13 abril 2020

las bolsas si que han hecho la V. ¿Ahora qué?


Quizás toque dar un paso atrás. Es lo suyo, se rebota con fuerza (es el llamado “rally del mercado bajista”), motivado por el cierre de cortos que provoca esta súbita reacción que descoloca a los inversores finalistas, para volver a testear los mínimos y ver si somos capaces de aguantarlos…
La recuperación de las bolsas mundiales desde los mínimos de marzo ha sido considerable. Tanto las bolsas estadounidenses como las europeas repuntan más de un 20%, aunque los descensos desde el inicio del año siguen siendo muy elevados. A pesar de ser demasiado pronto para considerar que la pandemia está controlada y cerca de finalizar, un par de buenas noticias respecto a la evolución de la enfermedad han permitido una mejora considerable en las valoraciones.
Por un lado, la primera previsión de alcanzar en EE.UU. una cifra de fallecidos por causa de la pandemia de hasta 200.000 personas, se ha visto reducida a unas 60.000 personas. Por otro lado, el anuncio de algunos países como Austria, Dinamarca, Italia o Noruega de fechas próximas para comenzar el fin gradual del confinamiento y la vuelta, de forma escalonada, a la normalidad de la actividad económica, ha acelerado el optimismo entre los inversores.
Adicionalmente, la Reserva Federal ha aprobado un nuevo programa de ayuda por otros 2,3 billones de dólares en préstamos, de los que se podrán favorecer incluso pequeñas empresas y compañías que hayan perdido el rating o calificación crediticia de grado de inversión, mitigando uno de los grandes riesgos existentes en el mercado de renta fija americano. Pero la guinda ha sido la manifestación de Powell, quien espera una rápida recuperación de la economía estadounidense una vez que la pandemia esté controlada. Parece inclinarse por una recuperación en forma de V de la economía.
La recuperación económica dependerá, en parte, de la efectividad de las medidas económicas adoptadas, tanto por los bancos centrales como por los gobiernos, evitando el cierre definitivo de empresas y la pérdida irreversible de puestos de trabajo. Claramente EE.UU., de nuevo, lleva la delantera a Europa respecto a la magnitud de dichas medidas.
No obstante, para calibrar el daño económico, además de la irreparable pérdida de miles de vidas humanas, es necesario conocer cuánto durará la pandemia, cuál será su efecto en el hemisferio sur una vez comience el invierno allí, con qué intensidad volverá la pandemia el próximo invierno, cuándo estará disponible una vacuna o si el coronavirus mutará. Todas estas interrogantes condicionan la vuelta a la normalidad económica. De hecho, las segundas oleadas en países como Corea, Japón o Singapur ponen en cuestión cuánto tiempo se tardará en volver a una mínima normalidad.
Bienvenidas sean declaraciones como las de Powell augurando una rápida recuperación de la economía de su país una vez controlada la pandemia. Sin embargo, conviene contrastarlas con las realizadas por Georgieva, la Directora Gerente del FMI, quien anticipa la peor crisis desde la Gran Depresión, pese a las medidas fiscales de más de 8 billones de dólares.
Las bolsas nunca se mueven en línea recta, ni al alza, ni a la baja. Tras las subidas de estas semanas parecería que se descuenta una recuperación económica en V. Con las incertidumbres mencionadas y con declaraciones como las del FMI perece un escenario altamente improbable.
En la situación actual, más que nunca, se debe ser prudente, selectivo a la hora de invertir, realizando las inversiones de forma gradual. No dejándose llevar por el pánico en las caídas, pero tampoco por la euforia de las recientes subidas que invitan a algunos a pensar que lo peor ha quedado atrás. Todavía quedan meses de incertidumbre sanitaria, económica e, inevitablemente, de volatilidad en los mercados.
Si te fijas en el índice de valores tecnológicos, el Nasdaq, no ha pasado nada:
¿No ha pasado nada desde noviembre pasado? No hay crisis, no hay recesión, no hay bajada de beneficios futuros por acción. Esto es lo que consigue la Reserva Federal con sus ilimitadas medidas: distorsiona los precios de la realidad…
Cuando en materia de valoraciones, como sí que ha habido un enorme recorte de expectativas de beneficios, el PER ha vuelto a subir hasta donde estaba antes:
Y los beneficios no hacen más que decrecer:
Algo no cuadra… Se le da demasiado peso a la salvación vía política monetaria, como siempre…, cuando la realidad es bien distinta. Abrazos,
PD1: Por cierto, lo de volver a trabajar y que repartan las inexistentes mascarillas en el metro es de coña. Espero que sea esto uno de los bulos que persiguen. Desde Voxpopuli esta mañana:
El reparto de mascarillas en el Metro de Madrid será sólo de 6 a 9 de la mañana y apenas en 16 estaciones de Metro y Cercanías. Esto no es serio, ni es imprevisión, ni es culpa del zoco en el que se compra el material. Esto se llama incapacidad.
¿De verdad no hay nadie que pueda repartirlas por todas las bocas de metro?
Hasta Polonia nos da sopa con ondas gestionando la crisis…
PD2: Feliz Pascua de Resurrección!!!
Gracias a que el Señor resucitó, nuestras creencias tienen sentido. Si se hubiera quedado muerto, si no se hubiera quedado en el Sagrario y reviviésemos la pasión en cada Misa que asistimos, vana sería nuestra fe. Ya le cuesta a la gente creer, como para haber tenido un dios lejano…
Esta Semana Santa ha sido una de las más bonitas que he vivido, una de las más piadosas. Había mucho por quién rezar, mucho que pedir, y pocas cosas que hacer. El cura que decía los Oficios que vimos por la tele, nos repetía algo continuamente. ¿Por qué nos ha mandado Dios el virus? Dios no quiere nuestro mal, muchas veces no entendemos lo que va pasando, pero siempre es el por el bien de alguien.
Se quejaba el cura de la sociedad paganizada que teníamos, del ser humano erigido como ser supremo consumista, hedonista, caprichoso, que todo giraba en torno a él… Y ha bastado un microscópico virus para que nos haya hecho reflexionar a todos de los por qué, que nos haya hecho parar a mirar nuestras prioridades o debilidades.
Como siempre con lo malo sale lo mejor de uno mismo. Hay tantos ejemplos de buena gente que es un triunfo de la vida sobre la muerte, de los buenos que podemos ser, frente a lo que nos habíamos acostumbrado, de la cantidad de ruido que teníamos…
Decía que incluso los católicos practicantes nos habíamos acostumbrado a la Eucaristía y que ahora la echábamos tanto de menos, que ahora valorábamos más lo que antes teníamos… Un montón. Esa intimidad diaria con el Señor es inigualable.
Estos días he visto lo bueno del virus, lo bueno de las cosas malas que nos pasan y no entendemos… ¡Cuánto bien se ha hecho con solo meternos en casa unas semanas!
Felices Pascuas!!!