediticia, pone de manifiesto la anestesia actual de la percepción del riesgo. La actuación de los bancos centrales bajando tipos e inyectando liquidez, ha hecho olvidar que el riesgo debe ser remunerado a través de un mayor tipo de interés en función del riesgo inherente del emisor. Sirva como ejemplo la colocación de bonos en dólares a 100 años al 7,25% de cupón realizada en verano de 2017 por Argentina. La demanda superó con creces a la oferta. El riesgo no estaba remunerado adecuadamente.
Todos los cambios comentados tienen un denominador común: la actuación de los bancos centrales con políticas heterodoxas no vistas nunca con anterioridad. Las medidas excepcionales no pueden durar de forma permanente. De momento, sólo la Reserva Federal lleva un paso firme en la normalización monetaria. El próximo ejercicio será el primero en más de un lustro en el que el conjunto de los bancos centrales drenará liquidez. Aunque todavía tengamos más tipos de interés negativos en Europa un año más, por lo menos, no se puede considerar que los tipos negativos son estructurales.
Una de las principales incógnitas para los próximos años reside en el efecto que tendrá en los mercados financieros y en la economía la normalización de las políticas monetarias de los bancos centrales. La fiesta de la liquidez abundante y creciente llega a su fin. La retirada de la misma inevitablemente tendrá que ser gradual y paulatina. El gran riesgo es considerar los cambios enumerados anteriormente como algo permanente, porque no pueden serlo sin generar perversos efectos secundarios.
Abrazos,
PD1: Tengo un hijo que se acaba de ennoviar, así que esto va para él…

¿Quieres tener éxito en el noviazgo? Cultiva estos valores

Descubre qué actitudes llevan a una relación profunda, sincera y llena de respeto

En algún momento de nuestra vida nos descubrimos ilusionados y cautivados por una persona en especial. Podemos afirmar que nada se compara con la presencia de “ese alguien” y nuestro cariño se fortalece en la medida que encontramos correspondencia a las atenciones y detalles que mutuamente se procuran en pareja.
Lamentablemente, pocas son las parejas que pudieran servir de modelo para ilustrar como debe vivirse el noviazgo. Los más nobles sentimientos parecen estar sometidos a unos cuantos encuentros casuales, al placer sensual, a rendir nuestro juicio y voluntad a las exigencias de la otra persona. Tal vez la modernidad propone una vida sin compromisos, donde a final de cuentas lo importante es “pasar un buen rato”…
El noviazgo es sinónimo de correspondencia y afinidad, ¿pero en qué? Primeramente en valores, sentimientos, intereses, gustos, aficiones… Eso es lo importante. La atracción física y la diversión son los elementos decorativos de una relación profunda, pero nunca el motivo de unión y de entrega absoluta.
Si deseamos que el noviazgo sea un medio para el desarrollo individual y el crecimiento como pareja, es necesario poner en práctica algunos valores necesarios e importantes para lograr este objetivo:

Respeto

Siempre se habla de respetar ideas, gustos, hábitos y costumbres, pero eso no significa estar de acuerdo con todo, o permanecer indiferentes. Muchos de estos aspectos pueden no parecernos e incluso disgustarnos y lo correcto será ayudarse mutuamente a corregirlos. Recordemos que cuando existe un interés y cariño auténticos, siempre se buscará el bien de la otra persona.
El respeto en pareja también debe vivirse en las manifestaciones de cariño: caricias, abrazos, besos e incluso palabras. ¿Cómo saber que estamos actuando correctamente? Alguien decía a una joven pareja: “Cuando estén a solas, compórtense de la misma manera que si estuvieran delante de sus padres o de otras personas; así no se equivocarán, ni cometerán una imprudencia”.
Con nuestro digno comportamiento, también demostramos respeto por nuestros padres, la familia y todos los principios morales recibidos en casa, la escuela y la religión.

Decencia

En el noviazgo siempre es necesario evitar todo aquello que sea provocativo: ropa, posturas, caricias, palabras y hasta algunos tipos de baile. Estos son recursos que utilizan las personas para aprovecharse de la situación y lo único que buscan es una relación pasajera. Si deseas que te tomen en serio y te aprecien de verdad, evítalas; así no darás la impresión de ser una “persona fácil”. También es conveniente tener un horario adecuado para salir, pues siempre habrá murmuraciones respecto a las parejas trasnochadoras.
Después de todo, cualquier persona prefiere entablar una relación seria con alguien que viva este valor, pues no existe nada en su conducta que sea reprochable, ni rumores ni calumnias, solo comentarios positivos. El comportarse decentemente garantiza tu buena fama.

Sana Diversión

Uno de los más grandes peligros que existen en los noviazgos es la búsqueda constante de nuevas diversiones. Lo más difícil es encontrar actividades que nos permitan vivir los valores y conducirnos con respeto.
La ociosidad y la falta de prudencia en pareja constituyen la causa de todos los desaciertos que se cometen. Por eso ayuda mucho el asistir a lugares públicos con adecuada iluminación; participar en actividades de conjunto; platicar en casa o ver películas a puertas abiertas, además de cerciorarse que alguna otra persona se encuentra en el lugar; tener alguna afición: deportes, música, pintura, colecciones; utilizar el auto para transportarse y no como “refugio” para tener cierta intimidad.
Conviene recordar que los lugares y actividades donde circula el alcohol, drogas o prevalece un ambiente sensualdisminuye nuestra capacidad de autodominio; por lo tanto, no deben considerarse como la mejor opción para divertirse.

Autoestima

En apariencia la autoestima en un valor egoísta, donde proteger nuestro yo íntimo es lo más importante para no salir lastimados. Pero la realidad es que la autoestima nos permite descubrir todo lo bueno que tenemos(cualidades, habilidades, hábitos), así como nuestros defectos. Esto nos permite desarrollar nuestras cualidades y buscar la manera de superar nuestras fallas. El conocimiento propio nos brinda seguridad y confianza, tomando conciencia del valor que como personas tenemos.
Cuando la autoestima está bien fundamentada, se aprende a aceptar los consejos y críticas para mejorar nuestra persona: modales, vocabulario, forma de vestir, disposición al trabajo o al estudio, relación familiar, etc. Pero también nos ayuda a defender nuestros principios moralesrechazar la manipulación de nuestras ideas y sentimientos para ceder a los caprichos de otra persona, sea cambiando nuestra conducta, creencias, amistades o donar nuestro cuerpo por temor a perder “ese cariño”.
A pesar del dictado de nuestros sentimientos, la autoestima nos permite abandonar una relación que no prospera por las discusiones, la falta de entendimiento y de respeto, o que definitivamente nos impide comportarnos con dignidad.

Compromiso

¿Compromiso en el noviazgo? Esto sí que es novedad. Aunque parezca exagerado y fuera de contexto, no debería extrañarnos hablar de este valor si lo consideramos como elemento indispensable para desarrollar nuestra personalidad.
La formalidad en nuestra conducta nos lleva a cumplir lo mejor posible los compromisos adquiridos, esto es, corresponder a la confianza depositada, demostrar que nuestra palabra empeñada vale tanto o más que un contrato escrito, vivir la sinceridad evitando la mentira y la doble personalidad, discretos para no revelar las confidencias recibidas… ¡Lo mismo que en un trabajo profesional, con los amigos o en familia! Ese es el primer compromiso que tenemos: ser honestos con nosotros mismos para poder cumplir íntegramente con los demás..
En todas las relaciones humanas hace falta comportarse con madurez y seriedad; el noviazgo no es una relación de segunda categoría por ser una “relación informal”. Esto significa evitar jugar con los sentimientos de la otra persona, engañar a varias a la vez o buscar la compañía para cuando no haya algo mejor que hacer.
De alguna manera, al vivir lo mejor posible nuestro noviazgo nos estamos preparando para adquirir mayores compromisos, como puede ser el matrimonio. Lo cierto es que la falta de compromiso en cualquier actividad o relación, termina por llevarnos a la superficialidad, la apatía y la trampa… ¿Se puede confiar en alguien así?
Esto no quiere decir que al tener una pareja debemos permanecer “atados” indefinidamente. Se trata de poner en orden nuestros intereses, planes, actividades y sentimientos, para encontrar el momento justo y la persona adecuada para emprender una relación. Comportarse de esta manera nos da personalidad, madurez y calidad humana.
Devolver el encanto al noviazgo es algo más que ver la vida color de rosa, es recuperar el respeto y la dignidad de hombres y mujeres, convirtiéndose en personas con la capacidad de formar una familia que vive y transmite valores humanos a la sociedad.