30 noviembre 2016

otros países han arreglado el sistema de pensiones...

Son todo mentiras… La forma con que se quiere arreglar este desaguisado es un horror. ¿Nuevos impuestos, subida de cotizaciones…? Si el motivo para el que haya este despiporre no es sólo que se haya incrementado el paro, es que los gastos no se han parado desde la crisis… Si es que la gente NO se jubila a los 65 años, nadie… Seguimos tratando de matar pájaros usando cañones. ¿Nadie aporta algo de sensatez? No parece, son políticos…
Sólo desde el inicio de la crisis: Los gastos no han hecho más que crecer desbocados, cada vez se jubilan más… Y es mentira que los ingresos no hayan crecido solo por la destrucción de empleo, es porque el empleo creado es malo, temporal, subsidiado y se sigue prejubilando quien quiere… La gente prefiere prejubilarse antes que seguir trabajando, aunque se gane menos. Se paga tanto a los pensionistas que todos se apuntan a una buena prejubilación. Hace unos años se fijó que se jubilaría uno a los 67 años, dentro de unos cuantos años, pero es papel mojado, ya que no se cumple que la gente se jubile a los 65 años, casi nadie lo hace!!!
Y no es sólo el que no haya dinero para nada, que no lo hay, ni que los gastos de pensiones estén disparados (ahora tenemos un IPC del 0,7% y ya andan los progres queriendo subir las pensiones este porcentaje frente al 0,25% fijado), nadie pide que se queden planas, que no suban hasta que se vea la luz… No, como siempre se pasa la pelota hacia delante, que dentro de 20 años estarán otros políticos en el gobierno y vete tú a echar en cara a los que no lo supieron arreglar 20 años antes…, igual ya se han jubilado y todo!!!
Con estas previsiones, ¿qué es lo que vamos a poder cobrar los que nos jubilemos del baby boom? Pues lo que dicen, un 40% menos que ahora… Bonito!!!
España es el país con más esperanza de vida y que más paga a sus pensionistas. Se nos va demasiado del presupuesto en esta partida, pero no consiguen meterle mano, salvo creando nuevos impuestos que dudo que sirvan para nada… Se puede arreglar, pero hace falta meterle mano ya que se tarda muchos años en que medidas de fomento de la natalidad, de mejora del empleo, de crearlo y que sea bueno para que genere buenas cotizaciones…, como no empiecen de una puta vez, no veremos sus efectos pronto…
El sistema público de pensiones en España necesita ser repensado. El actual sistema, llamado de reparto, se basa en la financiación de las prestaciones de los pensionistas con las cotizaciones de los empleados en activo. Es decir, los que trabajan pagan a los jubilados. Es lo que se conoce como solidaridad intergeneracional.
¿Y cuál es el problema? Que dicho sistema se pensó para un momento socioeconómico determinado y ahora todo apunta a que debe ser actualizado. ¿Por qué? Porque la sociedad española, así como la de todos los países occidentales, está más envejecida y porque previsiblemente habrá menos personas en edad de trabajar para financiar a un número cada vez mayor de jubilados.
¿Siempre ha sido así? No. Hasta la fecha el sistema de reparto había funcionado correctamente, creando incluso excedentes que fueron a parar al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, también llamado “la hucha de las pensiones”. Sin embargo, el progresivo aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad, así como una tasa de desempleo en 2016 del 20%, hacen prever que el actual sistema no sea sostenible en los próximos años, ya que habrá más pensionistas y menos trabajadores.
Llegados a este punto conviene preguntarse qué han hecho otros países para paliar las deficiencias del sistema de pensiones. En un informe de la consultora PwC se analiza cómo están transformando sus políticas en el ámbito de las pensiones países como Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia e Italia.
Existen tres escenarios:
1-Pasar de un sistema de reparto a uno de capitalización. Es decir, cada trabajador acumula un capital en su cuenta particular realizando aportaciones prefijadas con el Estado. La mayor implantación de este sistema se encuentra en los países del Este de Europa.
2-Reformar el actual sistema de reparto. La idea es ajustar las prestaciones a cobrar a la capacidad financiera del país. Suecia, Italia y Polonia son tres ejemplos de este punto.
3-Reformas paramétricas. Dicho en otros términos, se trata de modificar los parámetros que determinan la cuantía de la prestación o de la edad de jubilación para ajustarse a la realidad actual. Países como Francia, Alemania y Portugal han optado por este cambio.
La mayoría de los países europeos acometen o siguen acometiendo transformaciones en su sistema de pensiones para paliar sus deficiencias. Vamos a ver cómo lo han hecho algunos países:
Francia (reforma paramétrica):
2010. La revalorización de las pensiones se realiza anualmente de acuerdo a la evolución de la inflación y no con el salario medio, como se hacía hasta la reforma de 2010.
2011. El período mínimo de cotización para tener derecho al 100% de la prestación pasa de los 35 a los 41 años.
2012. Período de cotización para el cómputo de la prestación: los 25 mejores años de cotización.
2013. La edad de jubilación pasa de los 65 a los 67 años.
2014. Edad mínima de jubilación: 62 años.
2015. Se añaden coeficientes correctores por jubilación anticipada o demorada.
Reino Unido (reforma paramétrica):
1-Las pensiones se revalorizan anualmente de acuerdo a la evolución de los salarios medios.
2-Se reduce de 39 años para las mujeres y 44 para los hombres hasta 30 años para ambos el período mínimo de cotización para tener derecho al 100% de la prestación.
3-Edad de jubilación. Aumentará progresivamente de los 65 a los 68 años en el período 2024-2046.
4-Introducción de un nuevo sistema de pensiones privadas. Incorporación automática de los empleados a un sistema de cuentas personales mediante la adhesión a planes promovidos por las empresas.
Alemania (reforma paramétrica):
1-Las pensiones se revalorizan anualmente de acuerdo con el crecimiento medio de los salarios netos.
2-Aumenta el porcentaje de cotización para poder acceder al 100% de la prestación.
3-Se introduce un factor de sostenibilidad. Cuando el número de contribuyentes desciende o el número de pensionistas aumenta, las pensiones se ajustan a la baja.
4-La edad de jubilación pasa de los 65 a los 67 años.
5-Introducción de un sistema privado voluntario en régimen de capitalización.
Suecia (reforma estructural):
1-Modelo de cuentas nocionales, es decir, que buscan un equilibrio entre las cotizaciones pagadas y las prestaciones recibidas. Según se explica en el informe de PwC, el modelo sueco es “un sistema en el que las prestaciones se ajustan a lo largo del tiempo en función de la capacidad financiera del Estado y, por tanto, no ponen en riesgo la existencia de un déficit”.
2-“El sistema de pensiones sueco permite un alto grado de flexibilidad, tanto para la elección de la edad de jubilación como para la posibilidad de combinar fuentes de renta para una pensión total o parcial”, indica el informe.
Italia (reforma estructural):
1-Las pensiones se revalorizan cada año de acuerdo a la evolución de la inflación.
2-Uno se puede jubilar a partir de los 57 años si el capital acumulado puede pagar una prestación mínima determinada.
3-En Italia uno se puede jubilar cuando quiera, siempre que haya cotizado al menos 40 años. La alternativa es la jubilación a partir de los 61 años y 35 de cotización. Con 20 años de cotización es posible la jubilación a los 65 años.
4-Se instaura un sistema obligatorio privado. Son contribuciones adicionales obligatorias que giran alrededor del 7% del salario bruto.
Según la consultora PwC, España debería enfocar sus esfuerzos en realizar reformas como las aplicadas en Suecia e Italia. “Con la adopción de un modelo de cuentas nocionales como el sueco se conseguiría, manteniendo el principio de solidaridad, adecuar el nivel de prestaciones a las capacidades económicas del país”, explican. Además, añaden que “es fundamental complementar las pensiones públicas con aportaciones obligatorias a sistemas de pensiones privados”.
Abrazos,
PD1: ¿Y los funcionarios qué?
Hasta ahora muchos funcionarios han cotizado en el régimen de clases pasivas, un régimen con importantes particularidades. Pero desde 2011 está en extinción, por lo que las condiciones se equiparan a las del resto de trabajadores.
El régimen de clases pasivas y sus particularidades
¿Qué es? Se trata de un régimen especial de la Seguridad Social en el que están encuadrados buena parte de los funcionarios y otros cargos públicos que no cuentan con ese estatus. En él acceden a protección frente a los supuestos de retiro, incapacidad, muerte y supervivencia a través de pensiones.
¿A quién afecta? Según recoge el Real Decreto Legislativo 670/1987, en este grupo se encuentran los funcionarios de carrera civiles del Estado, incluyendo los de la Administración de Justicia y los de las Cortes Generales. Además, los funcionarios calificados como clases pasivas que trabajasen para un servicio transferido a las Comunidades Autónomas han podido continuar en dicho régimen. Por último, también están incluidos los expresidentes, exvicepresidentes y exministros del Gobierno.
¿Qué implican los cambios? El régimen de Clases Pasivas de la Seguridad Social está en extinción. Su desaparición es progresiva. Según el Real Decreto-ley 13/2010, desde el 1 de enero de 2011 ningún nuevo funcionario puede formar parte del régimen de Clases Pasivas. Todo servidor público pasa desde esa fecha al régimen general a efectos de jubilación. Eso significa que para los nuevos funcionarios la edad de jubilación cambia, porque el extinto régimen contemplaba otras diferentes.
El régimen general también es para los funcionarios
¿Qué es? Es el régimen por el que cotizan la mayoría de los asalariados en España. En él se han ido integrando otros sistemas especiales como el agrario, el de empleados del hogar, artistas, profesionales taurinos o representantes de comercio. Desde el 1 de enero de 2011 se integran los nuevos funcionarios que antes cotizaban por el régimen de clases pasivas.
¿A quién afecta? Entran en él aquellos trabajadores que no sean susceptibles de entrar en otros regímenes especiales actualmente existentes (autónomos, carbón, mar o clases pasivas).
¿Qué funcionarios cotizan en el régimen general? Antes de que se iniciase el proceso de extinción del régimen de clases pasivas, los funcionarios que debían cotizar por el régimen general eran los que trabajaban para administraciones locales, organismos autónomos y comunidades autónomas. Ahora a ese grupo hay que añadirle el resto de nuevos funcionarios del Estado desde el 1 de enero de 2011.
¿Cuáles son las principales diferencias entre el régimen general y el de clases pasivas?
La principal diferencia está en la edad de jubilación. Los funcionarios que, si no se hubiese producido el cambio normativo, fuesen susceptibles de estar en el régimen de clases pasivas verán cómo sus compañeros se irán retirando de una forma diferente a la que ellos tendrán derecho.
Según el régimen de clases pasivas, todo funcionario incluido se debe jubilar obligatoriamente a los 65 años. Esto afectará a quienes entrasen en la carrera antes del 1 de enero de 2011.
Pero, como en casi todo, hay excepciones. Los magistrados, jueces, fiscales y secretarios judiciales pueden alargar su actividad hasta los 70 años. Los profesores universitarios pueden ir algo más allá, debido a que se les permite jubilarse cuando termine el curso académico una vez cumplidos los 70. Otra excepción está en los registradores de la Propiedad, los cuales, siempre que hayan ingresado antes del 1 de enero de 2015, pueden también jubilarse a los 70 años como máximo.
Este colectivo también tiene condiciones diferentes para acceder a la jubilación adelantada:
Edad mínima: 60 años.
Años de cotización exigidos: 30 años de servicios al Estado.
Excepciones: El personal de las Cortes Generales se puede retirar voluntariamente a los 60 años, pero se le exigen 35 años de cotización en lugar de 30. Además, los profesionales que tienen la edad de jubilación forzosa fijada en los 70, pueden retirarse a los 65 con 15 años de servicios al Estado.
A tener en cuenta: Es posible añadir años de cotización en otros regímenes para completar el mínimo exigido. En ese caso, si la jubilación se realizadespués del 1 de enero de 2011, se exige que los últimos 5 años se hayan prestado servicios al Estado dentro del régimen de Clases Pasivas.
En el Régimen General las cosas cambian. Desde el 1 de enero de 2011, los funcionarios del Estado antes encuadrados en clases pasivas verán equiparadas las condiciones a las del resto de trabajadores. Eso afecta a la edad de jubilación, que va subiendo progresivamente de los 65 a los 67 años desde el 1 de enero de 2013. Además, también aumentan los periodos de cotización exigidos para poderse retirar o bien a los 67, con la paga completa, o a los 65 años.
Pero hay otras diferencias. El de clases pasivas era un régimen que entraba dentro del conocido como Modelo MUFACE (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado). Se trata de un sistema en el que el Estado provee de servicios sanitarios a los afiliados a partir de proveedores privados. Quienes están en clases pasivas pueden elegir médicos y compañías de la lista de conciertos que tiene el Estado con las empresas. Ellos o sus familiares se pueden decantar también por la sanidad pública, aunque la mayoría lo hace por la privada. MUFACE, además, cubre prestaciones por hijo o menor acogido a cargo con discapacidad, ayudas por nacimiento de hijo o en caso de parto múltiple, subsidios por jubilación o fallecimiento, ayudas asistenciales especiales…
En la actualidad, MUFACE protege alrededor de un millón y medio de personas. En el sistema están incluidos los funcionarios del régimen de clases pasivas, y se extingue igualmente de forma gradual desde el 1 de enero de 2011; es decir, los nuevos funcionarios no entran en él tras esa fecha.
A tener en cuenta
Las condiciones para jubilarse se van endureciendo también para los funcionarios. De los datos expuestos se observa que los periodos de cotización dan un salto importante para aquellos que, sin la última reforma, hubiesen cotizado en el régimen de clases pasivas. Por ejemplo, un profesor universitario necesitaba acreditar 15 años de servicios al Estado para jubilarse a los 65 años. Al pasar desde 2011 al régimen general, la exigencia es como mínimo de 35 años y 3 meses (en el año 2013) hasta los 38 años y medio (en el año 2027). Todo ello significa que la pensión se puede ver mermada, al tener que cumplir unos requisitos más exigentes.
Por eso, para aquellos que contaban en un principio con mayor protección es recomendable hacer números. Con el simulador de jubilación se puede calcular con mucha precisión cuál será la paga al final de la vida laboral. Ello ayudará a diseñar una estrategia de ahorro que se puede materializar de distintas maneras: con un plan individual de ahorro sistemático (PIAS) o con un seguro de ahorro individual a largo plazo (SIALP). Hay que tener en cuenta que este tipo de ahorro tiene su reconocimiento en forma de beneficios fiscales.
En definitiva, complementar una pensión pública con sistemas de ahorro es muy saludable y ayuda a dar tranquilidad a todo trabajador, sea o no funcionario.
PD2: Y sobre todas las cosas, solucionar las pensiones es un problema demográfico, al que no saben meterle mano:

La desaparición de Europa

El año pasado nacieron más niños en Nigeria que en toda Europa. En 1900, uno de cada cuatro seres humanos era europeo. En 2050, lo serán apenas uno de cada catorce
El año pasado nacieron más niños en Nigeria que en toda Europa, a pesar de que la población nigeriana es un 65% inferior a la europea.
Aunque a mí este hecho me pareció una noticia impactante, apenas tuvo repercusión en los medios. Hace dos años aprendí que en Japón se habían vendido más pañales para ancianos que para niños, noticia que también pasó desapercibida. A nivel de los países desarrollados (OCDE), 2015 marcó un año histórico: por primera vez en la historia reciente el volumen de trabajadores en activo se había reducido frente al año anterior.
Otra noticia para pensar: también por primera vez desde que hay registros de eurostat las defunciones superan a los nacimientos. La Unión Europea observó en 2015 cómo los nacimientos llegaban a 5,1 millones de bebés (40.000 menos que el año anterior), en tanto que las defunciones alcanzaban los 5,2 millones. Nacen 10 niños por cada 1.000 residentes, con las mayores tasas de nacimientos generadas en Irlanda, Francia, Reino Unido y Suecia. Las menores en Italia, Portugal y Grecia. Las regiones más infecundas de Europa son españolas: Asturias, Galicia y Canarias. A su vez, mueren 10,3 personas por cada 1.000 residentes, con las mayores tasas de muerte generadas en Bulgaria, Letonia, Lituania, Hungría y Rumanía, y las menores en Irlanda, Chipre y Luxemburgo.
Las mayores tasas de nacimientos están en Irlanda, Francia, UK y Suecia. Las menores en Italia, Portugal y Grecia. Las regiones más infecundas son españolas
Muchas veces en economía planteamos las diferencias entre flujos y stock. Así, el stock de la deuda internacional de España es muy alto, pero el flujo es negativo (poco a poco España repaga sus deudas). En demografía lo alarmante no es el progresivo aumento de la edad media del continente (stock) sino que el flujo (nacimientos vs. defunciones) es cada vez más preocupante.
Este fenómeno se vivió con especial intensidad en Japón, país que decidió no reemplazar el crecimiento vegetativo negativo mediante inmigración, ya que en la concepción nipona de la vida la armonía social (en su entendimiento) pesa más que el crecimiento económico. De esta forma, Japón pierde un millón de trabajadores al año, lo que explica su mediocre nivel de crecimiento económico (en términos per capita los datos son muy positivos). EEUU y Europa mantuvieron una visión más abierta hacia la inmigración. Así, en el caso de Europa a pesar de perder 100.000 habitantes por el crecimiento vegetativo, la población aumentó desde 508 a 510 millones de habitantes durante 2015, explicable por el saldo migratorio. Con todo, la crisis económica y la irrupción de nuevos movimientos políticosparece que cuestionan de una forma cada vez mayor esta actitud abierta hacia la inmigración, lo que vuelve a plantear en su mayor crudeza el titular con el que se abre este artículo.
España no queda a la zaga de tan tenebroso futuro. Así, durante 2015, y según el INE, los nacimientos disminuyeron un 2%, aumentando las defunciones un 6,7%, o sea que la dirección es más que preocupante. Nacieron 9 niños por cada 1.000 habitantes, frente a 19 niños en 1976, posiblemente un fenómeno ligado a que cada vez hay menos mujeres en edad fértil, y a que la edad media de la primera maternidad ha subido hasta los 32 años. De los 419.000 nacimientos, casi 75.000 fueron de madre extranjera (un 18% del total), lo que muestra el peso cada vez más creciente de la inmigración en la natalidad (las madres españolas tienen 1,28 hijos por mujer, en tanto que las extranjeras residentes en España presentan una media de 1,65, en parte porque las españolas tuvieron su primer hijo tres años más tarde de media que las extranjeras). Por su parte las muertes alcanzaron a más de 422.000 personas, o 9,1 por cada 1.000 habitantes, frente a las 8,3 muertes que se producían en 1975 (producto de la edad media más avanzada).
Esta situación demográfica a medio plazo puede generar una crisis social y económica mucho más intensa de la que contemplamos en la actualidad
Si las consecuencias sociales de semejantes datos son escalofriantes (¿pueden las civilizaciones cometer suicidios demográficos?), las económicas son también aterradoras. Se han observado enormes crisis demográficas a lo largo de la Historia (la Roma anterior a las invasiones bárbaras es un buen ejemplo), pero no en sociedades con un gasto social elevado, en especial en pensiones y en sanidad. Europa desarrolló una protección social cuando contaba con elevados crecimientos económicos asociados a la productividad. Hoy apenas crecemos, y la productividad es menguante. El envejecimiento conlleva un peso creciente de gasto público, peso que ha de salir de un menor gasto en educación y de un mayor nivel de deuda pública, hasta que el peso sea insostenible. Esto a medio plazo puede generar una crisis social y económica mucho más intensa de la que contemplamos en la actualidad.
Y si comenzaba con una desapercibida e inquietante noticia sobre nuestro continente, acabo con otra análoga sobre nuestra nación: en 2015 y por primera vez desde que hay estadísticas, ha habido más muertes que nacimientos en España. Y volviendo al viejo (nunca mejor dicho) continente: en 1900, uno de cada cuatro seres humanos era europeo. En 2050, lo serán apenas uno de cada catorce.
Otra alarmante tendencia también desapercibida, y así seguiremos desapercibidos… hasta que desaparezca el más apasionante de los continentes
PD3: Me encantaría morirme exprimido como un limón, que no quedara nada, que me hubiera entregado y dado por entero a los de mi alrededor.
Por cierto, hoy comienza la novena a la Inmaculada, patrona de España… A la Señora, grandes rezos para preparar su gran fiesta.