Lo vamos viendo por todos los
lados. La duda es cómo será de intenso este frenazo…
El impulso de la recuperación se agota en el consumo
DESACELERACIÓN/ La
desaparición de la demanda embalsada durante la crisis, la fuerte subida de los
precios por la escalada del petróleo y la ralentización en la creación de
empleo han provocado una ralentización en el consumo de los hogares. El textil
y la alimentación son los sectores más golpeados, mientras los
electrodomésticos y la automoción han conseguido sortear mejor el impacto. Las
asociaciones piden al Gobierno medidas que permitan mejorar la competitividad
del sector.
El buen
comportamiento de la economía española requiere necesariamente de una evolución
positiva del consumo, que representa más de la mitad del PIB nacional. El
fuerte tirón de la demanda interna durante los últimos años ha sido uno de los
principales motores que ha impulsado la recuperación, por lo que su pérdida de
dinamismo durante los últimos trimestres es en gran medida responsable de la
actual desaceleración.
Así, el
gasto en consumo final de los hogares ha pasado de crecer un 0,7% en el primer
trimestre del año a hacerlo únicamente un 0,2% en el segundo. Una caída que
marca una tendencia cuya primera causa, apunta Miguel Cardoso, economista jefe
para España de BBVA Research, es “la desaparición de la demanda embalsada,
sobre todo de bienes caros y duraderos” (como automóviles o electrodomésticos),
cuya compra los españoles pospusieron durante la crisis hasta que mejoraron las
expectativas.
A este
agotamiento se le ha sumado la fuerte escalada en el precio del petróleo, que
asciende ahora a casi 80 dólares por barril de Brent frente a los 25 dólares
que marcaba a principios de 2016. Éste es el principal factor detrás de la
fuerte subida de la inflación, que desde el pasado mes de mayo se sitúa en
tasas interanuales por encima del 2%. Esta subida se produce en un momento en
el que las familias con miembros en el mercado de trabajo apenas disponen de
más recursos para destinar al consumo. La tasa de ahorro se encuentra bajo
mínimos (ha bajado ocho puntos desde el máximo, hasta situarse en el 5,7%),
mientras que el estancamiento de los salarios hace que los trabajadores apenas
dispongan de más ingresos para gastar.
Asimismo,
Ángel Talavera, analista de Oxford Economics, destaca “el impacto sobre el
consumo de la desaceleración en la creación de empleo”, como reflejaron los
datos del pasado agosto, los peores en los últimos diez años. Esto implica que
cada vez son menos las familias que empiezan a consumir más al elevar sus
ingresos, gracias a que acceden a un empleo.
Por
último, aunque los créditos al consumo han aumentado durante los últimos meses,
su volumen es relativamente reducido si se compara con el del total de
préstamos de los bancos a los hogares españoles, como se pone de manifiesto en
el último Cuadernos de Información Económica publicado por Funcas.
La
predisposición al consumo de los españoles tampoco ha mejorado en los últimos
meses, como refleja la caída en cinco puntos del Índice de Confianza del
Consumidor entre junio y agosto. Esto se debe, entre otros, a los “nubarrones”
en el entorno internacional y la subida de impuestos anunciada por el nuevo
Gobierno, que afectará al conjunto de los ciudadanos en el caso del diesel.
Además, las señales de desaceleración pueden aumentar la preocupación de estos
consumidores, que reaccionarían gastando menos y ahorrando más.
Impacto
por sectores
La
conjunción de todos estos factores ha impactado especialmente en el comercio
minorista, que desde mayo a julio ha encadenado tres caídas consecutivas en su
tasa de crecimiento anual. Mientras las ventas en las grandes superficies, que
crecen a un ritmo inferior al de otros años (subía un 0,2% hasta junio frente
al 1,7% de 2017). En este contexto, destacan especialmente los malos datos de
Cataluña, que el pasado julio registró la mayor caída (-2,5%) de las autonomías
en el Índice de Comercio Minorista, debido a “la preocupación por la
inestabilidad”, explica Àlex Goñi, presidente de Pime Comerç.
El
impacto de esta desaceleración tampoco está siendo homogéneo por sectores. Uno
de los más afectados es el textil, cuya facturación acumulada en el año hasta
julio había caído un 3,6%, según los datos de Acotex. El presidente de esta
asociación, Eduardo Zamácola, achaca parte de esta caída “al cambio en los
hábitos de consumo” que han provocado las nuevas plataformas digitales, lo que
ha hecho que los resultados de la última campaña de rebajas de verano no hayan
sido los esperados.
La
ralentización también está impactando en la alimentación. Asís González de
Castejón, responsable de estudios de distribución de Nielsen, explica que “el
volumen de ventas acumulado en el año del sector ha caído un 0,9%”. Esto se
debe en gran medida al fuerte aumento en el precio de los productos vendidos
–del 3,9%–, en lo que influye la mayor preferencia de los consumidores por los
productos premium o envasados. Además, el sector está acusando el efecto en la
hostelería y la restauración del estancamiento en la llegada de turistas
extranjeros.
La
desaceleración también “se está empezando a notar” en el sector de los
electrodomésticos, afirma José Manuel Fernández, coordinador de la mesa de
comercio de Madrid Foro Empresarial y presidente de Acema. Los cálculos de la
asociación es que las ventas hasta agosto han aumentado un 1,4% frente al 3%
acumulado en 2017. No obstante, en este sector el impacto de la ralentización
es más limitado gracias al vínculo que mantiene con la construcción, una de las
áreas que más tira ahora de la economía tras haberse incorporado con cierto
retraso a la recuperación.
Dentro
del consumo, el sector que por ahora menos está notando la ralentización es la
automoción, pues la venta de vehículos ha aumentado un 14,6% en los ocho
primeros meses del año. No obstante, este incremento es en gran medida un
espejismo, pues como puntualizan desde Anfac, se debe “al cambio en la
normativa de emisiones de CO2” anunciada por el Gobierno con el aumento del
impuesto al diesel. Es por ello que se espera que en 2019, cuando entre en
vigor la subida, se empiece a producir “la desaceleración en el sector”.
Evolución
futura
Los analistas
esperan que el consumo repunte ligeramente en los últimos trimestres del año
gracias a la entrada en vigor de la subida en las pensiones y los sueldos de
los funcionarios previstas en los Presupuestos. Pero, salvo sorpresa con una
reactivación en la creación del empleo o una fuerte subida en los salarios, la
perspectiva a medio plazo es que el crecimiento sea inferior al de los últimos
años.
Es por
ello que desde el sector se pone el foco en las reformas que permitan elevar la
competitividad. Un informe reciente de la Comisión Europea ha situado a España
como el segundo país donde la legislación impone más restricciones a la
actividad del comercio. El presidente de Anged, Alfonso Merry del Val,
reclamaba el pasado martes “una revisión normativa sin precedentes” para
simplificar esta carga burocrática y avanzar hacia la unidad en un mercado que
hoy se encuentra fragmentado en 17 autonomías. Otras de las medidas que el
sector reclama al Gobierno son el impulso de planes de digitalización y
modernización para los pequeños y medianos comercios, la lucha contra las
falsificaciones del top manta en las grandes ciudades o la equiparación de su
fiscalidad con la de las grandes plataformas digitales.
Consumo minorista:
Abrazos,
PD1: Y el déficit sigue
disparado… El del Estado, el del sector exterior, y el de la Seguridad Social:
Es imparable…
¿Cuándo petará?
PD2: San Braulio de Zaragoza
dijo: “La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque volveremos a
ver en el cielo a quienes perdemos aquí”. Por eso cuando vas al tanatorio a
consolar a un fallecido, si es cristiano, la gente reza por el fallecido, por
sus buenos recuerdos, pero no hay tanta pesadumbre, como cuando ves lo
desolados que se quedan los familiares de los no creyentes…