24 marzo 2020

no habrá dinero para todo lo que se necesita


No hizo los deberes el anterior gobierno, no redujo el déficit público lo que se tenía que haber hecho. Nunca les parece suficiente a los políticos en materia de gasto. Son como los particulares que son incapaces de ahorrar y se gastan todo lo que ingresan sin dejar nada por si acaso…
Y el actual gobierno tampoco… Todo son promesas electorales imposibles de cumplir, no hay forma de contentar a todos. Ha habido mucha necesidad, tenemos un paro estructural que nunca bajó de los 3 millones de personas…
Ahora Bruselas libera a los estados miembros del “plan de Estabilidad”, esa senda que nos conducía a un déficit público contenido y que nunca fue muy ambicioso por mor a darle tiempo a los más rezagados como nosotros…
¡Qué va a ser de nosotros como se les ocurra gastar lo que no se tiene ni se tendrá nunca! La primera derivada es que el BCE no va a tener dinero suficiente para estabilizar las primas de riesgo que subirán… La segunda es la insolvencia, la tercera, ya la sabes, la falta de pago… Por esto la ministra Calviño no acaba de lanzar las medidas aprobadas la semana pasada…
Los expertos creen que el parón de la economía provocado por la epidemia trae consigo una caída abrupta de ingresos y un incremento de gastos que España no está en condiciones de afrontar. Los recortes volverán a ser inevitables.
Como si fuera una maldición, la historia vuelve a repetirse. En 2008, José Luis Rodríguez Zapatero negó la desaceleración y la crisis le pilló de lleno sin haber hecho los deberes y en 2009 la economía retrocedió un 3,8% y el déficit se disparó hasta el 11%. Y ahora, la crisis del coronavirus pone de nuevo a un Gobierno socialista en la difícil tesitura de afrontar otra grave situación sin haber aprovechado la bonanza de estos últimos años para corregir desequilibrios fiscales. Pedro Sánchez ha preferido estos dos últimos años consolidarse personalmente antes que sanear el país para afrontar un invierno que no esperaba. Es la fábula de la cigarra y la hormiga trasladada a la política española.
La duración de la crisis es el primer elemento fundamental que va a condicionar la salida de Sánchez y de España de la difícil tesitura en que se encuentran. Si el Gobierno consigue que la epidemia se controle en unas pocas semanas (menos de un mes) y que la gente vuelva a recuperar la confianza la economía que ahora está anestesiada recuperará el pulso casi con la misma celeridad con la que lo perdió. Los expertos consideran que durante estas semanas de reclusión las familias españolas que no hayan perdido sus ingresos van a incrementar su tasa de ahorro.
En cuanto se supere el miedo al agente patógeno, es previsible que los españoles salgan a consumir con fuerza y ceben la bomba del crecimiento .
Pero hay otra visión no tan optimista a la que se empiezan a sumar cada vez un mayor número de economistas a la vista de los acontecimientos. Si la crisis se alarga en el tiempo España no podrá financiar su Estado de Bienestar y los temidos recortes que ya se vivieron a raíz de la crisis desatada en 2008 volverán con más virulencia si cabe. El discurso esta semana del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciando un impulso a lo público a raíz de la crisis del coronavirus, no se sostiene en términos de la ortodoxia económica que Europa volverá a exigir en cuanto todo se calme (los apoyos económicos y estímulos lanzados por el Banco Central Europeo no tienen de momento fecha de caducidad, pero están diseñados para hacer frente a un problema que debe ser coyuntural, de ninguna manera para propiciar una huida hacia delante del populismo).
Y Nadia Calviño, es dentro del Gobierno, la garante de esa ortodoxia. De ahí que no le haya gustado demasiado que el presidente de pábulo a la demagogia, apuntándose al menos de boquilla a las tesis derrochadoras de Pablo Iglesias. Varias son las razones por las que España va a tener que afrontar un ajuste si quiere que la crisis económica no se lleve por delante los pilares del Estado de Bienestar. La naturaleza de esta crisis sanitaria afecta sobremanera a sectores que, como el turismo o la hostelería, son vitales en la economía española.
El temor para muchos es que una medida coyuntural como es la paralización de estos sectores durante varios meses acabe teniendo consecuencias estructurales y provoque la desaparición de un buen número de empresas. Se puede llegar a dar un fenómeno de histéresis por el que una medida coyuntural como es la congelación de la economía puede tener consecuencias estructurales. Según la duración de la crisis, los expertos prevén contracciones del PIB que podrían estar entre el 5% y el 15%, lo que provocará un brusco recorte de ingresos, acompañado de un mayor gasto provocado por la propia crisis. En esta tesitura el déficit podría a final de año superar de nuevo el 10% del PIB.
Los economistas coinciden en que en estos momentos hay suficiente liquidez en el mundo, pero la cuestión es si la va a haber cuando las principales economías del planeta emitan la colosal deuda para financiar las medidas que les permitan superar la crisis del coronavirus. El Tesoro español tendrá que competir en los mercados con Alemania, Francia y demás países cuyas economías van a ofrecer mayor credibilidad a los inversores. ¿Por qué? Pues porque España, además de arrastrar en todo momento un déficit estructural del 2%-3%, es el país más endeudado de la tierra y apenas tiene margen fiscal ahora para hacer frente a esta emergencia. En los últimos años la economía española ha conseguido incrementar su producto interior bruto, con crecimientos que en algunos casos han rondado el 3% anual, ha conseguido reducir su tasa de paro, aunque aún está próxima al 14%, pero su deuda exterior aún representa el 80% del PIB -en Italia por ejemplo la deuda exterior apenas representa el 17% del PIB-. La decisión de la madrugada del pasado jueves del Banco Central Europeo de comprar deuda por 750.000 millones de euros alivia al menos de momento la presión que el Gobierno español va a tener para financiar sus necesidades. Nadie cuestiona las medidas para inyectar liquidez, aunque los 200.000 millones anunciados por Pedro Sánchez la pasada semana son de momento más un ejercicio virtual que una realidad porque se traducen en avales que sólo se materializarán si las cosas van mal. Y de momento, todo apunta a que será así.
Sólo va a haber dos formas de financiar ese déficit al que estamos abocados: Deuda o subida de impuestos. Para la primera tenemos hay poco margen y la subida de impuestos amenaza con ser como un obús en la línea de flotación del sector productivo español.
Los economistas consideran que hay que salvaguardar la competitividad de la economía española. Con una economía interior muy dañada por el confinamiento, buena parte de la recuperación se fiará al sector exterior. España cuenta con una de las economías más abiertas del mundo, con más del 67% del PIB entre importaciones y exportaciones. Subir impuestos al tejido empresarial dañaría seriamente la competitividad del sector exterior . Sería matar la gallina de los huevos de oro y, posiblemente, provocaría según los expertos una deslocalización de algunos sectores. Los recortes serán inevitables.
Y si ligas la situación de España con un gobierno populista, que llega tarde a todo, que genera una desconfianza grave en los inversores extranjeros, tenemos el resultado: nadie de fuera quiere invertir en la bolsa española, los de dentro lo hacen porque se canaliza en la fuerte red bancaria española que hace fluir el dinero hacia las propias acciones de los bancos…
¿Invertirías tu en Venezuela? Ni de coña. Pues lo mismo le podemos preguntar a los guiris, ¿invertirían en la bolsa española? Pues tampoco. No quieren ni siquiera Inditex, que sufre un fuerte varapalo a pesar de que es una de las compañías más ágiles del mercado (hará un ERTE a partir del día 18 si no se sale del confinamiento… y está globalmente diversificada). De los bancos no te cuento: nadie quiere una banca tipo BBVA ni Santander que sabemos tendrán que bajar sus dividendos, si no anularlos, ante la avalancha de mora que van a recibir los próximos meses. Por cierto, antes del virus tampoco los quería nadie… Ni las constructoras…, ni Telefónica, ni nada.
Hay un cierto temor a que nos llegue la segunda derivada del conflicto. ¿Recuerdas los miedos de 2012, cuando se pensó que no sobreviviría el sector bancario español, que habría efecto dominó que afectaría la solvencia de España y que se vería obligada por las circunstancias a hacer un default? Pues eso, ahora no tendremos al BCE detrás como tuvimos en 2012, ahora nos tendremos que salvar solitos por no existir ni la UE, ni nadie que nos eche un capote…
Así que si sigues teniendo esa sensación de que los bancos no pueden quebrar, quítatela de encima. Acuérdate del Banco Popular. Y eso fue fácil ya que solo era un banco de una vez. Ahora tocará sanear la mora de todos los bancos con un dinero que no tenemos. El paquete de medidas de los 200.000 millones de euros es para dar préstamos nuevos a empresas con el aval del Estado. Pero los préstamos viejos se van a derrumbar, va a haber mucha mora, salvo que cambien las medidas aprobadas inicialmente y sea como en la crisis de 2008, cuando entró en mora el 83% de los nuevos avales que concedió el ICO y que se los tragó España.
¿Cuál es la diferencia entre que se meta un rejón de 200.000 euros a la banca en nueva mora, o se meta un rejón al estado de 200.000 millones de euros en mayor déficit público para dejarlo en el 120% del PIB? En ambos caso la solvencia, la capacidad de repago, tanto del Estado como de la banca… Es grave lo que podría venir…, quizás se debería no ayudar a la banca y tal. En cualquier caso vamos a ver una situación paradójica de un gobierno populista salvando a los bancos que por cierto, se aproximan a cotizar por debajo de un euro…
Y los guiris lo saben y salen de España con prisa y a cualquier precio. Además dudo que entren en los rebotes que se lo dejarán para los inversores locales:

En este mercado muy volátil, hoy toca rebote, mañana veremos, pero si vas a comprar, que es lo que estoy recomendando desde hace una semana, elige bien donde pones el dinero, que las diferencias para los próximos 5 años, serán muy grandes. Abrazos,
PD1: Y otros grandes valores también han sido muy castigados:
INDITEX:
TELEFONICA:
ACS:
PD2: Este fin de semana me desesperó estar en casa sin poder ayudar a nadie. La cantidad de gente volcada en hacer cosas útiles para combatir el virus, la encomiable labor de los sanitarios, la policía y el ejército, la cantidad de ayudas de tantos que se han puesto a fabricar mascarillas, de los políticos que supongo harán lo que puedan y sepan, la de la gente que sigue trabajando para el bienestar de todos (supermercados, fábricas, el campo…). Y yo metido en casa mano sobre mano, me reconcomía. Al menos le eché unas cuantas oraciones, que creo hacen falta muchas… Así que te animo a que si te pasa como a mí, que no se te ocurre nada por ayudar, échale rezos que seguro no caen en saco roto…