27 junio 2019

falsas alarmas


Todo el mundo obsesionado con que la pendiente de la curva de tipos implica una inminente recesión… Recordando lo que había pasado otras veces…, cuando NUNCA hemos tenido una política monetaria como la actual, cuando NUNCA hemos vivido lo de ahora. No parece que haya tanto miedo en los mercados, como indican la tranquilidad de la volatilidad, del VIX.
Sí, aparentemente no se mueven las bolsas (ya se han movido en el acumulado del año un huevo), sobre todo la bolsa española que descuenta su excesivo peso bancario y la mala situación particular al no generar margen de intereses el sector, y de la situación política complicadita que tenemos…
Pero por ahí fuera, las cosas andan “a gusto”, y sigue teniendo buena pinta, a pesar de los temores que generan estas falsas alarmas:
La curva de tipos de interés entre tres meses y diez años está dando claramente señales recesivas para la economía de EEUU ya que, en este momento, registra un diferencial entre ambos de – 0,13% fruto de que la rentabilidad a tres meses es de 2,13% y a diez años es 2%.
Es decir, la rentabilidad a diez años es más baja que la que se obtiene a tres meses o, dicho de otra manera, la curva de tipos de interés está invertida para esos plazos.
El problema es que, cuando se consideran otros plazos, como 2 y 10 años, la curva tiene aún pendiente positiva (+0,25%) por lo que es difícil saber a que carta quedarse.
Todas las recesiones recientes de EEUU han estado precedidas por una inversión de la curva de tipos medida de esas dos maneras, por lo que, el que alguna de las dos no esté invertida produce bastante despiste a la hora de adivinar qué es lo que va a pasar a continuación. O, dicho de otro modo, podría ocurrir que finalmente ambas se invirtieran, pero cuando la recesión ya esté encima, por lo que su señal de alarma sería de menor utilidad. También podría ser que el hecho de que una de las dos no se invierta, de momento, quiera decir que podríamos estar ante una falsa alarma de recesión.
Y es que en el pasado ha habido falsas alarmas de ese tipo. La más reciente se produjo en 1998, cuando la curva de 10-2 años se invirtió, pero no lo hizo para 10 años-3 meses (aunque estuviera muy cerca de hacerlo). La recesión no tuvo lugar hasta tres años después y con una nueva inversión previa de la curva en ambas comparaciones. En la actualidad sucede justamente lo contrario: sí está invertida para 10 años-3 meses y no para 10-2 años.
Otra falsa alarma se produjo en 1966 cuando la curva se invirtió para los 10 años-3 meses. No había bonos a 2 años (o no hay serie histórica a mano) por lo que es difícil saber que hubiera pasado de haber estado el Tesoro emitiendo en ese plazo de 2 años. El caso se parece, de todos modos, al actual, con inversión de la curva para 10años-3 meses.
Para salir de dudas, en el gráfico de más abajo se ha utilizado la diferencia entre la rentabilidad de la deuda USA a 10 años y el tipo efectivo de los fed funds. Como se puede apreciar, la curva se invierte no solo en todas las recesiones (y en las dos falsas alarmas mencionadas de 1966 y 1998) sino que añade dos falsas alarmas más: una en 1986 y otra en 1996. Alarmas justificadas pues, en ambos casos, al año siguiente hubo problemas graves, aunque no recesiones: respectivamente el crac de 1987 y la crisis de la deuda en el Sudeste Asiático en 1997.
A efectos prácticos (sobre todo para quien se interese por la Bolsa) tenemos, pues, cuatro posibles escenarios de falsas alarmas (pero seguidos de problemas graves y caídas de Bolsa importantes) que serían 1966, 1986, 1996 y 1998. La caída del S&P 500 en 1966 y 1998 fue muy parecida a la de 2018: -20%. En estos dos casos y en el caso con recesión de 1990 tanto caída como recuperación fueron muy parecidas a lo visto en el último año y medio. Y en todos ellos (dos falsas alarmas y una recesión de verdad, la de 1990-1991) las Bolsas siguieron subiendo después un mínimo del 16% en los nueve meses siguientes.
En los otros dos casos de falsas alarmas, todo el mundo sabe que las Bolsas siguieron subiendo también: en 1986, hasta alcanzar, en agosto de 1987, su máximo histórico previo al crac de octubre de ese año. En el caso de 1996, hasta alcanzar dos máximos históricos nuevos en 1997, el segundo de ellos deteriorado por los problemas de deuda en el Sudeste de Asia que llevaron a un país como Corea del Sur al borde de la suspensión de pagos.
CONCLUSION No sabemos aún si estamos ante una falsa alarma de recesión proporcionada por la inversión de la curva de tipos de interés entre alguno de sus plazos, pero, con la información histórica que hay sobre la mesa, sí parece que, sea ésta una falsa alarma (que culmine en una simple desaceleración) o una recesión, no debería crearle problemas graves a las Bolsas en el plazo de los próximos nueve meses. Es más, debería retribuirlas con ganancias de un 16% como poco. Y es que todo se parece demasiado o bien a la recesión suave de 1990-1991 o bien a las falsas alarmas de 1966, 1986, 1996 y 1998.
¡Que así sea!
Pendiente de la curva de tipos y falsas alarmas
Abrazos,
PD1: Siempre, como pedigüeños, queremos más y más. Algunas veces damos gracias por todo lo que nos ha concedido. Muy pocas le alabamos y le adoramos. ¡Qué buen recordatorio del Papa!