El dólar se sigue apreciando contra todas las divisas de los países desarrollados, y eso no es bueno para su déficit comercial:
En el gráfico inferior se puede apreciar cómo han reaccionado las monedas de los países y zonas económicas más avanzadas a la guerra comercial de Donald Trump en 2018. Salta a la vista que todas, excepto el yen, que aún conserva una revalorización insignificante, todas las demás se han depreciado.
La depreciación va desde el -2,2% de la corona noruega hasta el -10,4% de la corona sueca, pasando por el -5,2% de la libra esterlina (afectada además por las idas y venidas de la negociación del Brexit) y el -5,3% del euro.
Las monedas de los países exportadores de materias primas, como se ve, también acumulan depreciaciones no despreciables: -4,6% en el caso del dólar de Canadá (que tiene que andarse con pies de plomo por la negociación que ha tenido que hacer de la nueva versión del acuerdo de libre comercio de América del Norte, antes conocido como NAFTA) y -9,6% del dólar australiano que parece que no se ha andado con tantas contemplaciones.
Pudiera parecer que Japón esta vez no está recurriendo a la depreciación de su moneda si solo se mira la barra que está ligeramente positiva (+0,1%) en el gráfico y que, como ya se ha dicho, corresponde a la variación desde comienzos de año de su cotización frente al dólar. Pero esa sensación se revela falsa si se ve la evolución que ha tenido la cotización del yen frente al dólar a lo largo de los últimos 10 meses: ha hecho un camino de ida y vuelta, apreciándose un 7% en los tres primeros meses del año y depreciándose una magnitud equivalente en los siete meses siguientes. De modo que la cotización del yen está prácticamente igual que al comenzar 2018: 112,28 yenes/dólar en la primera sesión del año del mercado de divisas y 112,29 yenes/por dólar al cierre de ayer.
¿Es intencionado por parte del Banco de Japón ese suave vaivén del yen frente al dólar que deja que la economía de EEUU sea más competitiva que la japonesa durante los tres primeros meses del año y recupera la competitividad perdida en los siguientes siete meses? ¿O es pura casualidad?
Lo sabremos a lo largo de 2019 pero, de ser intencionada esa política de ondulaciones en el tipo de cambio del yen frente al dólar (unos meses de apreciación seguidos de otros meses de depreciación) sería una manera inteligente de intentar pasar desapercibido frente al Tesoro de EEUU (siempre vigilante para detectar las naciones manipuladoras de la moneda) y no dar pie a ser acusado de intentar obtener ganancias de competitividad por vía de la depreciación de la divisa. Mantener en el conjunto del año 2018 la competitividad de la economía japonesa en lo que se refiere a la cotización de la divisa y salir indemne, al menos por ahora, de los aranceles de Donald Trump, sería un éxito más que notable.
Si es que todo esto no es buscarle tres pies al gato…
Y frente a las divisas emergentes ni te cuento, se aprecia más si cabe. Luego esta guerra de aranceles la está perdiendo EEUU que debe dar marcha atrás, si quiere no deteriorar su balanza comercial más si cabe…
Contra el remimbi Chino:
¿Cuánto tiempo va a tardar el dólar en estar más débil? En teoría poco, para arreglar sus problemas comerciales… Lo malo es que Europa no anda nada fina, ni en crecimiento ni en populismo… Abrazos,
PD1: ''La revolución del amor comienza con una sonrisa'', Santa Teresa de Calcuta.