Interesante este gráfico que muestra la evolución del crecimiento del PIB de EEUU y lo compara con la deuda pública allí alcanzada:
Es interesante porque recoge otros momentos en que su economía crecía muy fuerte a tasas anuales entre el 5% y el 15%, durante los años sesenta, setenta y ochenta. Espectacular boom de crecimiento en medio de dos crisis del petróleo, era un país emergente como los actuales... Luego siguió creciendo su PIB muy fuerte, por encima del 4% de media, aunque con una clara tendencia a la desaceleración. Como me recuerda a la evolución de los últimos 20 años de China, que ahora se crece algo menos. Esto es lógico ya que es imposible seguir con las tasas de crecimiento previas... Para EEUU no le supuso ningún problema desacelerar su crecimiento. Su mercado de valores siguió subiendo, con nuevas compañías tecnológicas y mucha ganancia en productividad con la masificación de los ordenadores y sus aplicaciones…
Su bolsa, el SP500:
Multiplicó por 20 desde entonces…
Pero en los últimos años, a raíz de la explosión de la deuda pública le empezaron los problemas. Se pasaron de tener déficits que se convertían en deudas y más deudas…
Aunque es todo tan ridículo en esta crisis de deuda que soportamos desde 2008 que aparecen cosas como estas:
El bono a 10 años alemán ya da menos rendimientos que la letra a 3 meses estadounidense:
Esto es ridículo, y se va a ajustar antes de lo que nos imaginamos. Ya en 2015 hubo un fuerte movimiento al alza de las rentabilidades para sacar a muchos de rendimientos negativos (mira el gráfico de arriba del bono alemán):
Este es el colchón que tienen las bolsas. ¿Cuánto tiempo van a aguantar perdiendo dinero los ahorradores? Van a aceptar más riesgo frente a este dislate.
Y el error japonés de impulsar con lo que sea su economía a base de paquetes de estímulo financiero, uno tras otro, hasta alcanzar estas cotas:
Hasta comprando acciones, ETFs y REITs…
Abrazos,
PD1: Toda la semana esperando el “finde”. Todo el año esperando las vacaciones…
Toda la vida esperando a encontrar la felicidad… Hay que dejar de esperar. El dinero no la da. Nos la da las personas que queremos y nos quieren, tener objetivos humanos ambiciosos, querer el bien de los demás, amar a Dios y al prójimo… Lo demás nunca llena, ni las juergas o comilonas del fin de semana, ni las vacaciones, ni esa larga espera que solo llenamos de mierdas materiales…