Seguimos con lo mismo, los  bancos se deben recapitalizar y deben dedicarse menos a comprar bonos públicos  que les puede llegar a matar… Lo dicen todos, desde el FMI hasta el Banco  Central Europeo…, pero ni caso.
Deuda pública y solvencia bancaria
Una mala gestión puede tener beneficios millonarios
La ausencia de requerimientos de capital  sobre la deuda pública presente en las carteras de las entidades financieras,  combinada con la retracción del crédito a residentes y la disposición de  financiación barata del BCE, ha conducido a porcentajes excesivos de  acumulación de deuda pública por parte de las entidades financieras. Ello ha  agudizado la correlación entre el soberano y la solvencia bancaria, cuyo círculo  maléfico es bien conocido. Variaciones en la prima de riesgo exigida al  soberano alteran el valor de las carteras de deuda de los bancos y afectan a su  solvencia, lo que vuelve a impactar en el soberano. Pero, además, conviene  destacar que este problema está teniendo efectos perversos en la evolución  reciente de las entidades financieras europeas, premiando en algunos casos a  las entidades que asumen riesgos desproporcionados. Un ejemplo, algo extremo  pero con trasfondo real, lo pone de manifiesto.
Supónganse dos entidades financieras de una  economía periférica de la Unión Europea, de tamaño relativamente similar,  aproximadamente 100.000 millones de euros. Estas entidades se enfrentaron a  decisiones sobre la gestión estructural de su balance cuando arreciaba la  desconfianza sobre las economías europeas. La demanda de crédito solvente se  había derrumbado y las entidades habían elevado sus estándares de riesgo para  evitar operaciones que generaran más mora. Como consecuencia, las fuentes de  ingresos habían mermado. En el pasivo, la fuerte competencia por captar dinero,  impulsada por entidades con problemas de liquidez, y el creciente coste de los  depósitos a pesar de la caída de tipos de interés. Todo ello afectaba muy  negativamente al margen de intereses de las entidades.
El área  de Gestión de Activos y Pasivos (COAP) y el Comité de Riesgos de la primera  entidad, muy solvente, consideraron que invertir en deuda pública nacional  exponía a la entidad a un activo que, aunque teóricamente exento de riesgo por  definición, podría afectar a la calidad crediticia de la entidad. Y ello porque  no podía excluirse una caída importante de su precio, ni eldefault o incluso la ruptura del euro. Además,  había una probabilidad significativa de que los reguladores impusieran  requisitos de capital sobre las tenencias de deuda o establecieran un  porcentaje de recorte sobre el nominal en los futuros stress  test. En  consecuencia, se limitó la inversión en deuda pública española al 2% del  activo: 2.000 millones. Y a plazos cortos, por lo que el margen obtenido era de  solo dos puntos: 40 millones de euros anuales de margen.
Por el contrario, la segunda entidad, mucho  menos solvente, vislumbró la oportunidad de generar un margen de intereses  extra invirtiendo en deuda pública cuando los tipos estaban por encima del 5%  (los plazos largos, incluso al 7%). El Comité de Riesgos dictaminó que la deuda  nacional era segura por definición. Y la inversión no exigía capital por lo que  podría hacerse masivamente. Además, el BCE lanzó sus programas de financiación  a largo plazo y coste del 1%, por lo que la entidad invirtió en deuda 25.000  millones de euros a diversos plazos. Con un diferencial medio de cuatro puntos,  ello le suponía 1.000 millones de euros de margen de intereses anual.
Esta historia tiene dos posibles vías de  continuación. La primera es que el país fuera, por ejemplo, Grecia. El default de la deuda supuso pérdidas muy  significativas para la segunda entidad, que incluso superaron su capital. Los  accionistas perdieron todo su valor, los acreedores tuvieron quitas y la  entidad tuvo que ser rescatada o liquidada. La primera entidad, en cambio, tuvo  unas pérdidas muy moderadas que provisionó sin mayores problemas. Y, tras la  quiebra de otras entidades, reforzó su cuota de mercado en el país. La  conclusión sería que la gestión adecuada y prudente de una entidad financiera  rinde sus frutos.
El desenlace alternativo es bien distinto después  de la intervención del BCE de agosto de 2012. Supóngase que no se refiere a  Grecia, sino a España. La segunda entidad obtuvo 1.000 millones de margen  adicional durante tres años, provisionó cantidades significativas y, aun así,  dio beneficios más elevados que otras entidades. Además, en 2013 bajaron mucho  los tipos de interés, con la consiguiente subida de los precios de la deuda  pública y el aumento de valor de su cartera. El banco decidió vender la deuda y  materializó unas elevadas plusvalías en la rúbrica de Resultados por  Operaciones Financieras (ROF). Por supuesto, repartió importantes bonus entre los responsables de la gestión  del balance. Por el contrario, el Consejo de la primera entidad hizo comparecer  a los responsables del COAP y de Riesgos para que explicaran por qué sus  resultados eran mucho peores que los del competidor. Por supuesto, se quedaron  sin bonus, e  incluso se estudió el cese de los directores.
¿Tiene  sentido todo esto? Evidentemente, ninguno. No es de recibo que se puedan tomar  decisiones de gestión heterodoxas que encuentren una recompensa millonaria. Lo  que indica que la regulación existente deja mucho que desear. No hacer cambios  permite que los Gobiernos coloquen su deuda subrepticiamente en los bancos, que  las economías periféricas ganen tiempo y que no tengan urgencia por la  consolidación fiscal o por impulsar las reformas estructurales. Es como hacerse  trampas en un solitario. El cruce de deuda y rescates entre Estados y banca no  es una solución estable. Existen razones para establecer requisitos de capital  sobre la deuda de bajo rating en los balances bancarios, al menos en  casos de excesiva concentración. Aunque, en todo caso, debería hacerse con  tiempo y plazos de adaptación adecuados, porque el momento actual resulta inoportuno,  y constituir no una norma particular, sino generalizada.
La situación actual es insostenible. La  deuda pública española ha aumentado 22,9 puntos del PIB entre diciembre de 2011  y septiembre de 2013. El gasto público sigue creciendo, hasta el 48,3% del PIB  en septiembre de 2013. Y la deuda nacional en los balances bancarios se sitúa  próxima a 300.000 millones, el 10% del activo. Solo el BCE se interpone en el  círculo maléfico entre el soberano y la solvencia.
Abrazos,
PD1: Los bancos españoles tienen  muchos intereses fuera, quizás demasiados:
BANCO SANTANDER: Sólo  tiene el 7% en España!!!
BBVA: España pesa un  27%!!!
El total de exposición de los  bancos europeos lo puedes ver aquí: Demasiado en Brasil, Méjico…, y no sacan a  Argentina para no acojonar. Mientras que la banca alemana se hace fuerte en  China, India, Corea del Sur y Malasia…, donde hay crecimiento fuerte. ¡Qué  diferencias!
Además de sus exposiciones  fuera, hay que sumar sus posiciones de bonos públicos…, donde se han pasado  veinte pueblos, pensando que son seguras, cuando no lo son:
Ya que su negocio típico de  hipotecas se ha derrumbado en los últimos años y los bancos no quieren saber  nada de dar créditos hipotecarios, aunque los publiciten, ya que quieren evitar  lo que le ha pasado a todos…: la mora galopante.
BANCO POPULAR: Su  problema, su calvario, sigue siendo la mora:
PD2: Pero lo peor puede estar  por venir. El riesgo es que haya QUITAS de deuda pública…, se la  comerían entera ya que están de papelitos que se les salen por las orejas:
En la semana en la que el Presidente del  Gobierno volverá a lanzar mensajes de optimismo delirante sobre la realidad económica  de España, la UE parece que empieza a darse cuenta de un factor clave para el  devenir económico de la zona euro: la restructuración de la deuda.
Este factor es clave para poder impulsar  en España el crecimiento, fundamentalmente porque con la acumulación de pasivo  existente, tanto público, como privado, se mantendrá el estrangulamiento  financiero de los hogares y las empresas. Este shock en materia crediticia es  responsable de la fuerte caída del PIB desde el inicio de la recesión de  balances, allá por 2008. Un análisis mediante tecnología VAR revela que la  reducción de un 1% en la oferta de crédito acarrea una caída acumulada del PIB  del 1,5% en un periodo de cuatro años. Si este mismo análisis lo comparamos con  Francia y Alemania desde 2008, se observa que, debido a la menor exposición de  España a las hipotecas subprime norteamericanas, Francia y Alemania sufrieron  mucho en dio ejercicio y hasta 2009 el shock en los mercados mayoristas de  crédito, con una caída del 3% en el PIB. Pero estos países comenzaron a  recuperarse y hoy están apenas un 1% por debajo del nivel del primer trimestre  de 2008. En el caso español, la restricción en la oferta de crédito acumula un  deterioro del 5% del PIB respecto al inicio de 2008.
La restricción de oferta de  crédito explica la caída del 5% del PIB desde 2008
Este factor es clave para entender por  qué no se acelera el crecimiento de la economía española, aunque casi nadie lo  entiende así, pues como bien dicen Rogoff y Reinhart, la UE no va a poder  crecer y pagar su deuda sobre la base de austeridad, paciencia y finalmente  crecimiento, como lo demuestra la historia económica. Si esto es así, cuales  son los elementos que permitirán crecer a la economía europea y especialmente a  la española. Pues claramente hay que empezar por tomar decisiones sobre el  ingente volumen de deuda que atesoran las instituciones privadas y públicas de  la UE. Tradicionalmente la deuda puede repagarse de varias maneras. En primer  lugar mediante una expansión del crecimiento notable, algo que en la UE no  parece que vaya a producirse a corto plazo. En el mejor de los casos, podría  crecer un 1,2% en 2014, siempre que no cristalicen los efectos perniciosos que  tendrán las turbulencias en los mercados emergentes. En segundo lugar,  generando inflación que reduzca el valor facial del pasivo, algo que tampoco  tiene visos de producirse en un área con serios riesgos de deflación. En tercer  lugar también es factible lo que se conoce como represión financiera, obligando  al sector financiero nacional a comprar deuda pública o privada por debajo del  valor nominal o a tipos muy bajos, introduciendo controles de capital, a lo  Richard Koo. Esto es lo que hace China en su opaco sistema financiero.
La UE no podrá crecer si no  reestructura la deuda a corto plazo
Finalmente, llegamos a la última receta,  la restructuración de la deuda, de forma coordinada y aceptada por todos los  acreedores. Recientemente, Pierre Paris y Charles Wyplosz han propuesto un  modelo de quitas de deuda en la zona euro, denominado PADRE (Politically Acceptable Debt  Restructuring in the Eurozone), nada que ver con nuestra cita  anual con Hacienda. Este modelo pasaría por utilizar el BCE para ello, aunque  es complejo dado que el BCE no puede asumir pérdidas, ni tiene un mandato  fiscal. La formula implicaría que el BCE comprase la deuda de los Estados a su  valor nominal. Estas compras serían proporcionales al peso relativo de las  acciones de cada país en el capital del BCE. El BCE transformaría  estos  bonos en deuda perpetua a tipos cero, lo que anularía la deuda comprada a cada  país, sin promesa de repago, apareciendo, eso sí, en el activo del balance del  BCE. Estas compras las financiaría el BCE con la emisión de notas a distintos  plazos, lo que aparecería en el pasivo del balance del BCE.
El diseño de un modelo de  quita de deuda por Paris y Wyplosz, PADRE, es una buena noticia
La consecuencia de esto es que el BCE  incurriría en pérdidas perpetuas, reduciendo su expansión monetaria en forma de  señoreaje, traspasando estas pérdidas a los Estados en proporción a su capital  en el BCE, lo que mutualizaría las pérdidas entre todos los países. Este modelo  de restructuración permitiría a los países más endeudados crecer más  rápidamente y así recuperar el crecimiento potencial mucho antes. También se  plantean mecanismos para penalizar a los Estados con veleidades de volver a  endeudarse por encima del 60%, en forma de reembolso del 1% de la de su deuda  perpetua a valor nominal y a emitir bonos para resarcirse.
El BCE sería el pivote sobre  el que giraría la compra de deuda pública y privada de forma perpetua a coste  cero
En suma, los que llevamos tanto tiempo  clamando por mecanismos de restructuración de deuda en la zona euro vemos con  esperanza que los que otrora nos tachaban de locos, ya están dibujando  mecanismos de quitas ordenadas y que dentro de poco verán la luz, especialmente  si hay un cambio político en las próximas elecciones europeas. Ahí estaremos  atentos.
PD3: Debate Estado Nación:  Desconexión con el pueblo, desafección total a la clase política. Son los  mismos que había hace muchos años y siguen jugando con nosotros, usando el “tú  más”, y las medidas son de traca: no se reduce el gasto público, que es lo que  hay que hacer, y a cambio, dos medidas que apenas tendrán incidencia: que no  tengan que hacer el IRPF la gente que gana menos de 12.000 euros beneficia a  algo más de un millón de personas que se ahorrarán 450 euros (antes ya no  tenían que pagar los de menos de 10.000 euros). Y que cueste la SS 100 euros  para las contingencias comunes sólo, no implica tanto ahorro como dicen los  titulares de la prensa. Además, ¡quién va a fichar a un tipo con esta rebaja,  sabiendo que lo tiene que mantener 3 años para no tener que pagar luego la  diferencia). Hay trampa…, y no hay medidas, no hay nada, más que seguir como  estamos y continuar con un agujero del 7% en las cuentas públicas que nos sigue  hundiendo en el hoyo… Pues eso, a esperar a morir…
PD4: ¡Cuánta gente mayor te dice  que ya sólo molesta, que no sirven para nada! Y eso es completamente falso. Esos  dolores, ese cuerpo que ya no responde como antes, esas dificultades, la  soledad de la gente mayor, el abatimiento que provoca la edad…, todo eso se  puede ofrecer igual que el Señor ofreció su vida y los dolores en la Cruz. La  cantidad de gente que en los últimos años de su vida ofrece todos sus pesares  por otros, y en alabanza a Dios, imitándole. Los que más pueden sacar frutos de  su vida rezada son los mayores. Ofreciendo su cuerpo envejecido, ofreciendo su  soledad, o ese sentirse una carga. De esta forma sí que sirven y mucho…







