08 abril 2020

¿Qué dicen de cómo será la recuperación económica?


¿Tenemos la mejor sanidad del mundo? Ni lo dudes. Y los mejores médicos (una de ellas una hija mía que se deja los cuernos en el Hospital de Puerta de Hierro) y de enfermeros, ni lo dudes. Los mejores preparados, los más voluntariosos y con más determinación, aunque presumiblemente los que menos protección han tenido en este contagio masivo).
Sin embargo, España ha sido el país más afectado por el virus, medido en términos de muertos por millón de habitantes, que es lo comparable, ya que sin tests fiables y sin saber el número de contagiados reales, que puede ser descomunal (asintomáticos), hay una diferencia sustancial de afección y muertes en España:
¿Por qué tenemos más muertos que nadie? No es porque seamos más viejos que otros, Italia tiene una demografía similar y unas costumbres parecidas. Es porque no ha habido más que mentiras y más mentiras. Todo ha sido un enrome engaño. Los políticos no han hecho más que maquillar la realidad, como fuese, no estaban dispuestos a decirnos la verdad. Y esta verdad no es otra más que los contagios en España han sido muy superiores a ningún otro país, el COVID19 se ha extendido sin ningún control por toda España y este debe alcanzar cifras descomunales para que la mortandad del virus sea de casi el doble que la de Italia. Y esto sabiendo que el recuento de muertos (que no salen en los telediarios), han sido muchos más, según las funerarias… Hemos ganado, el virus nos ha invadido mucho más que a los demás países, y sus consecuencias económicas serán mucho mayores que a los demás. La estrategia de salida dependerá de los políticos de nuevo y de sus decisiones, ese postureo permanente…, así que mala cosa.
Otros países el producto interior bruto no depende tanto como el nuestro del turismo. Nuestros políticos se han sentido siempre cómodos con el modelo ladrillo y turismo, que no son precisamente modelos digitales, o fácilmente asimilables al teletrabajo. Elegimos un mal modelo para un virus…
Expectativas de crecimiento económico y déficit (aunque es muy pronto ponerse a estimar cuando ni sabemos cómo será la salida…):
Deutsche Bank lo ve bastante negro, incluso para Alemania:
Interesante estudio de Google sobre el confinamiento de distintos países: España ha demostrado que es fiel cumplidora de las normas puestas por los gobernantes, no como otros países… Esto puede implicar que los efectos económicos en España serán más severos, dado que hemos parado el conjunto de la economía mucho más que el resto (impresionan los vuelos de aviones en todo el mundo salvo en EEUU que no paran…)
Y esto es lo que dicen los gurus: Esta es la visión de Deloitte sobre España:
No sé si acertarán o no, pero como se decía ayer, la recuperación será como el logo de Nike: una V cuya rama derecha tiene menos pendiente que la izquierda.
Los efectos económicos del COVID-19 y los posibles escenarios globales en función de su desarrollo
Más allá del impacto sobre la vida de millones de personas en todo el mundo, la pandemia del nuevo coronavirus también ha asestado un duro golpe sobre la evolución de la economía a nivel global. Aunque los gobiernos de los principales países que se han visto sacudidos por la crisis del COVID-19 han impulsado medidas para paliar la ralentización económica provocada por este virus, se vislumbra que su propagación podría tener un triple efecto sobre la economía mundial: impacto directo sobre los volúmenes de producción a nivel global; disrupciones y trastornos sobre las cadenas de suministro y distribución; e impacto financiero en las empresas y los mercados de valores. 
Impacto directo sobre la producción global
La producción china ya se ha visto sustancialmente afectada por el cierre de las industrias en la provincia de Hubei y otras zonas de vital interés para las exportaciones de componentes chinos. En consecuencia, la desaceleración china ha tenido un efecto colateral inminente sobre los niveles de producción de los principales exportadores de este país: Estados Unidos, Hong Kong, Corea del Norte y Japón. 
En paralelo, la expansión en el contagio del coronavirus ha motivado que el impacto directo sobre los niveles de producción también se haya dejado sentir con gran virulencia en el resto del continente asiático y en los principales países de Europa y Norteamérica.
Interrupción de las cadenas de suministro y de distribución
Numerosos productores y fabricantes de bienes de consumo dependen de los componentes y piezas importadas de China y de otros países asiáticos afectados por la pandemia. Asimismo, muchas compañías también dependen de las ventas en China para alcanzar sus objetivos financieros. 
De este modo, se prevé que la desaceleración de la actividad económica y las restricciones en el transporte de los países afectados por el coronavirus repercutirán en la producción y la rentabilidad de determinadas empresas mundiales. Principalmente, de aquellas que integran el sector de las manufacturas y las que están relacionadas con la obtención de materias primas utilizadas para la producción de bienes de consumo. 
En el caso de las empresas que dependen de los componentes intermedios de las regiones afectadas y que no pueden cambiar fácilmente sus fuentes de abastecimiento, la magnitud del impacto puede depender de la duración de las medidas de paralización de la actividad. En este escenario, las empresas pequeñas y medianas tendrán mayores dificultades para sobrevivir a la perturbación provocada por el coronavirus. 
Particularmente dramática puede ser la situación de las empresas vinculadas al sector turístico, que han visto limitada su capacidad de maniobra como consecuencia de las restricciones impuestas por los gobiernos de todo el mundo para frenar el contagio del coronavirus. El sector vaticina que sus empresas se enfrentarán a pérdidas que probablemente no serán recuperables.
Repercusiones financieras en las empresas y los mercados bursátiles
Las perturbaciones temporales en la producción de bienes y componentes podrían poner en tensión a algunas empresas, en particular a las que tienen una liquidez insuficiente. El impacto sobre los mercados se materializará en valoraciones negativas y en un aumento del riesgo. A su vez, el consiguiente aumento del riesgo se traducirá en posiciones de inversión que no serán rentables en las condiciones actuales, lo que debilitará aún más la confianza en los instrumentos y mercados financieros. 
Un posible acontecimiento derivado de la afirmación anterior sería una importante perturbación de los mercados de valores, a medida que aumente la preocupación por el riesgo de contrapartida. Con ello, una posibilidad más que probable sería una disminución significativa de las cotizaciones bursátiles y de los bonos corporativos, ya que los inversores preferirían mantener los valores gubernamentales (en particular los del Tesoro de los Estados Unidos) debido a la incertidumbre creada por la pandemia.
Posibles escenarios económicos en función de la expansión del coronavirus y de cuándo se controle la pandemia
Ante los efectos financieros que ya está generando la expansión de la pandemia por el mundo, se manejan tres posibles escenarios sobre el impacto que podría tener en la economía, en función  del grado de rapidez con la que se controle el contagio del virus y se recupere la situación previa a la irrupción del COVID-19.
• Escenario 1. El año del coronavirus. Aunque la propagación de la enfermedad en China se ralentizase, los brotes de nuevos contagios se producirían de forma continuada en todo el mundo. Cada brote requeriría de una desaceleración de la producción en esa zona. En un mundo globalizado, esto se traduciría en una sucesión de interrupciones de la producción en diferentes regiones e industrias, a medida que se producen y controlan los contagios. Como resultado, se asistiría a una perturbación de la actividad económica con la suficiente magnitud como para desacelerar considerablemente el crecimiento mundial. En este escenario, las empresas que tendrían una ventaja competitiva serían aquellas lo suficientemente ágiles como para gestionar un cambio de proveedores y, en paralelo, las que dispusieran de suficiente liquidez como para sobrevivir a una drástica reducción en sus ventas e ingresos.
• Escenario 2El coste de una respuesta global al coronavirus. Los centros económicos de todo el mundo estarían sujetos a cierres como el de Wuhan, mientras la población mundial entraría en pánico por la propagación del virus. Las decisiones descoordinadas de cada país interrumpirían el movimiento de personas, bienes y mercancías.
En consecuencia, se produciría un descenso en los niveles de producción, ya que los negocios con cadenas de suministro internacional solo podrían operar de manera intermitente. El turismo, así como las empresas y regiones dependientes de este sector, se verían fuertemente afectadas y disminuirían drásticamente su volumen de ingresos. 
Ante este escenario, se necesitaría más de un año para que la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas elaborasen una respuesta global que priorizase las medidas sanitarias coste-eficientes, de forma que resultase bien recibida por las principales economías mundiales.
Con todo ello, el PIB mundial se estancaría y el comercio internacional descendería, lo que supondría la entrada en recesión de la economía mundial 
• Escenario 3. La crisis del sistema financiero. Los retrasos en los envíos y en los calendarios de producción generarían problemas financieros para las empresas con grandes deudas, especialmente en Estados Unidos. El declive de los mercados bursátiles y la huida de los inversores de riesgo, que venderían activos como bonos de alto rendimiento y acciones volátiles, dejarían expuestos a los inversores que hubieran infravalorado el riesgo. 
Con ello, la preocupación por el riesgo de contrapartida reduciría al máximo la liquidez en los mercados financieros. Se produciría entonces una recesión y los bancos centrales deberían impulsar medidas coordinadas para gestionar la situación. Tras la aplicación de políticas de estimulación, los mercados financieros -y la economía mundial- comenzarían su recuperación después de una recesión en forma de V.
Abrazos,
PD1: KPMG hace también su propio estudio sobre el impacto del COVID19 que te resumo:
En el caso de España, el fuerte peso que tiene en el PIB el sector servicios y la atomización de su tejido empresarial, representado en un 80% por pymes, suponen un reto añadido. Tras la declaración del estado de alarma, los expertos estiman que la actividad económica en España se mantendrá en el 60%. Continuará casi a pleno rendimiento en la administración pública (95%), la agricultura (90%), la construcción (80%) y en la informática y comunicaciones (75%), mientras que se verá muy mermada en los sectores más expuestos a las limitaciones sobre la movilidad de las personas y actividad empresarial incluidas en el estado de alarma. Así, el comercio, las inmobiliarias o las actividades de ocio reducirán su actividad al 30%.
Como señala, Carlos Cuatrecasas, socio de Estrategia de KPMG, más allá de los efectos actuales de la pandemia, las empresas deben considerar los cambios que provocará en los próximos meses. “El impacto del coronavirus en la economía no solo afectará negativamente en el corto plazo a las empresas con una reducción parcial o total de su actividad, sino que cambiará el comportamiento de los consumidores y mercado a medio plazo, obligando a las empresas a reinventar sus productos y servicios adoptándolos a una nueva realidad, que comportará cambios profundos en las entidades que deben diseñar y planificar con urgencia para estar preparados”, explica.
Actividad prevista en España durante el estado de alarma por COVID-19
Las empresas se están viendo obligadas a revisar sus planes de negocio para este 2020 con el fin de recoger el impacto que tendrán en sus cuentas fenómenos como la disminución del nivel de demanda, los periodos de subactividad, los costes derivados de ERES o la propia incertidumbre generada por la emergencia sanitaria.
Analía Alvarez, socia de Accounting Advisory de KPMG, comenta: “En esta disrupción de la actividad recurrente, resulta clave poner foco en el fondo de maniobra y la gestión de tesorería, de forma que se gestionen las tensiones de liquidez a través del propio efectivo, y en las líneas de crédito. También es recomendable evaluar opciones como la renegociación con acreedores, la restructuración de operaciones y deuda o reducir costes operativos, entre otras acciones. Asimismo, las empresas deberían evaluar las medidas adoptadas por las autoridades, que pueden mitigar parte de los impactos”.

Los efectos a largo plazo

Más allá de los efectos de la crisis en 2020, la pandemia de COVID-19 ha revelado vulnerabilidades en los sistemas de producción y el funcionamiento interno de las empresas que deberán abordarse con premura con el fin de que estén preparadas para afrontar episodios similares en el futuro.
En lo que respecta a la cadena de producción, ha quedado demostrado que la dependencia de proveedores únicos puede conllevar la paralización de todo el proceso de producción si la fuente de suministro falla. Por esa razón, es recomendable que las empresas comiencen a diversificar sus cadenas de suministro para reducir este riesgo.
Ramón Cañete, socio responsable de Supply Chain Transformation, señala que, para afrontar esta situación, las compañías deberían crear equipos de respuesta a la crisis, que coordinen las acciones necesarias y mantengan informados a los stakeholders de la compañía. “En primer lugar, será necesario revisar todos los flujos críticos dentro de la cadena de suministro, identificando y analizando todos los posibles factores de riesgo que pudieran generar un impacto significativo en los costes. También será crítico localizar los componentes de alto valor para la compañía que permita reasignar los recursos escasos de forma eficiente”, explica.
Cañete, además, considera que, de cara a futuro, “las compañías deberían pensar en sistemas más flexibles de organización de la cadena de suministro, que le permitan dar respuesta de forma más inmediata a circunstancias imprevistas como esta del COVID-19”. Y añade: “También sería recomendable avanzar en la implantación de modelos de gestión del riesgo proveedor, basados en soluciones tecnológicas de vanguardia, que permitan anticipar las situaciones de riesgo y tomar medidas de forma proactiva que anulen, o al menos minimicen, el impacto de los potenciales riesgos cuando estos ocurren”.
Hasta el pasado 11 de marzo, más de la mitad de las compañías del país no disponían de un plan de contingencia para dar respuesta a situaciones de emergencia como la del COVID-19, lo que demuestra el grado de vulnerabilidad del tejido empresarial ante este tipo de crisis. En esos planes, soluciones como el teletrabajo y otras formas de trabajo no presencial deberán tener un papel destacado.

El futuro depende de las medidas que se tomen ahora

Debemos tener en cuenta que estamos ante una situación temporal: aunque a corto plazo, el impacto será mayor que en la Gran Recesión, la pandemia no ha generado sobreendeudamiento, ni desequilibrios macroeconómicos, por lo que la recuperación debería ser más rápida. La velocidad con la que se manifieste esa recuperación vendrá determinada por la duración de la pandemia (conforme más tiempo dure, mayor será el impacto negativo sobre el PIB), así como por las medidas que se tomen para limitar su huella en los agentes económicos.
Evolución del impacto según la duración del estado de alarma
A este respecto, el Gobierno español aprobaba el pasado 17 de marzo el Real Decreto-ley 8/2020, que incluía la creación de una línea de avales de garantías públicas para facilitar liquidez a empresas por importe de 100.000 millones de euros o la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo. Ambas medidas habían sido ampliamente demandadas por los empresarios para mitigar los efectos sobre el empleo y facilitar la recuperación una vez que la emergencia finalice. Sin embargo, la posibilidad de aplazar las cotizaciones a la Seguridad Social, que constituía otra de las reclamaciones de los empresarios, no fue recogida.
Jordi García Viñas, director en el Área Laboral de KPMG Abogados, señala que aún es pronto para predecir el impacto de esta crisis sanitaria en el ámbito laboral. “Muchas empresas se han visto obligadas a cerrar en virtud del estado de alarma y aquellas que permanecen abiertas deben hacer frente a problemas de suministro de materias primas o caída de los clientes. En este escenario, las compañías deben tomar decisiones precisas para poder mantener su actividad económica, teniendo en cuenta no sólo aspectos estrictamente jurídicos, sino también estratégicos y, por qué no, reputacionales. Las soluciones son variadas, pero todas ellas deben ser útiles, no sólo durante este periodo de emergencia, sino también durante el periodo posterior; y, preferiblemente, estar consensuadas con los representantes de los trabajadores”, explica.
Otras disposiciones recogidas en el Real Decreto-ley orientadas a garantizar el sostenimiento de rentas (garantía de prestaciones por desempleo, nueva prestación para autónomos por cese de actividad, protección a familias vulnerables) son positivas, aunque será necesario un impulso fiscal que garantice una rápida recuperación y disipe la incertidumbre.
Y esto dice el FMI:

Y McKinsey:
Mientras tanto en Alemania piden a Italia y España que pidan un rescate del MEDE…:
Y la reunión de ayer del Eurogrupo fue otro fiasco. Ninguna noticia en la prensa de hoy salvo ésta: Ofrecían medio billón de euros:
200.000 millones de garantías paneuropeas del Banco Europeo de Inversiones (BEI), otros tantos que podrían llegar como líneas precautorias de crédito del MEDE a cambio de condicionalidad 'light', aunque este sigue siendo un punto de choque, y por último el plan de apoyo al empleo (SURE) de la Comisión Europea, que podría alcanzar los 100.000 millones de capacidad.
Con esto no nos da ni para pipas. Quieren más y sin control… Italia no cede a la condicionalidad del rescate por el MEDE (no quiere que se le apliquen medidas adicionales (los famosos hombres de negro que decidan la política económica del país)), y España quiere un rescate light, que sea un rescate pero no se diga… No way. Los del Norte no quieren nada de eso… Habrá más reuniones, pero no veo que se quiera aprobar nada light y sin condiciones, dada la gravedad y el severo castigo de la recesión extrema por la que vamos a pasar los españoles e italianos…
PD2: Lo que marca la diferencia estos días a los cristianos es que sabemos que Dios no nos abandona. Nos quiere a cada uno con nuestro nombre y apellidos. Nos cuida y mima cada día. Nos regala cosas muy buenas, incluso en estos días de crisis y miedos. Se preocupa de nosotros y de nuestro bienestar. Sabemos de sus providencia y de que no nos olvida. Por eso rezamos continuamente por todos nuestros hermanos, para que sean ayudados y les llegue la fe y esperanza, tan perdida hoy en día.
Todo esto malo a lo que nos estamos enfrentando y no entendemos, será para el bien de muchos, para nuestro bien también. Hoy no lo entenderemos, pero quizás en un tiempo sí veremos el por qué de muchas cosas, el por qué nos pasó esto o aquello. Y si no lo vemos ahora, cuando muramos y los que estemos con el Señor, entenderemos todo lo que pasó en nuestra vida...
Feliz Semana Santa!