28 noviembre 2014

28 noviembre 2014 Pensiones

Los países cuyo Estado aporta más a pensiones, las personas aportan menos de forma individual a los planes privados:

La sostenibilidad del sistema de pensiones en España

Tres cosas no faltan nunca cuando llega el tramo final del año: el Adviento, las Navidades y las campañas de los dichosos Planes de Pensiones. Productos muy interesantes a nivel fiscal, muy rentables para los Bancos y Aseguradoras, pero sobre todo, útiles si se comienza a ahorrar a tiempo. Pero vayamos al quid de la cuestión: ¿Es sostenible el Sistema Nacional de Pensiones español? La respuesta es clara. Tal y como lo conocemos, NO.
Un hecho es irrefutable, y es el envejecimiento de la población española. Pero claro, vamos al detalle: ¿qué generaciones están envejeciendo? Las gráficas piramidales tienen la respuesta.
¡Eureka! El Baby Boom español de la década de los 60 es el “culpable” de la futura insostenibilidad del Sistema de Pensiones. El punto crítico se espera entre el 2040 y 2050, cuando esa generación entre en su grado máximo de dependencia. Mi punto de vista es que será un problema que requerirá un cambio de modelo, pero no tan extremadamente urgente como nos quieren hacer creer. Hay tiempo hasta el año 2020 o 2025, pero sí o sí habrá que cambiar de modelo. La otra opción sería recortar -y mucho-.
El Sistema actual se mantiene con las cotizaciones, lo que usted cotiza hoy, no es para su pensión, es para la de su padre, que la está cobrando hoy. Las reformas realizadas han incrementado el periodo de cotización para el cálculo de la base reguladora de las pensiones, que en la práctica significa una reducción de las pensiones de jubilación. No se va al problema raíz, no se cambia el sistema. Se dilata el problema, sin solucionarlo.
¿Hay solución posible? Sí, si hay voluntad política. Cambiemos el Sistema. Parece casi seguro que vamos hacia un Sistema mixto, o lo que es lo mismo, obligar a los trabajadores a que se hagan un plan de pensiones privado. Solución liberal. Pero últimamente, varios economistas sugieren que las pensiones dejen de ser sufragadas por la Seguridad Social, y vayan directamente a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, que las pensiones se paguen vía impuestos, como sucede con la Defensa, Sanidad o Educación. Solución antiliberal. Esto supondría mayor carga fiscal o más déficit para el Estado. ¿Qué hacer entonces?
Personalmente, no lo sé, no tengo una bola de cristal, y si llevamos 30 años discutiéndolo, por algo será. Sólo tengo clara una cuestión. Dentro de 10 años, los gobernantes tendrán que haber elegido entre subir las cotizaciones, forzar el ahorro privado a la ciudadanía, subir los impuestos (especialmente a aquellos que no pagan o pagan poco) o aumentar el déficit del Estado. Y esto, como todo, son decisiones políticas. En las próximas dos legislaturas, nos jugamos nada más, y nada menos, que los próximos 50 años… Solo les pido una cosa: Gobierne quien gobierne, háganlo pensando en el bien común, ¡por favor!
Abrazos,
PD1: Aquí unos trucos para actuar a tiempo:
Empezar pronto, ser constante y apostar por la renta variable
¿Es posible ahorrar 150.000 euros para la jubilación teniendo un sueldo normal? La respuesta es sí. Y sin realizar un esfuerzo titánico. Aunque todo depende de qué se considere un salario “normal” o cuál es la situación familiar de cada persona. La clave para llegar a acumular ese capital está en empezar cuanto antes, apostar por la renta variable durante los primeros años de ahorro, e ir incrementando la aportación a lo largo de la vida laboral.
De acuerdo con la simulación elaborada por Francisco Marín, presidente del comité de servicios a asociados de EFPA(asociación europea de planificación financiera, en sus siglas en inglés), para alcanzar un ahorro de esa magnitud habría empezar a ahorrar con 35 años, o incluso antes. Un trabajador de esa edad, con un sueldo bruto anual de 30.000 euros (algo por encima del, salario medio en 2013), casado y con hijo a su cargo, debería comenzar a aportar 150 euros al mes, y seleccionar un plan en el que haya un fuerte componente de Bolsa.
Para evitar que las aportaciones estén condicionadas por los vaivenes del mercado, los expertos recomiendan ir poniendo dinero en el plan periódicamente (una vez al mes o, como mucho, una vez al trimestre), de modo que el ahorro no esté condicionada por una Bolsa demasiado cara. Si las aportaciones son sistemáticas, se irá acumulando el patrimonio tanto en los momentos buenos, como en los malos.
A medida que ese trabajador vaya teniendo menos cargas familiares, debería ir incrementando la aportación mensual. Así, en la simulación realizada por Marín, esta persona, con 45 años, dos hijos, y un sueldo de 40.000 euros brutos al año, debería aportar 250 euros al plan de pensiones.
En la última etapa de la vida laboral, en la que previsiblemente la persona no tendrá hipoteca ni hijos a su cargo, debería ser en la que se haga el mayor esfuerzo de ahorro. En el supuesto planteado, el trabajador contribuiría a partir de los 60 años (con un sueldo de 50.000 euros), con 350 euros al mes.
Manteniendo estas premisas, en el momento de la jubilación (a los 67 años) podría haber acumulado un capital de 144.000 euros, tomando como referencia una rentabilidad media anual del 3%, descontando gastos y comisiones. En caso de que optara por rescatar su plan de pensiones por medio de una renta vitalicia, el trabajador tendría derecho a cobrar una renta mensual de 795 euros, suponiendo que llegara a los 87 años.
Si se cumplen las previsiones de que las pensiones públicas sufrirán una importante merma durante las próximas décadas (por el alargamiento de la esperanza de vida y la bajísima tasa de natalidad de España), esos casi 800 euros serían un buen complemento para la pensión pública. Según los cálculos del simulador de pensiones del Instituto BBVA de Pensiones, en la simulación realizada, la pensión a la que tendría derecho ese trabajador representaría menos del 60% del sueldo que tendría justo antes de jubilarse.
Carta para los mayores de 50 años
Para aumentar la información con la que cuentan los cotizantes a la Seguridad Social, el Gobierno va a empezar a enviar cartas a los mayores de 50 años ofreciéndoles una estimación sobre lo que cobrarán al retirarse. Los expertos del sector financiero consideran que este paso será fundamental para que la gente pueda tomar una decisión más formada sobre su planificación de cara a la jubilación.
Una de las ventajas de empezar a ahorrar pronto (algunos especialistas creen que las primeras aportaciones deberían coincidir con el acceso al mercado laboral) es que en las primeras décadas se pueden elegir productos volcados en renta variable. Como faltaría mucho tiempo para el rescate del plan, una mala evolución de la Bolsa durante varios ejercicios sería asumible, y el partícipe podría beneficiarse de la tendencia alcista contrastada de los mercados bursátiles en el largo plazo.
En la simulación elaborada por Francisco Marín, el trabajador empezaría aportando dinero a un plan de pensiones muy volcado en renta variable (un 80% del total de la inversión), evolucionaría hacia un producto mixto (renta fija-renta variable) y finalizaría su vida laboral con un plan de pensiones que estuviera concentrado en renta fija, para garantizarse que al vencimiento no perdiera parte del capital acumulado.
Rentabilidad estimada
Si en esta simulación se incluyeran rentabilidades superiores al 3% para la fase agresiva y moderada (que suponen 25 años), el capital acumulado superaría con creces los 150.000 euros. En los planes de pensiones individuales, la media de rentabilidad en los últimos 20 años ha sido del 4,39%, según datos de Inverco.
Hasta ahora, uno de los factores que echaba para atrás a los jóvenes a la hora de plantearse contratar un plan de pensiones era la iliquidez del producto: tan solo podía recuperarse el dinero aportado en el momento de la jubilación. Sin embargo, los supuestos de rescate se han ido ampliando. Enfermedad grave, invalidez, desempleo, riesgo de embargo de la vivienda habitual... El Gobierno ha querido dar una vuelta de tuerca a este producto y, a partir de 2015, se introducirá un nuevo supuesto de liquidez: las aportaciones mantenidas al menos 10 años. Esto permitirá que desde 2025 se puedan retirar los cerca de 100.000 millones de euros de patrimonio acumulados a día de hoy en planes de pensiones.
En las simulaciones elaboradas por la EFPA también se aprecia la dificultad de ahorrar si se empieza muy tarde. El trabajador de 60 años que aporta 350 euros al mes hasta los 67 tan solo dispondría de un patrimonio en su plan de pensiones de 32.666 euros
PD2: Las pensiones tienen dos problemas: a corto la crisis y la generosidad de los políticos que siguen pagando más (este año subida del 0,25% a los pensionistas cuando la inflación ha sido del -0,4%) y a largo de demografía… ¿Llenamos España de africanos para que nos paguen las pensiones como hizo ZP al abrir España? No te quepa duda que es la única alternativa, lo que dudo es que en 30 años puedan tener trabajo todos estos africanos y quieran pagar su Seguridad Social…
Este es un gráfico que a todos debería hacernos reflexionar en materia de pensiones. Muestra la evolución previsible de la población ocupada y del número de pensionistas. Aunque es un gráfico aterrador, se basa en dos hipótesis harto optimistas: la primera es que en España trabajará el 70% de la población con edad para hacerlo, algo que apenas conseguimos en plena burbuja; la segunda, es que el número de pensiones a pagar coincide con el de personas mayores de 67 años, cosa que hoy tampoco ocurre, pues el sistema de Seguridad Social también cubre las pensiones de incapacidad permanente, de orfandad y en favor de familiares (hoy la Seguridad Social abona 9,1 millones de pensiones, y el número de personas mayores de 65 años es de poco más de ocho millones).
Evolución demográfica previsible de España
Fuente: INE
Si con ocho millones de personas mayores de 65 años y 16,7 millones de trabajadores no podemos sostener las pensiones actuales, imaginaos qué sucederá en las próximas décadas conforme ese diferencial se vaya volviendo todavía más estrecho. Algunas implicaciones:
+ Las pensiones que hoy promete pagar la Seguridad Social (no en cuantía, sino en método de cálculo: 100% del sueldo medio en los últimos 25 años si has cotizado 37 años a lo largo de tu vida laboral) son absolutamente insostenibles. Ni la tibia reforma que prepara Mariano Rajoy será capaz de sostener el sistema, salvo que experimentemos mucha inflación (en cuyo caso, las pensiones se diluirán sistemáticamente en términos reales).
+ Que la relación entre trabajadores y pensionistas vaya a descender abruptamente no implica necesariamente que las pensiones vayan a caer en el futuro. Si la economía crece lo suficiente, las pensiones podrían hacerlo. Lo que sí significa es que la renta relativa de los pensionistas con respecto a la renta media de la sociedad va a hundirse (a menos que se saquee a impuestos a los trabajadores en activo).
+ La inmigración podría parcialmente paliar el problema, haciendo la transición demográfica algo más suave, pero si devenga nuevos derechos a pensiones futuras, sólo retrasa el problema. En todo caso, podría ser una buena idea permitir la inmigración libre a España a cambio de no devengar derechos a la Seguridad Social.
+ Sea como fuere, el consejo práctico más importante que debe extraer del gráfico anterior es sencillo: ahorre e invierta. Si confía su jubilación a los políticos, terminará sintiéndose pobre y estafado.
PD3: El Señor no eligió para enseñarles su mensaje de amor a las altas esferas judías de la época. No, no se dirigió a los ricos, ni a los sacerdotes de las sinagogas, ni a Herodes y su séquito, ni a los jefes romanos, ni a los escribas (los abogados de la época), ni a los fariseos, esos que se creían mejor que los demás porque se veían superiores (como los soberbios de ahora)…
Se dedicó a curar y sanar enfermos, curo hasta los más parias de esa época, los leprosos, a perdonar los pecados a las prostitutas, hablaba con los publicanos (lo peor y más odiado de los habitantes de entonces, los que cobraban impuestos para mandarlos a Roma), se juntaba con lo peorcito de entonces, con los pecadores…
Incluso eligió como ayudantes a unos cuantos pescadores y a un publicano (recaudador de impuestos). Pudo haber elegido para su labor a unos pastores de ovejas, o unos sacerdotes, o unos escribas que dieran cuenta de lo que hacía… Pero no, eligió a unos valientes que lo dejaron todo, sabedores de que era el que esperaban.
Por eso si te crees que tu eres diferente, que tus pecados son muy grandes, no te debes preocupar. El Señor nos ama a cada uno con todos nuestros defectos, y ha venido a salvarnos, a perdonarnos de nuestras miserias, a nosotros grandes pecadores…