Quizás toque dar un paso atrás.
Es lo suyo, se rebota con fuerza (es el llamado “rally del mercado bajista”),
motivado por el cierre de cortos que provoca esta súbita reacción que descoloca
a los inversores finalistas, para volver a testear los mínimos y ver si somos
capaces de aguantarlos…
La recuperación
de las bolsas mundiales desde los mínimos de marzo ha sido
considerable. Tanto las bolsas estadounidenses como las europeas repuntan
más de un 20%, aunque los descensos desde el inicio del año siguen siendo
muy elevados. A pesar de ser demasiado pronto para considerar que la
pandemia está controlada y cerca de finalizar, un par de buenas
noticias respecto a la evolución de la enfermedad han permitido una
mejora considerable en las valoraciones.
Por un
lado, la primera previsión de alcanzar en EE.UU. una cifra
de fallecidos por causa de la pandemia de hasta 200.000
personas, se ha visto reducida a unas 60.000 personas. Por otro
lado, el anuncio de algunos países como Austria, Dinamarca,
Italia o Noruega de fechas próximas para comenzar el fin gradual del
confinamiento y la vuelta, de forma escalonada, a la normalidad de la actividad
económica, ha acelerado el optimismo entre los inversores.
Adicionalmente,
la Reserva Federal ha aprobado un nuevo programa de
ayuda por otros 2,3 billones de dólares en préstamos, de los que se
podrán favorecer incluso pequeñas empresas y compañías que
hayan perdido el rating o calificación crediticia de grado de inversión,
mitigando uno de los grandes riesgos existentes en el mercado de renta fija
americano. Pero la guinda ha sido la manifestación de
Powell, quien espera una rápida recuperación de la economía
estadounidense una vez que la pandemia esté controlada. Parece inclinarse
por una recuperación en forma de V de la economía.
La recuperación económica dependerá,
en parte, de la efectividad de las medidas económicas adoptadas,
tanto por los bancos centrales como por los gobiernos, evitando el
cierre definitivo de empresas y la pérdida irreversible de puestos de trabajo.
Claramente EE.UU., de nuevo, lleva la delantera a Europa respecto a la magnitud
de dichas medidas.
No
obstante, para calibrar el daño económico, además de la irreparable
pérdida de miles de vidas humanas, es necesario conocer cuánto durará
la pandemia, cuál será su efecto en el hemisferio sur una
vez comience el invierno allí, con qué intensidad volverá la
pandemia el próximo invierno, cuándo estará disponible una vacuna
o si el coronavirus mutará. Todas estas interrogantes condicionan
la vuelta a la normalidad económica. De hecho, las segundas oleadas en
países como Corea, Japón o Singapur ponen en cuestión cuánto tiempo se tardará
en volver a una mínima normalidad.
Bienvenidas
sean declaraciones como las de Powell augurando una rápida recuperación de la
economía de su país una vez controlada la pandemia. Sin embargo, conviene
contrastarlas con las realizadas por Georgieva, la Directora Gerente
del FMI, quien anticipa la peor crisis desde la Gran Depresión,
pese a las medidas fiscales de más de 8 billones de dólares.
Las
bolsas nunca se mueven en línea recta, ni al alza, ni a la baja. Tras las
subidas de estas semanas parecería que se descuenta una recuperación económica
en V. Con las incertidumbres mencionadas y con declaraciones como las del FMI
perece un escenario altamente improbable.
En la
situación actual, más que nunca, se debe ser prudente, selectivo a la hora de
invertir, realizando las inversiones de forma gradual. No dejándose llevar por
el pánico en las caídas, pero tampoco por la euforia de las recientes subidas
que invitan a algunos a pensar que lo peor ha quedado atrás. Todavía quedan
meses de incertidumbre sanitaria, económica e, inevitablemente, de volatilidad en
los mercados.
Si te fijas en el índice de
valores tecnológicos, el Nasdaq, no ha pasado nada:
¿No ha pasado nada desde
noviembre pasado? No hay crisis, no hay recesión, no hay bajada de beneficios
futuros por acción. Esto es lo que consigue la Reserva Federal con sus
ilimitadas medidas: distorsiona los precios de la realidad…
Cuando en materia de
valoraciones, como sí que ha habido un enorme recorte de expectativas de
beneficios, el PER ha vuelto a subir hasta donde estaba antes:
Y los beneficios no hacen más
que decrecer:
Algo no cuadra… Se le da
demasiado peso a la salvación vía política monetaria, como siempre…, cuando la
realidad es bien distinta. Abrazos,
PD1: Por cierto, lo de volver a
trabajar y que repartan las inexistentes mascarillas en el metro es de coña.
Espero que sea esto uno de los bulos que persiguen. Desde Voxpopuli esta
mañana:
El reparto de mascarillas en el
Metro de Madrid será sólo de 6 a 9 de la mañana y apenas en 16 estaciones de
Metro y Cercanías. Esto no es serio, ni es imprevisión, ni es culpa del zoco en
el que se compra el material. Esto se llama incapacidad.
¿De verdad no hay nadie que
pueda repartirlas por todas las bocas de metro?
Hasta Polonia nos da sopa con
ondas gestionando la crisis…
PD2: Feliz Pascua de
Resurrección!!!
Gracias a que el Señor
resucitó, nuestras creencias tienen sentido. Si se hubiera quedado muerto, si
no se hubiera quedado en el Sagrario y reviviésemos la pasión en cada Misa que
asistimos, vana sería nuestra fe. Ya le cuesta a la gente creer, como para
haber tenido un dios lejano…
Esta Semana Santa ha sido una
de las más bonitas que he vivido, una de las más piadosas. Había mucho por
quién rezar, mucho que pedir, y pocas cosas que hacer. El cura que decía los
Oficios que vimos por la tele, nos repetía algo continuamente. ¿Por qué nos ha
mandado Dios el virus? Dios no quiere nuestro mal, muchas veces no entendemos
lo que va pasando, pero siempre es el por el bien de alguien.
Se quejaba el cura de la
sociedad paganizada que teníamos, del ser humano erigido como ser supremo
consumista, hedonista, caprichoso, que todo giraba en torno a él… Y ha bastado
un microscópico virus para que nos haya hecho reflexionar a todos de los por
qué, que nos haya hecho parar a mirar nuestras prioridades o debilidades.
Como siempre con lo malo sale
lo mejor de uno mismo. Hay tantos ejemplos de buena gente que es un triunfo de
la vida sobre la muerte, de los buenos que podemos ser, frente a lo que nos
habíamos acostumbrado, de la cantidad de ruido que teníamos…
Decía que incluso los católicos
practicantes nos habíamos acostumbrado a la Eucaristía y que ahora la echábamos
tanto de menos, que ahora valorábamos más lo que antes teníamos… Un montón. Esa
intimidad diaria con el Señor es inigualable.
Estos días he visto lo bueno
del virus, lo bueno de las cosas malas que nos pasan y no entendemos… ¡Cuánto
bien se ha hecho con solo meternos en casa unas semanas!
Felices Pascuas!!!