Al final, el BCE paró el desaguisado que se estaba formando. A ver si cuando no interviene se tranquiliza el personal o seguimos en las andadas… A ver qué pasa cuando no haya una mano grande comprando todo el papel que sale… (llevaba 8 semanas sin intervenir en el mercado de deuda soberana el BCE, desde que montó el segundo LTRO). Veremos…
La duda que me corroe es si el mensaje que está recibiendo el Gobierno de España está siendo entendido o si tendremos otra reformita el próximo viernes. Ya sabes que desde estas líneas me quejo de que se acometen reformas para incrementar ingresos, pero no se hace nada para reducir los gastos. Bueno, no seamos fatalistas, se hacen cosas, pero no con la contundencia apetecida.
Seguimos pensando muchos que se deberían cargar el Senado, cargarse las televisiones públicas autonómicas, cargarse las duplicidades entre estado y CC.AA., pero que si quieres arroz Catalina… Ni hay consenso, ni se hablan, ni se quieren; ni se entienden, seguimos como en los años de enfrentamiento duro de ZP… y así mal vamos. Cuando todos sabemos que el momento es grave, muy grave, y que la unión haría la fuerza…, sobre todo para acometer el ajuste necesario en el estado del bienestar.
Es complejo tener que redimensionar el estado del bienestar a los ingresos actuales, a la realidad pobretona que vivimos hoy y vamos a vivir en el futuro. Es difícil decirle a la gente que muchas cosas (subvenciones) logradas en la bonanza se tiene que reducir, que muchas cosas dejarán de pagarse… Pero hay que coger el toro por los cuernos de una vez, no podemos seguir batallando contra el mercado en los consejos de ministros de los viernes y esperar que escampe: nunca escampará…
Te traigo hoy unas sensatas palabras del profesor Argandoña del IESE:
Sobre el futuro del Estado del bienestar
Estamos en el proceso de reformar nuestro Estado del bienestar, haciéndolo sostenible sin detrimento de la justicia. Me parece que en esa reforma hemos de tener en cuenta varias cosas.
Una: no debemos enfrentar eficiencia económica y justicia. Claro que se pueden presentar como dos opuestos, pero no tienen por que serlo. El Estado del bienestar, en principio, parece enfrentarse con la eficiencia, en cuanto que cambia los incentivos de las personas. El seguro de desempleo, por ejemplo, se financia mediante cotizaciones sociales sobre los que trabajan, y proporciona rentas a los que no trabajan. O sea, castiga al que trabaja y premia el que no trabaja. Es, pues, un incentivo perverso, que conocemos muy bien. Lo que hay que hacer es, por tanto, revisar los incentivos que crean las políticas sociales. Y esto no es contrario a la justicia. Nadie afirmara, probablemente, que los países nórdicos no tienen un Estado del bienestar muy desarrollado, pero allí se retira el seguro de desempleo al que no está dispuesto a aceptar un puesto de trabajo adecuado o participar en cursos de formación que le cualifiquen para un nuevo empleo. Esto aquí es herejía para nuestros sindicatos, pero ya se ve que estos no están por la sostenibilidad del sistema.
Relacionado con lo anterior está el tema del respeto a la dignidad de los beneficiarios, del que ya he hablado hace tiempo. Un Estado del bienestar generoso produce beneficiarios asistidos, pero probablemente no respetados, si les induce a ’vivir’ del subsidio. Detrás de esto hay un problema de concepción de la persona en el que no puedo entrar aquí, pero que es clave para entender qué pasa con el Estado del bienestar. Si las personas se mueven solo por motivaciones extrínsecas, si lo único que les importa es lo que ganan y lo que consumen, entonces lo que hay que hacer es darles más -pero esto provoca la ineficiencia señalada antes y la insostenibilidad del Estado del bienestar. Claro que inducirá la gente a vivir sin trabajar o a explotar el Estado del bienestar no parece compatible con una concepción seria de la dignidad de la persona (aunque algunos así lo piensan).
Y esto me lleva a la tercera consideración que quería hacer. Lo que tenemos ahora son dos concepciones extremas. Para unos, toda la protección social es un robo y una ineficiencia. Para otros, hay que dar al sujeto todo lo que necesite, aunque esa necesidad se la haya creado el mismo, culpablemente (probablemente porque echamos atribuimos esa culpa a la sociedad, al mercado o al sistema, no a las personas). Es verdad que las posturas reales no son tan extremas, pero, en el fondo, seguimos pensando solo en términos de dos agentes, Estado y mercado. Y nos olvidamos al tercero, la sociedad civil. Sin ella, el problema es producir (mercado, eficiencia) y repartir (Estado, solidaridad): el conflicto esta servido. A lo mejor tendríamos que pensar como introducir a la sociedad civil en esto, es decir, como dejar que participen las iniciativas creadas por la sociedad, no por el Estado, para solucionar los problemas sociales, dejando un amplio margen de libertad de elección y orientando la atención de las necesidades sociales a las personas concretas, y no tanto a la cantidad de recursos que se les hace llegar. Claro que esto viene complicado porque el Estado no quiere renunciar a su cuasi-monopolio de la solidaridad (vía impuestos y Estado del bienestar), a las ONGs les viene muy bien que el Estado les financie (aunque esto se está acabando como consecuencia de la crisis) y a los particulares les viene muy bien que el Estado se haga cargo de la atención de las personas con necesidades. Pero el hecho de que todos estén felices no significa que esta sea la mejor solución, como he apuntado mas arriba.
Más que las reformas estructurales necesarias y que de poco sirven a corto plazo que se han estado haciendo, hay que meterle mano de una vez por todas al estado del bienestar y dilucidar qué sí y qué no. Con generosidad, pero con realismo. Con justicia, pero con viabilidad. Si no, España se irá a la mierda, como se está yendo ya… Un esperanzador abrazo…
PD1: ¿Nos hemos pasado?
¿Nos hemos pasado en el Estado del Bienestar? Comparativa España y Alemania
La crisis y la elevada tasa de déficit público han obligado al Gobierno a anunciar recortes en las “vacas sagradas” del Estado del Bienestar, Sanidad y Educación. Alemania, la principal responsable del tijeretazo español hace también un considerable gasto público en estas partidas. Pero ¿gastamos más o menos que Alemania? ¿Cómo son los sistemas educativos y de salud de ambos países?
Alemania siempre ha presumido de contar con sistemas públicos de sanidad y de educación de alta calidad. Pero en los últimos años ambos modelos han sido cuestionados. El de sanidad por su elevado coste y el educativo por reflejar en los informes PISA un retroceso en su calidad.
Algo parecido ha ocurrido con España,donde las mayores críticas vienen por el oneroso mantenimiento del sistema y su insostenibilidad a medio plazo. ¿Es más caro que el modelo español que el alemán? ¿Abusa de las prestaciones?
Lo cierto es que Alemania ha afrontado sus problemas con mayor premura y ha acometido una serie de reformas. En el sistema sanitario el Gobierno germano aumentó en 2011 las primas del seguro obligatorio desde el 14,9% de media al 15,5% del salario bruto de los trabajadores para cubrir un déficit de 11.000 millones de euros. En 2007, Alemania había introducido la obligatoriedad del seguro de salud para todos los ciudadanos, así como la existencia de un fondo común para la financiación del sistema.
Las políticas de austeridad en educación llegaron a Alemania en 2007 con nuevas tasas para las matriculaciones en la enseñanza superior. En nuestro país, la reforma del ministro José Ignacio Wert, que prevé encarecer en unos 540 euros las matrículas universitarias, llega cinco años más tarde.
España asume de forma tardía y con el agua al cuello unos recortes muy cuestionados y que han sido rebatidos con protestas en todo el país. De hecho, incluso el nuevo consejero de Salud y Política Social, Luis Alfonso Hernández Carrón, declaró que este jueves que el sistema sanitario estaba “en peligro de extinción” y abogó por el “consenso” para que “esa especie protegida no se extinga”. Carrón: "Y yo creo que en estos momentos que se ve amenazado nuestro servicio sanitario público, universal, gratuito y de calidad tenemos que seguir trabajando para ello, por eso abogaba al consenso y al diálogo para hacer esfuerzos por parte de todos".
Y es que los pacientes españoles se benefician de unas coberturas muy ventajosas. ¿Mejores que las del sistema alemán? En la atención general, sobre todo en la ambulatoria, el modelo español atiende prácticamente al 100% de la población, mientras que la cobertura en Alemania es más variable. Eso sí, en cuanto al coste de gafas y lentillas, el sistema alemán puede cubrir hasta el 50%, mientras que los pacientes españoles han de sufragarlo de su bolsillo.
Lo mismo sucede en la cobertura de tratamientos e implantación de prótesis dentales: en Alemania es parcial para los adultos y total para los menores de 18 años; en España no hay cobertura para tratamientos protésicos.
COSTES CUBIERTOS POR LOS SISTEMAS DE SALUD (ATENCIÓN PRIMARIA) | ||
Concepto | España | Alemania |
Atención hospitalaria urgente | 100% | 100% |
Servicios de atención ambulatoria urgente | 100% | 76%-99% |
Especialistas para pacientes ambulatorios | 100% | 76%-99% |
Pruebas clínicas | 100% | 100% |
Diagnóstico por la imagen | 100% | 100% |
Servicios de fisioterapia | 100% | 1%-99% |
Productos farmacéuticos | 76%-99% | 76%-99% |
Gafas y lentillas | No cubierto | 1%-50% |
Cuidado dental | 100% | 76%-99% |
Prótesis dental | No cubierto | 1%-50% |
COPAGO SÍ, COPAGO NO
Una de las diferencias del sistema público alemán con el sistema español es la existencia del llamado “copago” en aquél. En las visitas al médico, el paciente alemán ha de pagar 10 euros, aunque sólo por la primera cita trimestral. En posteriores visitas –siempre que siga en el mismo trimestre- la consulta es gratuita.
La frecuencia de las visitas de los españoles al médico es la más elevada de la Eurozona y duplica a la de países como Suecia, Finlandia y Portugal, según un estudio de Fedea. Este informe proponía precisamente la introducción del copago, entre otras medidas, para reducir esta frecuencia y en su caso, paliar los elevados costes derivados de tantas consultas.
Aunque en España sí hay una especie de “copago” en la adquisición de medicamentos, aún en aquellos con prescripción facultativa. Con las reformas sanitarias, los pensionistas, que no pagaban nada, deberán abonar un 10% del coste, con un límite de hasta 20 euros al mes. Los trabajadores suben su participación del 40% hasta el 50% o el 60% del valor del medicamento, en función de su renta. Por el contrario, en Alemania, donde para la mayoría de los medicamentos se precisa receta médica, el seguro médico obligatorio cubre su coste.
Las coberturas del sistema español, si bien no parecen que vayan a suprimirse, sí se encuentran presionadas y aventuran mayores listas de espera tras los anunciados recortes. El gasto medio por paciente presupuestado para 2012 de las Comunidades Autónomas (titulares de la Sanidad en España) será de 1.203,8 euros, un 6,6% inferior al de año anterior y un 10,4% menor que el de 2010.
Así, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública denuncia que ya se “han producido cierres de centros, plantas, quirófanos, disminución de guardias, especialmente en Cataluña”. También el modelo de “universalidad” se encuentra amenazado. La amplia cobertura del sistema español, que reconoce como “titulares de los derechos a la atención sanitaria” a “todos los españoles y extranjeros en el territorio nacional”, ha desembocado en episodios de despilfarro como el llamado “turismo sanitario” y obligará a las responsables a acotar los beneficiarios de la de Sanidad.
MODELO UNIVERSAL VS MODELO DE SEGUROS SOCIALES
Este es un problema que no tiene Alemania, que cuenta con el modelo de seguros sociales. El sistema alemán es obligatorio para toda o casi toda la población, se financia a través de las cotizaciones sociales y puede ser complementado por ingresos públicos recaudados por impuestos. Este sistema es similar al que rige en Francia, Austria, Bélgica, Luxemburgo o Grecia.
De forma más concreta, el sistema alemán es “mixto”, donde se mezclan el seguro obligatorio de enfermedad público (gesetzliche Krankenversicherung) y el formado por aseguradoras privadas (private Krankenversicherung). Según los datos de la OCDE, la cobertura del seguro obligatorio alcanzaría al 83,3% de la población, aunque datos del Gobieron federal Alemán elevan la cifra a cerca del 90%.
En el seguro obligatorio, hay diferentes cajas de seguro públicas, con diferentes cuotas, aunque en términos generales realizan unas prestaciones similares. Estos seguros son gratuitos para estudiantes matriculados, pensionistas, desempleados y para los familiares sin ingresos de los asegurados. Estos asegurados son todos los trabajadores con un nivel de ingresos superior a los 400 euros al mes. La contribución al seguro es creciente y parte del 6,5% del salario para las rentas más bajas.
Para los trabajadores de altas retribuciones, en torno a 4.000 euros al mes, existe la opción de elegir entre las diferentes aseguradoras privadas. Es un seguro más caro pero con coberturas más amplias que el seguro privado.
España comparte con Alemania la presencia hegemónica del sector público, pero su modelo es distinto. Aparte de tener las competencias de Sanidad transferidas en su mayor parte a las Comunidades Autónomas, España tiene el modelo universal a partir del Sistema Nacional de Salud con financiación realizada fundamentalmente a través de impuestos y en parte con aportaciones de seguros sociales. Es un sistema similar al de otros países del entorno como Reino Unido, Suecia, Noruega, Irlanda, Italia y Portugal, entre otros.
COBERTURA DE LOS SISTEMAS DE SALUD | ||
Concepto | España (modelo universal) | Alemania (modelo seguros sociales) |
Cobertura automática (% de la población) | 100 | 0,5 |
Cobertura obligatoria (seguro) | - | 83,3 |
Cobertura voluntaria | - | 15,2 |
Salud básica proporcionada por | Servicios de las CC.AA. | Múltiples aseguradoras |
GASTO PÚBLICO SANITARIO ALEMÁN, MÁS ELEVADO QUE EL ESPAÑOL
¿Es el sistema sanitario tan caro que peligre su existencia y se vea abocado a recortar sus funciones? A diferencia del sistema educativo, el gasto público de España en sanidad es inferior al alemán en términos relativos. España alcanzó una cifra récord de gasto en 2009 al llegar a los 71.439 millones de euros, el 6,8% del PIB. En 2010, última cifra oficial conocida, el gasto se redujo al 6,5% (68.656 millones).
Alemania gasta más: un 7,2% del PIB que suponen 178.290 millones de euros, todo medido según los datos de Eurostat. La media de la UE y de la Eurozona es todavía más elevada, el 7,5% del PIB.
DISTRIBUCIÓN DEL GASTO SANITARIO | |||
Titular (en %) | España | Alemania | |
| | | |
GASTO PÚBLICO | 71,8% | 76,9% | |
Gobierno | 66,7% | 9,0% | |
Seguridad Social | 5,1% | 67,8% | |
GASTO PRIVADO | 28,2% | 23,1% | |
En efectivo | 21,1% | 13,1% | |
Seguridad Social | 5,9% | 9,3% | |
PORCENTAJE DE PAGOS EN EFECTIVO Y DE SEGUROS PRIVADOS EN GASTO SANITARIO | |||
Concepto | España | Alemania | |
% de pagos en efectivo en atención hospitalaria | 3,8% | 1,9% | |
% de pagos de seguro privado en atención hospitalaria | 5,2% | 9,8% | |
% de pagos en efectivo en servicios básicos y diagnósticos | 3,0% | 10,1% | |
% de pagos de seguro privado en servicios básicos y diagnósticos | 6,5% | 9,5% |
RECORTES EN EDUCACIÓN
El recorte también llega a otro de los pilares del Estado del Bienestar, la educación. Las autonomías deberán reducir en 3.000 millones de euros el presupuesto educativo, lo que se suma a los más de 3.400 millones recortados en los dos últimos años.
Otras medidas contemplan el incremento de carga de trabajo para los profesores y el aumento de la ratio de alumnos por profesor, que es en España la más baja en todos los niveles educativos que la media de la OCDE y de Alemania (salvo en educación infantil).
GASTO PÚBLICO EN EDUCACIÓN
¿Cuánto cuesta el modelo educativo español? Pese a la obligación de recortar, España tiene un nivel de gasto público en educación inferior a la media de la Unión Europea (el 4,9% del PIB frente al 5,5%), aunque muy similar al de los países de la Zona Euro (5,1%).
El gasto en educación ronda los 50.000 millones de euros en 2011, una cantidad inferior a los 51.511 millones de 2010 y al cifra récord de 52.935 millones de 2009, según los datos de Eurostat. Ese año, la participación del gasto educativo alcanzó el 5,1% del PIB.
Sin embargo, el gasto es superior en términos relativos al de Alemania, cuyo gasto de 106.320 millones de euros supone el 4,3% del PIB. A diferencia de España, el Estado germano ha incrementado el gasto educativo en los dos últimos años.
El sistema alemán, que resulta bastante complejo, comparte con el español la gratuidad y el acceso universal a la enseñanza entre los 6 y los 16 años. La educación pública tiene mucha más presencia que la privada en ambos países. En España, con datos de Eurydice, los centros financiados con dinero público (incluidos concertados) suponen el 70,3% del total de la enseñanza primaria y secundaria. Otra característica común a ambos países es la descentralización del modelo educativo: a las Comunidades Autónomas en España y a los Länder (Estados federales) en Alemania les corresponde la titularidad de la mayor parte de los centros educativos.
La educación infantil anterior a los seis años tiene un carácter optativo tanto en España como en Alemania. Con una fuerte demanda, la educación en los Kindergärten germanos debe ser costeada por los padres, aunque hay parvularios financiados por los municipios e incluso por los Länder, si bien de modo parcial. En España sucede algo similar: la educación infantil es gratuita a partir de los 3 años en los centros públicos y concertados; en edades anteriores, aunque la educación es de pago, la oferta está parcialmente cubierta por la Administración, que asigna un mecanismo de ayudas según la renta.
LA GRATUIDAD DE LA EDUCACIÓN EN ALEMANIA Y ESPAÑA
La educación es gratuita en el tramo de enseñanza obligatoria, que comprende desde los 6 hasta los 16 años. En España incluye la Educación Primaria (de 6 a 12 años) con seis cursos de tres ciclos de dos años cada uno y la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que abarca cuatro cursos académicos.
En Alemania el sistema y los programas pueden variar mucho según los Länder, aunque tienen en común la existencia del Grundschule, la primera etapa de la educación obligatoria –primaria- que dura por lo general cuatro años. A diferencia de España, donde los centros privados suponen casi el 25% del total en la enseñanza primaria, en Alemania apenas significan el 2,4%, según datos de Eurorai.
Tras acabar esta etapa de educación primaria, los niños alemanes pueden recibir tres tipos de educación secundaria: Hauptschule, más técnica y orientada a la formación profesional, Gymnasium, dirigida a los alumnos con aspiraciones a realizar estudios superiores y Realschule, un camino intermedio de las dos anteriores. También existe la Gesamtschule, escuela comprensiva que cuenta con más de un itinerario escolar. Tampoco abundan los centros privados en esta etapa, que suelen dividirse en las Ersatzschulen y las Ergänzungsschulen.
La gratuidad de esta enseñanza obligatoria se financia en España con fondos públicos procedentes, sobre todo de las Comunidades Autónomas, pero también del Ministerio de Educación, que incluyen también becas a estudiantes y subvenciones a los centros concertados. La parte más importante de los fondos públicos son, en todo caso, para cubrir los salarios del personal docente y no docente y para el mantenimiento de instalaciones. Para que un centro concertado reciba fondos públicos ha de cumplir una serie de requisitos que lo igualan, casi de hecho, a un centro público.
Hay que matizar que, pese a la gratuidad de la enseñanza obligatoria, en los centros públicos de ESO, se exige un mínimo pago de tasas en concepto de seguro escolar.
El sistema de financiación es similar en Alemania, pero en España las familias se costean los gastos de material escolar, comedor, transporte.. algo que en el país germano suelen asumir los municipios (que suelen pagar también al personal no docente). Sin embargo, el Estado otorga becas a las familias españolas de escasos recursos para la adquisición del material educativo y de otros servicios escolares.
La mayor parte del gasto educativo corre en Alemania a cargo de los Estados, que se hacen cargo de los gastos del personal docente. Existen también escuelas municipales, gestionadas y financiadas por el propio municipio. En general, la aportación municipal ronda el 20% frente al 80% de la financiación en educación que es sufragada por los Länder.
Al terminar la educación secundaria, en España se puede optar por el Bachillerato, con dos cursos impartidos entre los 16 y 18 años y tres ramas (Artes, Ciencias y Tecnología y Humanidades y Ciencias Sociales) o la Formación Profesional. En Alemania, se pueden cursar programas de formación profesional como Berufsschule o Berufsfachschule, escuelas técnicas como Fachoberschule o Fachschule o la ya mencionada Gymnasium. En algunos Länder hay otro tipo de escuelas.
En España, el Bachillerato y la Formación Profesional, que ya se encuentran fuera de la educación obligatoria se estudian en el mismo tipo de centros donde se cursa la ESO y están financiados parcialmente por tasas que paga el estudiante (en el caso de los centros públicos). Pese a que la cuantía de estas tasas es muy inferior al coste real de los estudios, el Estado concede ayudas y becas para los alumnos con menos recursos que quieran proseguir con su formación.
En Alemania también los alumnos con menos medios económicos pueden recibir una ayuda, por lo general en forma de subvención para costear sus estudios después de la enseñanza obligatoria. Los gastos de transporte del estudiante sin recursos suelen ser financiados por el propio municipio.
¿Cómo son los resultados de los escolares? El informe PISA no deja en buen lugar a España, y Alemania, cuyo sistema educativo siempre fue un referente, ha retrocedido en los últimos años. Uno de los factores más relevantes a la hora de evaluar el sistema, la comprensión lectora, está en todo caso demasiado ligada al contexto social, que PISA mide por el Índice del Estatus Social, Económico y Cultural (ISEC). Los estudiantes españoles se encuentran en un nivel bajo de “comprensión lectora”, pero similar al de estudiantes de países con similar ISEC.
LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
En cuanto a la enseñanza universitaria, la presencia del sector público es imponente en los dos países. De las 75 universidades españolas, 50 son de titularidad pública, aunque el número de alumnos de las públicas es aún más superior al rondar el 90%. En Alemania, el sistema de enseñanza superior se compone sobre todo de centros públicos gestionados por los Länder.
Aunque es el Gobierno central quien regula las cuestiones básicas de becas a universitarios, el sistema está ejecutado de nuevo por las CC.AA. en colaboración con las propias universidades. Por regla general, se abona una tasa que significaba aproximadamente el 15% del coste total. Con la subida decretada por el Gobierno, la tasa cubrirá hasta el 25% del coste en las primeras matrículas, entre el 30% y el 40% en las segundas, entre el 65% y el 75% en las terceras y hasta el 100% en las cuartas.
El informe español “Panorama de la educación (2011)” de la OCDE consideraba que el modelo universitario español tiene “las tasas de matrícula (..) moderadas”, si bien el informe fue elaborado antes de la subida recientemente aprobada de unos 540 euros. El coste medio de la matrícula, según el estudio de la OCDE, era de 1.038 euros, por lo que la subida supone aproximadamente un 50% más.
El modelo universitario alemán es similar al de los países nórdicos, que garantiza “el carácter universal del acceso a esta etapa del sistema educativo mediante matrículas muy reducidas y financiadas con fondos públicos.” . Hasta 2007, los estudiantes no pagaban tasas universitarias y los centros eran financiados casi exclusivamente por las aportaciones del Estado. Las necesidades económicas mandan y Angela Merkel introdujo una tasa de matrícula cercana a los 500 euros, todavía lejos de las cantidades de España.
Además, en Alemania, existen becas concedidas por asociaciones privadas a alumnos con calificaciones destacadas, aunque sólo aproximadamente el 3% pueden acceder a éstas. Para los estudiantes con escasos recursos, el Estado alemán facilita el acceso a los estudios mediante un crédito denominado Bafög.
Fuente: Gráficos de gasto (Eurostat). Cuadros: “Health Systems Institutional Characteristics: A Survey of 29 OECD Countries” (2010)
PD2: La salida de los depósitos bancarios de Grecia es muy fuerte. Ya están por debajo de los 160.000 mill de euros. Han bajado un 33% en los últimos dos años. Lo alucinante es que todavía quedan otros 67% sin salir…¿?
Hay de las colas que tienen ya los bancos helenos…: Griegos totales…, ¡qué pinta pobres! Groña que groña…
PD3: Los CDS de España están en los 551 puntos. Pero, ojo, los de Alemania a 5 años en los 100 pb
PD4: Otro comentario sobre la intervención que nos viene, de Marc Vidal:
La intervención de las finanzas españolas ya es un hecho desde hace un año, que el rescate se contempla como inevitable y que la subida del IVA por encima del 20% no será antes del verano pero si se planteará si los ingresos no aumentan por la “amnistía” o los gastos no se logran reducir por la vía imperativa. De hecho un buen amigo francés que ahora ocupa un alto cargo en la administración europea me confesó que Grecia, Portugal y España se devaluarían en valor nominal por la vía del IVA hasta límites que no podemos ni imaginar. Eso en semántica banquera viene a ser un 21% para España, e incluso más.
La gente se pregunta que quiere decir que nos rescatan. Incluso hay quien asegura que eso no va con ellos, que es un tema de macroeconomía, de políticos y economistas, que a las personas de bien eso no les afecta demasiado, que al final todo es una subidita de impuestos y algo menos de “cosas que te da el gobierno”. Pues ni el gobierno “te da nada”, ni las personas “normales” están exentas de notar en su estómago la patada del rescate, ni es un tema exclusivo de altos mandatarios. Un rescate e intervención no es nada parecido a lo que se siente cuando te sacan del mar en un bote salvavidas. La verdad es que a veces piensas que ya estabas bien ahogándote en el agua tan a gusto y “a tu bola”.
Un rescate no es más que un crédito enorme que nos dejarán la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Con esa pasta se saldan las deudas del estado en default y justo a la mañana siguiente tienes la visita de la “troika”, es decir, unos comisarios de muy mala cara y de muy mal negociar. A partir de ahí los sucesos se precipitarán y nadie puede asegurar que serán la solución milagrosa pues no lo están siendo en ningún sitio donde se han instalado, sólo sabemos la que lían.
Tomarán el poder un grupo de consultores y altos cargos de la UE, el FMI y el BCE. Su función será la de auditar todas las decisiones de tipo económico y presupuestario del ejecutivo de Rajoy y de sus derivados (como ellos lo denominan) autonómicos y jurisdiccionales. Para España tocarán equipos multidisciplinares con al menos un centenar de comisarios. A partir de ese momento España quedará oficialmente intervenida (le llamarán de otro modo como “asesoría de ajuste” o “grupo de apoyo presupuestario”) y entonces deberá corregir la situación a través de medidas “aconsejadas” por la “troika”. De no hacerlo no recibiremos el dinero que debe salvar todo el sistema financiero y el sistema económico por enlace. Recordemos que el Estado ha servido en bandeja toda su capacidad de endeudamiento y recursos a los bancos y cajas que estaban yertas en sus propios balances permitiendo que falsearan sus cuentas a cambio de “saltar al vacío” esperando que el paracaídas se abra.
Como el triplete fantástico no se suele fiar de los países que rescata la pasta no la suelta de una vez sino que la va aflojando a medida que se van cumpliendo su “consejos”. Las medidas irán en la línea griega en cuanto a la reducción de funcionarios, salarios de la administración, peso de las autonomías, fusiones de municipios, subida de impuestos como el IVA, retoques en la reforma laboral y alguna cosilla más. Me pregunto cómo se lo tomarán los sindicatos.
Por desgracia es casi inevitable que pase. El volumen del engaño en España en cuanto al balance del sistema financiero es comparable a las mentiras que Goldman Sachs inventó para que las cuentas de Grecia fueran adecuadas en el momento de integrarse a la Unión Monetaria. La banca española vale más por sus cuentas tóxicas que por las reales. Casi 200.000 millones de euros en hipotecas no serán devueltos a los bancos, lo que pone en fallida todo el sistema. Eso se deberá sumar a que la banca no ha dejado caer el precio todavía de la vivienda, algo que seguirá friccionando y, al final, resultando una evidencia solemne: el patrimonio con el que los bancos autorizan balances positivos son una quimera. Europa lo sabe. Si cae Portugal, que caerá pues se le pide que resuelva elementos estructurales de su economía en meses cuando eso no lo lograría ni un país escandinavo en años, cae España. El grado de exposición de la banca española al déficit portugués se dice que puede estar cercano a los 100.000 millones por derivados de segundo orden y no los 78.000 como hasta ahora se consideraba. Además, el crecimiento de la economía española vuelve a ser negativo. En Europa se contemplan cifras muy contundentes y en negativo para este trimestre pasado que no dejarían muchas opciones a la hipotética recuperación a medio plazo que pudiera retrasar el rescate. La austeridad en inversión y la necesidad de más dinero en la banca (y no para fluir crédito) seguirán reduciendo el radio del círculo vicioso en el que hemos caído irremediablemente. Finalmente se dice en Europa que el rescate de España es inevitable porque no lograremos equilibrar el déficit, porque el paro no dejará de aumentar y porque el talento huye de España ante la imposibilidad de prosperar. La nombrada “prima de riesgo” aumentará por una lógica cruel del mercado: es un “riesgo apostar a este caballo mal herido”. En definitiva, menos dinero, más recaudación hasta la extenuación, liquidación de servicios, reducción de peso funcionarial y alejamiento del crecimiento y del cambio del modelo de crecimiento.
PD5: De nuevo: Jerusalén, Ciudad Santa, siempre llena de conflictos…, ciudad destruida once veces, donde no quedó piedra sobre piedra… Precioso video, como si estuvieses allí. Después de haberla destruido tantas veces la ciudad, se ha vuelto a reconstruir… Esto nos sirve para estos momentos. Nos pase lo que nos pase, resurgiremos de nuestras cenizas…, o de lo que quede de nosotros. Las cosas materiales se rehacen, se vuelven a levantar. Siempre ha sido así. Fortunas hechas y fortunas destruidas. Lo que menos importa, el dinero. Lo más importante, la persona y su salvación, o cumplir el plan de Dios…