No podemos hacer lo que nos
venga en gana. Incluso ahora que vamos a ser menos Europa tras el Brexit del
Reino Unido… No se ha avanzado ni un ápice en estos años de unirnos más, no se
quiere. Fue una unión de a capón. No sacamos ni la constitución… Estas son
varias de nuestras dependencias:
En un
mundo globalizado, con sólidas relaciones multilaterales entre las distintas
áreas geográficas y con mínimas barreras arancelarias, la interdependencia de
los distintos países del exterior puede llegar a ser muy elevada. Europa es una
economía muy abierta al exterior, que se ha beneficiado de lustros de mercados
cada vez más abiertos y con reducidas trabas comerciales.
Ahora los
vientos comienzan a soplar en otra dirección, con aumento
de las tensiones comerciales, desconfianza entre las dos grandes potencias y
reavivamiento de tensiones geopolíticas en zonas sensibles en la producción de
petróleo. La dependencia de Europa del exterior abarca distintos frentes:
- Dependencia
del comercio internacional de la economía de la UE es evidente. El
área goza de un superávit comercial del 3,5% del PIB de la zona. En el caso de
Alemania y Holanda, el superávit supera el 8% del PIB. La salida de la crisis
en Europa se ha producido vía el sector exterior. Las tensiones comerciales
existentes en la actualidad lastran el crecimiento europeo.
Adicionalmente,
es previsible que el próximo objetivo de "renegociación comercial" de
Trump sea Europa. De momento se han ganado seis meses de respiro, pero a la
vuelta de verano la amenaza de aranceles sobre sectores como el automóvil será
una realidad.
- Dependencia
energética. Europa sigue dependiendo energéticamente del exterior,
especialmente del petróleo del Golfo Pérsico y de Rusia. La situación de
dependencia energética de EE.UU. ha cambiado radicalmente respecto a la
existente en la primera (1990) y segunda (2003) guerra del Golfo. Desde
entonces ha logrado ser prácticamente independiente energéticamente, gracias en
gran medida al desarrollo del "fracking". Por lo tanto, Europa ya no
puede contar con que EE.UU. le resolverá sus eventuales problemas de suministro
energético en caso de una no deseada escalada de tensiones en el Golfo Pérsico.
- Dependencia
militar. Unido a lo anterior, Europa ha basado su defensa en la pertenencia
a la OTAN, donde EE.UU. juega un papel esencial. Una de las primeras exigencias
de Trump al llegar a la presidencia fue la de exigir a los socios europeos de
la OTAN que aumentaran sus gastos en defensa hasta al menos el 2% del PIB de
cada país. En sus formas poco diplomáticas transmitió el mensaje de que EE.UU.
no sería más el policía de Europa gratis. España ni siquiera llega al 1% de
gasto en defensa sobre el PIB. Al menos quince miembros de la OTAN esperan
llegar a dicho porcentaje de gasto en defensa en 2024 como muy pronto. La
dependencia de EE.UU. en defensa es evidente.
- Dependencia
tecnológica. Así como Europa fue capaz de unir fuerzas y crear un consorcio
aeronáutico como AIRBUS, ha sido incapaz de lograr la existencia de empresas
tecnológicas europeas de tamaño que compitan a nivel global. De este modo, la
dependencia tecnológica de China, por un lado, y de Estados Unidos por el otro,
es absoluta.
El
amago de Google de dejar sin sistema operativo a los móviles de Huawei es una
prueba de la dependencia tecnológica en Europa de un reducido número de
compañías americanas. Europa no dispone de sistema operativo de móviles propio.
En el
caso de las infraestructuras de telecomunicaciones la dependencia es de
empresas chinas. El ejemplo más evidente es el despliegue de redes 5G, donde
China posee un liderazgo evidente.
Lamentablemente
Europa es enormemente dependiente del exterior en áreas absolutamente
estratégicas y críticas para la economía como las mencionadas. La consecuencia
es que ante posibles conflictos de Estados Unidos con distintos países (China e
Irán, entre otros), Europa puede ser la gran perjudicada, aun sin ser una parte
directamente implicada. Esperemos que las distintas tensiones actuales sean
sólo tormentas de primavera.
Abrazos,
PD1: Ayer invocamos al Espíritu
Santo para que viniera sobre nosotros como hizo hace 2000 años. Y el Papa
Francisco dijo: