Hoy me encuentro más optimista después de leer esta entrevista a:
Emilio Ontiveros
“Toda decisión de reducir incertidumbre y fortalecer la confianza está en la base del crecimiento económico”. Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de laUniversidad Autónoma de Madrid, presidente de Analistas Financieros Internacionales y finalista de la iniciativa #Twecos de Crédito y Caución, arroja luz sobre la actualidad económica en España centrándose en aspectos tales como “exportación”, “creación de empleo” y “seguro de crédito”.
¿Todavía existe riesgo de que la Eurozona, y arrastrado por ella nuestro país, caigan en una nueva recesión o en un mayor estancamiento?
Más que en una recesión en el sentido estadístico del término, veo riesgo claro de que el núcleo de la Eurozona se estanque, que no crezca muy por encima del 1% y, de esa forma, contamine al resto de las economías. Los datos que hemos conocido a partir del segundo trimestre para las tres grandes no son expresivos precisamente de recuperación. Hemos visto como en países como Alemania la producción industrial y las exportaciones, que son los dos indicadores claves, han hecho una inflexión.
Por lo tanto, sin llegar al dramatismo de anticipar una tercera recesión, es verdad que ha habido riesgos de prolongación de un estancamiento, combinado con una tasa de variación de los precios, con una inflación que en algunos países está ya directamente en la frontera deflacionista, como es nuestro caso.
El 60% del PIB español procede del consumo de las familias, pero parece difícil que este consumo aumente por la contención de salarios. ¿Por qué vía puede crecer entonces la economía española?
La única vía posible, respetando el cuadro presupuestario al que nos hemos comprometido, es que Europa adopte decisiones claras de estímulo de la demanda en dos direcciones. Que Alemania utilice el margen de maniobra que tiene en sus finanzas públicas para aumentar la inversión pública. Y que se anticipe el plan de inversión que el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha puesto sobre la mesa, esos 300.000 millones de euros destinados a inversión paneuropea, a inversión conjunta en la Unión en áreas que fortalecerán su capacidad competitiva, como las redes eléctricas y las telefónicas.
No hay otra alternativa que seguir los pasos que llevaron a cabo economías como la de Estados Unidos o la británica, que hoy afortunadamente están fuera de la recesión. Mantener el tono de la política monetaria, incluso si llega el caso comprar deuda pública en el mercado secundario; y utilizar los recursos, que no son muchos pero que pueden constituir una señal fortalecedora de la confianza, para inversión pública tanto a nivel nacional como a nivel de las instituciones europeas.
Y en esta hoja de ruta ¿es optimista o piensa que el camino es muy complicado?
Es complicado, pero no soy pesimista. Creo que se ha dado un paso en la cesión que han hecho el gobierno francés y el italiano de corregir, una vez que su presupuesto había sido objetado por Bruselas; es una cesión en la dirección de que, efectivamente, hay que tender a cumplir las reglas, el pacto de estabilidad. Y ahora le toca dar la contrapartida a Alemania; y esa contrapartida tiene que venir por una mayor tolerancia a la inversión pública, tanto nacional como europea. Es verdad que la experiencia nos obliga a ser muy escépticos, pero el riesgo de japonización de la Eurozona es tan elevado y la inflexión en el crecimiento alemán ha sido tan clara que entiendo que la coalición de gobierno alemana, poco a poco, irá cediendo.
Durante los últimos años hemos diversificado nuestras exportaciones. ¿Qué riesgos y beneficios conlleva esta evolución a corto y medio plazo?
Es verdad que hemos diversificado las exportaciones. Yo diría que hemos hecho dos cosas muy buenas. En primer lugar, hemos aumentado la propensión exportadora y ahora hay más exportadores que antes. Y, en segundo lugar, hemos diversificado los destinos de las exportaciones, y esto es objetivamente bueno porque ya no solo dependemos de la Eurozona, aunque la mayoría aplastante de las ventas al exterior siguen dirigiéndose allí.
El único riesgo de esa diversificación geográfica es que el euro no siga depreciándose; es necesario que lo siga haciendo fundamentalmente frente al dólar. Y el otro riesgo es esa suerte de desaceleración que han experimentado las economías emergentes, a algunas de las cuales –Brasil, por ejemplo- habíamos intensificado nuestras exportaciones en los últimos años.
¿Qué nuevas medidas cree necesarias para acelerar la creación de empleo?
Yo diría que decisiones que tuvieran que ver con el fortalecimiento de la capacidad para emprender. Creo que, aún cuando se están liberando obstáculos, España es todavía uno de los países donde es más difícil y cuesta más tiempo crear una empresa, abordar nuevos negocios. En momentos como éste, liberar todo tipo de obstáculos para que buenos talentos puedan asignarse a nuevas empresas sería una forma ya no solo de liberar empleo -a través de los propios autónomos que se puedan convertir en empresarios-, sino también de crear empresas en sectores con algo más de tecnología, en sectores más intensivos en valor añadido que puedan contribuir, en definitiva, a la creación de empleo.
A lo largo de su trayectoria usted ha recibido diversos premios por su actividad de investigación, pero también por la divulgación de la cultura económica y financiera. ¿Qué lecciones de economía hemos aprendido mejor los españoles durante estos últimos años, aunque algunas hayan sido a base de malas experiencias, y qué nos queda aún por aprender?
Quizás la primera de las lecciones es que el mundo está absolutamente interrelacionado, que no basta ser ciudadano de un determinado país para estar afectado, positiva y negativamente, por lo que ocurre en otras latitudes. Esta crisis nació en Estados Unidos, pero sus principales daños los estamos registrando en Europa. Por lo tanto, la fácil interdependencia económica es una lección.
Otra lección es que en política económica no hay que tener excesivos prejuicios. Hay que anteponer ante todo la minimización de los riesgos de recesión prolongada y, por lo tanto, hay que hacer uso de todas aquellas políticas de estímulo de la demanda agregada que eviten males peores. Y la tercera lección, muy concreta para el ciudadano de a pie, es que es bueno aumentar la propia cultura económica y financiera. Disponer de elementos de juicio y contar con un grado de alfabetización económica suficiente es casi tan necesario como tener el carné de conducir.
En este sentido, ¿nos queda un largo recorrido por delante o vamos avanzando?
Vamos avanzando, pero como decías tú antes, a fuerza de coscorrones. Por tanto, sería bueno asumir ese gap de información y cultura económica y financiera; y que el ciudadano se preocupara de conocer que es lo que determina su prosperidad y la evolución de sus ahorros, con el fin de ser libre, evitar engaños y convertirse en última instancia en dueño de sus decisiones económicas.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
Es fundamental. Toda decisión que suponga trasladar certeza, reducir incertidumbre y fortalecer la confianza está en la base del crecimiento económico. Por lo tanto, el fortalecimiento de las modalidades de seguro de crédito constituye un avance esencial para que, sobre todo medianos y pequeños empresarios, recuperen la necesaria confianza, que es el fundamento de la inversión y, tras ella, de la creación de empleo.
Ahora solo resta esperar a que Draghi inyecte al mercado esa liquidez que esperamos con las manos abiertas, para que suban las bolsas, ya que poca llega a la economía real…, y a Juncker para que nos de a todos esos 300.000 millones de euros prometidos, que no tiene la UE…, para que el crecimiento aparezca, aunque me temo que va a ser con cuentagotas y en tres años, y solo si los empresarios emprenden proyectos atractivos. Abrazos,
PD1: Pero luego miro la realidad española de corrupción total y me deprimo. Ojo, que no es solo corrupción de los políticos, que están desatados y no hacen nada para combatirla, estamos en un país corrupto hasta las entrañas… TODOS somos los culpables, no solamente los políticos:
Pequeña lista, no exhaustiva, de pequeñas y no tan pequeñas corruptelas, que la mayoría de los españoles practicamos, en un país de pícaros y amorales…
1.- Si me dejan elegir, sin IVA, por supuesto
2.- Engañando en las declaraciones para obtener becas, ayudas escolares de todo tipo, paro, subvenciones, etc etc
3.- Mentir en la Declaración de Hacienda
4.- Llamar, siempre que se puede, a un chapuzas, sale mucho más barato
5.- Trabajar haciendo chapuzas, o en negro, después del trabajo habitual, unos euritos nunca vienen mal
6.- Practicar el sano deporte de las bajas simuladas
7.- Ahora vuelvo, salgo a hacer un recado, y no volver en tres horas
8.- Llevarse a casa material de oficina…
9.- Esta gestión te la agilizo yo, que mi primo trabaja en…España es el país de los enchufes
10.- Echarle varias horas en el trabajo a leer el periódico, a contestar los emails personales, a actualizar las redes sociales, a asuntos propios, a leer estas memeces, a costa de no sacar la tarea, a costa de no hacer el trabajo encomendado
11.- etc etc etc
2.- Engañando en las declaraciones para obtener becas, ayudas escolares de todo tipo, paro, subvenciones, etc etc
3.- Mentir en la Declaración de Hacienda
4.- Llamar, siempre que se puede, a un chapuzas, sale mucho más barato
5.- Trabajar haciendo chapuzas, o en negro, después del trabajo habitual, unos euritos nunca vienen mal
6.- Practicar el sano deporte de las bajas simuladas
7.- Ahora vuelvo, salgo a hacer un recado, y no volver en tres horas
8.- Llevarse a casa material de oficina…
9.- Esta gestión te la agilizo yo, que mi primo trabaja en…España es el país de los enchufes
10.- Echarle varias horas en el trabajo a leer el periódico, a contestar los emails personales, a actualizar las redes sociales, a asuntos propios, a leer estas memeces, a costa de no sacar la tarea, a costa de no hacer el trabajo encomendado
11.- etc etc etc
Interesante lo que dicen aquí:
Tomaré palabras prestadas de Xosé Alvilares, escritor gallego que escribió hace años un ensayo como la corrupción política en aquella región. Dice Alvilares: “Una política, un determinado estilo de gobierno, crean en la sociedad actitudes colectivas, mentalidades. La clase política puede también corromper a una sociedad. La mentalidad del vasallo crea al cacique, pero la política del cacique crea la mentalidad de vasallo”. España no tiene clara su identidad nacional, pero no hay dudas de su identidad sociológica. Somos un país de moral sui generis en el que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón; un pueblo en el existe una envidia que es sana y en el que la expresión de la ‘vista gorda’ significa, en realidad, hacer la vista mínima, mirar para otro lado.
Haber conquistado América, convertir España en un imperio en el que jamás se ponía el sol y ser uno de los estados más viejos de la vieja Europa no nos ha servido para mirarnos en una sola bandera, pero sí para crear esta moral que nos atraviesa sin fronteras regionales; es un poso de moral alambicada, valores retorcidos, principios contradictorios que se dan la mano. La implantación de la picaresca se debe a un pueblo que la llevó a las más altas cotas del aprecio social. Ser pícaro tiene siempre un pase en España. Si no hubiera sido así, el pícaro no habría entrado en la literatura. Cervantes no habría escrito de Rinconete y Cortadillo, y no existiría el Lazarillo de Tormes o el Guzmán de Alfarache. Sólo en España podría darse esta naturalidad:
–¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón?
–Sí –respondió él–, para servir a Dios y a las buenas gentes. (...) Cada uno en su oficio puede alabar a Dios, y más con la orden que tiene dada Monipodio a todos sus ahijados.
PD2: ¿Estaremos llegando a esto? Estaremos locos, o nos falta poco…
Mi hija cumplía años y le organizamos la fiesta en un salón para que invitara a todos sus amigos.
Esa noche, a medida que iban llegando, se acomodaban en el lugar asignado y enseguida abrían sus móviles y se ponían a conversar por medio de mensajes de texto, o a jugar con esos aparatitos maravillosos entre mensaje y mensaje.
Era muy tierno verlos concentrados cada uno en la pantalla de sus sobrios y negros aparatos, como especificaba la invitación “elegante sport y celulares negros”. Qué grandes están todos, pensar que los conozco desde que hablaban entre ellos...
Todavía les recuerdo la voz, algunos no me creen que cuando eran chicos hablaban y se miraban a los ojos. Yo no los corregía, claro; “ya van a crecer y van a aprender solos a no hablar”, pensaba.
Cuando llegó el momento del baile, cada uno conectó los auriculares a su móvil, eligió la carpeta de canciones que más le gustaba y entró a la pista. Daba la sensación de que todos estaban bailando el mismo tema.
La entrada de mi hija fue apoteósica, exultante de emoción. Sus amigos se desesperaban por ser los primeros en hacerle llegar su texto de felicitaciones, moviendo a toda velocidad sus pulgares. Algunos, los más previsores, ya tenían el mensaje preparado y lo único que debían hacer era apretar “ok”. El teléfono de mi hija no paraba de vibrar y como era imposible leerlos todos, guardó algunos para más tarde.
Me acerqué a ella y sin darme cuenta le dije:
- Feliz cumpleaños, hijita.
Ella me miró horrorizada y se apartó de mí. Preocupado, fui tras ella y le pregunté si le pasaba algo, si había hecho algo que la incomodara. Tomó el móvil y me mandó un mensaje de texto:
- M kieres avergnzar frnte a ms amgs? Hzme fvor, pra q stn ls tlfnos?
No tuve más remedio que abrir el mío y mandarle mis felicitaciones
- prdon, fliz cmplños, hjta. Tqm. Papa.
Fue el cumpleaños perfecto. Cómo pasa el tiempo, qué viejo estoy, pensar que casi le doy un beso...
Esa noche, a medida que iban llegando, se acomodaban en el lugar asignado y enseguida abrían sus móviles y se ponían a conversar por medio de mensajes de texto, o a jugar con esos aparatitos maravillosos entre mensaje y mensaje.
Era muy tierno verlos concentrados cada uno en la pantalla de sus sobrios y negros aparatos, como especificaba la invitación “elegante sport y celulares negros”. Qué grandes están todos, pensar que los conozco desde que hablaban entre ellos...
Todavía les recuerdo la voz, algunos no me creen que cuando eran chicos hablaban y se miraban a los ojos. Yo no los corregía, claro; “ya van a crecer y van a aprender solos a no hablar”, pensaba.
Cuando llegó el momento del baile, cada uno conectó los auriculares a su móvil, eligió la carpeta de canciones que más le gustaba y entró a la pista. Daba la sensación de que todos estaban bailando el mismo tema.
La entrada de mi hija fue apoteósica, exultante de emoción. Sus amigos se desesperaban por ser los primeros en hacerle llegar su texto de felicitaciones, moviendo a toda velocidad sus pulgares. Algunos, los más previsores, ya tenían el mensaje preparado y lo único que debían hacer era apretar “ok”. El teléfono de mi hija no paraba de vibrar y como era imposible leerlos todos, guardó algunos para más tarde.
Me acerqué a ella y sin darme cuenta le dije:
- Feliz cumpleaños, hijita.
Ella me miró horrorizada y se apartó de mí. Preocupado, fui tras ella y le pregunté si le pasaba algo, si había hecho algo que la incomodara. Tomó el móvil y me mandó un mensaje de texto:
- M kieres avergnzar frnte a ms amgs? Hzme fvor, pra q stn ls tlfnos?
No tuve más remedio que abrir el mío y mandarle mis felicitaciones
- prdon, fliz cmplños, hjta. Tqm. Papa.
Fue el cumpleaños perfecto. Cómo pasa el tiempo, qué viejo estoy, pensar que casi le doy un beso...
Habría que tirarlos a la basura… ¡Qué hartura tanta conexión online!