17 febrero 2022

sus errores...

Ayer ya empecé a oír que no va a poder dejar los tipos de interés sin subir el BCE en este ejercicio, que al final tendrá que claudicar…

Rehenes del pasado

Es habitual caer en el error de analizar las decisiones que alguien debe tomar sin tener en cuenta las actuaciones del pasado que condicionan las decisiones futuras. Los bancos centrales que, de acuerdo con sus mandatos, deberían subir considerablemente los tipos de interés y reducir drásticamente la liquidez para atacar la inflación, son rehenes de sus propias decisiones tomadas desde la quiebra de Lehman Brothers.

Pongamos la actuación de los bancos centrales en perspectiva. Con el inicio de la Gran Crisis Financiera de 2008, los bancos centrales tomaron medidas totalmente excepcionales y teóricamente temporales para evitar que la economía entrase en una depresión económica igual o peor que la de los años 30 del siglo pasado. Para ello, se siguió una política de tipos de interés cero (ZIRP) y se inundó de liquidez el sistema. Así, el tamaño del balance de la Reserva Federal (Fed) se triplicó entre 2008 y 2012. El BCE siguió los pasos de la Fed, pero con retardo.

En un determinado momento, en torno a 2012, los bancos centrales, tras haber logrado evitar una depresión económica, creyeron que ellos son los que pueden generar crecimiento. Algunos bancos centrales incluso pasaron a una política de tipos de interés negativos (NIRP). (La Fed no ha caído en ningún momento en dicha anomalía). Adicionalmente, las medidas adoptadas por los bancos centrales, que hasta ese momento se consideraban excepcionales y temporales, pasan a considerarse permanentes y de uso normalizado.

La hemeroteca lo avala. En una entrevista de 2019 con el exvicepresidente del BCE, Vitor Constâncio, mencionaba que el "BCE era la única institución económica realmente supranacional y la política monetaria, el único instrumento para responder a la crisis por la que hemos pasado". "La política monetaria considerada acomodaticia va a continuar y es muy difícil pensar en volver a los niveles de tipos de interés del pasado incluso sabiendo que en algún punto los tipos de interés van a subir. La productividad y el crecimiento no volverán a los niveles de hace años, por lo que los tipos tampoco podrán ser altos".

Para los bancos centrales la inflación no es la única preocupación, ya que son muy conscientes de que la recuperación económica depende, en gran medida, de sus políticas. Con una economía adicta a la deuda y a tipos irrisorios, una rápida subida de los tipos de interés y una retirada excesiva de liquidez puede dañar enormemente la economía y los mercados financieros. Adicionalmente, así como la Fed ha mencionado reiteradamente desde 2010 las bondades para la economía del efecto riqueza generado por las subidas de precios de los distintos mercados de activos, financieros e inmobiliarios, es lógico pensar que una eventual caída pronunciada de los mercados financieros tuviera un efecto contrario, contrayendo el consumo y causando serios problemas al crecimiento económico.

La inflación de EE.UU. se ha situado ya en el 7,5%, mientras que los tipos de interés de la Fed siguen en el 0%-0,25%. Para verlo en perspectiva, la última vez que la inflación alcanzó dichos registros, en 1982, los tipos de la Fed se situaban en el 11,5%. La Fed difícilmente puede tomar las medidas necesarias para encauzar adecuadamente la inflación sin provocar una profunda recesión económica. En el caso del BCE la situación es similar. Mientras que la inflación se sitúa en el 5,1%, el nivel máximo desde que existe el euro, los tipos de interés del BCE se sitúan en los mínimos históricos (-0,4%).

Los bancos centrales son rehenes de sus propias políticas de los últimos diez años. Difícilmente pueden controlar la inflación sin causar serios efectos colaterales.

Abrazos,

PD1: Hoy quiero recordar a las personas de vida contemplativa. Hay tantas monjas y monjes, encerrados en sus conventos, dedicando su vida a apoyar a los demás, a pedir la intersección de todos nosotros ante el Señor, que de vez en cuando nos debemos acordar de ellos, ya que también necesitarán nuestros rezos…

Y podemos ser tan contemplativos como ellos, rezando y trabajando, como solemos hacer muchos cada día. Ofreciendo el trabajo por la mañana, teniendo la presencia del Señor en cada momento, volviendo los ojos a Él cada rato… Todas esas horas de trabajo y pesadeces las podemos hacer contemplativas, como los consagrados, dando lo mejor de cada uno para servir a los demás…