La crisis que es muy larga está  dejando muchos problemas para el futuro. Entre otros, al no haber renta  disponible, al habernos frito a impuestos y a pesar de no consumir nada más que  lo imprescindible, nos dejan sin ahorro privado que está en mínimos. Y  postergamos las decisiones de ahorro a largo plazo, ese que sirve para  complementar la jubilación, a otros momentos, para cuando salgamos adelante. Y  esto es un grave error. Si no somos constantes y dejamos cada año un poco para  el futuro, no llegaremos cuando seamos mayores. Sobre todo, si es cierto que la  crisis actual va a durar dos decenas de años más…, y esto no me lo invento yo,  lo dicen muchos economistas. Tendremos una generación perdida, la de nuestros  hijos, que tendrán un mal trabajo y que no podrán guardar, ahorrar, lo  necesario para más adelante…
Las 10 razones por las que los españoles no ahorran para la  jubilación
A los españoles nos preocupa mucho nuestra jubilación. La mayoría  desconfiamos de que vayamos a tener suficiente con la pensión pública, pero,  paradójicamente, no tomamos medidas al respecto. Ahorramos poco pensando en la  jubilación y apenas utilizamos productos especializados. En cambio, preferimos  guardar lo poco que nos sobra en depósitos y en nuestra inversión favorita: la  vivienda.
Aunque es cierto que han avanzado en los últimos años,  son muchas las razones que explican por qué los productos de previsión social  no terminan de cuajar en España. Según Inverco, el pasado año se cerró con un  aumento del patrimonio gestionado del 6,8%, hasta los 92.413 millones de euros.  Pese a ser un nuevo récord, apenas es un 9% del PIB, frente al 16% que supone  en países como Alemania.
¿Qué ha pasado en España a lo largo de los últimos años que ha  impedido un desarrollo similar al de otros países europeos en estos  productos?
1-PENSIONES PÚBLICAS COMPARATIVAMENTE ALTAS
Según la OCDE, la tasa de sustitución española es del 73,9%, lo  que significa que, cuando se retira, un español cobra el 73,9% de su último  salario, es decir, pierde un 26% de su poder adquisitivo. Aunque el “mordisco”  parezca grande, lo cierto es que está en línea con el resto de los países  desarrollados (77%), aunque con  una gran diferencia: En España, este 73,9% se cubre íntegramente con una  pensión pública y en la OCDE las prestaciones estatales sólo suponen el 40% del  último salario, el resto procede de los sistemas privados tanto obligatorios  como voluntarios.
Esta confianza en tener un pequeño recorte en el momento de la  jubilación es una de las claves del escaso arraigo que tienen los planes de  pensiones. Según un informe de ING Direct, aunque el 65% de los españoles entre  25 y 65 años está preocupado por su jubilación, sólo el 18% tiene contratado un  plan de pensiones.
De esta forma, pese a que de palabra afirmen lo contrario, con su  actitud, los ciudadanos están demostrando su confianza en que la pensión pública  será suficiente para mantenerse durante su jubilación.
2- MALOS PRODUCTOS
En España, los planes de pensiones no son especialmente rentables,  sobre todo si se descuentan las comisiones. El gestor Martín Huete revela  cuatro datos más que llamativos que evidencian los motivos por los que los  planes de pensiones no despiertan interés.
En primer lugar, “en España de cada 100 euros invertidos en  fondos, 44,6 están colocados en productos de escaso (o nulo) valor añadido para  el participe y de mucho valor para las redes”. En segundo, de las 78 entidades  analizadas en su informe de 2013, 39 tienen unas comisiones superiores a la  media del mercado (1,13%).
Tercero, las 3 principales entidades tienen más del 45% de cuota  de mercado aunque para encontrarlas en el ránking de rentabilidad tenemos que  buscarlas a partir del puesto 42.
Y, finalmente, la cuota de mercado de las 20 primeras gestoras por  rentabilidad media (excluyendo a Bestinver) no llega al 3%".
Todo ello desanima a los ahorradores a decidirse por otro tipo de  productos financieros, al margen de los más consolidados, como los depósitos o  las cuentas de ahorro. En general, los expertos suelen criticar la escasa  imaginación que tienen las gestoras a la hora de diseñar productos atractivos  para diferentes tipos de público.
3- PREFERENCIA POR OTRO TIPO DE AHORRO
En general, los españoles prefieren productos conservadores a la  hora de mantener sus ahorros. Según Inverco, los depósitos y efectivo suponen  prácticamente la mitad del ahorro financiero de las familias. En total, al  cierre de 2013, mantenían 873.000 euros en depósitos o efectivo, es decir, a  mano por si surge algún contratiempo, de los 1,9 billones que tiene ahorrados.
Sin ir más lejos, los depósitos y cuentas corrientes acumulan 9  veces más patrimonio que los planes de pensiones y prácticamente el doble de lo  que las familias tienen invertido en Bolsa. Los fondos de inversión, aunque son  una buena opción para muchos ciudadanos, tienen 6 veces menos patrimonio  gestionado.
Además, depósitos y efectivo han ganado patrimonio (+2%) en un año  especialmente complicado como 2013, cuando el Banco de España decidió limitar  la rentabilidad de los depósitos para evitar una nueva guerra del pasivo. La  caída de la remuneración no ha hecho que los ciudadanos abandonen su  preferencia por estos productos.
4-LOS PLANES DE EMPRESA NO TRIUNFAN
Al contrario de lo que ocurre en muchos países europeos, en España  la figura de los planes de empresa no está muy extendida. Inverco cuantifica en  33.539 millones de euros el patrimonio en 2013. A pesar de ser un 3% más que en  2012, apenas es un tercio del total.
A finales del año pasado, el Gobierno sugirió un cambio legal por  el que obligaría a todas las empresas (incluidas las pymes) a ofrecer a sus  trabajadores un plan de pensiones al que podría realizar aportaciones  voluntarias. Finalmente, esta normativa no ha salido adelante y la mayoría de  las empresas no ofrece esta posibilidad a sus empleados.
Además, la decisión de la Seguridad Social de incluir las  aportaciones a los planes de empresa en la base de cotización no parece que  vaya a ayudar demasiado a que estos triunfen dentro de nuestras fronteras.
5- EL LADRILLO, APUESTA GANADORA
Aunque en los últimos años esta tendencia haya cambiado, es  evidente que el ladrillo ha sido la inversión preferida por los españoles. Una  cifra lo explica: En 2007, la riqueza inmobiliaria de los españoles equivalía  al 548% del PIB. Ahora la cifra ha bajado al 432% del PIB y se espera que se  recorte al 400% a finales de este año.
Sólo estas cifras muestran cómo el inmobiliario es la gran apuesta  de ahorro de los españoles. Saben que, si las cosas van mal, pueden vender su  vivienda y obtener fondos suficientes con los que afrontar las dificultades.  Además, en los últimos años han aparecido productos que lo fomentan, como la  hipoteca inversa, que ofrece una renta al propietario del piso sin perder el  usufructo.
Al margen de estos productos preparados para ello, es habitual que  los españoles compren una vivienda para alquilarla o venderla durante la  jubilación con el objetivo de obtener rentas adicionales con las que completar  la pensión.
6-FISCALIDAD POCO ATRACTIVA
Por el momento, se mantiene la deducción por inversión en el plan  de pensiones, que permite reducir la base imponible hasta un tope de 10.000  euros al año (12.500 euros si el contribuyente supera los 50 años). En la  campaña de 2011, último dato disponible, 3,8 millones de declaraciones, menos  del 20% del total, solicitaban esta reducción.
Su coste, unos 5.200 millones de euros al año, hace dudar sobre su  continuidad tras la reforma fiscal que el Gobierno prepara para el próximo  ejercicio dado que no ha valido para consolidar la previsión social en España.  Además, más de un tercio de las deducciones se conceden a personas con una  renta superior a los 60.000 euros.
Según los expertos, el ahorro fiscal que esto puede suponer varía  entre un mínimo del 24,75% hasta un máximo del 52%, tipo máximo del IRPF que en  algunas comunidades como Andalucía, Asturias y Cataluña puede llegar al 56%.
7- AHORRO MENGUANTE
La crisis ha hecho que la tasa de ahorro de los hogares no haya  dejado de bajar en los últimos años. Alcanzó el 16% de la renta disponible en  2009 y, al cierre del tercer trimestre de 2013, ya había bajado al 9,2%. BBVA  Research espera que continúe reduciéndose tanto este año como el próximo, de  forma que termine 2015 en el entorno del 8%.
Y es que la crisis ha menguado notablemente la capacidad de  ahorrar y lo poco que sobra se tiene a mano, en depósitos o cuentas corrientes  por si es necesario rescatarlo para salir de una situación económica complicada.
De hecho, entre los que sí tienen planes de pensiones también hay  quienes rescatan parte del patrimonio que habían aportado en años anteriores.  En 2013, 110.000 personas se vieron forzadas a sacar dinero de su jubilación  por desempleo de larga duración o enfermedad grave. En total, sacaron 500  millones de euros.
Estas escasas posibilidades de ahorrar hacen que se elijan los  productos más sencillos y a la vista para conseguir algo de rentabilidad con lo  poco que sobra a las familias tras pagar las facturas.
8- SALARIOS JUVENILES BAJOS
Un estudio de Aegon subraya que los jóvenes en activo de entre 20  y 29 años prevén que su situación financiera en la jubilación será peor que la  de sus padres (59%). Además, casi una tercera parte de ellos considera que la  pensión pública no cubrirá todas sus necesidades, sino que deberían  complementarla.
Sin embargo, sólo un 25% de estos jóvenes en activo ahorra  habitualmente, debido a que su situación financiera no se lo permite. Es lo que  se conoce como ahorradores aspiracionales, personas que querrían ahorrar, pero  no pueden
De hecho, el Observatorio Caser de 2013 añade otro dato al  respecto: el 45% de los jóvenes cree que no podrá ahorrar tampoco más adelante.  La edad media prevista para el inicio del ahorro para la jubilación ronda los  45 años.
9- FALTA DE TRANSPARENCIA
Conocer cuál será el importe de la pensión pública es casi  imposible para los españoles. El Ministerio de Empleo ha prometido enviar una  carta este año a los mayores de 50 años con esta información, pero el resto  seguirá ignorando a qué edad se podría jubilar y en qué condiciones si no hay  reformas en el sistema.
El 40% tampoco conoce cuál es la pensión media que se cobra  actualmente en el sistema y otro 38% sólo se hace “una idea aproximada”.
La opacidad no se ciñe sólo a la parte pública, sino también a las  gestoras. Caser indica que el 69% de los ciudadanos con un plan de pensiones  desconoce cuál es la comisión que paga por mantenerlo.
A partir de ahora, los intermediarios también darán datos sobre lo  que cobrarían los partícipes con sus pensiones. Para ello esperan una  rentabilidad del 3,5% que es con la que van a hacer los cálculos para  facilitarlos a sus clientes. Dicen que un 2% será inflación y el 1,5% de  rentabilidad real.
10-FRACASO DE OTROS PRODUCTOS ESPECIALIZADOS
Aunque los planes de pensiones son los más conocidos, no  respresentan la única opción de ahorrar de cara a la jubilación. Los PIAS  (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), seguros que permiten obtener una  renta vitalicia conocida de antemano, no han cuajado en España. A 31 de  diciembre, había 892.000 personas en España con este tipo de producto  contratado. Las primas aportadas en los PIAS no gozan de beneficios fiscales  pero sí la renta vitalicia que de los PIAS se percibe como prestación. De esta  renta percibida, se considera rendimiento del capital mobiliario el resultado  de multiplicar la anualidad percibida por unos porcentajes de integración que  vienen determinados por la edad del perceptor.
Las hipotecas inversas tampoco han conseguido consolidarse entre  los españoles. Aunque la mayoría de bancos españoles ofrecen esta fórmula, su  éxito ha sido más que limitado, ya que las entidades no quieren acumular más  inmuebles y prefieren ofrecer otros productos a sus clientes
Abrazos,
PD1: Empieza la Cuaresma:
¿Se pueden comer caracoles hoy? Es una gran  duda ya que a mi saben a carne… Esto es lo de menos. En cualquier caso, son un  asco. Posiblemente hoy sea el día apropiado para comer caracoles y  mortificarnos de verdad. Pero lo suyo sería que en los próximos 40 días nos  acordáramos de decirle al cuerpo que se aguante un poquito, de rezar algo más,  de ser más cariñosos con nuestro entorno y de dar mucha limosna.



