26 febrero 2014

26 febrero 2014 Solvencia bancaria

Seguimos con lo mismo, los bancos se deben recapitalizar y deben dedicarse menos a comprar bonos públicos que les puede llegar a matar… Lo dicen todos, desde el FMI hasta el Banco Central Europeo…, pero ni caso.

Deuda pública y solvencia bancaria

Una mala gestión puede tener beneficios millonarios

La ausencia de requerimientos de capital sobre la deuda pública presente en las carteras de las entidades financieras, combinada con la retracción del crédito a residentes y la disposición de financiación barata del BCE, ha conducido a porcentajes excesivos de acumulación de deuda pública por parte de las entidades financieras. Ello ha agudizado la correlación entre el soberano y la solvencia bancaria, cuyo círculo maléfico es bien conocido. Variaciones en la prima de riesgo exigida al soberano alteran el valor de las carteras de deuda de los bancos y afectan a su solvencia, lo que vuelve a impactar en el soberano. Pero, además, conviene destacar que este problema está teniendo efectos perversos en la evolución reciente de las entidades financieras europeas, premiando en algunos casos a las entidades que asumen riesgos desproporcionados. Un ejemplo, algo extremo pero con trasfondo real, lo pone de manifiesto.
Supónganse dos entidades financieras de una economía periférica de la Unión Europea, de tamaño relativamente similar, aproximadamente 100.000 millones de euros. Estas entidades se enfrentaron a decisiones sobre la gestión estructural de su balance cuando arreciaba la desconfianza sobre las economías europeas. La demanda de crédito solvente se había derrumbado y las entidades habían elevado sus estándares de riesgo para evitar operaciones que generaran más mora. Como consecuencia, las fuentes de ingresos habían mermado. En el pasivo, la fuerte competencia por captar dinero, impulsada por entidades con problemas de liquidez, y el creciente coste de los depósitos a pesar de la caída de tipos de interés. Todo ello afectaba muy negativamente al margen de intereses de las entidades.
El área de Gestión de Activos y Pasivos (COAP) y el Comité de Riesgos de la primera entidad, muy solvente, consideraron que invertir en deuda pública nacional exponía a la entidad a un activo que, aunque teóricamente exento de riesgo por definición, podría afectar a la calidad crediticia de la entidad. Y ello porque no podía excluirse una caída importante de su precio, ni eldefault o incluso la ruptura del euro. Además, había una probabilidad significativa de que los reguladores impusieran requisitos de capital sobre las tenencias de deuda o establecieran un porcentaje de recorte sobre el nominal en los futuros stress test. En consecuencia, se limitó la inversión en deuda pública española al 2% del activo: 2.000 millones. Y a plazos cortos, por lo que el margen obtenido era de solo dos puntos: 40 millones de euros anuales de margen.
Por el contrario, la segunda entidad, mucho menos solvente, vislumbró la oportunidad de generar un margen de intereses extra invirtiendo en deuda pública cuando los tipos estaban por encima del 5% (los plazos largos, incluso al 7%). El Comité de Riesgos dictaminó que la deuda nacional era segura por definición. Y la inversión no exigía capital por lo que podría hacerse masivamente. Además, el BCE lanzó sus programas de financiación a largo plazo y coste del 1%, por lo que la entidad invirtió en deuda 25.000 millones de euros a diversos plazos. Con un diferencial medio de cuatro puntos, ello le suponía 1.000 millones de euros de margen de intereses anual.
Esta historia tiene dos posibles vías de continuación. La primera es que el país fuera, por ejemplo, Grecia. El default de la deuda supuso pérdidas muy significativas para la segunda entidad, que incluso superaron su capital. Los accionistas perdieron todo su valor, los acreedores tuvieron quitas y la entidad tuvo que ser rescatada o liquidada. La primera entidad, en cambio, tuvo unas pérdidas muy moderadas que provisionó sin mayores problemas. Y, tras la quiebra de otras entidades, reforzó su cuota de mercado en el país. La conclusión sería que la gestión adecuada y prudente de una entidad financiera rinde sus frutos.
El desenlace alternativo es bien distinto después de la intervención del BCE de agosto de 2012. Supóngase que no se refiere a Grecia, sino a España. La segunda entidad obtuvo 1.000 millones de margen adicional durante tres años, provisionó cantidades significativas y, aun así, dio beneficios más elevados que otras entidades. Además, en 2013 bajaron mucho los tipos de interés, con la consiguiente subida de los precios de la deuda pública y el aumento de valor de su cartera. El banco decidió vender la deuda y materializó unas elevadas plusvalías en la rúbrica de Resultados por Operaciones Financieras (ROF). Por supuesto, repartió importantes bonus entre los responsables de la gestión del balance. Por el contrario, el Consejo de la primera entidad hizo comparecer a los responsables del COAP y de Riesgos para que explicaran por qué sus resultados eran mucho peores que los del competidor. Por supuesto, se quedaron sin bonus, e incluso se estudió el cese de los directores.
¿Tiene sentido todo esto? Evidentemente, ninguno. No es de recibo que se puedan tomar decisiones de gestión heterodoxas que encuentren una recompensa millonaria. Lo que indica que la regulación existente deja mucho que desear. No hacer cambios permite que los Gobiernos coloquen su deuda subrepticiamente en los bancos, que las economías periféricas ganen tiempo y que no tengan urgencia por la consolidación fiscal o por impulsar las reformas estructurales. Es como hacerse trampas en un solitario. El cruce de deuda y rescates entre Estados y banca no es una solución estable. Existen razones para establecer requisitos de capital sobre la deuda de bajo rating en los balances bancarios, al menos en casos de excesiva concentración. Aunque, en todo caso, debería hacerse con tiempo y plazos de adaptación adecuados, porque el momento actual resulta inoportuno, y constituir no una norma particular, sino generalizada.
La situación actual es insostenible. La deuda pública española ha aumentado 22,9 puntos del PIB entre diciembre de 2011 y septiembre de 2013. El gasto público sigue creciendo, hasta el 48,3% del PIB en septiembre de 2013. Y la deuda nacional en los balances bancarios se sitúa próxima a 300.000 millones, el 10% del activo. Solo el BCE se interpone en el círculo maléfico entre el soberano y la solvencia.
Abrazos,
PD1: Los bancos españoles tienen muchos intereses fuera, quizás demasiados:
BANCO SANTANDER: Sólo tiene el 7% en España!!!
BBVA: España pesa un 27%!!!
El total de exposición de los bancos europeos lo puedes ver aquí: Demasiado en Brasil, Méjico…, y no sacan a Argentina para no acojonar. Mientras que la banca alemana se hace fuerte en China, India, Corea del Sur y Malasia…, donde hay crecimiento fuerte. ¡Qué diferencias!
Además de sus exposiciones fuera, hay que sumar sus posiciones de bonos públicos…, donde se han pasado veinte pueblos, pensando que son seguras, cuando no lo son:
Ya que su negocio típico de hipotecas se ha derrumbado en los últimos años y los bancos no quieren saber nada de dar créditos hipotecarios, aunque los publiciten, ya que quieren evitar lo que le ha pasado a todos…: la mora galopante.
BANCO POPULAR: Su problema, su calvario, sigue siendo la mora:
PD2: Pero lo peor puede estar por venir. El riesgo es que haya QUITAS de deuda pública…, se la comerían entera ya que están de papelitos que se les salen por las orejas:
En la semana en la que el Presidente del Gobierno volverá a lanzar mensajes de optimismo delirante sobre la realidad económica de España, la UE parece que empieza a darse cuenta de un factor clave para el devenir económico de la zona euro: la restructuración de la deuda.
Este factor es clave para poder impulsar en España el crecimiento, fundamentalmente porque con la acumulación de pasivo existente, tanto público, como privado, se mantendrá el estrangulamiento financiero de los hogares y las empresas. Este shock en materia crediticia es responsable de la fuerte caída del PIB desde el inicio de la recesión de balances, allá por 2008. Un análisis mediante tecnología VAR revela que la reducción de un 1% en la oferta de crédito acarrea una caída acumulada del PIB del 1,5% en un periodo de cuatro años. Si este mismo análisis lo comparamos con Francia y Alemania desde 2008, se observa que, debido a la menor exposición de España a las hipotecas subprime norteamericanas, Francia y Alemania sufrieron mucho en dio ejercicio y hasta 2009 el shock en los mercados mayoristas de crédito, con una caída del 3% en el PIB. Pero estos países comenzaron a recuperarse y hoy están apenas un 1% por debajo del nivel del primer trimestre de 2008. En el caso español, la restricción en la oferta de crédito acumula un deterioro del 5% del PIB respecto al inicio de 2008.
La restricción de oferta de crédito explica la caída del 5% del PIB desde 2008
Este factor es clave para entender por qué no se acelera el crecimiento de la economía española, aunque casi nadie lo entiende así, pues como bien dicen Rogoff y Reinhart, la UE no va a poder crecer y pagar su deuda sobre la base de austeridad, paciencia y finalmente crecimiento, como lo demuestra la historia económica. Si esto es así, cuales son los elementos que permitirán crecer a la economía europea y especialmente a la española. Pues claramente hay que empezar por tomar decisiones sobre el ingente volumen de deuda que atesoran las instituciones privadas y públicas de la UE. Tradicionalmente la deuda puede repagarse de varias maneras. En primer lugar mediante una expansión del crecimiento notable, algo que en la UE no parece que vaya a producirse a corto plazo. En el mejor de los casos, podría crecer un 1,2% en 2014, siempre que no cristalicen los efectos perniciosos que tendrán las turbulencias en los mercados emergentes. En segundo lugar, generando inflación que reduzca el valor facial del pasivo, algo que tampoco tiene visos de producirse en un área con serios riesgos de deflación. En tercer lugar también es factible lo que se conoce como represión financiera, obligando al sector financiero nacional a comprar deuda pública o privada por debajo del valor nominal o a tipos muy bajos, introduciendo controles de capital, a lo Richard Koo. Esto es lo que hace China en su opaco sistema financiero.
La UE no podrá crecer si no reestructura la deuda a corto plazo
Finalmente, llegamos a la última receta, la restructuración de la deuda, de forma coordinada y aceptada por todos los acreedores. Recientemente, Pierre Paris y Charles Wyplosz han propuesto un modelo de quitas de deuda en la zona euro, denominado PADRE (Politically Acceptable Debt Restructuring in the Eurozone), nada que ver con nuestra cita anual con Hacienda. Este modelo pasaría por utilizar el BCE para ello, aunque es complejo dado que el BCE no puede asumir pérdidas, ni tiene un mandato fiscal. La formula implicaría que el BCE comprase la deuda de los Estados a su valor nominal. Estas compras serían proporcionales al peso relativo de las acciones de cada país en el capital del BCE. El BCE transformaría  estos bonos en deuda perpetua a tipos cero, lo que anularía la deuda comprada a cada país, sin promesa de repago, apareciendo, eso sí, en el activo del balance del BCE. Estas compras las financiaría el BCE con la emisión de notas a distintos plazos, lo que aparecería en el pasivo del balance del BCE.
El diseño de un modelo de quita de deuda por Paris y Wyplosz, PADRE, es una buena noticia
La consecuencia de esto es que el BCE incurriría en pérdidas perpetuas, reduciendo su expansión monetaria en forma de señoreaje, traspasando estas pérdidas a los Estados en proporción a su capital en el BCE, lo que mutualizaría las pérdidas entre todos los países. Este modelo de restructuración permitiría a los países más endeudados crecer más rápidamente y así recuperar el crecimiento potencial mucho antes. También se plantean mecanismos para penalizar a los Estados con veleidades de volver a endeudarse por encima del 60%, en forma de reembolso del 1% de la de su deuda perpetua a valor nominal y a emitir bonos para resarcirse.
El BCE sería el pivote sobre el que giraría la compra de deuda pública y privada de forma perpetua a coste cero
En suma, los que llevamos tanto tiempo clamando por mecanismos de restructuración de deuda en la zona euro vemos con esperanza que los que otrora nos tachaban de locos, ya están dibujando mecanismos de quitas ordenadas y que dentro de poco verán la luz, especialmente si hay un cambio político en las próximas elecciones europeas. Ahí estaremos atentos.
PD3: Debate Estado Nación: Desconexión con el pueblo, desafección total a la clase política. Son los mismos que había hace muchos años y siguen jugando con nosotros, usando el “tú más”, y las medidas son de traca: no se reduce el gasto público, que es lo que hay que hacer, y a cambio, dos medidas que apenas tendrán incidencia: que no tengan que hacer el IRPF la gente que gana menos de 12.000 euros beneficia a algo más de un millón de personas que se ahorrarán 450 euros (antes ya no tenían que pagar los de menos de 10.000 euros). Y que cueste la SS 100 euros para las contingencias comunes sólo, no implica tanto ahorro como dicen los titulares de la prensa. Además, ¡quién va a fichar a un tipo con esta rebaja, sabiendo que lo tiene que mantener 3 años para no tener que pagar luego la diferencia). Hay trampa…, y no hay medidas, no hay nada, más que seguir como estamos y continuar con un agujero del 7% en las cuentas públicas que nos sigue hundiendo en el hoyo… Pues eso, a esperar a morir…
PD4: ¡Cuánta gente mayor te dice que ya sólo molesta, que no sirven para nada! Y eso es completamente falso. Esos dolores, ese cuerpo que ya no responde como antes, esas dificultades, la soledad de la gente mayor, el abatimiento que provoca la edad…, todo eso se puede ofrecer igual que el Señor ofreció su vida y los dolores en la Cruz. La cantidad de gente que en los últimos años de su vida ofrece todos sus pesares por otros, y en alabanza a Dios, imitándole. Los que más pueden sacar frutos de su vida rezada son los mayores. Ofreciendo su cuerpo envejecido, ofreciendo su soledad, o ese sentirse una carga. De esta forma sí que sirven y mucho…