Son los efectos colaterales de
la crisis, que la clase media ha ido a menos, a mucho menos…
A vueltas con la riqueza
BY ANTONIO ARGANDOÑA
La “desaparición” de la clase media es un
alarmante síntoma que muchos países están experimentando, y que tiene que ver
con muchos problemas de nuestras sociedades, avanzadas o no. Aquí haré un
comentario, al hilo de un libro de un conservador católico inglés, Hilaire Belloc (1870-1953),
titulado “The Servile State”, que ofrece algunas
ideas interesantes.
Belloc parte del hecho de que, con el
desarrollo del capitalismo, la distribución de la renta se hace más desigual,
cosa que ya se producía hace ahora más de un siglo. Belloc propone tres posibles
salidas a este problema. Una: el colectivismo, o sea, la propiedad pública
de los medios de producción, la supresión, más o menos completa, de la
propiedad privada. Parece una buena solución, pero es inestable: lleva al
segundo modelo, el Estado servil: el ciudadano se convierte en
esclavo del Estado, porque, al no tener propiedad, carece de posibilidades de
resistir frente al poder de los que mandan. El tercero, que es el que le gusta
a Belloc, es la sociedad de propietarios: todo el mundo
tiene propiedad (su casa, sus muebles, su coche, su capital humano…), lo que le
permite mantener su independencia económica y su dignidad. Problema: aquí actúa
el mecanismo señalado al principio, la acumulación de la riqueza en manos
de unos pocos. Ahora, el ciudadano se convierte en
esclavo, no del Estado, sino de los que tienen.
Belloc señalaba cómo colabora el juego político en
todo esto: el ciudadano vota a los que le ofrecen seguridad de empleo y sueldo,
sea el Estado, sean los ricos. Pero el Estado acaba pidiendo más a los
propietarios en los que se concentra la riqueza. El equilibrio es inestable.
Belloc volvía a la idea del liberalismo clásico, el papel de la
propiedad como clave para mantener la independencia y dignidad de la persona y
de la familia, para la seguridad, para la eficiencia y el crecimiento, en un
equilibrio difícil, pero necesario. De hecho, hemos visto largos periodos en la
historia reciente en que la desigualdad crecía y otros en que volvía a
recuperarse; lo primero era políticamente inestable, lo segundo podía volver a
la desigualdad o acentuar la ineficiencia.
Belloc, como en su tiempo Chesterton y más
tarde Hannah Arendt, entre propiedad y riqueza.
Esta es la propiedad considerada como una forma de valor económico, como la
trata la teoría financiera reciente; aquella es algo que sostiene a la persona.
La riqueza es individualista; la propiedad es comunitarista (que
no comunista). Esto nos lleva a distinguir la libertad política de
la libertad económica: como recordaron los liberales
clásicos, aquella no es posible sin esta. Y esta exige estar libre de depender
de otro, no del todo, porque somos humanos, pero sí en buena parte. La
libertad, para Belloc, y la dignidad humana se basa en la propiedad, no en la
riqueza. El Estado del bienestar es un buen medio para… mantener a los
ciudadanos dependientes.
Llegados a este punto, el lector se
encontrará perplejo. Si entiendo bien a Belloc, a pesar de la diferencia de
años y, por tanto, de mentalidad, me parece que lo quiere decir es que
enseñemos a pescar, no que regalemos pescado. O sea, que revisemos
nuestro Estado del bienestar, para ver si es
compatible con la libertad del ser humano, con su dignidad,
con sus derechos y con su autocontrol. Se nos llena la boca cuando decimos que
“tengo derecho a mi pensión, a mi vivienda, a mi autonomía…”. Pero a lo mejor
lo que hemos conseguido es el derecho a que otro nos dé lo que necesitamos. O
sea, a ser dependientes, no libres.
Abrazos,
PD1: Y en EEUU que tienen
gráficos para todo, se ve muy bien quién ahorra y en qué se gastan la pasta…
Visualizing How Americans Make And Spend Their Money
How do you spend your hard-earned money?
Whether you are extremely frugal, or
you’re known to indulge in the finer things in life, how you allocate your spending
is partially a function of how much cash you have coming in the door.
Simply put, as Visual Capitalist's Jeff Desjardins
writes, the more income a
household generates, the higher the portion that can be spent on items other
than the usual necessities (housing, food, clothing, etc),
and the more that can be saved or invested for the future.
Earning and Spending, by
Income Group
Today’s visuals come to us from Engaging Data, and they use Sankey diagrams to display
data from the Bureau of Labor Statistics (BLS) that helps to paint a picture of
how different household income groups make and spend their money.
We’ll show you three charts below for the
following income groups:
1.-The Average American
2.-The Lowest Income Quintile (Bottom 20%)
3.-The Highest Income Quintile (Highest
20%)
Let’s start by taking a look at the flows
of the average American household:
The
Average American Household – $53,708 in spending (73% of total income)
The average U.S.
household has 2.5 people (1.3 income earners, 0.6 children, and 0.4 seniors)
As
you can see above the average household generates $73,574 of total inflows,
with 84.4% of that coming from salary, and smaller portions coming from social
security (11.3%), dividends and property (2.6%), and other income (1.7%).
In terms of money going out, the highest
allocation goes to housing (22.1% of spending), while gas and insurance (9.0%),
household (7.7%), and vehicles (7.5%) make up the next largest categories.
Interestingly, the average U.S. household
also says it is saving just short of $10,000 per year.
The
Bottom 20% – $25,525 in spending (100% of total income)
These contain an
average of 1.6 people (0.5 income earners, 0.3 children, and 0.4 seniors)
How
do the inflows and outflows of the average American household compare to the
lowest income quintile?
Here, the top-level statistic tells much
of the story, as the poorest income group in America must spend 100% of money
coming in to make ends meet. Further, cash comes in from many different sources,
showing that there are fewer dependable sources of income for families to rely
on.
For expenditures, this group spends the
most on housing (24.8% of spending), while other top costs of living include
food at home (10.1%), gas and insurance (7.9%), health insurance (6.9%), and
household costs (6.9%).
The
Highest 20% – $99,639 in spending (53% of total income)
These contain an
average of 3.1 people (2.1 income earners, 0.8 children, and 0.2 seniors)
The
wealthiest household segment brings in $188,102 in total income on average,
with salaries (92.1%) being the top source of inflows.
This group spends just over half of its
income, with top expenses being housing (21.6%), vehicles (8.3%), household
costs (8.2%), gas and insurance (8.2%), and entertainment (6.9%).
The highest quintile pays just short of
$40,000 in federal, state, and local taxes per year, and is also able to
contribute roughly $50,000 to savings each year.
Spending Over Time
For a fascinating look at how household
spending has changed over time, don’t forget to check out our previous post
that charts 75 years of data on how Americans spend money.
PD2: ¿Y si tenía prisa por
acabar qué? ¿Y si le dolía la mano qué? ¿Y si no quiere que la adulación a su
persona, que la gente se arrodille ante él qué? ¿Y si quería que no le besaran
el anillo porque es una forma de humildad qué? ¿Qué prefieres que lleven en
andas y bajo palio, o que se parezca más a San Francisco de Asís? Este Papa ha
hecho cosas muy buenas, ha cambiado más, si cabe, las costumbres… Sabes que
sigue durmiendo en Santa Marta como otro más, que no tiene privilegios, que
celebra su Misa diaria en Santa Marta y luego hace una larga acción de gracias
en el banco de rodillas con los demás…
Quizás lo que ha querido decir
es que es hora de que no se le bese la mano… Él sabrá y el Espíritu Santo le
habrá iluminado así… El Papa es muy hábil comunicando, habla con sencillez y
concisión, tiene muy buena comunicación visual. ¿A ver quién es el guapo que le
intenta besar la mano a partir de ahora? Nosotros, menos criticar y mucho más
rezar por él, que bastantes disgustos se lleva cada día y lo que te rondaré
morena… Todavía hay muchos “príncipes de la iglesia” que deben bajar al suelo y
ser mucho más cristianos…