Ya lo sabes de sobra, te lo he dicho mil veces: hay que ajustar los costes: salarios, pensiones, precios pisos, precios varios, gastos… El ajuste se puede hacer interno o externo. Interno es bajando sueldos (pensiones/sueldos/subsidios), para ser más competitivos, que es lo que hemos perdido en la última década… Este proceso es muy lento y doloroso. ¡Qué te voy a contar que ya no sepas!.
O se puede hacer externo, es decir, saliendo del euro y devaluando nuestra divisa nueva para volver a ser competitivos de golpe y porrazo… Esto ahora no se plantea, aunque no se descarta todavía esta opción menos dolorosa…, para el ciudadano, no para los bancos…
Esto te lo llevo contando años. Y hasta la fecha no habían hecho nada que doliera. Bueno, esto último no es que duela, es que escuece que te cagas… La gente está hasta las napias de ver que, al final, llegó el ajuste interno…, ay. Pero no es el que yo hubiera hecho. Es posible que dentro de unos años, pocos o quizás meses, se tenga que hacer otro, el que te cuento abajo…
Los titulares de estos días son horrorosos. Nos metemos en depresión mental total y económica, por supuesto. Mira lo que decía Invertia el viernes:
¿Para qué hablará nada ZP ni Aznar? No tenemos ahora otro Gobierno… ¿Se sienten libres de culpa…? Acojonante. Y de Guindos dice que para tres añitos, para tener una buena noticia. No quiero oír más, mañana me hago la maleta y me voy… ¿a dónde? Pues de vacaciones, que estoy deseando. Bueno mañana no, aún me falta unos días…
Más y más, como repiten incansables los catalinos, esto es un asquito y nadie lo puede solucionar. Hay una especie de sensación de derrotismo, de aceptar que no se puede hacer nada más, que lo que se está haciendo es lo único posible. Pues no señorito, no, eso es mentira. Hay otros modos, pero no se atreven. Hay otra forma muy distinta de tratar de salir de ésta que no sea a través de meter a España en una depresión aguda como nos están metiendo estos políticos… Y ésta pasa por disminuir el tamaño del Estado y de las Autonomías… Dejar de que el sistema público sea una oficina de colocación de políticos y amiguetes y ponerse a ajustar de verdad el tamaño de los gastos al de los ingresos …
Ya sabes el problema que tenemos: financiación. Se perdió la confianza de los guiris y estos se están llevando la pasta, aparte de cuatro ricos sin escrúpulos españoles que caray con ellos…
A este problema súmale la financiación del sector exterior y tienes una bomba de relojería que nos está explotando en la cara, sin que muchos se estén dando cuenta… y mira que me repito y lo repito hasta la saciedad…
La otra forma de hacer el ajuste duro interno sin plantear salir del euro todavía y sin basarlo casi exclusivamente en tratar de subir los ingresos como se ha hecho, sería dar marcha atrás a muchas decisiones de soberanía interna que ha perdido el Estado en favor de las autonomías. Te lo he contado muchas veces. El ejemplo de la sanidad es el más clarividente. En 2002, justo antes del traspaso total a los 17 reinos de Taifas, nos costaba la friolera de 30.000 millones de euros al año. En 2011 pagamos 90.000 millones de euros por la sanidad transferida ya a las CCAA. En Madrid se han construido 8 hospitales nuevos enormes… Por supuesto que había que tener un gran hospital al lado de cada vecino, incluidos pueblos perdidos del mundo… ¿Pero quién paga este disparate? ¿Nos los podemos permitir? No hay su tía…
Si pretendes subir impuestos y generar tasas y céntimos energéticos para mantener este error, nos metemos en un grave problema de imposible marcha atrás… O ajustamos el tamaño del Estado a como son los ingresos tributarios actuales, o nos mustiamos vivos… Y habrá que dar marcha atrás a todas esas subvenciones a las eólicas, solares, y memeces viejas… Habrá que construir un nuevo Estado…, habrá que partir de cero, no como se hace, intentar mantener el viejo a costa de depresionar la economía y que nos muramos de agonía y nos quedemos sin disponibles… ¿Quién tiene huevos? Nadie, por ahora. Ni siquiera la Merkel se atreve a imponernos todavía semejante plan… Todo llegará.
Es por esto por lo que ando muy pesimista y muchos me decís que caramba, que cómo no me ha gustado el plan de Rajoy. Y te contesto a las claras que no, que no es suficiente, que nos mete en una grave depresión de la que no saldremos solos. Y nadie está muy dispuesta a echar manitas al vecino ahogado… La Merkel nos impondrá dentro de unos años, pocos, otros paquetes que hagan este ajuste adicional. Sí no, llegará, y pronto, el momento en que no tendremos dinero para pagar pensiones, ni sueldos de los millones de funcionarios (¿son todos imprescindibles, porque nos cuestan el derecho y parte del izquierdo?), ni sanidad, ni educación… Y ese momentos será aún peor. Vete tú a pedirle al FMI que nos ayude, que nos socorra, si está entrampado hasta las orejas…
Pues eso, a esperar el mustiamen… 65.000 millones de euros en dos años y medio son “peanuts”. España necesitaría un rescate directo de 500.000 millones de euros pero nadie nos lo querrá dar. Mira la prima de riesgo lo pocha que anda… y el euro dólar… Pero a ver si nos dejan el verano tranquilito que estoy hasta los pelos de decir siempre lo mismo… Abrazo,
PD1: Según el viejo catedrático de economía:
La situación de la crisis española, "que ya alcanza los cinco años, está tomando visos de gran recesión y se asemeja a la Gran Depresión" de 1929. Esa situación se podría prolongar durante mucho tiempo si no se toman las medidas adecuadas; la caída del empleo al comenzar la crisis es muy rápida, pero la recuperación es lenta. Depende de lo que hagamos y de cómo reaccionemos. Los primeros años de la crisis en España han tenido un tratamiento desastroso. Hasta el 2010 la política era que no pasaba nada y las medidas comenzaron a tomarse tarde y mal, incluso se aplicaron visiones keynesianas de recuperación rápida con el llamado "Plan E". El Estado gastó 18.000 millones de euros, limpios de polvo y paja, para tener un crecimiento del empleo o una ralentización del paro, durante cuatro o cinco meses; fue flor de un tiempo muy corto, pero en cuanto se agotaron, se acabó el empleo y volvió a aparecer el paro.
Sobre las medidas adoptadas por el actual Gobierno, se están tomando porque no hay otro remedio, porque estamos al borde del precipicio y se ha producido la intervención tipo rescate, aunque sea inicialmente limitada a la banca, pero con consecuencias macroeconómicas. Propone adaptar el Estado español a otra dimensión y producir en la administración pública como en la empresa privada", y añade que tenemos casi el doble de funcionarios que hace veinte años y producimos prácticamente lo mismo. El Estado español ahora mismo, con esta situación, es un armatoste, un instrumento grande y poco útil, y hay que hacerlo dinámico y eficaz.
Respecto a las condiciones impuestas por la Unión Europea a España tras el rescate, ha explicado que eran inevitables, aunque la subida del IVA no es la medida más correcta. Ha habido una reflexión importante, el déficit se ha rebajado, en vez de llegar al 3 por ciento en 2013 será en 2014 y eso es bueno porque no hay que hacer tantos ajustes ni tan rápidos, pero tenemos un problema bancario muy serio de deuda, que será un lastre.
PD2: Alemania Humillada y Enfadada
Durante las dos décadas que precedieron a la creación del euro, el mundo académico advirtió repetidamente que era un error introducir la moneda única sin tener primero otros aspectos básicos de la integración. Era como empezar la casa por el tejado. No se podía poner la misma moneda a países con ciclos económicos no sincronizados, sin movilidad de trabajo que permitiera enviar a los parados del país en crisis al país que va bien, sin una unidad de mercado que fomentara la verdadera competencia entre las empresas de los distintos países (cosa que hubiera armonizado el ciclo y los precios), sin una unidad fiscal que transfiriera recursos automáticamente desde los países con boom hacia los países con recesión y sin una unidad bancaria y financiera que enviara recursos a los bancos con problemas. Los académicos advirtieron que cuando viniera la primera crisis, sería catastrófica.
Pero como tantas veces ha pasado con el proyecto europeo, los líderes políticos se negaron a escuchar a los expertos, les acusaron de intentar ayudar a los Estados Unidos y a querer mantener la primacía y el monopolio mundial del dólar... y tiraron adelante la unión monetaria.
Y la crisis llegó... y está siendo catastrófica. Ha sido interesante observar las excusas de los eurófilos: Primero, culparon a los especuladores malignos, a la codicia de Wall Street, a los bonos subprime y a la liberalización de los mercados. Después echaron las culpas a las entidades de Rating que (correctamente) ponían malas notas a unos gobiernos que mantenían déficits extravagantes. Después se pasó a dar la culpa a los evasores de impuestos y a los paraísos fiscales que figura que causaban esos déficits fiscales excesivos. Luego se dio la culpa a los gobiernos y a sus excesos derrochadores a la hora de construir aeropuertos sin aviones, trenes sin pasajeros y autopistas sin coches. Últimamente se las están cargando los bancos, los banqueros y los entes supervisores (como el Banco de España) que supuestamente tenían que vigilar los excesos del sector financiero.
Pero cada vez son más los que se preguntan si la crisis económica europea que estamos viviendo no ha puesto de manifiesto una realidad incómoda: ¿no será que el verdadero problema es el euro? ¿No será que los oscuros académicos a los que se insultó calificándolos de anti-europeos defensores de la primacía del dólar decían la verdad y la cosa del euro se hizo mal? Al fin y al cabo, el euro hizo que los tipos de interés fueran anormalmente pequeños en países como España, cosa que disparó la burbuja inmobiliaria que tanto cuesta digerir ahora. Al tener los mismos tipos de interés en toda la Eurozona, los países con más inflación (como Italia), tenían tipos de interés reales más bajos o incluso negativos, cosa que inducía los aumentos de consumo e inversión, cosa que aceleraba todavía más la inflación. Cuando llegó la crisis, el euro hizo que hubiera posibilidad de depreciar la moneda de los países que iban mal (cosa que hubiera abaratado sus productos y hubiera permitido aumentar la demanda externa en un momento en que la interna había desaparecido). Y como la cosa se hizo mal, sin poner primero los mecanismos que le tenían que permitir a la Eurozona luchar contra la crisis, tampoco había transferencias en forma de reducciones fiscales automáticas en las zonas afectadas por la crisis y aumentos en las zonas de alto crecimiento. Ni existía la posibilidad de que los griegos, españoles y portugueses en paro, emigraran temporalmente a Alemania o Finlandia porque el mercado laboral único no existía y tenía enormes barreras lingüísticas y culturales. Ni estaban diseñados y establecidos los mecanismos debían permitir la reestructuración de los euro-bancos insolventes.
Es decir, el origen de la crisis es el euro y lo que impide su solución es que el euro se construyó mal. Siendo esto cierto y siendo esto un grave problema... no es lo peor. El mal diseño del euro está destruyendo los logros en materia de convivencia que se habían conseguido con el mercado común primero y la Unión Europea después. Siempre se dijo que el objetivo final de la UE era la paz en el continente más cruel y sanguinario del mundo, escenario de dos guerras más salvajes de la historia de la humanidad. Parecía que la UE fomentó y consiguió la paz y la concordia entre los pueblos de Europa... pero el euro está dando al traste con esos logros: los ciudadanos de los países del centro son cada vez más reacios a ayudar financieramente a los de la periferia a los que no tienen ningún problema en calificar de “cerdos” (las iniciales de Portugal, Italia, Grecia y Spain forman, en inglés, la palabra PIGS que significa cerdo). A su vez, la gente de la periferia da las culpas a los países que les imponen unos recortes y una austeridad que no entienden. El nacionalismo griego, español, italiano y alemán, resurge por toda Europa. Se vuelve a hablar de leyes anti-inmigración. Se culpa a los extranjeros. Renace el chauvinismo y se vuelve a votar a los partidos nazis.
Fue un error buscar la unidad monetaria pensando que de ahí podría salir un sentimiento de unidad y de amistad sin tener en cuenta que, cuando las cosas van mal, la gente solo está dispuesta a hacer sacrificios para ayudar a sus verdaderos amigos. Los norteamericanos tienen una moneda única, es verdad, pero también comparten un proyecto común que va mucho más allá de la moneda o incluso de la economía: comparten los valores democráticos y una defensa infatigable de la libertad individual. Comparten el “sueño americano” de que todos los ciudadanos pueden triunfar en el país de la oportunidad. Comparten el amor por los colores rojo, azul y blanco de su bandera. Comparten el orgullo de su equipo olímpico. Comparten los logros de la carrera espacial y los viajes de la NASA. A nosotros, los europeos, los valores norteamericanos nos pueden parecer unos primitivos y cursis. Pero son unos valores que les unen. Y al estar unidos, nadie discute que una crisis financiera que afecta básicamente a New York o Texas sea tratada con el dinero de todos. La solidaridad no se practica con la fuerza de la obligación sino con el deseo de la voluntariedad. Y la voluntariedad no existe si no hay un sentimiento de pertenecer a un proyecto común que vaya más allá del dinero. Los líderes europeos pensaron que el proyecto común era el euro y el tiro les está saliendo por la culata.
Lo peor de todo es que volver atrás es mucho peor que seguir con el euro. ¡Si! Yo era de los que escribía en contra del euro en los años noventa (*)... pero una vez construido el euro, creo que sería un error abandonarlo. Los pánicos que se crearían en el proceso de transición conllevarían crisis financieras, quiebras, caídas del PIB y aumentos del paro hasta niveles nunca vistos. Es más, si los países con poca disciplina fiscal como España o Grecia de repente tuvieran su propia moneda de imprimir dinero, la inflación se dispararía y en pocos años el fantasma de las subidas masivas de precios, fantasma que hace 20 años que ha desaparecido, volvería a circular por España. Y la eliminación de ese fantasma comportaría graves crisis económicas las de los años setenta.
Al final de la cumbre del 29 de Junio, los líderes políticos europeos sorprendieron a todos los observadores (y aquí me incluyo yo), haciendo públicos unos acuerdos de calado que pueden representar el principio del fin de la crisis. Los acuerdos parecen indicar que finalmente quieren avanzar en la construcción de los fundamentos de la casa donde se debería haber colocado antes de poner el tejado del euro: unión bancaria, mercado único con más competencia en todos los sectores, unión fiscal que reduzca el poder fiscal de los estados, etc. Todo esto está muy bien, pero quizá sea demasiado tarde. Las divisiones estatales son ya muy profundas, hasta el punto que los acuerdos han sido vistos como una victoria de la periferia y una derrota de Alemania. No se ha percibido como una victoria de Europa. Y eso no presagia nada bueno porque todavía se tienen que escribir los detalles de la letra pequeña, y eso se tendrá que hacer con la pluma de una Alemania humillada y enfadada.
(*) Ver aquí un artículo periodístico del 31 de Diciembre de 1998, EL DIA ANTES de que se introdujera el euro. Y aquí un artículo académico, con Jeffrey Sachs que hablaba de la imposibilidad de tener una moneda única sin unión fiscal y los problemas que representaría cuando llegara la primera crisis
PD3: Mira los costes de mantener el euro y de que salte por los aires:
Ante esta tesitura, van a poner todos los medios para conservarlo como sea, a costa de lo que sea…, a costa de dejar a las siguientes generaciones con una lacra inhumana, lo que sea por salvar la cara, por no reconocer los errores…
PD4: Sabes cuál es la diferencia entre unos países y otros dentro de la UE. No es que los PIGS seamos más gastones que los del norte, no, todo lo contrario. Mira:
Sino que ingresamos menos, tenemos una recaudación fiscal menor y por tanto, aunque gastemos menos, tenemos las cuentas más desfasadas…
PD5: Por los frutos nos deben reconocer. No porque estemos hablando de Dios todo el día, sino por el amor que mostremos, por la caridad, por la bondad, por la fe…, por cómo vivamos nuestra vida, porque seamos justos, porque seamos veraces, porque no andemos criticando a todo quisqui, porque andemos queriendo ayudar, queriendo al prójimo… Esto son los frutos y no otros. Yo hay muchos días que no tengo frutos, sino todo lo contrario… Debo corregirme, sí, y sólo sí, consiguiera ser más cariñoso todos los días….