05 diciembre 2014

5 diciembre 2014 ¿Deflación, reflación o estanflación?

Ayer el BCE de nuevo ajustó a la baja sus previsiones sobre crecimiento (el PIB lo baja al 1% desde el previo 1,6% para 2015) y precios, sin incluir la reciente bajada del crudo que implicará una bajada mayor… Andamos pochos en la UE, al margen de alegrías de los gobernantes locales…
Además, no acaba de decidirse a lanzar un QE, por dos factores: porque Alemania no quiere, y porque Alemania quiere que se hagan más reformas estructurales que nadie quiere hacer… Y el BCE no va a soltar la pasta hasta que no haya un compromiso político de que se van a hacer más ajustes… Lo mismo que nos dijeron a España, Francia e Italia la semana pasada y que no acabamos de hacerles caso… No es rentable, electoralmente hablando, seguir metiendo esa tijera tan necesaria para sanear las cuentas públicas y hacer lo mismo que hemos hecho las familias y empresas…
¿Habrá deflación? No nos ponemos de acuerdo con lo que nos vamos a encontrar en materia de precios. Sabemos que España cuenta desde hace muchos meses con una inflación negativa que ahora se incrementará debido a la bajada de los precios del petróleo más si cabe. ¿Es esto bueno? ¿Vamos a quedarnos con los precios muy comprimidos durante muchos años?
En Japón se está luchando por salir de una deflación que acumulan durante muchos años y que ha lastrado el crecimiento de su economía. Ahora los precios han subido al calor de varios frentes: subida del IVA y de la emisión de liquidez y estímulos a mansalva… Sin embargo, en EEUU no ha habido un repunte considerable de precios fruto de los QE ni del crecimiento económico que es amplio sobre todo en los últimos años…

¿Deflación, reflación o estanflación? Pronósticos de Amundi para 2015

TRES POSIBLES ESCENARIOS SOBRE LA EVOLUCIÓN DEL COSTE DE LA VIDA EN EUROPA

¿Acabará materializándose la deflación en el Viejo Continente, iniciándose así un proceso de japonización en 2015? ¿Sumará Europa su tercera recesión?

La búsqueda de rentabilidad y la compresión de diferenciales, la debilidad de la recuperación económica europea, la mejora de salud de algunas economías periféricas y las divergencias entre países de la zona euro y entre la zona euro y EE.UU. y Asia han sido las principales tendencias que se han desarrollado a lo largo de este 2014 en el Viejo Continente. Ahora bien, ninguna ha contribuido a despejar por completo los temores de deflación al estilo japonés. 
Es por ello que los expertos de Amundi han indagado en un profundo estudio que queda recogido en el último informe Cross Asset de la entidad sobre la posible evolución del coste de la vida en 2015. A continuación, se ofrecen los tres escenarios a los que han acotado desde la firma francesa la evolución de la inflación. Pero antes, una advertencia: "Para 2015 y más allá, deberíamos mantener en mente que el peligro de una deflación extendida por la eurozona no ha terminado, y que el crecimiento vuelve a ser un factor de peso en la valoración de activos de riesgo. No hay manera de evitar hablar sobre una situación de estanflación, y las estrategias para salir de ella (QE, reformas) tienen grandes consecuencias sobre clases de activo que varían dependiendo de si estas reformas dan como resultado nuevos resultados o no". 
Desde la gestora francesa afirman sin tapujos que "la política monetaria convencional sigue siento relativamente inefectiva (especialmente en Japón y la eurozona), lo que está llevando a los observadores a creer que la eurozona es el nuevo Japón". En estas condiciones, los expertos creen que el BCE ha entrado definitivamente en un largo periodo de tipos bajos e inyecciones de liquidez. No obstante, también piensan que la Fed va a tardar en empezar a subir los tipos, y entre tanto en este clima de bajos tipos de interés los diferenciales siguen cayendo por la búsqueda de rentabilidad, por lo que vaticinan que el debate sobre la revaloración de activos se desarrollará más en los próximos meses. 
Inflación: escenario central
El escenario central que manejan en Amundi, al que asignan un 65% de posibilidades, es que el crecimiento global seguirá siendo "relativamente fuerte", pero el de la eurozona permanecerá débil, con la amenaza de deflación acechando y obligando al BCE a adoptar políticas expansivas. En este contexto, desde la firma creen que "una depreciación mayor del euro es inevitable". Por otra parte, consideran que "las políticas económicas están cambiando algo, pero acelerar la recuperación económica llevará tiempo". 
Por tanto, el escenario central para 2015 prevé la aparición de políticas de reflación en un entorno de bajo crecimiento en Europa. En opinión de los expertos, se evitará otra crisis, pero tendrá que pagar como precio el repunte de la volatilidad. Y aún así, no se evitará el avance de la convergencia económica y la desfragmentación financiera. La parte positiva viene de la mano de la depreciación del euro, que será un factor de apoyo para la renta variable europea. Además, la rentabilidad por dividendo superará en términos históricos y de forma sistemática a la de Japón y Estados Unidos.  
¿Qué planes tienen para la Fed? Desde Amundi contemplan como posibilidad más plausible que la institución que preside Janet Yellen "mantendrá una política monetaria laxa, pero las curvas de rentabilidad futura se empinarán en la segunda parte del año". 
Los expertos de la gestora francesa se despiden con una advertencia: "A pesar de esto, debemos señalar que en un entorno de tipos muy bajos y volatilidad más alta, mantener duración larga en los países del núcleo de Europa no ofrecerá protección frente a sacudidas de las bolsas. Esta límite de cobertura macro generará en sí misma más volatilidad". 
Segundo escenario: Japón, 1990
El escenario intermedio, con un 30% de probabilidades, es que se produzca una deflación similar a la que sufrió Japón en 1990, lo que traería de vuelta otra recesión. Los diferenciales de crédito se deteriorarían, tanto los corporativos como los de la deuda soberana. Entre tanto, la renta variable probablemente sufriría por el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento, provocando un incremento de la volatilidad y deteriorando las perspectivas de beneficios. 
Tercer escenario: normalización
El escenario más improbable para los expertos de Amundi (con sólo un 5% de posibilidades de que se materialice) sería el de normalización monetaria. "Incluso aunque el crecimiento avance terreno, es imposible bajo las condiciones actuales creer en cualquier tipo de normalización, de políticas monetarias o de tipos de interés, o incluso de una revisión potencial del crecimiento al alza", estiman. A esto añaden desde la firma, a modo de corolario, que "es imposible creer que sucediera tal escenario sin pasar primero por nuestro escenario central, que enfatiza el rol jugado por los bancos centrales y políticos". 
Abrazos,
PD1: Más sobre la deflación:

If deflation is so terrible, why are Spain, Greece growing?

Falling prices aren't as bad as they'd like you to believe
Prices have risen just 0.3% in the past year in the eurozone.
Prices are starting to fall across the European continent. Mass unemployment, and a grinding recession are forcing companies with too much capacity to charge less for their products. Company profits will soon be collapsing, while government debt ratios threaten to spiral out of control.
The threat of deflation is so worrying, the European Central Bank is expected to throw everything in its armory to prevent it, and to get prices rising again. It may even move towards full-blown quantitative easing as early as Thursday.
But here's a puzzle. The two countries with the worst deflation in Europe are Greece and Spain. And two of the countries with the best growth? Funnily enough, that also happens to be Greece and Spain. So if deflation is so terrible, how come those two are recovering fastest?
The answer is that deflation is not nearly as bad as it sometimes made out to be by mainstream economists. The real problem is debt. But if that is true, perhaps the eurozone would be better off trying to fix its debt crisis than campaigning to raise prices — especially as it probably won't have much success with that anyway.
There is no question that the eurozone is sliding inexorably towards deflation. Only last week, we learned that the inflation rate across the zone ratcheted down to 0.3% last month, from 0.4% a month earlier, and a significantly lower figure than the market expected. It has been going steadily down for some time. Consumer inflation has not hit the ECB's target level of 2% since the start of 2013. It has been falling steadily since it peaked at 3% in late 2011
It would be rash to expect that to change any time soon. The oil price has collapsed, and other commodity prices are coming down as well. That will all feed into the inflation rate. Retail sales are still weak, and unemployment is still rising. People who have lost their job don't spend money — and companies don't hike prices when the shops are empty.
Most economists will tell you that is very worrying — and that the ECB needs to act immediately to stop it getting worse. People will postpone buying anything because they think it will be cheaper next month. Companies will be reluctant to invest because they see their prices and profits going down. Confidence will be sapped, and the economy will suffer.
Even worse, the debts of peripheral eurozone countries will spiral out of control — because the amount they owe will remain the same, but there will be less income to service it.
But there is something odd about that analysis. The two countries with the worst price data are also the two countries doing best within Europe.
Just take a look at the figures.
In Greece, prices are falling at an annual rate of 1.7%. In Spain, they are falling by 0.4%. So presumably those are the two countries that have been hit hardest? Well, it has not quite worked out like that.
The fastest growing economy in the eurozone right now is none other than Greece. True, it is not exactly China, but it is expanding at an annual rate of 1.9% right now. And how about Spain? Its economy is also growing again, at an annualized rate of 1.6%.
By contrast, the economies where prices are still rising are not doing as well. Over in Germany, the supposed powerhouse of Europe, the inflation rate is still just in positive territory, at an annual rate of 0.5%. But growth in the third quarter was only 0.1%, narrowly avoiding recession. The same is true in France — inflation just about stayed positive, but growth has completely stalled.
So there does not appear to be much of a connection between rising prices and stronger growth. Nor do falling prices appear to be hurting very much.
So what is going on?
In reality, there is nothing terrible about prices falling. It is what happens in a competitive economy. Most of us like it when the stuff we buy gets cheaper.
There is no serious evidence to suggest that it deters people from buying things. If it did, no one would ever buy a television or a smartphone, because they know perfectly well that they can get a better one for less money next year. In reality, they buy plenty of both.
People buy things when they need them, taking price trends into account — after all, you can't take either the money or the phone with you when you die, so you can't postpone the purchase forever. Neither is there much evidence that it saps the confidence of companies. Again, if it did, no one would make any kind of consumer electronics. Businesses will invest where they think they can make money, and so long as costs are falling as well it is fine for prices to come down.
The threat to growth from deflation is wildly oversold. Indeed, for most of the 19th century deflation was completely normal — and that didn't stop the industrial revolution in its tracks. Indeed, mild deflation may actually be helping Spain and Greece. As things get cheaper, consumers feel a bit more confident — and start spending again.
The one thing that is a problem is where there are high debts, as there certainly are across the eurozone. If prices fall, then those debt ratios are just going to get worse and worse. At a certain point, they will be unsustainable.
But in that case, surely the right response is to deal with the debt, not the deflation. Many eurozone countries have debts that they probably won't ever be able to repay. If they thought inflation was going to deal with that for them, they will be disappointed. It isn't going to happen.
By far the best thing for them to do now would be to restructure their debts. The ECB will throw everything it has at fighting deflation. But it is probably not going to work — and it might well be better if it didn't.
Deflation is not nearly as bad as everyone thinks
PD2: Asia está cada vez más encendida por la noche… Mira China e India:
Portugal tiene casi más luces que España ¿?
África y Sudamérica muy apagadas…
PD3: Es completamente indignante. Nos tendríamos que estar beneficiando de la fuerte rebaja del crudo, pero ni por esas, la gasolina no cede, ni se le espera…
Precios desde ene-2014 hasta hoy:
Brent: 110,92$ a 67,31$ (–39,3%)
Gasolina 95: 1,427€ a 1.263€ (–11,5%)
Gasóleo: 1,382€ a 1,215€ (–12,1%)
Tenemos todo tan regulado, estamos en un mercado tan monopolístico, que nos tenemos que aguantar…, como en muchos otros servicios que pagamos a lo que la empresa mande… Y el Gobierno ni pio, como siempre…

¿Por qué el petróleo cae un 40% desde junio y la gasolina sólo un 8%?

Competencia denuncia que los precios de la gasolina sólo cayeron un 3,4% en octubre, por un 9,1% en los mercados internacionales.

El barril de Brent, la referencia del petróleo en Europa, cerró el mes de noviembre ligeramente por encima de los 70 euros. En los últimos cinco meses, el crudo acumula un descenso del 39,5% en los mercados internacionales respecto a los máximos de junio.
Sin embargo, en todo ese tiempo, el precio de los carburantes a nivel doméstico apenas ha notado una rebaja del 6% en el caso del gasóleo de automoción (que supone cerca de un 80% de la demanda) y un 8,4% en la gasolina. Es decir, cada euro que se rebaja el crudo apenas supone una rebaja de 15 céntimos para el consumidor.
Precisamente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia señalaba ayer, en su informe mensual de la distribución de carburantes referido a octubre, que los márgenes de distribución se habían ampliado hasta un 5,1% en el décimo mes del año, respecto a septiembre.
Este efecto se ha producido porque las gasolineras apenas han trasladado al público las rebajas de precios en origen. Así, el precio de la gasolina cayó un 3,4% en el poste español, por un 9,1% en los mercados internacionales, mientras que el del gasóleo se deja un 3%, por un 6,9% en el exterior. Todo ello ha provocado que los márgenes avancen hasta los 17,9 céntimos por litro para la gasolina 95 y 17,3 céntimos por litro para el gasóleo.
Algunos economistas señalan que buena parte del efecto se puede explicar por la depreciación del euro en relación al dólar, que es la divisa de referencia para el crudo. Así, la moneda europea acumula un descenso del 8,8% desde que el crudo tocase sus máximos anuales, el 15 de junio. Sin embargo, este efecto apenas tiene incidencia en octubre, cuando el euro sólo cayó un 0,85%.
La CNMC y su predecesora, la Comisión Nacional de la Competencia, habían acusado a las gasolineras de «coordinación en los precios» para mantener unos márgenes artificialmente altos. Asimismo, criticaban la dificultad para abrir nuevos establecimientos, lo que causa una gran concentración del mercado en manos de las tres grandes distribuidoras. Todo esto estaría provocando que los precios del gasóleo antes de impuestos se sitúen entre los más altos de Europa, en 65,5 céntimos por litro frente a los 62,5 de la media europea. Sin embargo, desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) alegan que estas mediciones infraponderan las estaciones de servicio low cost.
Los costes fijos
Los operadores también señalan que este tipo de comparaciones no tiene en cuenta los costes fijos a los que tienen que hacer frente los carburantes. Es el caso, por ejemplo, del Impuesto sobre las Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (más conocido como céntimo sanitario), que grava cada litro con hasta 5,8 céntimos, independientemente del precio al que se venda en el surtidor. Asimismo, también sería muy difícil ahorrar en los costes fijos (logística y distribución), que suponen 12 céntimos por litro.
Sin embargo, la CNMC reprocha que las gasolineras españolas tienen algunos de los márgenes más elevados de Europa, ya que se sitúan hasta 4,5 céntimos por encima de la media comunitaria. Además, esta diferencia se acentúa en comparación con los países más grandes. Por ejemplo, «el margen bruto en España fue superior al de Francia en 5,8 céntimos por litro en gasolina 95 y en 8,1 céntimos por litro en gasóleo A», señala.
Los márgenes suben un 5,1% en octubre
El desplome de los precios del Brent, frente al ligero retroceso de los precios de los carburantes, ha aumentado los márgenes de las distribuidoras en los últimos meses. Así, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia advierte en su último informe mensual de la supervisión de precios de los carburantes en las estaciones de servicio, correspondiente al mes de octubre, de que los márgenes aumentaron hasta un 5,1% en el décimo mes del año respecto a septiembre, hasta suponer 17,9 céntimos por cada litro de gasolina y 17,3 céntimos por cada litro de gasóleo. Competencia ha llegado a achacar estos efectos a la «coordinación en los precios» entre las distribuidoras, así como la concentración del mercado en manos de las tres mayores empresas.
Hasta 35 céntimos más que en Europa
Los precios del Boletín Petrolero de la Unión Europea muestran que España mantiene unos precios mayores que la media, antes de impuestos. Así, las gasolineras perciben 35 céntimos por litro de gasolina más que en el promedio de la UE, y 30 céntimos más por cada litro de gasóleo.
Los operadores, en cambio, replican que estos datos no se pueden comparar, porque cada país utiliza un sistema de medición distinto. Por ejemplo, señalan que en el resto de Europa se da más peso a las estaciones de servicio en manos de supermercados, que aplican una estrategia de mayores descuentos. De acuerdo con los datos de la CNMC, los márgenes se disparan cuando se comparan con los grandes países, como Francia, donde estos beneficios quedan reducidos a poco más que la mitad que los españoles.
El efecto del 'cohete' y la 'pluma'
Muchos economistas suelen criticar el efecto del 'cohete' y la 'pluma', esto es, que cuando el precio del Brent se dispara, el precio de la gasolina reacciona inmediatamente, pero que cuando el primero disminuye el segundo tarda un tiempo en caer. Esto ha quedado ratificado en buena medida con la actual bajada de los precios.
Por ejemplo, la primera mitad de la bajada (entre julio y septiembre, cuando el Brent cayó un 22%) apenas hizo que los precios de la gasolina descendieran un 1,8% para la gasolina y un 0,5% para los carburantes, si bien es cierto que en este caso estuvo mitigada por la depreciación del euro. En cambio, la segunda mitad de la bajada provocó una baja más drástica de los precios en las estaciones de servicio, del 6,7% para la gasolina y del 5,5% para el gasóleo
Y sin embargo, en EEUU, mucho más flexibles, si que baja. Pagan la gasolina de 95º a 40 céntimos de euro el litro. Es indecente…
En España, aunque el petróleo se vaya a los 50 dólares el barril, seguiremos teniendo la gasolina a 1,30 euros/litro…, fijo.
PD4: Lo que diferencia a los cristianos del resto de religiones son dos aspectos: FE y OBRAS. Tenemos fe en Dios y hacemos obras para salvarnos, fundamentalmente, amamos a Dios, al prójimo y a nosotros mismos.
Hay mucha gente que es muy amorosa, que es muy buena con los demás y no son religiosos, no tienen una vida espiritual. La mayoría de los seres humanos son muy buenos y se preocupan de los demás, de sus hijos, del prójimo, y hacen cosas inimaginables. Son un gran ejemplo a otros cristianos que andan perezosos en el buen hacer, en las "obras".
Qué bonito sería si esos que se prodigan en hacer obras lo hicieran por un fin trascendental, y no solo por una solidaridad muy bien entendida. Y qué bonito sería que los cristianos, los que tenemos esa fe que otros carecen, nos prodigáramos en hacer más obras, en amar más a los demás. ¿En qué lado estás, en los que hacen obras, o en los que no?