15 octubre 2018

solo copiamos lo malo

Si se mueve a la baja EEUU, se mimetiza Europa…, aunque la corrección no debería ser mucho más amplia:

Mimetismo a la baja

Basta una caída del 5% del S&P 500 estadounidense desde su máximo histórico para que las dudas vuelvan a surgir entre los inversores. Una vez más, las bolsas europeas no son inmunes a las caídas de los índices estadounidenses. A pesar de no haber acompañado a los índices de la bolsa norteamericana en las subidas, los descensos de las bolsas al otro lado del Atlántico repercuten en los índices europeos. Mientras el Ibex y el Dax retroceden más de un 10% en el año, el S&P sube un 4% y el tecnológico Nasdaq un 10% en lo que va de año.
No ha habido ningún motivo concreto que haya provocado el inicio de la corrección. En cualquier caso, la caída aflora los riesgos existentes: temor a un elevado efecto de la guerra comercial en el crecimiento estadounidense y por extensión en el crecimiento mundial; peligro sobre la economía de la subida de tipos de interés; efecto del incremento de tipos de interés sobre las economías emergentesmiedos inflacionistas por el incremento del precio del petróleo; adicionalmente, en el caso europeo pesa la incertidumbre sobre el resultado final del Brexit y la turbulenta situación presupuestaria italiana.
Es evidente que el crecimiento estadounidense se encuentra en la última parte de su ciclo alcista, pero eso no implica que la recesión esté a la vuelta de la esquina. Los datos de crecimiento siguen siendo sólidos, aunque la ralentización del crecimiento parece inevitable. Si el crecimiento de los próximos trimestres no es tan vigoroso como pronostica la Reserva Federal, el primer efecto será un giro en su política de subida de tipos de interés, dejando sin efecto la subida programada para el mes de diciembre y las tres previstas para el próximo año.
La política de los bancos centrales de tipos cero, e incluso negativos en Europa, y la inyección de una ingente liquidez ha conseguido fulminar las primas de riesgos que se deberían exigir a las inversiones. El BCE, entre otros bancos centrales, ha estado empujando a los inversores a asumir un mayor riesgo en las inversiones si se deseaba lograr alguna rentabilidad. Antes de la quiebra de Lehman, en las caídas de las bolsas en 2007 el entonces presidente del BCE mencionó que los descensos en las cotizaciones eran un buen recordatorio del riesgo existente en las inversiones. Hoy en día será difícil oír un comentario similar por parte de las autoridades monetarias, cuando los propios bancos centrales han desvirtuado las primas de riesgos en las inversiones.
Con el tipo de referencia del BCE en negativo, -0,4%, los bonos del Estado español en negativo hasta vencimientos de tres años y bonos en toda Europa con rentabilidad negativa por importe de 8 billones de euros, es necesario asumir riesgos si se desea obtener una rentabilidad positiva aceptable. En esta asunción de riesgos es inevitable soportar caídas en las cotizaciones como las actuales.
Los resultados trimestrales que presentarán en las próximas semanas las empresas cotizadas, con actualización de previsiones en muchos casos, serán una buena señal de cuánto está afectando la evidente desaceleración del crecimiento económico a las empresas y a sus previsiones ya publicadas. Salvo grandes sorpresas negativas en los mensajes de las compañías, la valoración de un elevado número de empresas europeas hace pensar que la actual corrección, al menos en Europa, no debería ser mucho más profunda.
Abrazos,
PD1: “La santidad consiste en la disposición del corazón”, dijo Santa Teresa de Lisieux. Es querer las cosas de Dios, tratarle, sabernos sus hijos queridos, trasmitir a otros su amor… Ofrecerle todo lo que hacemos, pedirle perdón, estarle agradecidos por todo lo que nos da, querer a los demás… En definitiva, tenerlo en nuestro corazón, sacando las cosas materiales que no nos llenarán nunca.