“España tiene un problema de deuda mayor de lo que parece”
HANS-WERNER SINN PRESIDENTE DEL IFO
España intenta ser más alemana a través de una devaluación interna, pero en Alemania creen que queda mucho ajuste por delante. Esta semana, la escuela de negocios española Esade y el influyente think tank alemán IFO han organizado una jornada en Múnich sobre las perspectivas de futuro de Europa desde la perspectiva del Norte y del Sur.
Expertos alemanes y españoles insistieron en la necesidad de una mayor integración europea, algo que subrayó Javier Solana, presidente de EsadeGeo. Pero en materia económica hubo un claro contraste. Frente a la posición de David Vegara, director adjunto del Mecanismo Europeo de Estabilidad, partidario de un ajuste gradual (“para bajar del piso 25º, lo más rápido es tirarse al vacío, pero yo creo que es mejor bajar por las escaleras”, ejemplificó) y de preservar la unidad del euro, el presidente del IFO, Hans-Werner Sinn, un economista muy popular en Alemania, aboga por una drástica devaluación interna de salarios y precios en España y los demás países periféricos, por un euro con puerta de entrada y de salida y por una conferencia de deuda en la que los acreedores del Norte hagan una quita a los deudores del Sur.
Sinn sostiene que la deuda de los países periféricos es mucho mayor de lo que parece cuando se ajusta por el nivel de precios, lo que, en el caso español, sumaría más de 30 puntos de deuda sobre el Producto Interior Bruto (PIB). El presidente del IFO atendió a EL PAÍS y a otros dos medios españoles invitados por Esade a Múnich al finalizar su intervención.
Pregunta. En España se empieza a hablar ya de recuperación y crecimiento. ¿Qué le parece?
Respuesta. Nuestras previsiones también apuntan a que la economía va a crecer, pero el problema del mercado laboral va a continuar por la falta de competitividad. En España no se ve una mejora del mercado laboral, la tasa de desempleo ha estado subiendo de forma consistente hasta finales de 2013 y hay una contradicción entre lo que se dice y lo que se ve.
R. El nivel de precios está muy lejos de lo que era en relación con el resto de los socios cuando se anunció el euro en la cumbre de Madrid de 1995. Queda un largo camino por delante. Está siempre la posibilidad de aliviar el dolor del momento y frenar el ajuste, pero cuanto más se alivie ahora, más largo será el periodo de estancamiento después. Es como cuando estás cansado y te tomas un café bien cargado, te despierta algo, pero realmente no mejora la situación de tu cuerpo.
P. ¿Cree que hace falta más austeridad?
R. La austeridad es peligrosa para la sociedad porque la puede romper, pero, por otro lado, es necesaria para reequilibrar los precios y recuperar la competitividad. No sé cuál es la solución real. Solo cada propio país puede decidir dónde ir, sabiendo que la austeridad es necesaria, pero muy dolorosa. Es un camino estrecho, muy difícil de gestionar.
P. Usted cuestiona la sostenibilidad de la deuda de los países periféricos. ¿Es sostenible la deuda española?
R. La ratio de deuda sobre el PIB es menor que la de otros países en crisis, pero, aun así, es demasiado alta. Es parecida a la alemana, pero debería situarse por debajo del 60% porque, además, la deuda española en relación con el PIB está artificialmente baja, debido a la burbuja de inflación de la economía que hizo que el PIB creciera más rápido durante años. Pero esa inflación no era sostenible, era muy alta en relación con los otros países del euro, lo que impedía a España ser competitiva. Si la economía vuelve al nivel de precios en los que es competitiva, entonces la deuda en relación con el PIB será mucho mayor. El problema de la deuda es mayor de lo que parece, así que hace falta que España deje de tener déficit si quiere empezar a repagarla. En general, los niveles de deuda son insostenibles en algunos países, especialmente si se tiene en cuenta el realineamiento de precios necesario para que sean competitivos.
R. Es una opción, pero yo no la recomiendo. Creo que deberíamos ser más flexibles en la definición de la pertenencia al euro. Creo que debería haber reglas de salida y regreso al euro, sería mejor para todos. Si tuviésemos un proceso ordenado de salida temporal del euro y depreciación, no habría el caos que tanta gente teme. Si tuviéramos un proceso ordenado en el que la comunidad de países ayudase a un Estado en su salida, le ayudase con los bancos, con las importaciones esenciales y demás, entonces podría darse. Porque lo que necesita España es una devaluación. Yo no digo que España tenga que salir, sino que, en general, necesitamos un sistema más flexible donde un país pueda salir y, tras los ajustes y las reformas, pueda volver a entrar. Esa idea de tener una carretera en un solo sentido es estúpida. Tenemos generaciones de jóvenes perdidas en algunos países del euro que no van a encontrar un trabajo en buena parte de su vida por una falta de competitividad que no es innata, se debe a que los niveles de precios son demasiado altos en países como España o Grecia.
P. ¿Necesita España hacer una quita?
R. La deuda pública española no es tan grande, pero la deuda privada externa sí lo es. Así que el total sí lo es. Creo que necesitamos una conferencia de deuda en la que la pongamos sobre la mesa, negociemos todos los países juntos qué hacer con esos niveles de deuda, pulsar el botón de reset y que países como Alemania asuman las pérdidas al perdonar parte de la deuda pública, de la deuda de los bancos y de la deuda del eurosistema. Porque las pérdidas están ahí de todas formas. La ilusión de recuperar el dinero es solo eso, una ilusión. Hay que afrontar la realidad, no creo que este proceso de negar la evidencia nos lleve a ninguna parte. En todas las conferencias de deuda que ha habido en el mundo, la gente ha acabado concluyendo: “Oh, tendríamos que haberlo hecho antes”. No ha habido un solo caso en el que digan: “Ah, es demasiado pronto”.
R. No, no sé. Distingo claramente entre lo que tendría que suceder y lo que va a suceder. No soy un político.
P. Los bancos centrales de países como Reino Unido o EE UU han estado comprando deuda y han evitado una doble recesión.
R. Si un banco central compra deuda, eso no sirve para mejorar la competitividad de la economía. Alivia el dolor del momento. Pero piense en la producción industrial. ¿Cómo mejora la producción industrial que el BCE compre bonos? Más bien al revés, si el Gobierno consigue nuevos fondos, los salarios se mantendrán altos y eso perjudicará la competitividad de la industria. Impedirá la devaluación real. El problema es que hemos intentado tener una unión monetaria sin tener una unión política. Tenemos que crear unos Estados Unidos de Europa con todo lo que eso implica. Mi modelo favorito es la Confederación Suiza. Su banco central puede comprar bonos públicos, pero no puede comprar bonos de los cantones, al igual que la Reserva Federal de EE UU no compra los bonos de California o Illinois.
P. ¿Qué le parecen las políticas de la nueva coalición de gobierno alemana?
R. Dar marcha atrás en algunas reformas que hizo hace 10 años el Gobierno de Schröeder va en la dirección equivocada.
Pues eso, lo que te suelo contar cada día. Abrazos,
PD2: Grecia pide nuevas ayudas. No ha tenido suficiente ni nunca lo tendrá…, mientras le sigamos dando, seguirá pidiendo más y más. Lo que le pase a Grecia será el preludio de lo que nos pasará al resto de la periferia…
Reestructuración de deuda indolora
Un elevado endeudamiento de la economía lastra el crecimiento futuro. El nivel de deuda pública en los países de la Eurozona se sitúa en el 95% del PIB, pese a que el porcentaje máximo admitido en los criterios de convergencia aplicados en el examen de incorporación al euro era el 60%. La deuda todavía seguirá creciendo en los próximos años debido a la persistencia de los déficits públicos.
Sin crecimiento económico difícilmente se podrá pagar la deuda en su totalidad. A su vez, para volver a crecer a tasas superiores a las actuales es imprescindible reducir el nivel de deuda. Ningún país se plantea de forma voluntaria una reestructuración de su deuda pública mediante quitas por las consecuencias que ello tendría: crisis bancaria; contagio a otros países; y pérdida del acceso a los mercados de financiación durante años. Pese a ello, cada vez es más evidente la necesidad, en primer lugar, de frenar el crecimiento de la deuda y, en segundo término, de implementar medidas que permitan reducir sensiblemente los ratios actuales de endeudamiento. De no ser así, el crecimiento económico seguirá siendo reducido por muchos años enquistando el paro en tasas insoportables.
La intervención del BCE ha sido y será fundamental en la gestión de la deuda pública de la Eurozona. Los distintos países del euro, entre ellos España, ya habrían tenido serios problemas en la colocación de sus bonos si no fuera por las facilidades de financiación del Banco Central Europeo a los bancos para que estos, a su vez, adquirieran la deuda soberana de sus respectivos países. Recordemos las declaraciones del Sr. Barroso tras el anuncio del BCE de la barra libre de liquidez en noviembre de 2011: "los bancos ya no tienen excusa para no adquirir los bonos soberanos de sus respectivos países".
El BCE ya llevó a cabo una reestructuración de deuda mediante el aplazamiento del vencimiento y la reducción de carga de interés sin ocasionar demasiado ruido, ni tensiones en los mercados financieros, ni contagio. La reestructuración de parte de la deuda pública irlandesa mediante la permuta de una deuda a menos de 10 años por otra a 32 años (de media) a un tipo de interés sensiblemente inferior, pasó desapercibida para la opinión pública y para los mercados financieros.
Ahora, algunos medios internacionales anticipan la posibilidad de un nuevo rescate a Grecia por importe estimado de 10.000 millones de euros realizando simultáneamente un canje de deuda en circulación por otra de vencimiento hasta 50 años y un tipo de interés sensiblemente inferior. En la actualidad más del 75% de la deuda helena está en manos de agentes oficiales (BCE, FMI, EFSF, préstamos bilaterales de la UE), y el resto en manos de bancos griegos. De nuevo, supondría una reestructuración de la deuda pero sin quitas. Su impacto sobre los mercados financieros sería ínfimo.
Pese a una quita de más del 75% del nominal a los inversores privados en deuda soberana helena, por importe cercano a 100 mil millones de euros en 2012, la deuda pública griega ya está otra vez en los niveles previos a la reestructuración.
Sin crecimiento económico difícilmente se podrá pagar la deuda en su totalidad. A su vez, para volver a crecer a tasas superiores a las actuales es imprescindible reducir el nivel de deuda. Ningún país se plantea de forma voluntaria una reestructuración de su deuda pública mediante quitas por las consecuencias que ello tendría: crisis bancaria; contagio a otros países; y pérdida del acceso a los mercados de financiación durante años. Pese a ello, cada vez es más evidente la necesidad, en primer lugar, de frenar el crecimiento de la deuda y, en segundo término, de implementar medidas que permitan reducir sensiblemente los ratios actuales de endeudamiento. De no ser así, el crecimiento económico seguirá siendo reducido por muchos años enquistando el paro en tasas insoportables.
La intervención del BCE ha sido y será fundamental en la gestión de la deuda pública de la Eurozona. Los distintos países del euro, entre ellos España, ya habrían tenido serios problemas en la colocación de sus bonos si no fuera por las facilidades de financiación del Banco Central Europeo a los bancos para que estos, a su vez, adquirieran la deuda soberana de sus respectivos países. Recordemos las declaraciones del Sr. Barroso tras el anuncio del BCE de la barra libre de liquidez en noviembre de 2011: "los bancos ya no tienen excusa para no adquirir los bonos soberanos de sus respectivos países".
El BCE ya llevó a cabo una reestructuración de deuda mediante el aplazamiento del vencimiento y la reducción de carga de interés sin ocasionar demasiado ruido, ni tensiones en los mercados financieros, ni contagio. La reestructuración de parte de la deuda pública irlandesa mediante la permuta de una deuda a menos de 10 años por otra a 32 años (de media) a un tipo de interés sensiblemente inferior, pasó desapercibida para la opinión pública y para los mercados financieros.
Ahora, algunos medios internacionales anticipan la posibilidad de un nuevo rescate a Grecia por importe estimado de 10.000 millones de euros realizando simultáneamente un canje de deuda en circulación por otra de vencimiento hasta 50 años y un tipo de interés sensiblemente inferior. En la actualidad más del 75% de la deuda helena está en manos de agentes oficiales (BCE, FMI, EFSF, préstamos bilaterales de la UE), y el resto en manos de bancos griegos. De nuevo, supondría una reestructuración de la deuda pero sin quitas. Su impacto sobre los mercados financieros sería ínfimo.
Pese a una quita de más del 75% del nominal a los inversores privados en deuda soberana helena, por importe cercano a 100 mil millones de euros en 2012, la deuda pública griega ya está otra vez en los niveles previos a la reestructuración.
Siempre que se realiza una reestructuración de deuda, mediante quitas o a través de alargamiento de plazos y reducción o supresión de intereses, alguien tiene que soportar las pérdidas inherentes a la operación. Hasta ahora, el BCE ha sido quien ha soportado las pérdidas, sin generar ningún ruido. El mantenimiento de los valores nominales de la deuda, mediante el canje por otros bonos de mismo valor facial, pero mayor plazo ha ayudado a ello.
De la reestructuración de deuda irlandesa del pasado año, y de la previsible reestructuración inminente de la helena se pueden sacar diversas conclusiones:
- Para evitar efectos adversos en los mercados financieros, en caso de canje de activos, es necesario mantener el valor nominal de la inversión.
- La intervención del BCE, utilizando su balance, o financiando a alguna agencia oficial que adquiera la deuda en circulación, es imprescindible. Es la única entidad con capacidad suficiente para movilizar una ingente cantidad de recursos, y puede asumir pérdidas incluso más allá de sus propios recursos propios.
Un reciente informe elaborado por ICMB (International Center for Monetary And Banking Studies) propone un plan para reestructurar toda la deuda de la Eurozona bajo las siguientes premisas:
- Una entidad pública, bien BCE u otra entidad como el MEDE, adquiriría bonos soberanos a su valor nominal, de forma que los bonistas actuales no sufrirían pérdidas.
- Se adquirirían bonos de todos los países miembros del euro en la misma proporción de la participación de cada país en el capital del BCE.
- La agencia tenedora de los bonos los canjearía por bonos perpetuos de cada país con un tipo de interés cero.
- La agencia que adquiriera los bonos se financiaría, bien en el mercado, bien a través del BCE. Dicha agencia incurriría en pérdidas todos los años.
- Se establecerían mecanismos penalizadores a los países que volvieran a incrementar su nivel de deuda, obligando a retribuir la deuda perpetua emitida inicialmente sin intereses.
El riesgo moral de este tipo de reestructuraciones es evidente, pero el planteamiento de alternativas para reducir el elevado nivel de deuda pública de la Eurozona será cada vez más frecuente. De tomar cuerpo una solución como la propuesta en el informe comentado, la prima de riesgo de los periféricos todavía tendría capacidad de reducirse significativamente desde los niveles actuales. La implementación de una fórmula de reestructuración de la deuda de forma indolora y sin esfuerzo se antoja una quimera. En cualquier caso, requeriría un compromiso real por parte de los gobiernos de no volver a incrementar la deuda en el futuro. Vista la experiencia de los últimos años es difícil no ser escéptico.
De la reestructuración de deuda irlandesa del pasado año, y de la previsible reestructuración inminente de la helena se pueden sacar diversas conclusiones:
- Para evitar efectos adversos en los mercados financieros, en caso de canje de activos, es necesario mantener el valor nominal de la inversión.
- La intervención del BCE, utilizando su balance, o financiando a alguna agencia oficial que adquiera la deuda en circulación, es imprescindible. Es la única entidad con capacidad suficiente para movilizar una ingente cantidad de recursos, y puede asumir pérdidas incluso más allá de sus propios recursos propios.
Un reciente informe elaborado por ICMB (International Center for Monetary And Banking Studies) propone un plan para reestructurar toda la deuda de la Eurozona bajo las siguientes premisas:
- Una entidad pública, bien BCE u otra entidad como el MEDE, adquiriría bonos soberanos a su valor nominal, de forma que los bonistas actuales no sufrirían pérdidas.
- Se adquirirían bonos de todos los países miembros del euro en la misma proporción de la participación de cada país en el capital del BCE.
- La agencia tenedora de los bonos los canjearía por bonos perpetuos de cada país con un tipo de interés cero.
- La agencia que adquiriera los bonos se financiaría, bien en el mercado, bien a través del BCE. Dicha agencia incurriría en pérdidas todos los años.
- Se establecerían mecanismos penalizadores a los países que volvieran a incrementar su nivel de deuda, obligando a retribuir la deuda perpetua emitida inicialmente sin intereses.
El riesgo moral de este tipo de reestructuraciones es evidente, pero el planteamiento de alternativas para reducir el elevado nivel de deuda pública de la Eurozona será cada vez más frecuente. De tomar cuerpo una solución como la propuesta en el informe comentado, la prima de riesgo de los periféricos todavía tendría capacidad de reducirse significativamente desde los niveles actuales. La implementación de una fórmula de reestructuración de la deuda de forma indolora y sin esfuerzo se antoja una quimera. En cualquier caso, requeriría un compromiso real por parte de los gobiernos de no volver a incrementar la deuda en el futuro. Vista la experiencia de los últimos años es difícil no ser escéptico.
PD3: Nos fríen a impuestos y a multas y más multas… Da miedo ir por las calles y carreteras. El radar te está esperando para pillarte a 60 km/h cuando debes ir sólo a 50 km/h… Vivimos en un país en depresión, y represivo… No se puede hacer nada, todo está regulado y nos sancionan como nos meemos fuera del tiesto… ¡Ya está bien! Queremos más libertad y no tanta policía. La Guardia Civil servía para ayudar a la gente, para regular el tráfico…, pero ahora para lo que sirve es para ayudar a los políticos a freírnos más, para sacarnos las hijuelas… El Gobierno dispara un 20% sus ingresos por multas y sanciones, pero no se cobran todas, sólo un 27% ya que la gente no las paga… ¡Mierda de España!, te lo dice un enamorado de España…
PD4: Ahora que se van a hacer las balanzas fiscales y donde se decide si van a primar el número de personas, o su renta, en Europa pasa lo mismo. Eso que vamos a votar en mayo está compuesto por personas, no por poder económico, dándole el peso a las minorías (como en España y esa mala ley de H’Ont:
PD5: Y como recordatorio de que los problemas catalanes vienen de antiguo, mira que foto más bonita:
De esos polvos, aumentados por ZP, tenemos estos lodos…
¿Te acuerdas de Felipe González en su diálogo Norte-Sur? Pues mira el paro del sur:
PD6: No te rías, que no tiene ninguna gracia:
PD7: Francisco de Goya pintó un cuadro sobre la muerte de San José (abajo). Si quieres ver fotos aquí. Imagínate morirte y que esté al lado tuyo el Señor y la Virgen… Cuando nos vayamos a morir, estarán a nuestro lado… ¡Cuántas veces le hemos pedido “ahora y en la hora de nuestra muerte…”!