05 febrero 2016

imcumplimos de nuevo con el déficit público

Un dislate…, la ruina de España. Evolución del déficit de las Administraciones Públicas: La Seguridad Social, de superávit a déficit. Las CCAA mantienen el mismo déficit desde 2012. La Administración Central mejora por mayor recaudación. Pero la suma es infumable:
Las CCAA no mejoran: No cumplen y les da igual. Siguen con sus gastos desmedidos en chuminadas …
Y muy mala comparación: Ingresamos menos que otros:
Hemos hecho un ajuste (austeridad que nos pidió la Merkel) en sanidad y educación:
Pero es muy insuficiente:
Y encima el Estado no tiene nada para gastar, no hay ni un duro para invertir, solo se gasta en pagar el muy caro "estado del bienestar", que ni siquiera nos podemos permitir. No sé que van a hacer los nuevos gobernantes:
Seguimos gastando mucho más de lo que ingresamos y no pasa nada. Se convierten en papelitos que algún día se pagaran…, o no.

España incumple el objetivo de déficit en 2015 y tendrá que aplicar ajustes extra en 2016

Las cuentas públicas arrojarán un déficit próximo al 5% del PIB en 2015, casi 10.000 millones de euros por encima de lo previsto.

Se confirma. España incumplirá el objetivo de déficit público del 4,2% del PIB comprometido con Bruselas para 2015. El déficit consolidado de la Administración Central, Seguridad Social y las comunidades autónomas sumó un total de 41.806 millones en los once primeros meses del año, equivalente al 3,87% del PIB, y apenas un 11,5% menos que en el mismo período de 2014. Estas cifras excluyen, en todo caso, las ayudas financieras (0,02% del PIB hasta noviembre) y el saldo correspondiente a las entidades locales.
Así pues, a la espera de los datos que arroje diciembre, el margen para cumplir los objetivos de déficit es muy estrecho. El agujero de la Administración Central asciende a 24.604 millones (2,28% del PIB), el de la Seguridad Social se sitúa en 2.998 millones (0,28%), mientras que las CCAA registran un déficit de 14.204 millones hasta noviembre (1,31%), superando en seis décimas la cifra prevista para todo el año.
De este modo, el desequilibrio presupuestario del sector público mejora ligeramente en noviembre respecto al año pasado, tal y como avanzaba la reciente evolución del déficit del Estado.
Pero si se compara la evolución del déficit por Administración, se observa que el conjunto de las Comunidades Autónomas no están reduciendo el déficit respecto de 2014 según lo previsto, y que la Seguridad Social, lejos de reducirlo, también lo está incrementando en 2015.
La cuestión es que dicha senda resulta insuficiente para lograr la meta acordada con Bruselas, ya que si se extrapolan los datos disponibles al conjunto del año, todo apunta a que el déficit cerrará muy cerca del 5% del PIB, lejos, por tanto, del 4,2% comprometido.

Un desvío próximo a 10.000 millones extra

En concreto, a falta de diciembre, el margen para cumplir el déficit de 2015 se reduce a 3.600 millones de euros más el superávit de los Ayuntamientos -unos 6.000 millones-, lo cual haría un total de 10.000 millones en el mejor de los casos. En diciembre de 2014, el déficit aumentó en 17.200 millones, de modo que, aun considerando un recorte del 15% el pasado diciembre, 2015 cerraría con un agujero de 50.600 millones (4,6% del PIB).
Sin embargo, el recorte promedio de 2015 ha sido del 5% y en ningún mes ha alcanzado el 15% citado, por lo que, empleando supuestos algo más realistas, la desviación final se ubicará, probablemente, entre los 6.000 y los 10.000 millones de euros extra, rondando así el 5% del PIB, tal y como señala el economista Juan Ramón Rallo. Como consecuencia, la deuda pública también crecerá más de lo previsto inicialmente y rozará el 100% del PIB.

Más gasto público

De hecho, la situación real de las cuentas públicas es peor si se tiene en cuenta que la escasa reducción acometida se debe, casi exclusivamente, al crecimiento del PIB y no al necesario ejercicio de contención presupuestaria que deberían poner en marcha los distintos responsables políticos.
En este sentido, cabe recordar que tanto los datos de deuda como de déficit se suelen publicar siempre en relación al PIB, de modo que si éste sube como consecuencia del crecimiento económico, el agujero del sector público se reduce de forma automática. El problema aquí es que esta forma de expresar las cuentas logra maquillar los excesos y desatinos cometidos por la Administración Pública.
Así, por ejemplo, se observa que, entre el pasado enero y noviembre, el déficit acumulado por las autonomías sube en términos absolutos, pero el incremento estimado del PIB nominal logra suavizar dicho desajuste, ocultando así la situación real de las finanzas regionales.
Y lo más grave, además, es que el actual crecimiento económico no se está traduciendo en la reducción del déficit que cabría esperar, lo cual significa que las distintas Administraciones están aprovechando la mejora del PIB para elevar el gasto público, frenando con ello la reducción del déficit.
No en vano, una mayor actividad económica suele traducirse en más recaudación fiscal y un menor gasto derivado de la reducción de las prestaciones de desempleo y otras partidas. La teoría, por tanto, indica que el ajuste presupuestario debería acelerarse, pero esto no ha sucedido en 2015. La aceleración del PIB a tasas superiores al 3% interanual no está teniendo el impacto esperado en la reducción del déficit.
Tal y como muestra el siguiente gráfico, el crecimiento del PIB y el ritmo de reducción del déficit divergen en 2015, lo cual indica que los políticos han aprovechado la situación para incrementar gastos en lugar de mejorar la situación de sus finanzas.
El problema es que todo ello implicará incumplir el objetivo de déficit en 2015 y convertir en quimera la meta del 2,8% prevista para 2016, en un contexto de posible ralentización económica. Y ello sin tener en cuenta la previsible reacción de Bruselas, que, ante tal desvío, exigirá nuevos ajustes por la vía de subidas de impuestos y/o recortes de gasto para tratar de corregir, al menos parcialmente, la situación.
Abrazos,
PD1: Que no se enteren en Europa… Ssssshhhh, calladitos. Buaj, si se lo saben todo…

De lo que no se habla

Nuestro sistema fiscal es incapaz de financiar el Estado de bienestar que quiere la ciudadanía

Desde el 20-D no se discute de otra cosa que de posibles coaliciones para gobernar, de repartos de grupos parlamentarios y de dónde deben sentarse sus señorías. Las primeras planas de los periódicos están abarrotadas de fotos de los cuatro líderes políticos más populares. Se escriben columnas sobre quién ha hablado con quién. Pero nada se discute de qué narices deberían hablar para solucionar los problemas de los españoles. Los resultados electorales han enfatizado las formas y mandado el contenido al diván de los recuerdos.
Y el contenido importa. Y mucho. Y de entre todo el contenido hay uno que, en nuestra opinión, resalta por encima del resto: el déficit público. Estos días hemos conocido los datos de déficit hasta noviembre. La nota de prensa enfatiza que "el déficit… se reduce más de un 11%"; pero olvida decir que será imposible cumplir el objetivo de déficit para este año.
Desde hace tiempo venimos resaltando una herramienta útil para predecir el comportamiento del déficit. El déficit sintético. Este instrumento calcula el déficit hasta finales del año 2015, teniendo en cuenta los datos corrientes y suponiendo que el resto de los meses se comporten igual que el ejercicio anterior. Como tenemos datos hasta noviembre, la estimación debería ser fidedigna. Nuestros cálculos arrojan unos números sonrojantes. Si diciembre se comporta como lo hizo diciembre del 2014, el déficit para el conjunto de las Administraciones públicas superará el 5% del PIB. Este dato es desolador ya que el objetivo es del 4,2%. Es verdad que la Administración central está cerca de alcanzar sus objetivos y que aún faltan las Administraciones locales, pero es difícil escapar de la realidad: los resultados son malos. Y son peores si recordamos que crecemos por encima del 3% del PIB. Tener un déficit por encima del 5% con ese crecimiento solo confirma algo que llevamos tiempo enfatizando: nuestro sistema fiscal es incapaz de recaudar lo necesario para financiar un Estado de bienestar como el que parecen querer los ciudadanos.
Nuestra deuda pública se encuentra en niveles cercanos al 100% del PIB. Si esto no cambia, nos veremos abocados a elegir entre dos soluciones dolorosas: o reducir el Estado de bienestar o no pagar nuestra deuda. Las consecuencias de cualquiera de las dos opciones podrían ser catastróficas. Nuestro sistema de bienestar no es desproporcionado al compararlo con nuestros vecinos europeos. Reducirlo haría que beneficios sociales de los que disfrutan las familias menos favorecidas se viesen diezmados. El sufrimiento que esos nuevos recortes acarrearía no debe menospreciarse. Durante la crisis, partidas como la educación o la sanidad ya se han reducido más del 15%. No pagar la deuda nos convertiría en una república bananera como las que encontramos de forma asidua en Latinoamérica.
Asumir que para gastar debemos ingresar no es una elección, sino una necesidad
Para evitar tan dolorosa elección solo hay una salida: reformar nuestro sistema fiscal para recaudar más y mejor. ¿Y qué dicen los cuatro partidos mayoritarios sobre el tema? Los programas electorales de PSOE y Ciudadanos eran un sinsentido en el tema fiscal. Reconocían el agujero fiscal, pero se escudaban en la lucha contra la evasión tributaria para evitar una subida impositiva. La evasión fiscal es importante, y luchar contra ella un deber; pero por sí sola no es la solución a nuestros problemas de déficit. El PP escribió un programa bastante coherente con sus políticas. Estas niegan la necesidad de recaudar más y abogan por más bajadas impositivas. El programa escondía que estas bajadas implicarán más recortes. Nosotros estamos a favor de impuestos bajos, pero nos parece más importante resguardar nuestro Estado de bienestar y nuestra credibilidad como país. El único programa que presentaba medidas encaminadas, con más o menos éxito, a aumentar la recaudación era el de Podemos. A cambio reflejaba un sinfín de medidas populistas que aumentaban el gasto exponencialmente.
De cómo adaptar y compaginar estos programas electorales es de lo que se debería estar discutiendo. Asumir que para gastar debemos ingresar no es una elección, sino una necesidad. De no ingresar lo suficiente, los déficits y la deuda se dispararán, y más pronto que tarde se tiene que elegir entre bajar el gasto de forma radical o dejar de pagar la deuda. Es pura aritmética. Otros caminos no son posibles y malgastar el tiempo en otras cosas solo hace que el problema se magnifique y las soluciones se hagan más dolorosas para los ciudadanos.
PD2: Ya sabemos lo que nos va a tocar para reducir el déficit: subir impuestos, los indirectos, los que más duelen a todos… Ay madre, qué dolor!!! Mira nuestro vecino:

Portugal sube impuestos al tabaco, combustibles, coches y bancos

El Gobierno socialista reduce el déficit para llegar a un acuerdo con la Comisión Europea

La Comisión Europea y el Gobierno de Portugal han llegado a un acuerdo para el presupuesto del país para este año, que había despertado muchas críticas de la CE, así como en organismos técnicos portugueses.
Al acuerdo de reducción del déficit estructural (entre el 0,3% y 0,6%) se llega a través de un aumento generalizado de impuestos indirectos. Sube tabaco y combustibles, como ya estaban anunciados; pero, tras las pegas de Bruselas, más: en lugar de un aumento de 4-5 céntimos por litro de combustible serán del orden de  6-7 céntimos; y a eso se añadirán un aumento del impuesto de circulación de los automóviles y un aumento de los impuestos para la banca destinado a reforzar el Fondo de Resolución para crisis bancarias y el fin de la exención del IBI para los fondos inmobiliarios.
El Gobierno prevé aumentar un 40% los ingresos provenientes de la banca, hasta superar los 260 millones de euros. A partir de este año, también pasarán a contribuir los bancos extranjeros que no tengan sede en Portugal, pero operen en el país (caso de los españoles Bankinter y BBVA).
PD3: Ayer le ha tocado el turno a Credit Suisse, malos resultados de 2015, con pérdidas millonarias, y desplome en bolsa del 12% solo ayer… A más plazo, terrorífico:
Lleva un palme desde los 90 francos suizos de aupa!! Quedándose en los niveles del año 91…, hace 25 años!!!
Es interesante los volúmenes de contratación del Banco de Santander en esta fase de caída. Han descargado a saco, ha habido mucho, pero que mucho volumen, señal de claudicación:
Los pobres que acudieron a la ampliación de capital, andan palmando un montón… Ahora les toca vender todo el papelón que ha salido y habrán aparcado por ahí.
PD4: Es un poco sofisticado, pero genera una gran incertidumbre. Los COCOs (bonos contingentes convertibles) del Deutsche Bank no encuentran quien los compre… Menuda galleta llevan:
Más que la propia acción del banco. Mala cosa…
The prices of Deutsche Bank's riskiest bonds have fallen to their lowest ever levels as investors hone in on the complications surrounding new markets for bank debt.
So called contingent convertible, or coco bonds, are written down or converted to equity when a bank's capital falls to a certain level.
These bonds, which were introduced to transfer banking risk to investors and away from the state, pay a hefty coupon.
The high yields on the overall asset class made it one of the best performing over last year. But investors' appetite for these bonds has proved more muted this year.
The problem is not limited to Deutsche. A Santander coco bond is also trading at its lowest ever level, below 90 cents on the euro.
The low prices reflect in part complex risks that have emerged across Europe's €95bn market for additional tier 1 bonds (AT1), the main type of coco.
One problem is that the high coupon on the bonds can be cancelled when the bank runs into trouble and its capital falls. Exactly when this cancellation arises is the subject of some debate. Regulators have recently suggested payments might be stopped earlier than suggested for European banks, because of the way capital is calculated.
Deutsche's chief executive, John Cryan, said in October the bank will prioritise coco coupon payments. And on January 28, Marcus Schenck, CFO said: "We believe we have sufficient general reserves available to cover any shortfall."
Another problem is that the bonds are perpetual but come with a call date, when the bank can redeem the bond and re-issue.
If bonds trading below par are called, the investor receives the upside on the cash price, as well as a high coupon in between. But if they not called, they are less valuable to investors because that profit is not realised. For this reason, market expectations around whether a call will happen can drive prices up and down.
And then there are regulatory issues. Regulators have power over whether bonds are called, and also have influence over when coupons are halted. For bonds trading below par, it does not directly make economic sense for banks to call them only to re-issue with a higher coupon.
Concerns extend beyond technical market issues. Deutsche has recently grappled with problems in its investment banking business and the impact of low interest rates on its already low-returning retail bank. Globally, financial stocks have endured a tough start to the year, with the FTSE All-Share Banks index is down 15.7 per cent so far this year.
Y este escenario negativo se refleja en los CDS (Credit Default Swap), en lo que cuesta asegurarse ante una posible quiebra:
Y contagia a los CDS del sector bancario americano:
PD5: ¿Cómo se puede conseguir la indulgencia plenaria del Jubileo de la Misericordia?
1. Atravesar la Puerta Santa (Catedral o iglesia preparada para ello (La Milagrosa en Madrid, Caná en Pozuelo))
2. Desear firmemente no pecar más
3. Confesarse
4. Rezar el Credo
5. Rezar por el Papa
6. Recibir la Comunión (bien dispuestos después de confesarnos)
Se puede ganar una por día y aplicarla por el difunto que se quiera, o por uno mismo. Hay muchas almas en el Purgatorio esperando que nos acordemos de ellas…