Datos objetivos e indiscutibles
y no bulos:
1. Según Google, somos el país
del mundo más confinado.
2. Somos el país del mundo con más muertos por millón.
3. Somos el país del mundo con más sanitarios contagiados.
4. Somos el país europeo que más sufrirá la crisis económica. Es el país con más papeletas a priori (alto paro estructural, dependencia del turismo, gobierno chavista...)
2. Somos el país del mundo con más muertos por millón.
3. Somos el país del mundo con más sanitarios contagiados.
4. Somos el país europeo que más sufrirá la crisis económica. Es el país con más papeletas a priori (alto paro estructural, dependencia del turismo, gobierno chavista...)
Optamos por el turismo y el
ladrillo… Nuestra industria es un mero 10% del PIB, basada sobre todo en
producir coches para Europa. Mira el tamaño comparativo (la fábrica es Asia,
con China a la cabeza… Italia nos dobla y éramos iguales que Corea del Sur):
España es un drama, está para
cogerla con pinzas. Otros países no están tan mal. Aquí hemos sido los
campeones y seremos los que más vamos a sufrir…
Es un drama para los
despedidos, para los que sufren un ERTE, que puede sean despedidos, y para las
empresas. En España es mayor el drama ya que estamos llenos de empresas
con pocos trabajadores. Muchas PYMEs y pocas medianas empresas. Y son las que
más sufrirán en este proceso de ajuste…
El principal
daño de la actual pandemia es la pérdida de vidas humanas y
el sufrimiento consiguiente de las familias que, cruelmente, ni siquiera pueden
despedirse, ni velar a los fallecidos. El efecto secundario es el severo
impacto económico derivado de la pandemia en cada uno de los
países.
Además
de las imprescindibles medidas para reducir al máximo el número de fallecidos,
es imprescindible, simultáneamente, la adopción de medidas que mitiguen la
mortalidad empresarial. La empresa que quiebra no
vuelve a abrir, perdiendo todos sus trabajadores el empleo. La mejor forma de
mantener el poder adquisitivo de los trabajadores es manteniendo vivas las
empresas que les dan trabajo.
Atención
especial requieren las PYMEs y los autónomos.
Aunque no coticen en los mercados de valores, son la base de la economía y del
empleo de la mayoría de los países europeos y de EE.UU. Del éxito de las
medidas de apoyo a las Pymes, logrando evitar un elevado número de quiebras
empresariales, dependerá la profundidad de la recesión y la capacidad de
recuperación posterior. Las PYMEs son las empresas más
vulnerables ante la falta de actividad. Muchas de ellas, difícilmente
serán capaces de sobrevivir, al perder una parte significativa o incluso la
totalidad de los ingresos, teniendo que seguir haciendo frente a los gastos
fijos e incluso a los impuestos. En un elevado número de casos no les será
fácil conseguir créditos, aunque se faciliten avales estatales por el 80%. En
Alemania, los avales son del 100% para las pequeñas empresas.
En
Europa, las PYMEs, considerando las mismas como aquellas que cuentan con una
plantilla inferior a 50 empleados, suponen alrededor del 60% de
los empleos de los países del sur de Europa (Italia, Portugal y España).
Incluso en el caso de Alemania supera el 40% de
los empleos. Además de la aportación directa de dichas empresas al PIB, los
empleados de dichas compañías son la base del consumo de las familias de cada
país.
En EE.UU. dentro
de su contundente paquete de estímulos por $2 billones, han destinado $0,35
billones a avales a los préstamos a pequeñas empresas para
que pudieran mantener el empleo. En apenas trece días la cantidad se ha
agotado. Al menos 700.000 peticiones no han podido ser atendidas y quedan
pendientes de una ampliación de los recursos asignados al programa.
Adicionalmente, se ha establecido una exención temporal de impuestos y de pagos
de salarios, y la suspensión del pago de préstamos.
El
tiempo transcurrido hasta que las ayudas llegan a las
empresas es esencial. Si llegan demasiado tarde la empresa puede
haber cerrado y los empleos haber desaparecido. El consumo
privado supone el principal componente del PIB en
la práctica totalidad de las economías europeas. Por lo tanto, lo que les
ocurra a las PYMEs, donde reside la mayor parte del empleo, tendrá
impacto no sólo en dichas compañías, sino en la economía en general
y, por tanto, también en la evolución de las empresas cotizadas.
Abrazos,
PD1: Y
cuando falle el escudo del BCE, ¿qué haremos? ¿Hasta dónde se irán las primas
de riesgo…?
¿Cuánto aguantará el escudo del BCE contra la crisis del
Covid-19?
El
gasto del banco central para mantener a flote a las economías más castigadas
por la pandemia podría encontrarse con problemas legales y con un aumento de la
presión política
El
repunte de la prima de riesgo de países fuertemente endeudados como Italia ha
provocado dudas sobre la capacidad del Banco Central Europeo para
absorber los profundos golpes a la economía que está provocando el coronavirus.
La entidad lanzó una serie de
programas para dar estabilidad
a los países de la eurozona. En el centro de sus planes están los 750.000
millones de euros destinados a adquirir deuda
pública, un mecanismo pensado para dar cobertura al gasto que los Gobiernos
están afrontando para mantener con vida a empresas y trabajadores.
Pero el BCE se enfrenta a un
puñado de límites legales y políticos que
impiden a la entidad financiar a los países de la forma en la que lo hacen la
Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. El programa de compra de deuda se ha
centrado en Italia y España, dos de los países más azotados por la
pandemia.
Ese
aumento en los costes de financiación de ambos países durante esta semana ha
puesto de manifiesto que los movimientos del BCE pueden chocar con los países del
Norte, que llevan tiempo con la sensación de que con la compra
de deuda se subvenciona el libertinaje de los países del Sur. Esos miedos han
aumentado con la confirmación de que la crisis puede
ser prolongada, sobre todo si Europa se encuentra con rebrotes
antes de que haya una vacuna.
Al
ritmo actual, el BCE tendrá en sus balances el 20% de la deuda pública italiana y
el 30% de la alemana antes de final de año, según las
estimaciones de Frederik Ducrozet, un economista de la suiza Pictet Wealth
Management.
"Un
banco central que tenga el 50% o más de la deuda italiana perdería el apoyo político de
Alemania y otros muchos países. El BCE tendría entonces un
gran problema", explica Guntram
Wolff, director del 'think tank' Bruegel.
La
rentabilidad del bono italiano a 10 años se situó en el 2% este miércoles, en
sus niveles más altos desde que el BCE anunció su nuevo programa de compra el
pasado 18 de marzo. A principio
de año estaba por debajo del 1%.
La entidad está comprando
alrededor de 130.000 millones de euros en deuda de la eurozona cada mes, una cantidad récord en su historia. Marco Brancolini, analista
de Nomura, explica que el BCE ha comprado más de 85.000 millones de euros en
apenas 9 días, reflejando un aumento en las dudas. También está dando préstamos
a largo plazo más baratos a los bancos.
Pese a
todo, esas cantidades quedan en nada comparadas con los 1,6 billones
—miles de millones— que la Reserva Federal ha puesto en
marcha para adquirir bonos soberanos en los últimos cuatro meses.
El Banco de Inglaterra explicó la semana pasada que prestará directamente al Ejecutivo
británico para financiar los gastos, un movimiento que sería ilegal para el
BCE por las normas de la Unión Europea.
Mientras,
los ministros de Finanzas europeos fracasaron en su misión de firmar un acuerdo
para crear los ya conocidos como 'coronabonos' durante el último Eurogrupo. Estos
instrumentos permitirían a los países más pobres compartir la carga que está
suponiendo la pandemia. Finalmente, aprobaron medidas más suaves:
créditos baratos por valor de 500.000 millones de euros
del fondo de rescate.
Las compras del BCE son "temporales y no tan agresivas como
las de otros bancos centrales", asegura Seamus Mac Gorain,
exoficial del Banco de Inglaterra y ahora gestor de fondos para JP Morgan en
Londres. "Los mercados buscan señales claras de que el Norte va a
apoyar al Sur", dice.
Desde
la aprobación del paquete de compras del BCE, bautizado como Pandemic Emergency Purchase Program,
la situación para las economías europeas ha empeorado. Los economistas ya
esperan que el desplome dure varios meses, con empresas cayendo en la
bancarrota y un rebrote del virus.
Según
las estimaciones del FMI,
publicadas este miércoles, el alto gasto público y los bajos ingresos
tributarios van a disparar la deuda pública de Italia hasta el 156% del PIB,
creciendo desde el 135% del año pasado. En España pasará del 96% al 113%.
Los expertos de TS Lombard apuntan a que en ambos casos la cifra superará el 200% del PIB para 2025.
Conscientes de los riesgos,
muchos gobernantes del Sur de Europa reclaman la creación de unos
coronabonos que ayuden a reducir la carga que provoca el
control de la pandemia.
"El
BCE no tiene
límites en su compromiso con el euro. Los líderes europeos y
los reguladores nacionales tienen que hacer su parte para afrontar de forma
colectiva las consecuencias económicas de la crisis", explica el
gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Para
asegurarse de que esto es así, el BCE puede imprimir tantos euros como necesite
para comprar deuda soberana, explica Brancolini, de Nomura, alegando que la
entidad tendrá que duplicar
su programa de adquisición de bonos muy pronto para calmar
la presión de los mercados.
Elga
Bartsch, directora de estudios económicos de BlackRock, considera que "el
BCE tiene poder" de rebajar la prima de riesgo en Italia. "La
pregunta es cómo de grandes tendrán que ser los estímulos para
conseguirlo", dice.
Dos
oficiales del BCE apuntaron este jueves a que aumentar la cuantía de sus
programas podría estar sobre la mesa. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde,
afirmó en un comunicado que están preparados para incrementar la compra de
bonos "todo lo que haga falta y durante el tiempo que haga falta".
Isabel Schnabel, miembro de la junta ejecutiva de la entidad, ha afirmado que
están en posición de ajustar todos los instrumentos para evitar una fragmentación
de la unión.
De
momento, los Gobiernos europeos han
permitido al BCE tomar las riendas. Pero según la deuda
soberana aumente, la entidad tendrá que enfrentarse a una mayor presión
política y legal para dar un paso atrás.
En las
tripas del BCE, cada vez más oficiales senior se han mostrado reticentes a expandir la compra de
deuda y a la retirada de la norma que impedía a la entidad
tener más del 30% de la deuda pública de cualquier país.
La
Justicia alemana está estudiando la legalidad
de anteriores paquetes de compra de bonos, una decisión que
podría descarrilar todos los estímulos puestos en marcha por la entidad. En
cualquier caso, los analistas consideran que es poco probable que eso ocurra
mientras Alemania mantenga su apoyo a Fráncfort.
"Tarde
o temprano el BCE tendrá que afrontar la presión legal y política",
dice Panicos
Demetriados, ex gobernador del Banco de Chipre, que asegura que
los oficiales del banco saben que esa situación llegará y "no quieren
pasarse de la raya".
PD2: En estos momentos
difíciles debemos pedirle al Señor que nos aumente la fe, como le pedían sus
apóstoles. La fe que tenemos puede ser más o menos fuerte. Incluso a los que
tenemos una fe fuerte, pasamos momentos de claroscuros…, por lo que debemos
insistir en pedir que nos la aumente.
La fe es un don de Dios, que
nos concede a cada uno en momentos distintos. Dios nos busca a todos, pero solo
unos se dan cuenta de esta búsqueda del Señor, y reciben este don de la fe.
La fe se debe manifestar en las
obras… Como decía San Pablo: la fe obra en la caridad. Y la caridad, el AMOR,
es a Dios y a los demás. El darnos a los demás, servir a los demás, la
comprensión a los demás…, a quien más lo necesite.
En estos días de confinamiento
esto se puede conseguir en un pequeño gesto: llamar por teléfono, interesarnos
por los demás, dar consuelo, hacer estos pequeños gestos, esas sonrisas, esa
ayuda…
Esta fe es la que nos da la
alegría que debemos comunicar a los demás.