12 marzo 2018

la gente se está jubilando en 2018 para evitar el 2019

Ya que se cobrará menos…, por culpa del “factor de sostenibilidad” maldito y genera una mayor carga del sistema: cada vez tenemos más pensionistas!!!

Las jubilaciones se disparan un 14,2% para evitar el recorte del factor de sostenibilidad de 2019

Los ciudadanos intentan evitar así la última pata de la reforma de Rajoy que entrará en vigor en enero de 2019 y que vinculará las prestaciones a la esperanza de vida. El factor de sostenibilidad reducirá la pensión inicial de los ciudadanos y se actualizará cada cinco años
Las jubilaciones se disparan un 14,2% para evitar el factor de sostenibilidad de 2019
Los trabajadores que se jubilen a partir del 1 de enero de 2019 percibirán una pensión un poco más baja de la que habrían recibido un año antes. La razón es la entrada en vigor del factor de sostenibilidad, el elemento corrector que introdujo el Gobierno en la última reforma del sistema que vincula las pensiones con la esperanza de vida. Muchos ciudadanos lo saben, y quizá por eso algunos han decidido jubilarse un poco antes y evitar así el recorte en su prestación.
Según las cifras de la Seguridad Social, el número de altas en jubilación se ha disparado un 14,2% en enero de 2018, el mes en el que tradicionalmente más pensionistas deciden retirarse del mercado laboral. No es un porcentaje altísimo, sin duda, pero sí lo es si tenemos en cuenta lo ocurrido en los últimos años. En enero de 2017, sin ir más lejos, el número de altas bajó casi un 4% y la únicas subidas registradas en los últimos siete años no han llegado ni al 3%.
Solo en enero de 2011 encontramos una cifra incluso más alta que la de este año. Justo en 2011 se aprobó otra gran reforma, esta vez redactada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que llevaba tiempo discutiéndose y que, probablemente, también motivó otra avalancha de jubilaciones.
En enero de 2018, las jubilaciones han crecido en todos los tramos de edad. Por ejemplo, si en 2017 se jubilaron 16.525 personas de 65 años o más, este año la cifra ha subido a 19.692 personas. Y lo mismo ha ocurrido a edades más tempranas. Otro ejemplo: los ciudadanos de 61 años que han optado por el retiro han pasado de 5.755 a 6.203 personas. En 2017 está cifra bajó respecto a 2016.

Un elemento corrector

Los expertos lo tienen claro, el factor de sostenibilidad explica los aumentos. ¿Qué es el factor de sostenibilidad? Es una de las dos patas de la reforma que hizo el PP en 2013. La primera es el  índice de revalorización que sustituye al IPC y que fija un máximo y un mínimo para actualizar las prestaciones. Se aplica desde que se aprobó la reforma. La segunda es este elemento corrector que liga las prestaciones a la esperanza de vida y que las irá reduciendo poco a poco, puesto que se cobrarán durante más tiempo.
A diferencia del índice de revalorización y para evitar cambios tan bruscos en las prestaciones, el Gobierno aplazó la entrada en vigor de este elemento al año 2019. Eso sí, una vez que se empiece a aplicar se irá actualizando cada cinco años, lo que puede significar que cada vez irá recortando un poco más las pensiones, ya que los españoles vivimos cada vez más tiempo.
Aún no se ha cuantificado su efecto en 2019. En su última comparecencia en la Comisión del Pacto de Toledo, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, dijo que el Gobierno aún está definiendo la fórmula exacta, aunque algunos expertos ya han hecho sus quinielas. Tal y como publicó Cinco Días, el factor restará un 0,5% a la pensión inicial que se habría percibido con la normativa actual.
El tema de las pensiones ha ganado espacio en el debate público y todos los partidos se han subido al carro
Y probablemente por ese motivo algunos ciudadanos que están a punto de jubilarse han decidido adelantar su retiro a 2018. Sobre todo ahora que el tema de las pensiones va cogiendo cada vez más fuerza en el espacio público y se oyen cada día más mensajes alertando de la delicada situación del sistema. La semana pasada los pensionistas rodearon el Congresoexigiendo unas pensiones dignas y los grupos políticos se han lanzado de cabeza a la caza del voto del jubilado.
El Partido Popular ha retomado su propuesta de hacer una rebaja fiscal a los ciudadanos de más edad. No es como subir las pensiones, pero en la práctica el efecto es el mismo, que los pensionistas tengan más dinero en sus bolsillos. Y el PSOE ha registrado una proposición de ley en el Congreso para reclamar una subida de las pensiones del 1,6% en 2018, en línea con la previsión de inflación.

Una reforma de calado

Los diputados de Unidos Podemos salieron del Congreso para arropar a los jubilados y Ciudadanos ya empieza a pedir que se asegure el nivel adquisitivo de los pensionistas. Y todos los grupos han apoyado la celebración de un pleno monográfico sobre las pensiones en la Cámara Baja, con la comparecencia del presidente, Mariano Rajoy, y la ministra del ramo, Fátima Báñez.
Aún así, parece difícil que el Gobierno vaya a ser capaz de sacar adelante esta legislatura una auténtica reforma del sistema que asegure su viabilidad si ni siquiera es capaz de pactar los Presupuestos de 2018. No es una reforma cualquiera, requiere cambios de calado sobre uno de los pilares más importantes del sistema de bienestar del país.
¿Qué es el factor de sostenibilidad? Es un factor que se usa cuando se empieza la jubilación, y que este año se va a retocar… ¿Me tendría que jubilar antes del 1/1/2019? Puede que sí salga interesante…, según la Caixa:
A partir de 2019 entrará en vigor el factor de sostenibilidad de las pensiones, una variable que reduce el importe de la pensión en función de la esperanza de vida. ¿Me conviene adelantar mi jubilación para evitar este nuevo ajuste? Veámoslo.
El factor de sostenibilidad es uno de los puntos clave que se incluían en la reforma de las pensiones de 2013. Se trata de una variable que se aplica al cálculo de la pensión, que ajusta su cuantía final en función de la esperanza de vida y que entrará en vigor el 1 de enero de 2019.
¿Por qué se aprobó la aplicación de esta medida? Su puesta en marcha persigue igualar la pensión para todos. Dicho en otros términos, si dos personas se jubilan en momentos diferentes y han contribuido igual a la Seguridad Social, deben cobrar globalmente lo mismo. Así que, si ahora vamos a vivir más años, esa cuantía global se verá reducida mensualmente para igualarla con la de otro que se jubiló cuando la esperanza de vida no era tan elevada.
¿Y cómo funciona el factor de sostenibilidad? ¿Cada cuánto se revisa? En un principio se aplicará únicamente una vez, que será en el momento del cálculo de la pensión. Ahora bien, cada cinco años será evaluada atendiendo a las circunstancias concretas del periodo. O dicho de otro modo, se analizará cuál es la variación de la esperanza de vida en un lustro y se comparará con los datos de mortalidad de población pensionista para determinar si debe o no haber un reajuste de la pensión.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 la esperanza de vida a los 65 años ascendió a los 84,9 años para los hombres y a 88,8 años para las mujeres. En el caso de jubilarse en 2019, según las proyecciones del INE, la esperanza de vida será de 84,9 años para los hombres y 88,9 años para las mujeres. Esto supondrá que, habiendo cotizado lo mismo y los mismos años, los que se jubilen ahora cobrarán una pensión mensual mayor que los que se jubilen en el futuro. Algunas estimaciones indican que por cada año que aumente la esperanza de vida, la reducción de la pensión será del 1%.
Pongamos un ejemplo. Si alguien decide jubilarse en 2019, el factor de sostenibilidad se situará alrededor del 0,994. Es decir, si alguien decide jubilarse en 2018 con una base reguladora de 23.000 euros (unos 1.640 euros al mes en 14 pagas), en 2019 será de 22.862 euros.
Por el momento se desconoce con absoluta certeza cuál será el impacto del factor de sostenibilidad en la cuantía de las futuras pensiones y, en concreto, en su primer año de aplicación (2019). Ahora bien, de lo que se está prácticamente seguro es de la reducción de su importe mensual una vez realizados los cálculos.
Dado que es posible adelantar la jubilación de forma voluntaria hasta dos años –siempre y cuando se cumplan determinados requisitos y condiciones– es posible que muchas personas que se encuentren a punto de jubilarse se pregunten si merece la pena tomar la decisión de adelantar su jubilación y evitar el factor de sostenibilidad o no.
Vamos a hacer unas estimaciones para dar respuesta a la pregunta que da título a esta entrada del blog de VidaCaixa. Supongamos que una persona con 45 años cotizados alcanza la edad de jubilación ordinaria en mayo de 2019, pero decide adelantar su jubilación a diciembre de 2018 para evitar la corrección del factor de sostenibilidad.
Si uno se jubila anticipadamente, se aplica un coeficiente reductor del 1,625% por trimestre o fracción de trimestre. En este caso, pues, el ajuste a la baja es del 3,25%. En cambio, si suponemos que el factor de sostenibilidad es del 1% (algunos expertos aseguran que será menor), vemos como en este caso nos sale a cuenta jubilarnos cuando toca y no adelantarlo.
Todos los indicadores señalan que el sistema público de pensiones en España muestra signos preocupantes que invitan a pensar que la pensión que proporcionará el Estado no será suficiente. Actualmente existe una herramienta que, en función de una serie de parámetros, proporciona una estimación económica acerca de cómo será nuestro futuro.
¿Qué es lo que hace esta herramienta? Tomando en cuenta los ingresos previstos una vez jubilados y los ingresos actuales, el simulador de jubilación determina cuál es la diferencia entre unos y otros, teniendo en cuenta nuestras aspiraciones vitales. Son cuatro sencillos pasos para conocer cuál será nuestro nivel de ingresos cuando nos jubilemos y si vamos a tener que complementar la pensión pública de jubilación con nuestros ahorros.
Una vez conozcamos el resultado, podemos repensar nuestra estrategia a seguir de cara al ahorro para cuando finalice nuestra etapa laboral.
Abrazos,
PD1: Como no se les ocurre nada, parece que optan por desgravaciones para los pensionistas, de las que se van a beneficiar los más ricos, ya que el que tiene una pensión baja, no paga nada por IRPF. E incluso se estudia destopar las pensiones altas, que no han hecho más que bajar en los últimos años:

La pensión máxima ya solo supone el 80% de lo cotizado a la Seguridad Social

La pensión máxima tiende a alejarse de lo cotizado a la Seguridad Social. En concreto, representa ya el 80%, cuando hace pocos años suponía algo más del 91%

La cuantía de la pensión máxima de la Seguridad Social —36.121,82 euros brutos al año entre 14 pagas— continúa creciendo, aunque sea solo un 0,25% en 2018. Pero en términos relativos, ocurre lo contrario. De hecho, ya solo representa el 80% de las cotizaciones máximas, que este año ascienden a 45.014,4 euros. En 2010, el porcentaje era equivalente al 91,1%, lo que significa que la proporción entre lo cotizado y la pensión máxima tiende a quebrarse. Y en el futuro, esta tendencia se intensificará.
Esto se debe a que en los últimos años las bases de cotización más elevadas, 3.751 euros al mes, han crecido más que las pensiones sujetas al llamado índice de revalorización, el sistema diseñado por la Seguridad Social para vincular los gastos a la situación financiera del sistema público de protección social. En 2017, por ejemplo, las bases máximas se incrementaron un 3%, pero las pensiones más elevadas subieron un 0,25%. En 2013 y 2014, igualmente, crecieron un 5%, también muy por encima de lo que lo hicieron las pensiones más altas (0,25%).
El hecho de que las pensiones máximas —que están topadas— suban menos que las cotizaciones, muy afectadas por la evolución de los salarios y los deslizamientos, supone un alivio para las arcas de la Seguridad Social, sometida a una fuerte presión financiera. El ahorro, de hecho, es importante porque compensa la práctica congelación que se ha producido en las bases medias, que son la espina dorsal del sistema público de protección social.
Las bases medias —por lo que cotizan trabajadores y empresarios— apenas subieron un 2,6% entre 2010 y 2015 por la devaluación salarial. Es decir, por debajo del gasto en pensiones, que no solo está vinculado a la cuantía de la nómina mensual sino, también, al número de trabajadores que acceden a una pensión.
El futuro de las pensiones máximas es, precisamente, una de las cuestiones a debatir en la comisión del Pacto de Toledo, que lleva reunida desde el comienzo de la egislatura sin que los numerosos encuentros hayan dado algún fruto.

Las pensiones de jubilación de más de 2.000 euros se disparan un 370% en 10 años

Ya se sabe que el Gobierno ha planeado en alguna ocasión que está abierto a reconsiderar la cuantía de la pensión máxima, lo que en el argot de la Seguridad Social se denomina destoparla, pero siempre que, al mismo tiempo, se revisen las cuantías de las cotizaciones máximas en aras de mantener una cierta proporcionalidad entre lo que se paga y lo que se recibe.

Un real decreto prepara el terreno

De hecho, el Ejecutivo preparó el terreno en un real decreto de diciembre de 2016 en el que ya anticipaba que los incrementos del tope máximo de la base de cotización (3.751,2 euros mensuales) así como las pensiones máximas (2.580,13 euros) “se ajustarán a las recomendaciones efectuadas en tal sentido por la Comisión Parlamentaria Permanente de Evaluación y Seguimiento de los Acuerdos del Pacto de Toledo y los acuerdos en el marco del diálogo social”.
Es decir, que el Gobierno apuntaba ya esta posibilidad hace año y medio para aligerar las cargas de la Seguridad Social sin tener que subir el tipo general vigente, un 28,3%, que permanece sin cambios desde hace años. En todo caso, el coste del destope de las pensiones máximas sería inferior a lo que recaudaría el sistema por elevar los actuales límites de cotización. Es decir, se mantendría una cierta proporcionalidad con tendencia a disminuir.
El número de pensiones máximas del sistema no ha dejado de crecer en los últimos años. En concreto, nada menos que un 370% en la última década. Las últimas cifras de la Seguridad Social muestran que 236.909 pensionistas perciben la jubilación máxima —los 2.500 euros al mes—, y el número total crece hasta los 253.088 si se incluye el conjunto del sistema y no solo la pensión de jubilación. La inmensa mayoría, más de 90%, procede del régimen general, que obliga a cotizar por los salarios reales, salvo en los tramos más elevados.
No es, desde luego, un ahorro pequeño. Los datos de la Seguridad Social muestran que 1,4 millones de trabajadores —ingenieros y licenciados— cotizan dentro del régimen general en el grupo uno, el máximo del sistema. Este colectivo sería el más afectado si se produce un destope significativo de las bases de cotización que no fuera acompañado de una subida de la pensión máxima en la misma cuantía. En el grupo dos, que acoge a los ingenieros técnicos y similares, se encuentran algo más de un millón de trabajadores, muchos de los cuales obtienen ingresos superiores al límite máximo de las bases de cotización.
PD2: Las pensiones, con esta pirámide, son imposibles:
Y con esta moda de no tener hijos es todavía peor:
¿No saben que lo mejor de esta vida son los hijos? ¿No saben que es como te realizas y que si tienes que dejar algo sin comprarte, garito sin conocer, o viaje sin hacer, no pasa nada? Es una moda terrorífica que hay que cambiar… Se debería animar a los desanimados.
¿Qué país le vamos a dejar a nuestros perros?
Columpios vacios, colegios que sobran, universidades medio vacías… Pero mucha dedicación a los perros, que son quienes nos acompañan, aunque se mueren mucho antes que nosotros..