Según el Círculo de Empresarios: Dentro 10 años se jubilarán entre 700.000 y 800.000 personas cada año y solo 400.000 se incorporarán al mercado…
Quieren obligar a la gente a hacerse un plan de pensiones semi obligatorio, or else…
Los planes de pensiones semiobligatorios, una opción ante el agujero de las pensiones
La banca y las aseguradoras defienden este sistema. Los sindicatos tienen sus reservas y creen que hay cosas más urgentes, pero no lo descartan.
El problema de sostenibilidad del sistema de pensiones cada vez preocupa más al mundo económico. Los ingresos no acaban de remontar y los gastos son cada vez más elevados. Y las cosas seguirán empeorando. Según un estudio del Círculo de Empresarios, dentro de una década se jubilarán entre 700.000 y 800.000 personas cada año y solo 400.000 se incorporarán al mercado de trabajo. El sistema público no será suficiente y habrá que buscar fórmulas que lo complementen, como los planes de pensiones de empresas semiobligatorios, una opción que gusta en el mundo de la banca y las aseguradoras y que los sindicatos no descartan del todo, aunque tienen sus reservas.
Los planes de pensiones de empleo ya existen en España. Son sistemas de previsión social complementarios de la prestación de la Seguridad Social, promovidos por una empresa o institución pública en beneficio de sus empleados, independientemente de su tamaño y del sector al que pertenezcan. Pero la propuesta que gusta a la banca y a las aseguradoras es hacerlos semiobligatorios, de forma que la empresa o institución tenga la obligación de ofrecerlo al empleado cuando le contrate. Eso sí, el trabajador puede rechazarlo si así lo considera.
Tal y como ha explicado el director de estudios de Inverco, José Luis Manrique, a Vozpópuli, la idea proviene del sistema que aprobó Reino Unido en 2008, que obliga a todas las empresas a ofrecer a sus empleados la posibilidad de contratar una pensión privada. En el caso del Reino Unido, el empleador aporta un 1% del salario al plan, el empleado un 2% y la administración otro 1%. Las empresas, además, pueden compensar su aportación vía bonificación en la Seguridad Social.
Inverco avisa de que las pensiones públicas no serán ni la mitad del último salario dentro de unos años
Para Manrique, estos planes son el instrumento perfecto para completar las pensiones públicas haciendo el sistema sostenible y sin que los jubilados tengan que afrontar una fuerte pérdida de poder adquisitivo cuando se jubilan. Si no se buscan alternativas de este tipo, los trabajadores de ahora tendrán que asumir que las pensiones que percibirán en el futuro no llegarán ni a la mitad de su último sueldo, lo que implicará una pérdida de poder adquisitivo enorme.
Con esta caída de la tasa de sustitución, la pensión máxima pasaría de los 2.500 euros de hoy en día a 1.500 euros. Y la pensión media rondaría los 600 euros, frente a los 1.000 euros de ahora. Por eso, Manrique cree que hay que incentivar formas de ahorro como los planes de pensiones semiobligatorios, un sistema en el que participarían todos los agentes y que se está aplicando de forma muy fructífera en otros países, como Reino Unido y Holanda.
La presidenta de la patronal del seguro Unespa, Pilar González de Frutos, también se ha manifestado públicamente a favor de estos sistemas en varias ocasiones. A su parecer, crear impuestos específicos como se propone en algunos ámbitos solo ayudará temporalmente al sistema público. A largo plazo, hay que asumir que la tasa de sustitución (la pensión que percibe en jubilación en comparación con su último sueldo) va a disminuir. Y el diferencial de ingresos tendrá que salvarse necesariamente a través de sistemas de capitalización complementarios. "Un sistema pseudo obligatorio es perfectamente compatible con los principios constitucionales de este país y con la libertad individual del trabajador para decidir si se queda en dicho sistema o se da de baja del mismo de forma voluntaria", ha dicho en alguna ocasión.
CC.OO. cree que primero hay que mejorar la sostenibilidad del sistema público y subir los salarios
Los sindicatos no ven con malos ojos esta propuesta, pero tienen sus reservas. El secretario de Protección Social de CC.OO., Carlos Bravo, ha asegurado a Vozpópuli que antes de aplicar un sistema así hay que fortalecer el sistema público de pensiones y mejorar la estabilidad en el empleo y los salarios. A su parecer, los ciudadanos tienen que sentirse más seguros en el trabajo y percibir mejores sueldos para renunciar a rentas actuales para generar rentas futuras.
Según Bravo, cualquier sistema complementario de pensiones está bien y resulta útil, pero no se debe vender a los ciudadanos la idea de que las pensiones van a bajar sí o sí en el futuro y que tienen que destinar su dinero a un sistema complementario para asegurar su jubilación. “Es un discurso poco responsable”, sostiene Bravo, para quien es más importante fortalecer el sistema público actual para asegurar su sostenibilidad en el futuro y mejorar las condiciones actuales de los trabajadores, lo que supondrá al mismo tiempo una mejora del sistema vía cotizaciones.
La foto de los planes de pensiones
Las cifras que maneja Bravo apuntan a que 1 de cada 4 trabajadores tiene un sistema complementario de pensiones en España, unos 3,5 millones de personas. Pero solo el 10% de esos 3,5 millones de personas están generando un ahorro suficiente para completar sus prestaciones el día de mañana y garantizar un buen complemento para su pensión. Estos sistemas son útiles y hay que fomentarlos, es bueno para los ciudadanos y para la economía, pero hay que hacer otras cosas antes.
En lo que sí que están todos de acuerdo es en la necesidad de buscar soluciones. Hay que hacer reformas y concienciar a la sociedad. Según un estudio de Aegon, los españoles son los que menos ahorran para la jubilación y los que más confían en las pensiones públicas como fuente de ingresos principal, a pesar de la actual debilidad del sistema. Hoy en día ya nadie duda de la necesidad de hacer reformas y se da por hecho que las pensiones coparán gran parte del debate en la próxima legislatura.
Abrazos,
PD1: Es una total estafa y tratan de engañarnos con sus patrañas…
La estafa piramidal es un esquema de negocio que se basa en el continuo y cada vez mayor aporte de nuevos socios y nuevos fondos al esquema, ya que las ganancias de los primeros llegados son las aportaciones de los últimos, al no existir una actividad real que sustente el negocio. De este modo, si los nuevos socios y sus aportaciones igualan o superan los pagos que hay que realizar a los socios ya existentes, el sistema funciona. Cuando la población de posibles participantes cae, los beneficios de los participantes originales disminuyen y muchos participantes terminan sin beneficio alguno tras haber financiado las ganancias de los primeros. Es entonces cuando el sistema colapsa y pasa a ocupar las primeras planas de los periódicos.
Uno de los primeros casos de estafa piramidal tuvo lugar en los años 70 del siglo XIX. Su creadora fue Baldomera Larra, hija del escritor y periodista Mariano José de Larra. El engaño comenzó a gestarse cuando su marido se fue a América tras el regreso de Alfonso XII a España y ante su precaria situación comenzó a acudir a prestamistas. Los intereses que tenía que pagar eran tan altos que a cambio prometía el doble de lo que le habían prestado. Sin embargo, el dinero que devolvía procedía de otro cliente al que le había hecho la misma oferta. Su fama de cumplidora se extendió tanto que llegó incluso a crear la Caja de imposiciones, así como una fundación de ayuda a los pobres, que duró hasta que la trama se destapó en 1876.
Carlo Ponzi, de origen italiano pero emigrado a Estados Unidos, hacia 1920 vio un suculento negocio en los cupones de respuesta internacional que la gente enviaba desde Europa a sus familiares. Cuando detectó que el tipo de cambio de estos cupones tenían un valor superior en América del Norte, Ponzi creó su propia compañía: Security Exchange Company, en la que se prometían altos beneficios a los inversores. Todo se vino abajo cuando el diario The Boston Globe descubrió que Ponzi pagaba parte de esos intereses con el dinero de otros inversores hasta crear una inmensa pirámide fraudulenta. Es lo que se conoce como el “esquema de Ponzi”.
Un caso más actual ha sido el de Bernard Madoff. El gestor de carteras estafó alrededor de 50.000 millones de dólares al frente de su compañía, Bernard L. Madoff Investment Securities, apoyándose en el esquema piramidal de Ponzi. En 2009, el que fuera presidente del Nasdaq entre 1991 y 1993, fue condenado a 150 años de cárcel por diversos delitos de estafa.
En España, los casos Afinsa, Forum Filatélico o Sofico fueron famosos en su momento y sus consecuencias aún se dirimen en los juzgados.
Pero ¿cómo es posible que un sistema de pensiones pueda ser considerado como un sistema piramidal?
Sencillamente porque, como en cualquier negocio de este tipo, el dinero que aportan los nuevos entrantes se utiliza para pagar a los que salen. La diferencia está en que, en vez de llamarle estructura piramidal, hablamos de “pacto intergeneracional”. Término más bonito, pero con el mismo significado: pagan los socios nuevos a los antiguos. Hasta que ya no basten los nuevos o haya demasiados antiguos.
Nada que ver con la contratación de cualquier plan de pensiones con una entidad privada, en el que las aportaciones que el cliente realice se invierten para realizar los pagos pactados en el momento de la jubilación, nunca se usan para pagar a los clientes que ya se han jubilado. Así como tampoco están sujetos a limitaciones del tipo de tener que cotizar un mínimo de 15 años para poder optar a una pensión, sin opción de, al menos, poder recuperar lo pagado, aunque no sea en concepto de pensión. O que las pensiones de viudedad sean la mitad.
Pero el sistema se está rompiendo. Las causas son principalmente tres, pero todas relacionadas con el hecho de que no sea un sistema de capitalización. La primera y más clara es la demográfica: la estructura poblacional está dejando de ser una pirámide para parecerse más a un ánfora, y con intenciones de convertirse en una copa. A día de hoy la masa de población comprendida entre 0 y 30 años es menor a la población comprendida en la franja entre los 30 años hasta los 60 años… por lo que, de forma natural, el sistema de pensiones se viene abajo porque el propio esquema poblacional en forma de pirámide que lo sustenta está cambiando.
La segunda causa es el coste medio mensual de las pensiones. En el año 2014, cada mes el Estado se gastó 8.126 millones de euros para pagar las pensiones. En la última década el coste de las pensiones ha subido a un buen ritmo (hasta el 8% en algunos momentos de los años de la burbuja inmobiliaria). Este factor se ha visto frenado por la congelación de facto que ha impulsado el Gobierno al imponer una subida del 0,25%, posiblemente hasta el fin de los tiempos.
El último factor y no por ello menos importante, está en los niveles de desempleo de España. A fin de cuentas, un parado es alguien que no forma parte para mantener el sistema de pensiones, es más, hasta que se le acaba, él también recibe prestaciones. España, con una tasa de desempleo que ronda el 20% y con un paro juvenil de España del 50%, tiene muy complicado generar suficientes recursos, ya no para pagar las pensiones actuales, sino para asegurar las de los actuales cotizantes.
Es por eso que posiblemente, si realmente no se hace algo al respecto, asistamos en unos pocos años al derrumbe de lo que podría ser denominado como la mayor estafa piramidal de la historia, si se llega a producir la augurada quiebra de la caja de la Seguridad Social.
PD2: Cuando tengo que tomar una decisión de lo que sea, no de trabajo, sino de dar un consejo a uno, de contarle a mi mujer alguna preocupación, de contar a mi madre y hermanos alguna cosa, algo importante o no, algo que puede tener consecuencias, y también cosas muy sencillitas, de esas que lo normal es que se opte por azul o rojo, lo medito con Dios en la oración de cada día. Pues eso, que el Señor en mi casa opina. No hago nada si saber su opinión, ya que valoro lo que me inspira y mucho. Luego si nos hemos equivocado, lo hacemos a medias…, y eso me da mucha paz.