Si ya es difícil invertir, las
divisas actúan de vez en cuando. Estas últimas semanas de fortaleza del euro,
¿implican un cambio de tendencia, o es una guerra por tratar de mejorar el
déficit comercial brutal que tiene EEUU? Tiene pinta de que están interviniendo
el mercado…
Ayer, en la edición digital del
Financial Times un trío de periodistas se preguntaba si el Banco Central
Eueopeo (BCE) intervendrá en el mercado de divisas o en el mercado monetario de
alguna forma para contener la fortaleza del euro y recordaban que ya la semana
pasada había mostrado preocupación por el asunto el Economista Jefe del banco,
Philip Lane. Como el jueves de esta semana habrá reunión del Consejo de
Gobierno, todo el mundo estará más pendiente de lo normal (¡que ya es decir!)
de la rueda de prensa de Christine Lagarde, por ver si insinúa algo en alguna
dirección.
El euro, como comenté hace dos
semanas en el artículo recomendado en 7ª posición más abajo, está en medio de
dos corrientes opuestas, las dos muy fuertes, que lo mismo podrían terminar en
nuevas subidas de su cotización que en bajadas importantes. De ahí que la
conclusión del artículo fuera que: "Visto lo visto, la conclusión parece
circunspectamente clara: la caída del diferencial de rentabilidades entre la
deuda pública de EEUU y la de Europa y el hecho de que, a pesar
de todo, en el último año el BCE haya aumentado el tamaño de su balance un
porcentaje mucho menor que la Reserva Federal parece que favorece un euro
fuerte frente al dólar”.
A pesar de esa renovada fuerza
de euro, decíamos, que existían vientos de cara que estaban frenando esa
evolución. De esos vientos de cara hablaremos mañana.
En el Gráfico 1 se ve por qué el euro
debería estar fortaleciéndose como lo ha hecho, e incluso más,
tras un periodo de fortaleza del dólar que duró desde julio de 2008 (1,60$/€) a
diciembre de 2016 (1,03$/€); es decir, que duró ocho años y medio.
Desde esta última fecha el euro
no ha vuelto a caer hasta 1,03 en ningún momento (aunque bajó hace seis meses
hasta 1,06) pero tampoco ha sido capaz de superar 1,25, por lo que no ha
quedado claro si había iniciado un cambio de tendencia o no. De no haberlo
hecho (cosa que está aún por comprobar) el euro habría acumulado ya más de 12
años de debilidad frente al dólar, lo que resultaría muy extraño ya que el
semiciclo de debilidad suele durar entre ocho y nueve años.
Ese “suele durar” no se basa en
un período larguísimo en el que hubieran tenido lugar muchos ciclos diferentes,
pues el euro nació en 1999 y por lo tanto solo tiene 21 años de existencia. En
el Gráfico 1 se prolonga hacia atrás esa existencia, hasta 1971 (año en que el
dólar dejó de ser convertible en oro) reconstruyéndolo de manera sintética con
las cotizaciones y los pesos de las monedas que lo formaron inicialmente. En
total vienen a ser unos 50 años de historia entre euro legal y euro sintético y
en ese período se detectan claramente tres ciclos: 1971-1985; 1985-2001 y
2001-1016.
En el Gráfico 1 se ha marcado el
período que va de diciembre de 2016 hasta la actualidad como un cuarto ciclo,
con un interrogante porque está por confirmar que lo sea, mientras la
cotización del eurodólar no supere la cotización máxima de los últimos años,
que fue 1,25 en enero de 2018.
Otro argumento que refuerza la idea de que el
euro está en una etapa en la que su cotización frente al dólar debería
fortalecerse es la fuerte reducción que ha experimentado el diferencial de
rentabilidad entre la deuda pública de EEUU y de Alemania. En el Gráfico 2 se
ve la evolución de esa diferencia de rentabilidades (parte superior del
gráfico) y también la evolución de la cotización del euro contra el dólar
(parte inferior).
La flecha de color morado la
pintamos hace casi un año para indicar que la bajada del diferencial de
rentabilidades entre la deuda de EEUU y de Alemania que se había producido
desde noviembre de 2018 terminaría por povocar una revalorización del euro. De
ahí a flecha morada ascendente para indicar esa subida del euro.
La llegada de la pandemia
aceleró ese proceso de forma que si el diferencial de rentabilidades era 2,85%
en el mes de noviembre de 2018, el 23 de abril de este año había bajado a poco
más de un 1% (1,04%). Esa disminución del diferencial en 1,76% entre las
rentabilidades de EEUU y Alemania coincidió inicialmente con una depreciación
del euro, que llegó a cotizar a finales de marzo en 1,06$/€. A partir de ahí,
con el diferencial de rentabilidades ya relativamente estable entre 1,06% y
1,14% el euro tuvo una rápida apreciación desde 1,06$/€ hasta 1,20$/€.
La correlación entre ambas
líneas del Gráfico 2 es -0,76%.
El euro, por tanto, que había
estado “procrastinando” durante más de dos años sin tomar una dirección alcista
frente al dólar, se decidió a hacerlo en las semanas siguientes al 19 de marzo
(fecha cercana a la del mínimo de las Bolsas) y en cuatro meses pasó de 1,06 a
1,20 frente al dólar. Y ahí está, contenido, a pesar de las buenas razones para
que siga subiendo.
Mañana hablaremos de los
vientos de cara que parecen estárselo impidiendo por ahora.
Ciclos de la cotización del
euro contra el dólar
Diferencial de rentabilidades y
cotización €/$
Abrazos,
PD1: Según el Papa Francisco:
“La esperanza necesita paciencia: la paciencia de saber que nosotros sembramos,
pero es Dios quien hace que la semilla crezca.”
Así que los cristianos debemos sembrar el mensaje de amor que el
Señor nos dio. Sólo sembrar, que luego es Dios el que actúa a través del
Espíritu Santo, que es como siempre ha sido y siempre será… Aunque hay que
hacer un esfuerzo por sembrar, que si no se siembra nada crece…