Mientras en Europa se han
parado las caídas de bolsa y parece que estamos esperando a ver qué pasa con
los mercados, se tiene la sensación de que EEUU, que va con un mes de retraso
con el virus, las cosas se les están complicando. Pintan
bastos en EEUU. Tiene mala pinta la situación económica previa a lo que les va
a llegar…
Además, esto no se arregla con
los dos billones de dólares de apoyo fiscal. Ni con la brutal inyección de la Reserva Federal:
Y lo peor es que su mercado
sigue sin apenas corrección. Está un 22% por debajo del su “All Time High”
solamente y el Nasdaq, el índice de las empresas tecnológicas, apenas ha caído
un 14%. Algo no funciona, creo que se están equivocando los inversores allí con
el rebote en V. No se vende con más intensidad ya que creen que pasará pronto
como en China, cuando las medidas adoptadas han sido muy laxas…
Los contagios llegan por avión.
Los negocios y mercancías también. Mira España que anda cerrada, frente a EEUU
contagiándose como una loca, o China, ya recuperada y vuelta a la normalidad:
EEUU no han parado, luego
subirá su contagio en espiral…, como está ocurriendo:
Abrazos,
PD1: Hoy es Viernes de dolores.
Empieza una semana que espero sea muy santa. Mira que tenemos tiempo de rezar y
compartir. Es un momento muy distinto a otras semanas santas. Hay que
aprovechar estos días a tope. Tendremos todo por la tele. Podremos hacer el
Viacrucis con calma, asistir a los Oficios que más nos gusten (busca en
Internet que hay mucho que se graba), podremos ofrecer nuestro encierro como
penitencia por nuestros pecados pasados, y ser conscientes de que muchos lo
están pasando fatal. Así que mucho ánimo y que este descanso encarcelado que
tenemos te haga mucho bien. Podemos seguir sacando lo mejor de uno mismo, que
esos magníficos ejemplos que vemos nos sirvan
En el siglo XIII, el Papa
Inocencio III hizo esta bonita oración a la Virgen Dolorosa (traducida por Lope
de Vega):
Stabat Mater
La
Madre piadosa parada
junto
a la cruz y lloraba
mientras
el Hijo pendía.
Cuya
alma, triste y llorosa,
traspasada
y dolorosa,
fiero
cuchillo tenía.
¡Oh,
cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando
triste contemplaba
y
dolorosa miraba
del
Hijo amado la pena.
Y
¿cuál hombre no llorara,
si
a la Madre contemplara
de
Cristo, en tanto dolor?
Y
¿quién no se entristeciera,
Madre
piadosa, si os viera
sujeta
a tanto rigor?
Por
los pecados del mundo,
vio
a Jesús en tan profundo
tormento
la dulce Madre.
Vio
morir al Hijo amado,
que
rindió desamparado
el
espíritu a su Padre.
¡Oh
dulce fuente de amor!,
hazme
sentir tu dolor
para
que llore contigo.
Y
que, por mi Cristo amado,
mi
corazón abrasado
más
viva en él que conmigo.
Y,
porque a amarle me anime,
en
mi corazón imprime
las
llagas que tuvo en sí.
Y
de tu Hijo, Señora,
divide
conmigo ahora
las
que padeció por mí.
Hazme
contigo llorar
y
de veras lastimar
de
sus penas mientras vivo.
Porque
acompañar deseo
en
la cruz, donde le veo,
tu
corazón compasivo.
¡Virgen
de vírgenes santas!,
llore
ya con ansias tantas,
que
el llanto dulce me sea.
Porque
su pasión y muerte
tenga
en mi alma, de suerte
que
siempre sus penas vea.
Haz
que su cruz me enamore
y
que en ella viva y more
de
mi fe y amor indicio.
Porque
me inflame y encienda,
y
contigo me defienda
en
el día del juicio.
Haz
que me ampare la muerte
de
Cristo, cuando en tan fuerte
trance
vida y alma estén.
Porque,
cuando quede en calma
el
cuerpo, vaya mi alma
a
su eterna gloria. Amén.