Es inevitable. Ya estamos en
recesión y va a ser muy profunda. Esto es lo que han descontado ya los
mercados, está casi todo en los precios de las acciones. Va a haber mucho paro
y muchos pequeños y medianos empresarios tendrán que cerrar sus negocios,
muchos autónomos no podrán mantenerse como tales, mucha gente tendrá que acudir
a cobrar la prestación por desempleo…
Por muchas medidas que se
pongan, no van a ser suficientes, ni aquí, ni en el mundo occidental… Además, el
efecto contagio se frenará en verano, pero volverá en otoño próximo, por lo que
habrá que cambiar los hábitos de trabajo, de compra y de relacionarnos…
Este economista estima que por
cada mes que tengamos la reclusión en casa de la gente, el PIB bajará un 2,5%
por mes… Por lo que si se alargan estas medidas adicionales, por mor de la
salud de la gente, las repercusiones económicas serán muy hondas y el paro muy
elevado.
Economía y estado de alerta: primeras estimaciones del
impacto
La economía es probable que responda aún peor
de lo que se esperaba
Aunque aún es muy pronto, podemos ya empezar a realizar unas primeras estimaciones del impacto de
las medidas decretadas por el gobierno español dentro de la declaración del
estado de alerta hecha con el fin de tratar de frenar la expansión explosiva de
la epidemia por el Covid-19.
Existen
sectores que obviamente están siendo golpeados de una forma brutal, como son la
hostelería, las actividades de ocio y el turismo, con caídas cercanas al 100%,
mientras que otros sectores, aunque no han cesado su actividad, también están
siendo gravemente golpeados por las limitaciones impuestas a los
desplazamientos de los ciudadanos. Una primera estimación del comercio
minorista implicaría caídas que seguramente
superen el 70 u 80%, una vez contabilizadas las ventas online y
dados los cierres masivos de comercios a lo largo de toda la geografía nacional
y que solo se mantendrá la venta de alimentos y productos de limpieza.
Otro
tipo de servicios de mercado están viendo fuertemente reducida su actividad, en el entorno
del 30 al 50%, mientras que es de prever que la industria se vea también
fuertemente afectada, al paralizarse buena parte de los pedidos, al igual que
la construcción. Una gran parte de los servicios de no mercado se encuentran
también paralizados, pero en este caso, como el valor añadido del sector corresponde
a los salarios de los empleados públicos, no es de esperar una repercusión en
el PIB, pese a que de hecho muchos de esos servicios no se estén prestando.
Utilizando
las tablas input-output de la economía
española podemos ver fácilmente qué clase de repercusión podemos ver en el PIB
a consecuencia de la situación actual. El sector de los alojamiento y restauración
supuso el 10,6% del PIB en 2016 y el comercio el 11,3%.
Solo por esos dos sectores la caída del PIB en términos anualizados será de un
mínimo del 18,5%, más de un 1,5% mensual. Tomando la estimación más moderada de
descensos en la actividad del 30% en el resto de servicios de mercado, y
teniendo en cuenta que estos son, restando los anteriores, el 27,8% del PIB,
tendremos que sumar otro 8,3% en términos anualizados, es decir, otros 0,7 puntos
porcentuales por mes. Una estimación moderada de caídas en industria y construcción
sería del 15% de la actividad, lo que nos lleva, dado el peso
en el PIB del 22%, a otra repercusión del 3,3%, es decir, otros 0,3 puntos
porcentuales por mes. En el resto de sectores no es de esperar caídas
significativas de la actividad (sector primario, sector público y sector
financiero).
Por lo
tanto una primera estimación nos daría un descenso del PIB de un 2,5% por cada mes que
se mantengan las medidas asociadas al estado de alerta. La primera conclusión
que podemos sacar de todo esto es que es obvio que, aunque tras el
levantamiento de las medidas podamos asistir a una fuerte recuperación del
consumo, mucho de este consumo se va a perder definitivamente, con lo que
parece poco probable que se recupere más que una pequeña parte de todo ese
daño. Es más, aunque entremos en la temporada de verano sin el mantenimiento del estado de alerta,
es evidente que el miedo hará que buena parte de los turistas cancelen sus
vacaciones previstas en España, por lo que los efectos de la epidemia se seguirán arrastrando durante
varios meses.
Como
segunda y obvia conclusión podemos decir que las medidas extraordinarias de
limitación de movilidad no se van a poder mantener
demasiado tiempo, pues sino el daño a la economía será permanente y muchas
empresas empezarán a quebrar al no poder mantener los gastos fijos con
semejante disminución de ingresos. Es probable que si la situación se mantiene
dos meses el daño
al tejido empresarial comience a ser ya masivo.
¿Y cuál
es la previsión respecto a la evolución de la epidemia en España?
Los informes que se están manejando hablan ya de contener la propagación pero
no hablan de detener la epidemia. Véase, por ejemplo, este estudio publicado a primeros de
febrero por epidemiólogos ingleses preveía el pico de la infección, en ausencia
de estacionalidad, cuatro meses después del comienzo de la transmisión persona
a persona y con picos de infecciones simultáneas en el entorno de 1,2 millones de
personas hacia principios de junio. Un primer pico más
bajo se producirá una vez establecidas las medidas de control, seguido de un
segundo pico si se relajan las medidas antes de unos siete meses tras el inicio
de la epidemia, según se ha publicado recientemente en este estudio.
Escenarios
de evolución de la epidemia. Fuente: The Lancet
La
conclusión que se puede extraer de todo esto es que las medidas que se han
tomado necesitan ser mantenidas tanto tiempo para evitar el rebrote de la epidemia en
otoño-invierno que es muy difícil que la economía española
lo pueda soportar sin sumirnos en una gran depresión, por lo que es sumamente
probable que estas se relajen antes de lo epidemiológicamente aconsejable y
veamos un nuevo episodio de la epidemia pocos meses después de este levantamiento de medidas.
Por
tanto, hay que asumir que, como dice el primer artículo citado, acabará
infectándose en el entorno de los 30
millones de personas, y que los objetivos deberían ser dotar al
sistema sanitario de los recursos para minimizar la mortalidad y además aplanar
la curva de la epidemia lo suficiente como para que el coste de dotar mejor al
sistema sanitario sea menor que el daño
inducido a la economía por las medidas de control
adoptadas, siendo la más económica y más eficaz el cambio en determinadas
conductas de las personas, como son el mantenimiento de la distancia social y
las medidas de higiene
Sin embargo, los mercados la
semana pasada parece que encontraron un suelo después de estos tres meses de
fuertes caídas. ¿Se ha descontado plenamente esta recesión? Puede que sí. Quizás
le falte un coletazo a la bolsa de EEUU, que les ha llegado más tarde el virus
y sus caídas no habían sido tan intensas, pero tanto Europa como China dudo que
vayamos a ver nuevos mínimos. Mira los últimos días (no todas las bolsas se
comportan igual):
CHINA:
ALEMANIA:
ESPAÑA:
EEUU:
Esta última, por
valoración, sigue estando la más cara.
Abrazos,
PD1: Muchos
nos confesamos todas las semanas y estos días andamos cojos, carentes de los
beneficios particulares que nos da la Gracia de este Sacramento. El Papa
Francisco nos contesta a la pregunta que tenemos muchos: ¿qué hacer para
confesarnos estos días que no tenemos confesores?:
¿Dónde
puedo encontrar a un confesor?
“Sé que
muchos de vosotros, por Pascua, os confesáis para encontraros con Dios. Pero
muchos me dirán hoy: “Pero Padre, ¿dónde puedo encontrar a un
sacerdote, un confesor, porque no puedo salir de casa?”.
“Y
quiero hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace, quiero que mi padre
me abrace… ¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes?”.
Haz lo
que dice el Catecismo. Está muy claro: si no encuentras un sacerdote
para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: “Señor, he
hecho esto, esto, esto… Perdóname”.
Y
pídele perdón de todo corazón, con el acto de dolor y prométele: “Me
confesaré más tarde, pero perdóname ahora”.
E inmediatamente
volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como
nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a
mano.
Así que podemos volver a la
gracia de Dios, con un acto de dolor y arrepentimiento, a la espera de una
confesión después…